Debe se que soy un tipo muy raro, pero a mi me gusta poder encender las luces de mi casa, me gusta poder cocinar sin cocina de leña, me gusta no pasar frío en invierno. Es mas, soy tan raro, que soy apolitico y ateo, y mi economía personal no es para tirar cohetes, ¿donde encajo?.
Parece ser que es malo que un país (el nuestro) pueda defender el bienestar de sus ciudadanos, no de sus empresas, de sus ciudadanos, ¿o es que la luz y el gas se aparecerán en nuestros hogares por obra y gracia del señor?, veo en cambio que se defiende ferozmente los intereses geoestrategicos de otros países, recuerdo, que alguien acabó uno de sus aportes con un contundente "VIVA RUSIA".
No es solo un problema de posible corte energético, es que a medida que no se evite que esos movimientos salafistas se expandan, los tendremos progresivamente mas cerca de nuestras fronteras, serán los espejos en los que se inspirará parte de la población musulmana residente en nuestro país, y cuando estén ademas en nuestras fronteras, y frente a nuestras costas, no se quedarán allí, la historia es muy didáctica y nos demuestra su continuo expansionismo.
Ese ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es del mundo,
en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.
Aquí la necesidad no es infamia;
y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mayor calidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho,
no adorna el vestido al pecho,
que el pecho adorna al vestido;
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás,
tratando de ser lo más,
y de parecer lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría;
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son,
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna,
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
