Poco queda que no se haya dicho ya sobre esta curiosa pistola, cuyo aspecto exterior recuerda a una grapadora de oficina y va camuflada en una funda de gafas. Fue diseñada por el General D. Juan Uriarte del Río (nacido en 1913 en Galdácano y fallecido en Madrid en 1992) como arma de último recurso en caso de secuestro.
El arma fue presentada en la oficina de patentes bajo la denominación de “arma corta de fuego de dos cañones de palanca disparadora" el día 22 de octubre del año 1977. Finalmente, fue admitida con el número de patente 463.479 y aprobada el 5 de julio de 1978. El General Uriarte tuvo muy claro desde el principio qué clase de arma quería inventar: un arma que pasase fácilmente desapercibida y que fuese usada por un público bastante selecto. En ningún caso tuvo como objetivo hacerse rico con su creación ni que el arma tuviese una gran acogida entre el público en general, dado su peligro potencial.
Vista lateral de la Llama Pressin
El día 12 de julio de 1978, una semana después de la aprobación de la patente, procedió a su legalización la Comisión Permanente de Armas y Explosivos, un proceso totalmente obligatorio ya que el arma estaba destinada a portarse camuflada. Con la idea de aligerar su peso, pues era un arma destinada a ser portada permanentemente en un bolsillo o en la mano, solamente se hicieron de acero las partes imprescindibles: cañón y cierre, siendo el armazón de una aleación de origen italiano llamada ERGAL-60, y reduciéndose su peso a apenas 280 gramos.
Diferentes tipos de funda de la Pressin
La fabricación de la pistola corrió por cuenta de la empresa Llama, o lo que es lo mismo, Gabilondo y Cía de Vitoria, aunque esta arma nunca aparecería en su catalogo oficial. Se fabricaron 1.000 ejemplares del calibre 7.65 Pressin, numerados como “PSA000" siendo 000 el primer ejemplar y 999 el último. Mil unidades más un número desconocido de prototipos en calibre 6,35 y 22 LR. Todas las que he visto llevan el punzón del Banco de Pruebas “A2", es decir, del año 1981. Los cañones van entubados en el armazón, lo que implica que no se pueden desmontar ni manipular de ninguna forma, ya que forman parte del mismo. Además, los cañones van estriados a dextrosum, teniendo la estría muy poco marcada.
¿Quién sospecharía de estos objetos?
El nombre de la pistola fue idea del propio General. La idea original fue “PRESSING", eliminándose posteriormente la “G" final porque el nombre ya estaba registrado. El arma en cuestión, con una capacidad de 2 cartuchos que pueden ser disparados uno a uno o simultáneamente, dependiendo de la presión ejercida sobre la palanca disparadora, cuenta con un seguro manual en la palanca que la bloquea para evitar un disparo accidental. También cuenta con un seguro automático que impide que se cierre si se mantiene la palanca disparadora apretada.
La funda en la que suele ir camuflada la pistola contiene un aviso que recomienda no manipularla sin conocerla. Por lo demás, las únicas diferencias apreciables exteriormente entre la funda de la Pressin y una funda convencional de gafas es la existencia de un segundo corchete, que señala discretamente la posición del seguro, y la presencia de los dos agujeros frontales que marcan la posición de los cañones. Llama fabricó dos tipos de funda: la típica de gafas, en colores rojo, verde, marrón y azul marino, y otra funda menos conocida de cuero con una tira por la parte posterior para facilitar su portabilidad.
Caja y contenido original de la Pressin
La comercialización de esta pistola generó no pocos quebraderos de cabeza a las Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que nadie podía sospechar de alguien que dejase inocentemente en la bandeja de un arco detector de metales unas gafas, las llaves y el paquete de tabaco. Por ello, se emitieron varias circulares internas de la Guardia Civil y la Policía Nacional advirtiendo sobre esta pistola y adjuntando varias fotos del arma y sus fundas.
Instrucciones originales de la pistola
En cuanto a la presentación del arma, ésta no puede ser más modesta. En este sentido, se muestra la pistola con una funda de gafas en una caja de cartón, conteniendo también en su interior unas instrucciones en color plastificadas. La única referencia exterior de la caja es una pequeña etiqueta que pone “PRESSIN". Normalmente, se adjuntaba también una caja con vainas empistonadas para familiarizarse con el uso del arma sin ningún tipo de riesgo.
Algunos ejemplares de esta arma fueron damasquinados para ser regalados a personalidades destacadas tales como el Rey de España Juan Carlos I, el presidente de los Estados Unidos Ronad Reagan, o Hussein de Jordania. En estos casos, la caja en la que era presentada iba aterciopelada interiormente.
Munición de la Pressin. Fuente: municion.org
La pistola Pressin usa el calibre 7.65 Pressin, también denominado 7,65 Especial. Este calibre es esencialmente un 7,65x17 (.32 ACP), cuya vaina ha sido recortada 2mm y la carga de pólvora reducida a la mitad para aminorar su alcance efectivo. Esta modificación del calibre se hizo para que si el arma caía en manos de terroristas no pudiesen conseguir munición para la Pressin de una forma sencilla. Estos cartuchos fueron desarrollados únicamente por la Fábrica Nacional de Palencia (FNP), donde se emplearon vainas del .32 ACP de los años 1977 y 1979. Como curiosidad, comentar que en la caja original de munición aparece el nombre inicial de “Pressing", eliminando la “G" final con un rotulador. Y para que no se notase tanto se procedió a dibujar otro simétrico. Alguien se tuvo que entretener mucho dibujando estos puntos a toda la producción…
Acabado de lujo de la Llama Pressin
Como conclusión, podemos decir que la Llama Pressin es un arma de defensa personal de último recurso, sin comparación en todo el mundo, fácil de portar y muy discreta. Lamentablemente, en España no tuvo mucha acogida, debido a su elevado precio (10.000 pesetas), su extraño calibre y la obligatoriedad de poseer una licencia B para su uso, con la que sólo se podía disponer de un arma, y la gente, por razones obvias, prefería armas con más capacidad de fuego o que resultasen mas intimidantes. Dudo mucho que actualmente alguien confiase su seguridad a un arma de estas características. Por ello, ha pasado a convertirse en un arma de colección y escasa de ver en estado de tiro, aunque es relativamente sencillo encontrarlas inutilizadas.