Eduardo75 escribió:Yo tego entendido que Franco no era el que preparaba el golpe, si no que era "El Director" osea el General Mola.
Y sí, hay una diferencia en el asesinato de Calvo Sotelo, que a el no lo mataron pistoleros de extrema izquierda, si no que fueron ademas de milicianos un capitan de la Guardia Civil y miembros de la Guardia de Asalto escoltas de Indalecio Prieto. Y ademas amenazado de muerte en el congreso de los diputados (en sede parlamentaria) por Dolores Ibárruri (La Pasionaria), la cual dijo: "Este hombre ha hablado por ultima vez", despues de que Calvo Sotelo anunciara la cifra de iglesias, bibliotecas, archivos quemados, y muertos desde que empezo la Republica.
Un saludo.
Lamento disentir profundamente.
En realidad a Calvo Sotelo no quiso hacerle daño el Frente Popular (75% socialistas+15%anarquistas+10% comunitas), sino sólo hacerle una broma para asustarlo un poquito. Pero así como mucho más tarde al GAL les salió una chapuza su terrorismo de Estado a cuya cabeza estaba el famoso y conocido "Señor X", a los guardias de asalto del Frente Popular se les fue un pelín la mano con la boteña "coñác" y hubo uno que iba sentado justico detrás de D. José (Pepe para los amigos) y, trasteando con la pistoleja se le escaparon dos tiros que, por fatalidades del destino, fueron a parar a la nuca de Pepe y a quemapellejo. La verdad es que la pistolica le ametralló al bromista y, sin querer, la lió parda.
"¿Y qué hacemos ahora con este pobre señor?", se preguntaron sus amigos. "Pues vamos a sacarlo a que le de un poco el fresco y el aire donde nadie lo moleste, no vaya a ser que se forme un tumulto y no lo dejen respirar ni despabilarse", respondió el mejor de los samaritanos. Y hete aquí que lo tumbaron delicadamente delante de la puerta del cementerio del Este, para que ni los muertos pudieran incordiar al pobre Pepe y, visto que creyeron que Pepe también había chupado demasiado de la botella "coñá", lo dejaron dormir la mona y acabó muriendo de shock hipotérmico por culpa de haber bebido demasiado alcohol. Total..., los pequeños agujerillos podría habérselos tapado con un par de algodoncillos (aún no existían las Tiritas) al día siguiente.
Tampoco es cierto de la benefactora Dña. Dolores Ibarruri (a quien al parecer se le tiene abierto un expediente pontificio de beatificación, por analogía en su vida con la de una tal sor no sé qué de Calcula que creo que fue monja o algo peor) hubiese pronunciado esa frase. La realidad es que de su boca no salieron aquellas palabras, sino que se produjo una muy sonora psicofonía que, como muchas otras análogas, nadie supo ni aún sabe explicarse. En aquellos días eran muy comunes las psicofonías.
La pura verdad es que España vivía en un verdadero paraíso, donde las iglesias, conventos (entre otras cosillas) eran adornadas y provistas de calefacción gratuita, para que quienes allí moraban y quienes asistían a las misas, pudiesen hacerlo en mangas de camisa sin tener que dispendiar medios en calentarlas. ¿Que en alguna ocasión aislada se pasaron con la gasolina o con alguna bombichuela de mano..., en fin..., esas cosas pasan hasta en las Fallas de Valencia.
¿Y qué vinieron a hacer una pandilla de generales (más o menos la mitad de las fuerzas armadas) en medio de tanta dicha, felicidad, libertad y jolgorio?. Pues aguar la fiesta, porque mira que sólo dos días después de la última de las bromas (al estilo de Gila) gastadas a Pepe, van los tíos y se enfadan porque a ellos a penas los invitaban a esas manifestaciones de júbilo callejero que por todos los rincones de España se celebraban masivamente y a diario.
En fin..., que siempre hay gente que lo fastidia todo
