Aunque la respuesta es obvia, además del bolsillo, la cintura es la opción más recomendable, siempre que no esté ocupada por un arma primaria de mayor tamaño. Existen desde fundas tradicionales, hasta algunas que disimulan el arma haciéndola parecer un teléfono móvil. Como en este artículo nos referimos a estas pequeñas armas como de back-up, vamos a asumir que la cintura es donde portamos nuestra arma principal.
El acceder a un arma en el bolsillo ante una emergencia es más difícil que acceder a la misma estando en la cintura. Cuando nos encontremos ante una amenaza sorpresiva, el asir el arma de forma adecuada y extraerla, es algo que resulta más fácil de decir que de hacer. Mientras que, si hacemos uso de nuestra conciencia situacional y estamos atentos a nuestro entorno, el disimulo que proporciona el acceder al arma en el bolsillo, nos permite prepararnos en cuanto agarre y extracción de esta. Por el contrario, si se trata de una falsa amenaza, pasaremos desapercibidos en nuestra acción preventiva.
Si decidimos llevar un arma en el bolsillo es perentorio que usemos una funda específica de bolsillo. Las ventajas de uso de una funda de este tipo son cuatro:
- Rompe la silueta del arma en el interior del mismo disimulándola.
- Aumenta su fiabilidad, en tanto en cuanto la mantiene aislada de suciedades y sudor corporal que, junto con el aceite del propio arma, pueden formar una pasta que llegue a impedir su correcto funcionamiento.
- Aumenta la seguridad, ya que mantiene el disparador protegido.
- Pero la más importante es que mantiene el arma en una posición predefinida, de tal manera que podemos mecanizar los movimientos de empuñe. Evitaremos desagradables sorpresas como encontrarnos con el arma invertida, girada o enganchada en la tela del bolsillo del pantalón.
Hay una gran variedad de fundas en el mercado. Fundamentalmente las hay de materiales gomosos que se adhieren a la tela interior del bolsillo y/o con formas que las mantienen siempre en la misma posición, actuando de freno de la misma cuando tiramos de nuestra arma. Es decir, están pensadas para que extraigamos sólo la pistola y que la funda no se vea arrastrada en el tirón. Es por esto último que siempre debemos colocar primero la funda en el pantalón que vayamos a usar y asegurarla antes de colocar la pistola en la misma.
Por supuesto, ni que decir tiene que el bolsillo debe estar libre de cualquier otro elemento que no sea la funda y la pistola. No solamente pueden interferir a la hora de extraer el arma, sino que incluso pueden llegar a producir el disparo accidental de la misma. Es obvio que un disparo accidental en el bolsillo puede tener consecuencias muy graves.
Existen otras opciones de porte para este tipo de armas, como pueden ser las fundas en el tobillo. Verdaderamente no soy nada partidario de este tipo de fundas. Pueden ser una alternativa para armas de back-up como es el caso que estamos analizando, pero jamás como funda para un arma primaria. La primera regla de oro en un enfrentamiento armado es poder acceder a tu arma lo más rápido posible, es decir la disponibilidad de esta. Imaginemos que un criminal se dirige hacia nosotros enarbolando un hacha. No parece muy lógico que nos acuclillemos para remangarnos el pantalón y sacar el arma de una funda. Seguramente acabaremos muertos o gravemente heridos. La accesibilidad que brinda una funda de bolsillo es muy superior. Incluso en algunas circunstancias especiales, las de tobillo pueden ser especialmente válidas, por ejemplo, para aquellas personas que pasan el día sentadas o conduciendo, ya que esa postura habitual puede permitir un acceso con cierta ventaja a un arma situada en el tobillo frente a una en el bolsillo, que en postura sentada puede hacerse más inaccesible.
No aconsejo tampoco el uso de riñoneras ni bolsos cruzados para el porte de ningún tipo de arma, ya que nos obliga al uso de las dos manos. Además, su uso habitual por profesionales de la seguridad ha hecho que casi se convierta en uniformidad conocida por otros profesionales y criminales, con lo que prácticamente eliminamos el factor sorpresa. Por otra parte, son elementos que comparten parte de las desventajas de bolsos, mariconeras, etc.
Para las mujeres existe una opción ciertamente interesante que son las fundas de sujetador, éstas permiten un porte cómodo, discreto y proporciona una buena accesibilidad. Queremos aclarar que nos referimos a las fundas que se colocan entre los dos pechos, no los sujetadores de corte deportivo que llevan un bolsillo lateral a modo de sobaquera interna, cuyo acceso se nos antoja realmente complicado, al tener que pasar la mano por encima del pecho y realizar un movimiento ciertamente forzado. Lógicamente la vestimenta deberá acompañar al accesorio, para que se pueda levantar la ropa que se lleve por encima con cierta facilidad.
Finalmente desaconsejo el porte de estas armas, como cualquier otra del tamaño que sea, en bolsos, mariconeras, mochilas, etc. El arma debe ser siempre portada pegada al cuerpo y al alcance de la mano. Debemos pensar que el objetivo de los criminales habituales será el arrebatarnos el bolso, mochila, etc. Además, estos accesorios se prestan a ser olvidados o perdidos.
Si buscas una funda para el porte oculto, puede encontrarlo en la armeria Blackrecon.com:
https://www.blackrecon.com/material-policial/funda-pistola/porte-oculto
Si buscas un arma de defensa compacta, puedes encontrarla en la armeria Blackrecon.com.
https://www.blackrecon.com/armas-de-fuego/pistolas/defensa