También fue en primavera, aunque en la del año 1999, cuando la prestigiosa firma austriaca Steyr Arms presentó ante una expectante sociedad armera su nueva pistola semiautomática Steyr M9. Esta prometedora arma, que nació al amparo del increíble éxito que
También fue en primavera, aunque en la del año 1999, cuando la prestigiosa firma austriaca Steyr Arms presentó ante una expectante sociedad armera su nueva pistola semiautomática Steyr M9. Esta prometedora arma, que nació al amparo del increíble éxito que ya por aquel entonces atesoraba su paisana Glock, cumple en estas fechas su 15º aniversario. Y lo hace con la aparente sensación de ser una pistola que ofrece mucho más de lo que la mayoría de usuarios piensan, sobre todo en lo que respecta a la alta calidad de sus principales componentes (no podía ser de otra forma tratándose de un producto que cuenta con el sello de la prestigiosa casa Steyr). Para hacer justicia a su merecido buen nombre, sobre todo en el mercado centro europeo y del sudeste asiático, donde goza de gran fama entre numerosos agentes de las fuerzas del orden, hemos optado por acercarnos a la más moderna versión de esta ya quinceañera pistola con armazón de polímero: la M9-A1 en calibre 9mm Parabellum.
La primera toma de contacto visual con la Steyr M9 evidencia su origen. El frío carácter austriaco está muy presente en la figura de la M9, la cual presenta un diseño completamente sobrio, de líneas rectas y sin ornamentos innecesarios que puedan mejorar su, permítase la expresión, aburrida estética. Vamos, lo que sería una línea muy similar al popular “Glock style”.
La pistola viene de serie en un maletín de transporte rígido en el que se incluye el arma, dos cargadores con capacidad para 14 cartuchos del calibre 9x19mm, y dos pequeñas llaves cuyo cometido es bloquear el ciclo de acción de la pistola. Para ello, en una de las caras laterales del armazón, justo donde se encuentra la palanca de su seguro manual, se ha habilitado una micro cerradura que al activarse con la llave impide la percusión del disparador. Este original e innovador dispositivo desarrollado por la propia Steyr Arms puede considerarse un nivel de seguridad extra y de gran utilidad en determinados ambientes o escenarios, como por ejemplo el domicilio particular del propietario, o el búnker de un estamento de seguridad donde diariamente se guardan las armas cortas de decenas de profesionales.
Una vez con el arma en la mano, lo que más llama la atención es su casi inmejorable ergonomía. En este sentido, resulta fundamental el renovado diseño de su empuñadura, la cual presenta unas eficaces separaciones interdigitales en su pistolet y una curvatura más ergonómica que en la M9 original. Estos cambios estilísticos, unidos a un remozado picado que facilita la sujeción del arma aun usando guantes o con las manos húmedas a causa del sudor, permiten un agarre muy cómodo e instintivo, quedando la parte trasera de la corredera en perfecto ángulo recto con la línea de nuestro antebrazo. Así, uno de los puntos más fuertes de su vecina Glock, es decir, el rapidísimo e intuitivo enrase de miras, se queda al menos igualado en esta Steyr M9-A1, la cual realmente se empuña de una forma muy natural.
Bubits: de Glock a Steyr
Aunque como vemos, la Steyr M9-A1 cuenta con algunos elementos muy peculiares que la diferencian de sus principales competidoras de cuerpo plástico, en otros factores la pistola austriaca nos recuerda irremediablemente al modelo que le ha servido como referencia, no sólo de diseño sino también estética. Sin duda, el más evidente es su disparador, bautizado como “Reset Action” y que rememora al afamado sistema “Safe Action” popularizado por Glock. El Reset Action de la Steyr M9 también dispone de seguros automáticos (en este caso dos), y funciona de modo similar a su homólogo en Glock, ya que permite que la pistola se porte cargada con cartucho en la recámara con total seguridad. Esto es posible gracias a su peculiar sistema de acción sin martillo a la vista, de aguja lanzada y en DAO (sólo doble acción). ¿Les suena, verdad? Aun así, para diferenciarse de su “prima hermana” austriaca, criticada por muchos sectores por su aparente falta de seguridad sobre todo en manos no expertas, los diseñadores de Steyr se han afanado en añadir más elementos de seguridad pasiva a su M9. Uno de los más evidentes y aplaudidos es su indicador visual de cartucho en recámara, el cual se halla justo en la cola de la corredera y que permite controlar e identificar con un simple vistazo si el arma está alimentada o no.
Todo este parecido estético, funcional y de concepto con la también austriaca Glock no es fruto de la casualidad. Obedece a que uno de los padres de la Steyr M9, el ex agente de policía y aficionado al tiro con arma corta Wilhelm Bubits, trabajó durante varios años en la compañía de Gaston Glock antes de incorporarse al departamento técnico de la competencia. Así, tras fichar por Steyr Arms en 1997, Bubits se encargó junto con Friedrich Aigner de marcar las directrices para el lanzamiento de una nueva pistola semiautomática con armazón de polímero que frenara el exitoso ritmo de ventas de Glock y que pudiera mejorar sus prestaciones. Así es como nacieron las series M y S (versión compacta) de Steyr Arms, claramente influenciadas por las ideas y el estilo de Bubits. A pesar de todo, lo cierto es que el ex trabajador de Glock no se limitó a copiar lo que ya se estaba produciendo con notable éxito en su antigua empresa, sino que realmente intentó ir un paso más allá en cuanto a prestaciones, rendimiento y fiabilidad de su nueva arma.
Sin embargo, donde encontramos una notable diferencia con respecto a su clara inspiradora es en el chasis del arma. Y es que a diferencia de la Glock, donde apenas encontramos dos pequeñas placas metálicas que sujetan el grupo del disparador y el sistema de acción al armazón (eficazmente eso sí), en la M9-A1 nos topamos con un chasis completamente de acero que asegura un rendimiento óptimo en cualquier situación. Y a pesar de contar con estos componentes de acero, la Steyr M9-A1 sigue mostrándose como un arma ligera, a la par que sus competidoras con armazón de polímero. En este sentido, descargada pero con el cargador puesto, su peso apenas alcanza los 766 gramos.
Como veíamos anteriormente, la Steyr M9 posee ya un recorrido de 15 años en el panorama armamentístico internacional. Sin embargo, y a pesar de sus diversas virtudes y de realmente ser una excelente pistola, en todo este tiempo el diseño de Steyr Arms no ha conseguido posicionarse como una alternativa real al dominio de Glock, Smith & Wesson, Walther o HK, en el terreno de las semiautomáticas de polímero. ¿El motivo? Seguramente obedecerá a la combinación de varios factores: tal vez un precio de venta inicial demasiado elevado con respecto a sus principales competidoras; una equivocada política comercial o publicitaria; la falta de oferta de accesorios de tiro compatibles con ella (sobre todo fundas de servicio); o mucho más sencillo, un puro y simple desconocimiento mayoritario de las numerosas bondades que tiene el arma. Si la razón de más peso es esta última, al menos nosotros ya hemos contribuido a presentaros esta excelente pistola, que a buen seguro, si se conoce de cerca, convencerá incluso al más pintado.