La pistola Grand Power K100 es fruto del ingenio de Jaroslav Kuracina, un ingeniero que trabajó para CZ Brno hasta que realizó su propia arma. Aquella pistola, primero llamada K1 y que pasó a conocerse como K100 después de que una de ellas superara los 100.000 disparos sin roturas u holguras excesivas, pronto demostró su fortaleza y calidad de construcción.
Pistola Grand Power K100 lista para el disparo
No es mi intención hacer una investigación histórica en este artículo, simplemente contar mis impresiones del arma y la prueba que tuve oportunidad de hacerle. Hace poco me llegó una Grand Power K100 de la mano de su feliz propietario, mi gran amigo Alejandro Gallo (que vive en Arrecifes, a unos 150 km de mi ciudad), con quien comparto desde hace más de 16 años la pasión por las armas. Alejandro generosamente puso a mi disposición esta K100 (casi una desconocida en mi país) y me dio la posibilidad de probarla a mi gusto.
La presentación es austera pero cumple su objetivo
La bella
La Grand Power K100 viene en una caja plástica que me pareció un tanto rústica en cuanto a presentación, un manual de instrucciones, una baqueta y un cargador de repuesto. A primera vista, esta K100 me resultó estéticamente muy agradable, de un volumen normal, no mayor que mi G22 y apenas más gruesa que una
Browning GP35. Con un peso cercano a los 750 g vacía y un cargador para 17 cartuchos que le proporcionan una gran potencia de fuego, esta K100 tiene una ergonomía perfecta para mi mano mediana. La pistola me cae de maravillas y su peso es agradable. La
corredera tiene un diseño de líneas sesgadas para favorecer la extracción desde fundas con pocas probabilidades de enganches. El arma se siente y ve sólida. Un tratamiento de tipo Tennifer en la corredera le da una muy buena resistencia a la oxidación. Tiene visiblemente grabadas la marca y modelo, además de la numeración del arma.
Los mandos de seguros y botón de extracción del cargador son ambidiestros, facilitando su uso para personas zurdas. Además del seguro de aleta, tiene seguro automático de aguja percutora y martillo a la vista, con los clásicos dos puntos de retenida por el fiador, la posición de “montado" y de “medio punto". El armazón (frame) es de polímero y tiene incrustada una cuna de acero que soporta el sistema de disparo, las guías de la corredera y un perno donde trabaja el cañón en su rotación. La robustez del arma es evidente por donde se la mire. Las miras, fijas, son correctas y de buenas dimensiones. El alza se encuentra protegida por unas semicircunferencias a cada lado que la protegen de golpes y deformaciones, y el guión es adecuado para disparar en precisión y en velocidad.
Todo el conjunto de elementos de puntería es reemplazable y está montado sobre cola de milano. El alza de manera transversal y el guión frontal con un pasador de sujeción, hace al conjunto reemplazable sin mayores problemas. Según el manual, consta de “tan solo" 54 piezas, por lo que seguramente no es de las que menos piezas tienen pero tampoco de las que más.
Desarme básico de la pistola Grand Power K100
Desmontaje
Empezando por el principio, lo primero que hice fue desarmarla y despachurrarla a mi gusto. Para desarmarla es preciso tirar de la parte delantera del guardamonte hacia abajo y sacarlo de su alojamiento (como la PPK y derivadas). Me llama la atención que este sistema depende absolutamente de la fortaleza que tenga el polímero en la zona trasera del guardamonte, ya que el esfuerzo se produce donde éste se une a la empuñadura, no teniendo articulación o bisagra que permita el giro del guardamonte sin exigir al polímero. A pesar de que esta pieza es separable, está unida al conjunto por un pasador, puede extraerse y eventualmente cambiarse; pero no es sencillo y lleva dentro parte del mecanismo de expulsión de los cargadores. Me da la sensación que es mucho desarmar para hacer esta operación. Este es uno de lo puntos más flojos que le encontré al arma y lo que menos me gustó.
Alejandro apuntando con la pistola K100
Una vez bajada la parte delantera del guardamonte, se desliza el conjunto cañón-corredera hacia delante y tenemos el arma desmontada para su limpieza. La guía del resorte recuperador es esclava del armazón (supongo que para que no se extravíe). Girando un poco el cañón, éste se desprende de la corredera permitiendo sacarlo por la parte trasera de la misma con solo empujar levemente desde la recámara. A todas luces impresiona el cañón. Es una pieza de muy delicada elaboración con maquinados muy precisos, ya que el sistema de rotación está basado en él. Las muecas de la corredera donde encastra el cañón en el acerrojado son también muy fuertes, con dos piezas de acero soldadas con mucha prolijidad y de apariencia robustísima.
Montado
La operación de montado del arma es un poco compleja, pero una vez que se aprende, no da mayores problemas. Se debe colocar el cañón en la posición más adelantada, deslizar la corredera desde la parte delantera del armazón cuidando que encaje en las guías y que el resorte y su guía mantengan la posición correcta, empujar la corredera hasta su punto más retrasado y colocar el guardamonte en su alojamiento, quedando el arma lista para su uso. Este es otro de los puntos que no me convenció mucho (acostumbrado a los montajes de “click y ya") pero reconozco que mi inexperiencia en el montado del arma sumó un poco a esta opinión, ya que cuando lo hicimos algunas veces más la cosa no fue tan complicada.
Imagen de la K100 extrayendo la vaina ya disparada
Funcionamiento
Como ya dijimos, el arma trabaja con el cañón rotativo. Cuando está en la posición más adelantada, el arma se encuentra acerrojada. Al producirse el disparo, el conjunto corredera-cañón retrocede un pequeño trecho de aproximadamente 3mm y luego el cañón gira deshaciendo el bloqueo y permitiendo que la corredera vaya hacia su punto más retrasado haciendo la extracción de la vaina disparada. Todo ello mientras comprime el resorte recuperador que traerá la corredera hacia delante, tomando un nuevo cartucho desde el cargador e introduciéndolo en la recámara. Finalmente, el cañón vuelve a girar acerrojando el conjunto y quedando listo para el siguiente disparo.
Claramente se aprecian las dos caras del cañón
Distintas posiciones del cañón de la K100
Una de las piezas principales de la K100 y alma del sistema rotativo es su cañón. Una maravilla constructiva que tiene unos maquinados muy cuidados y precisos. Tiene un estriado sin aristas pronunciadas, más bien suave. Voy a tratar de describirles esta joya de la mecánica armera. En la zona de la recámara, el cañón es bastante más grueso que en el resto de su largo. Esto se extiende hacia adelante por unos 30mm aproximadamente, luego se interrumpe tomando el mismo ancho que el resto del tubo y a unos 16/18mm hacia la boca tiene otro resalte (como si el tubo cañón atravesara una arandela gruesa) que es la pieza que oficia de cerrojo. En la parte superior ambos engrosamientos están desbastados de manera que quedan planas en la parte superior. Les falta un arco para completar el círculo alrededor del cañón.
Aceptables agrupaciones en precisión y velocidad a 15m
En la parte baja de la recámara está tallado un plano helicoidal (como si de un tramo de broca de agujerear se tratara), que va a pivotar sobre el perno que se halla en la cuna metálica incrustada en el armazón, permitiendo el giro para abrir y cerrar el acerrojado. El alojamiento del cerrojo es muy robusto y grueso. La pistola no parece tener puntos flojos en cuanto a resistencia mecánica de sus metales.
Impresiones de tiro
El arma se comporta de manera “rara" debido al sistema de rotación. Para alguien (como es mi caso) acostumbrado a los cañones basculantes, más que patear tiende a rotar, siendo muy suave y sencillo de controlar. El disparador en doble acción (DA) es muy suave y sin peso excesivo, al igual que el recorrido tampoco es muy largo para una DA, pero es en SA donde esta K100 marca la diferencia. Tiene un disparador que sin ser extremadamente liviano sí es muy suave y seco. Esta es una de las cosas que me gustó mucho del arma. Hice muchos disparos, tanto en velocidad como en precisión. El arma siempre agrupó perfectamente, no tuvo fallos de ningún tipo y si no lo hizo mejor fue por absoluta responsabilidad del tirador y no por falta de condiciones técnicas para hacerlo. Una particularidad es que cuando cambiamos el cargador, colocamos el nuevo hasta que se atasca y después lo golpeamos con la mano para que calce, la corredera se libera del retén cerrando el arma y dejándola lista para disparar. Simplemente hay que golpear la base del cargador un poco más fuerte de lo habitual.
El problema y la solución; pequeño pero preocupante
Lo peor
Una de las cosas que me preocupó y preocupa a su dueño fue el hecho de que la base de los cargadores es de polímero y esta K100 rompió una de estas bases al caerse el cargador de la mano con 5 cartuchos dentro. El tema se solucionó utilizando una base de chapa de un cargador de Browning GP35. Esto resolvió el problema y funciona muy bien, pero tenemos la cabeza llena de preguntas. Si el polímero de la base del cargador es el mismo que el del armazón de la pistola ¿Cuánto durará éste si el otro apenas se rompió con un pequeño golpe? Quiero resaltar la enorme honestidad de Alejandro, ya que él insistió en que hiciera este comentario y tomara las fotos de la rotura. “Hay que decir todo", me dijo.
El despiece completo del arma según el manual
Conclusión
El arma es a todas luces muy agradable. Se empuña y encara perfectamente. Es cómoda, bella, atractiva. Se comporta muy bien en todas las situaciones en que la probamos. Fue del agrado de todos los que la probaron ese día. Dejó muy buena impresión en todos nosotros a lo largo de los más de 200 disparos que le hicimos en esta prueba. El gran pero es: ¿Cuánto durarán sus materiales?, ¿cuánto resistirán sus partes? Eso el tiempo lo dirá. Por el momento, esta K100 de Alejandro va por los 1.000 tiros aproximadamente y sumando. ¿Si la recomendaría? ABSOLUTAMENTE, dependiendo del uso que se le quiera dar, claro está, pero lo que he visto y probado me agrada. Una opción para tener en cuenta en materia de Arma de Servicio, Defensa y Recorridos de Tiro. Quizás da un poco de ventajas en precisión por las miras fijas y por no ser un arma diseñada para este tipo de tiro, pero estoy convencido de que un tirador que haga bien su trabajo, no hará ningún papelón con esta arma. Siempre gracias a Alejandro Gallo, por su amistad y por poner su arma a mi disposición para poder traerles mis impresiones a ustedes.