Calibre .375 H&H Mágnum
Municion: Recargada. Punta Triple Shock, de Barnes, 235 grains. Velocidad inicial medida 908,3 m/s promedio.
Talla del animal: Unos 80 kilos
Distancia: Entre 50 metros
Hora del disparo: 23:15 h.
Luna llena, viento rachaeado y fuerte, temperatura aprox. 10 Cº
Para mi sorpresa (pues con luna llena y un ventarrón que hacía remolinos en todos los sentidos yo no esperaba la visita de ningún jabalí), alrededor de las 22 horas comencé a oírlo merodear. A eso de las 22:20 h. dio un fuerte golpe (tal vez con el hocico, tal vez con el lomo) en la puerta de hierro de la pequeña casa que uso como apostadero. Tengo la certeza de que no fue el viento, porque tenía la puerta bien sujeta con una gran piedra para evitar, precisamente, que el ventarrón la hiciese dar golpes; y además oí sus pisadas junto a la puerta.
Bueno, aquí la la narración de lo que todavía hoy me da MUCHA LÁSTIMA:
Me entró desde la izquierda-frente y como ya conocía a este macho y lo extraordinariamente esquivo que era, aproveché el ruido del viento en el ramaje de los almendros para hacer movimientos que, de haber existido siliencia él los habría oído perfectamente y puesto en huída.
Como había luna llena y el cielo raso, pude verlo a simple vista y a esos 50 metros. Moví el rifle muy lentamente hasta descubrirlo en el visor. Lo centré, accioné suavemente el gatillo puesto al pelo y dejé escapar el disparo. Sin solución de continuidad lo observo por el visor que sale corriendo y me digo: Este disparo ha sido certero; no es posible que llegue lejos.
Salgo a buscarlo; llego hasta el lugar del impacto y no encuentro rastro de sangre, pero como vi la dirección que tomó descubro un sendero hecho por él y sus "amigos", así que tomo yo esa querencia y, aprox. a los 45 metros lo encuentro completamente muerto, de costado.
Lo primero que observo es que LE FALTA COMPLETAMENTE LA MANDÍBUNA INFERIOR así como la lengua. Pero al tiempo veo el orificio de entrada un poco trasero y alto. Lo voltero y encuentro un gran orificio de salida frente al de entrada. Extrañado por la ausencia total de mandíbula inferior examino esta amputación y compruebo que se halla completamente cicatrizada. También puedo apreciar un estado importante de desnutrición, sobre todo en el escaso grosor de los jamones. Entonces exclamo en mi interior completamente apenado: ¡¡¡Lo que habrá sufrido este pobre animal desde que perdió toda su mandíbula inferior!!!. Con una boca así es imposible comer; por eso está desnutrido.
Y mi conciencia es asaltada por la duda y la culpabilidad: ¿Habré sido yo el causante de este estrago?; ¿Tal vez aquel disparo que le hice hace casi un mes y que yo creía fallado por completo se causó semejante amputación?. Verdaderamente me da mucha lástima y remordimiento. Yo, que recurro a ese calibre para que no sufran...
Tengo un disgusto que me va a atormentar varios días

En fin...Compruebo lo que el proyectil le ha hecho esta noche: Por el agujero de salida, que por su localización bastante elevada fue la causa de que no sangrase (hacia el exterior) en abundancia, veo que los tejidos están interiormente macerados; todo hecho puré.
¿Y cómo pudo con semejante boquete correr unos 40 metros?. Pues porque no alcanzó la bala sus pulmones ni, directamente, ningún órgano vital. Se desangró interna y masivamente.
Por el gran tamaño de las amoladeras deduzco que su otra mandíbula debió lucir unos hermosos y grandes colmillos.
Al menos me queda un pequeño consuelo: Ese pobre animal dejó de sufrir.


Un abrazo a todos

El Cabo Pistolo