Lo primero de todo es expresar mis mejores deseos para que quienes trabajan en esas cabeceras tengan los menos problemas posibles para cobrar o recolocarse. Pasamos por tiempos complicados y no resulta sencillo en España buscar acomodo para todos aquellos que aspiran a ganarse el pan trabajando con honradez.
Dicho esto, me gustaría expresar que en gneral, tanto las revistas españolas de caza en general como las de armas son flojas. Son muy reiterativas y la perspectiva crítica de las armas, por ceñirnos a un tema concreto (aunque puede extrapolarse a otros productos, incluidas las ofertas de caza)brilla por su ausencia.
Las pruebas de tiro que hacen de los rifles y lo que nos presentan de ellos son lamentables casi siempre. No se habla de calidades de los materiales, las comparativas de verdad brillan por su ausencia, el funcionamiento de los mecanismos, los problemas que pueden dar, etc., no existen. Todos los productos son excelentes dentro de su esfera.
Esto acaba aburriendo incluso a los poco exigentes como yo, que no practico el tiro de competición, pero me gusten mucho las armas (las largas) y la caza, sin pretensiones de ser ni sniper, ni Daniel Boone.
Creo que eso se debe a la excesiva dependencia de la publicidad de los productos y las empresas sobre los que tiene que informar. Eso implica que los compradores de ellas son los más perjuidicados, porque pagan una revista cara, pero que no cumple bien con las expectativas que un lector cada vez más informado por otros cauces quiere. El resultado es que muchos nos cansamos de leer lo mismo, de las mismas personas, incluso en distintas cabeceras y dejamos de comprarlas, como no sea por vicio o afecto a una publicación. Aunque sea para criticarla. Si a eso le sumamos la que está cayendo... pues reservas ese dinerillo para un café o caña...
Todos debemos mejorar y replantearnos el modo en el que estamos haciendo las cosas para salir de esta situación, que nos tiene ahogados. No basta con echarles la culpa sólo a los políticos (tienen más, porque tienen el poder y responsabilidades de ejercerlo para el bien común, se supone), ni a Merkozy, ni a los mercados, ni al capital... Por acción o por omisión, unos y otros también estamos echando la partida y tengo la sensación de que estamos jugando mal las cartas, porque siempre escurrimos el bulto para no asumir nuestra responsabilidad, igual que esos adolescentes y padres de adolescentes que no analizan su comportamiento si no es para echar la culpa a las malas compañías (que eligen ellos)o sobre todo lo que se mueve (un ejemplo de libro era el nefasto presidente saliente.
Tal vez, esto nos sirva para mejorar y madurar como personas y como país. Así es que adelante...
