La pistola JO.LO.AR fue ideada por el empresario español José López Arnaiz y diseñada por la compañía eibarresa Hijos de Calixto Arrizabalaga. En su fabricación, Arnaiz aportó su peculiar sistema de palanca, mientras que la empresa vasca incorporó esta palanca a sus diseños inspirados en la Browning de 7.65mm.
Palanca desplegada de la JO.LO.AR.
José López Arnaiz, un avispado empresario vasco de principios del siglo XX, patentó el 12 de septiembre de 1919 un extravagante invento. Arnaiz ideó un innovador sistema de palanca que podía ser incorporado a una pistola. En este sentido, el mérito del comerciante vasco no reside en ser el inventor de una nueva arma, ni de un nuevo cartucho, sino más bien en haber patentado la primera pistola utilizable con una sola mano. Es decir, un arma idónea para los mancos.
En 1924, cinco años después de haber patentado este sistema de palanca, Arnaiz se desplazó hasta la localidad de Eibar en busca de una firma armamentística que le ayudara a comercializar su nuevo invento. Por aquel entonces, Eibar se había convertido en el centro neurálgico de toda la producción española de armas de fuego. Después de entrevistarse con varios fabricantes, finalmente la compañía Hijos de Calixto Arrizabalaga accedió a comercializar el invento de Arnaiz. Sin embargo, en lugar de diseñar una nueva pistola cuyo funcionamiento girara en torno al sistema de palanca, la empresa eibarresa decidió añadir la palanca ideada por Arnaiz a sus modelos de pistolas ya existentes.
Así, entre todo el catálogo de armas cortas de la compañía, finalmente se apostó por transformar el modelo Sharp-Shooter, una pistola que se había fabricado durante 4 años pero que no había cosechado demasiadas ventas. Sin embargo, muy pronto se vio que las características propias de la Sharp-Shooter y el sistema de palanca ideado por Arnaiz se combinarían de forma perfecta. Además, para mejorar el arma e impulsar las ventas, los ingenieros de Arrizabalaga añadieron un extractor al modelo original de Sharp-Shooter (carecía de él). Poco después, incluyeron la palanca de Arnaiz y eliminaron el arco del guardamonte, pues lo único que hacía era impedir el movimiento de la palanca.
Anuncio de la pistola
Una vez conseguido el diseño final del arma, llegó el momento de bautizar a esta nueva pistola. En un principio, la tarea resultó bastante compleja, ya que los técnicos de Arrizabalaga rechazaron llamarle “Modelo con extractor y palanca de la Sharp-Shooter", mientras que José López Arnaiz, bastante orgulloso de su invento, quería que las pistolas recibieran el nombre de “Arnaiz Auto Arm". Ninguna de las dos opciones era suficientemente convincente. La primera por ser demasiado larga y tener poco tirón comercial, y la segunda porque los propios directivos de Arrizabalaga consideraban que la palabra “Auto" no tenía mucho sentido en la denominación de un arma semiautomática. Finalmente, tras una dura negociación entre ambas partes se acordó el nombre de JO.LO.AR (José López Arnaiz), una medida que satisfacía el orgullo de Arnaiz y las aspiraciones comerciales de los directivos de Arrizabalaga. Con el objetivo de mantener la patente de su sistema de palanca, Arnaiz creó la compañía Fábrica de Armas y Dispositivos para producir las palancas Jo.Lo.Ar. De esta forma, Hijos de Calixto Arrizabalaga se encargaba de la construcción de la pistola y la compañía de Arnaiz instalaba las palancas.
La producción de estas pistolas idóneas para utilizar con una sola mano arrancó en 1919 y concluyó a principios de la década de 1930. Durante estos años se fabricaron pistolas JO.LO.AR de hasta 5 calibres distintos: 6,35mm (.25 ACP), 7,65mm (.32), 9 Corto (.380 ACP), 9 Largo (Bergmann-Bayard) y 11,5mm (.45 ACP). Incluso, la firma Bonifacio Echeverría, fabricante de los modelos STAR, comcercializó un adaptador especial para disparar cartuchos del calibre 4mm. De todas estas versiones, la más fabricada es la del calibre 9 Largo, de la que se calcula que se produjeron unas 30.000 unidades. Este modelo contaba con un cargador monohilera con capacidad para 8 cartuchos, un cañón de 155mm y un peso de 1.030 gramos.
El ejército de Perú fue uno de los principales compradores de pistolas JO.LO.AR. Estas armas se utilizaron para equipar a la policía montada peruana. Y es que el sistema de palanca era realmente práctico para un hombre a caballo, pues el jinete podía cargar su arma con una sola mano. El único inconveniente era que la palanca se podía enganchar en sus pantalones o en la silla de montar. Junto a Perú, otro de los principales destinos de la JO.LO.AR fuera de España fue Portugal, donde se adquirió una pequeña cantidad de esta extraña arma. En 1969 la firma Interarms Corporation vendió gran parte de las JO.LO.AR peruanas a Estados Unidos prácticamente a precio de saldo. De hecho, aunque se desconoce la cantidad exacta de pistolas que llegaron al país norteamericano en esta remesa procedente de Perú, es muy probable que la mayoría de JO.LO.AR que actualmente existen en EEUU provenga del stock peruano.
Hoy en día, la pistola JO.LO.AR está considerada como un arma de colección que posee un gran valor por su rareza y exclusividad. Todo buen aficionado a los aceros españoles sueña con contar en su colección con una de estas pistolas para mancos. Un arma útil con una sola mano y con un atractivo indudable.