El enfoque. Es de suponer que la cámara enfoca bien, pero que sepas que en mis tiempos de fotógrafo intrépido mi cámara indicaba un desplazamiento de foco cuando se empleaba película infrarroja. Oséase, que había que corregir el enfoque respecto a la posición real del objeto/a fotografiable.
Sobre lo que ven los ciervos. Da la casualidad de que el rango de longitudes de onda que ven los mamíferos es distinto del nuestro y por cierto, puede que como bien dices vean cierta gama de infrarrojo y es seguro que ven cierta gama del ultravioleta. Pero cuidado, que también oyen y si se trata de una cámara de vídeo, al menos las de cabezal de bobina, su electrónica produce una vibración de alta frecuencia (un piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) que pueden oir. ¡Lo oía hasta yo que estoy teniente perdido!
Al parecer ven como nosotros vemos la tele cuando le bajamos la intensidad de color casi al mínimo. En esa situación uno de los colores que mejor ven es el rojo PEEEEERO no con una intensidad que justifique no llevar chaleco de seguridad (por ejemplo). Al parecer también son bastante sensibles a los contrastes y como lleves una prenda de esas que brillan ultravioletas bajo la "luz negra" (esa de las discotecas) te captan al vuelo.
Lo de las aves ya es rizar el rizo. No sólo ven con más ampliación y a todo color; además ven con más resolución (por explicarlo fácil, tienen más "pixeles" en la retina), algunas tienen dobles zonas de visión (con y sin ampliación), no ven las imágenes en movimiento tan movidas como las vemos nosotros (tiene algo así como una mayor velocidad de obturación), son capaces de ver negro sobre negro (distinguen un cuervo negro volando lejos sobre un fondo del mismo color porque tienen un sistema de contorneo de formas) y pa remate del tomate ven el ultravioleta con la misma facilidad que una mosca en una taza.
Una curiosidad: los ornitólogos no se explicaban la facilidad de los cernícalos para encontrar ratones en la maleza. Por muy buena vista que tengas, a 20 metros de altura no puedes encontrar un bichillo así de pequeño entre las hierbas... Descubrieron que los cernícalos ven brillar el ultravioleta con gran intensidad y que la orina de los ratones, mientras está caliente, refleja luz en esa longitud de onda.
Como los ratones son pequeños, su mundo es muy grande y para comunicarse y encontrarse deben ir dejando rastros olfativos (orina) casi constantemente. Así que un cernícalo no ve un ratón, sino una senda de puntitos que se hace más brillante cuanto más cerca está del ratón. Cuando la localizan es cuando se ciernen (se quedan en vuelo estacional) y rebuscan para ver si dan con él.
Truquillos de la naturaleza para que los ratones no tengan todas las ventajas y su población no explote.
