Mensajepor Gosfalcon1873 » 25 Jul 2014 11:40
La cuestión de Ucrania, poco tiene que ver con cospiraciones del fin del mundo, iluminatis y manipuladores de la realidad.
Un resumen para comprender un poco toda esta maraña de intereses plíticos-económicos.
El autor de este resumen es el sr. Abel Riu... es Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Barcelona, y Máster en Política de Estudios Internacionales por la Universidad de Uppsala.
A menudo se habla de la importancia estratégica de Ucrania y de los intereses que se esconden detrás del conflicto actual que vive el país... en pocas ocasiones se llega a abordar cuál es el núcleo de la cuestión en todas sus dimensiones.
Ucrania es uno de los mayores importadores de gas del planeta. En consecuencia, es también un mercado muy importante para las exportaciones de gas rusas, las cuales hasta el año 2010 representaban cerca del 100% del total del gas importado por Ucrania. Moscú no sólo es un socio energético clave para Ucrania, sino también para la propia Unión Europea. Rusia es el mayor exportador de gas natural del planeta.
Como consecuencia de este gran volumen de tránsito, en estos momentos alrededor de un 5% del comercio internacional de gas natural pasa por el sistema de gasoductos que atraviesan Ucrania en su ruta este-oeste. Para Rusia, fuertes vínculos con Ucrania significan asegurar este suministro hacia Europa, tan fundamental para la economía rusa.
La importancia relativa de las exportaciones de hidrocarburos sobre el total de exportaciones rusas, equivalente nada más y nada menos al 18,2% del total del PIB ruso, lo que da una idea de la dependencia que sufre Rusia en este aspecto. Una dependencia que, teniendo en cuenta las necesidades energéticas de la UE se convierte en mutua, y en la cual el tránsito a través de Ucrania juega un papel clave.
La UE apuesta por suministradores alternativos que reduzcan la importancia de las importaciones rusas, como por ejemplo Noruega, Argelia o Qatar. En el Kremlin también ven con recelo proyectos como el gasoducto TAP, con el cual la UE pretende obtener gas del Mar Caspio sin pasar por Rusia (ni por Ucrania).
Ucrania es la segunda economía más importante entre las antiguas repúblicas soviéticas, rica en recursos naturales y con una extensión que hace que sea el segundo país más grande del continente europeo después de Rusia. Ucrania comparte frontera con cuatro Estados miembros de la UE.
Por todos estos motivos, Kiev es un socio comercial muy atractivo para Bruselas, pero para Moscú Ucrania, no sólo es un socio atractivo sino también necesario y clave para varias de sus industrias. Por su parte, Rusia es el origen de nada más y nada menos que un 32% de las importaciones de Ucrania.
Hasta ahora la política de los respectivos gobiernos ucranianos ha sido bastante restrictiva en cuanto a la entrada de capital extranjero al país, sobre todo con objeto de proteger los intereses de los oligarcas, los cuales dominan totalmente el panorama industrial ucraniano...con la firma del Acuerdo de Asociación uno de los objetivos principales de Bruselas era contribuir a cambiar la inclinación comercial ucraniana del este hacia el oeste, en perjuicio de Rusia y en beneficio sobre todo del capital alemán.
La situación financiera de Ucrania a corto plazo es una bomba de relojería. El gobierno ucraniano tiene necesidades de financiación urgentes. De haberse firmado el Acuerdo de Asociación con la UE, venía acompañado de un crédito del FMI para ayudar Ucrania a hacer frente a los vencimientos de la deuda, el cual tenía como condición la aplicación de duras reformas internas, particularmente respecto al mercado laboral y al control de la deuda pública.
Con la negativa de última hora a firmar el Acuerdo de Asociación y la vista puesta (por aquel entonces) en las elecciones presidenciales de 2015, la única alternativa posible para Víktor Yanukóvich era negociar un crédito de emergencia con Rusia, acordado el pasado 17 de diciembre. El importe finalmente fue de 15 mil millones de dólares, una operación mediante la cual Moscú reforzaba todavía más su papel como banquero del gobierno ucraniano.
A la dependencia de Ucrania respeto Rusia en cuanto a comercio, energía y deuda se le suman, por un lado, los vínculos militares entre los dos países, los cuales tienen su máximo exponente en la presencia de la base de la flota rusa del Mar Negro al puerto de Sebastopol (Crimea).
Hay que recordar también los lazos que buena parte de la población oriental y meridional de Ucrania (sobre todo a zonas como por ejemplo Crimea, Donetsk o Odessa) tiene con el vecino oriental, y el fuerte rechazo que Rusia genera entre buena parte de la población occidental del país.
Por último, el simbolismo que Ucrania tiene para Rusia como “cuna” de la nación rusa (Kiev fue la capital y centro del primer estado ruso-eslavo oriental) también juega su papel y parte de su política hacia este país se basa en esta interpretación imperialista.
Todos los factores mencionados sirven para describir la importancia estratégica y simbólica que Ucrania tiene para el Kremlin. Ni Bruselas ni Washington parecen muy preocupados tampoco por la complejidad étnica de Ucrania y su histórica división, en un contexto en el cual cualquier movimiento político repentino puede comportar consecuencias imprevisibles.
Por su PIB, población e importancia estratégica Ucrania es el premio gordo, y es por eso que tanto europeos como rusos están haciendo todos los esfuerzos posibles para seducir (o forzar) a Kiev, aspirando unos a cambiar el statu quo actual y los otros a mantenerlo tal como está.
Así que ya veis, que como siempre, todo está en relación con las esferas del poder económico y político... no es nada nuevo, y esas cosas de que los americanos, la OTAN, UE, Iluminatis, conjuras juedeo-masónicas, y profetas del apocalipsis, están maquinando el Armagedón del final de los tiempos, está muy bien para entretener y amenizar al personal; pero la realidad es mucho más aburrida, y más pragmática.