Características de la pistola Colt 1911
La pistola Colt 1911 es sin lugar a dudas una de las armas más icónicas de la historia y una arma intergeneracional por la que numerosos aficionados de todo el mundo sienten auténtica devoción. Es un arma que parece que siempre ha estado ahí, que es intemporal, sólo tenemos que hacer una introspección de nuestros recuerdos al respecto de esta nuestra afición. Algo que se repetirá si preguntamos a cualquiera y de cualquier edad, que cite pistolas que considere importantes en la historia de las armas de fuego.
¿Pero cómo es posible esto? Pensemos por un momento en otros artefactos mecánicos, más o menos coetáneos en su nacimiento a la pistola Colt 1911. Por ejemplo en 1908 nacía el coche Ford T siendo el más vendido en 1911, los hermanos Wright volaban el primer avión de la historia en 1903 y en 1911 el Wright Flyer Model B era el avión de dotación en el ejército norteamericano o por referirnos a un inventor español, en 1919 Juan de la Cierva presentaría el autogiro. ¿Cuáles de esos inventos permanecen prácticamente iguales a cuando se desarrollaron y siguen usándose tal cual?
La respuesta es Ninguno. Lo que quiero mostrar con estos ejemplos es que el diseño de la pistola Colt 1911 es algo excepcional. Fruto de un auténtico visionario, que a fecha de hoy con muy pocas mejoras y evolución, sigue plenamente vigente y es una opción destacada en todas las facetas donde las armas se emplean: militar, policial, defensa o deportivo.
En este análisis vamos a tratar la pistola Colt 1911 desde una perspectiva eminentemente técnica, para ofrecer una visión diferente a una pistola analizada y estudiada hasta la saciedad. Aunque lógicamente no podremos obviar los aspectos históricos más relevantes, dado que además supusieron en muchos casos un condicionamiento en su ingeniería.
Antecedentes del proyecto Colt 1911
Para que un proyecto de ingeniería triunfe, son cuatro los aspectos que al menos tienen que alinearse: medios tecnológicos adecuados para la consecución del objetivo buscado, una compañía solvente con el capital humano cualificado para la dirección y ejecución del proyecto, unas claras especificaciones por parte del cliente y una correcta gestión del cambio.
En este caso el cliente se trataba del ejército norteamericano y las especificaciones se corresponden con lo que ellos bautizaron en 1903 como “Project Manstopper”, que podríamos traducir libremente como “Proyecto Parar al Hombre”. Destinado a proporcionar una nueva pistola de servicio para sus tropas. El Director de Proyecto, en la parte del cliente (US Army), fue el general William Crozier. La característica de gestión del cambio no es especialmente relevante en este caso, en tanto en cuanto nos estamos refiriendo a un entorno militar y la adopción del arma no se prestó a discusión.
El proyecto Colt 1911 nace para dar respuesta a un problema o a una necesidad. En este caso el problema que suponían los juramentados en Filipinas. Al final de la década de 1880 estos se sublevaron contra las tropas norteamericanas, como lo habían hecho antes contra las españolas, más anteriormente los japoneses y por supuesto contra los propios filipinos.
Fueron sus métodos y tácticas salvajes, las que lograron aterrorizar y desmoralizar a las tropas asentadas en aquel archipiélago. Algo que demuestra una vez más como las tácticas terroristas de guerra no convencional o asimétrica, tienen un impacto aumentado sobre la moral de aquellos que las sufren y la opinión pública, en este caso la norteamericana. Algo que es más evidente si analizamos las cifras de bajas provocadas por estos combatientes musulmanes, menos de 200 soldados americanos muertos frente a las propias de 10.000 bajas.
La metodología era siempre la misma y que desgraciadamente aún hoy en día se sigue produciendo, en parte o al completo, en diferentes latitudes. El ritual previo seguido por estos fanáticos suicidas, a lo que ellos llaman el martirio o camino al paraíso, consistía en una sucesión e acciones o ritual.
Primeramente la ingesta de drogas, oración y afeitado corporal. Algún autor indica que la noche anterior al ataque se oprimían los testículos con cable de cobre, produciéndoles un estado de dolor y agonía intenso que duraba toda la noche. Al amanecer en un estado de confusión y semiagonía, venía la preparación física previa al ataque, se encordaba el cuerpo con gruesas cuerdas de cáñamo a modo de armadura, se aplicaban torniquetes preventivos en diferentes partes de las extremidades y blandían una espada kris, kampilan o el machete étnico denominado “barong”.
La ejecución era casi siempre la misma, colocándose en las lindes de los campamentos militares trataban de identificar a un mando o mandos, sobre los se arrojaban y al que en un porcentaje elevado de ocasiones lograban matar o producir terribles mutilaciones de varios machetazos. A veces aprovechaban zonas frecuentadas donde había soldados norteamericanos para camuflarse y que el asesinato tuviese una repercusión pública y propagandística.
Mientras que el rifle Krag y escopeta de dotación Winchester 1887 cumplían perfectamente, este modus operandi sobrepasaba las capacidades del arma corta de dotación del ejército de EEUU, el revólver Colt 1889 en calibre .38 Long Colt. Un revólver con la mitad de poder de parada que su predecesor el Colt SAA Peacemaker en .45 Colt. ¿Quién elegiría un calibre pequeño rompiendo la tradición hasta ese momento de calibres potentes? Pues posiblemente el mismo tipo de responsables que en 1985 apostaron por la Beretta en 9 mm. El revolver elegido entonces represento técnicamente una evolución por sus características: cilindro con apertura lateral, doble acción, mayor capacidad, etc. el problema fue el calibre seleccionado.
Tal era la preocupación con lo que sucedía en Filipinas, que se desempolvaron los Colt SAA en .45 Long Colt como solución temporal hasta que se encontrase una definitiva. Aunque estos revólveres presentaban algunas carencias importantes: recarga lenta, seguridad comprometida cuando el martillo descansaba sobre una recámara con un cartucho vivo y menor capacidad. En cualquier caso cumplían la misión de derribar la carga de los juramentados.
Comienza el proyecto Colt 1911
El proyecto comenzó formalmente en 1903 cuando el ya mencionado general William Crozier encarga al cirujano mayor del ejército Louis La Garde y al capitán de artillería John Thompson (futuro responsable del subfusil Thompson) un estudio sobre el poder de parada de las balas de arma corta. El trabajo no siguió ni mucho menos un método científico con la metodología actual, sino que se limitó a pruebas de disparos sobre animales vivos en el matadero de Chicago y a análisis de su efecto sobre cadáveres.
"En el artículo anterior se ha hablado sobre esta metodología, se recomienda leer antes el articulo donde se habla de toda la historia del calibre .45 para entender todo lo que se menciona en este análisis". Sea como fuere, el resultado fue claro, los proyectiles más grandes y pesados, del calibre .45 y superiores, eran más efectivos a efectos de poder de parada que los de menor calibre, aunque incluso fuesen significativamente más veloces.
El genio de Utah, John Moses Browning, en 1904 había estado desarrollando un nuevo cartucho para Colt en un calibre .41. Conocidos de los resultados del anterior estudio, el gobierno encargaría a Frankford Arsenal y las principales compañías privadas de armas el desarrollo de una pistola y cartucho en .45.
Paralelamente al desarrollo del cartucho .45, Browning desarrollaba para Colt un nuevo modelo de pistola que lo pudiese disparar y que cumpliese los requisitos publicados en la primavera de 1904 para la adopción de una nueva arma corta para el ejército. Así nació en 1905 la primera precursora de la pistola Colt 1911, la Colt 1905. Bien es cierto que este nuevo modelo no era tal, sino que era una adaptación de la pistola Colt 1902 en .38 ACP. La pistola Colt 1905 se vendió en el mercado civil y fue analizada por el ejército de EEUU, pero mostró algunos fallos de fiabilidad impulsando posteriormente otras versiones: 1907, 1909 y 1910 todas ellas progenitoras de la pistola Colt 1911.
Las especificaciones de la Colt 1911
Decíamos al principio del artículo que para que un proyecto triunfe, una de las condiciones críticas son unas especificaciones claras por parte del cliente. Pues bien, estas fueron las publicadas por el capitán Thompson para la nueva arma corta que buscaba el ejército:
1. Un mecanismo simple, resistente y duradero, con la menor cantidad de piezas posible, fácil de desmontar y ensamblar sin herramientas especiales.
2. Diseñada en piezas separables y accesibles para que puedan ser reemplazadas o reparadas fácilmente.
3. Un arma compacta con buen manejo y equilibrio.
4. Acción bloqueada en el momento del disparo.
5. Un seguro de empuñadura y otro que se maneje fácilmente con el pulgar.
6. Que la corredera de una sola pieza quede abierta al efectuar el último disparo. Un mecanismo de liberación del cargador diseñado para ser accionado por la mano que dispara.
7. Un cargador extraíble con una capacidad de al menos 6 cartuchos.
8. Disparador con un peso de no menos de 6 libras.
9. Que el amartillado sea sin necesidad de tirar de la corredera.
Los ingenieros de Colt
El padre de la pistola fue como ya hemos dicho el inmortal John Moses Browning, que en ese momento se encontraba en la cúspide de su genio creador. Su escopeta A5, el rifle BAR y sus primeras incursiones en las ametralladoras, en calibre .30 y .50, pertenecen al periodo de la Colt 1911.
Es justo revindicar la figura del principal ayudante de John Moses Browning, el ingeniero mecánico Carl Ehbets. Este profesional trabajó en Alemania en Krupps, antes de emigrar en 1886 a EEUU y fichar por Colt. Coincidía en años con Browning y abandonó sus propios proyectos al ver los del genio de Utah. Ehbets participaría en todos los modelos desde la Colt 1905 y que culminarían con la pistola Colt 1911.
Los medios técnicos para la Colt 1911
Este es un aspecto importante y poco analizado con respecto a la pistola Colt 1911, los medios técnicos de la época. Un dato que puede ayudar a retrotraernos a las circunstancias técnicas de la misma, es que la fábrica de Colt abandonó la energía proporcionada por ruedas hidráulicas y vapor por la electricidad en 1898. Esta renovación fue acompañada posteriormente por nueva máquina herramienta y liderada por el Presidente de Colt John Hall. Este y su equipo tuvieron claro que para poder posicionarse en el mercado había que invertir en la tecnología puntera de ese tiempo.
Aunque insisto que debemos situarnos en el contexto de unas máquinas que en los tiempos actuales serían consideradas algo más que simples y primitivas. Donde y esto es lo importante, la calidad de las piezas y ajuste de las mismas dependían de la habilidad y competencia de los operarios. Al contrario de las máquinas actuales, controladas por ordenadores, en las que máquinas, por ejemplo de cinco ejes, son capaces de generar piezas de gran complejidad desde diseños realizados en un ordenador que además generan la programación necesaria.
Algún lector dirá con razón que las armas de aquella época no tienen malos acabados, lo cual es cierto. Ahora bien, veremos más adelante cuando analicemos las mejoras de la pistola Colt 1911 de hoy en día, que estas seguramente no se aplicaron entonces por falta de herramientas capaces de realizarlas. Además hay otra muestra de lo que comento, basta mirar el interior de una pistola de aquella época y compararla con una de factura actual, nos daremos cuenta de la diferencia de acabados interiores. Es en los mecanizados interiores donde podremos apreciar la diferencia.
La competencia, las pruebas y la elección de la Colt 1911
El Gobierno estadounidense envió una carta de invitación con las especificaciones del concurso a 20 fabricantes, de los cuales confirmaron su participación 18, aunque finalmente sólo 8 presentarían prototipos. Estos contendientes fueron: Colt que presentó un revólver y una pistola, William B Knoble con dos pistolas, Smith & Wesson con un revólver, Webley & Scott que presentó su revólver automático Webley Fosbery, Savage una pistola, DWM que presentó su Luger, Bergmann con una pistola y finalmente White-Merrill también con una pistola.
A pesar de haberse presentado siete pistolas, tras las primeras pruebas sólo continuaron en liza tres de ellas por criterio de la junta evaluadora. Estas fueron las fabricadas por Colt, Savage y DWM. Esta última consideró que no era rentable construir más prototipos y abandonaría el concurso. Por lo que la final se dirimiría entre la pistola de Colt y Savage, que recibirían el encargo de fabricar 200 armas para la primera ronda de evaluaciones finales. Junto con este encargo se adjuntaría un documento, con una serie de mejoras a realizar, enfatizando que la característica que más se valoraría sería la fiabilidad.
En junio de 1908 Colt envío las armas solicitadas, Savage no fue capaz de hacerlo hasta 11 meses después. Como curiosidad decir que el precio de compra ofertado por Colt para su modelo fue de 25 $ frente a los 65 $ de la Savage. Aunque el precio final de venta de Colt al Gobierno norteamericano por pistola, con un cargador, sería de 14,25 $. Siendo el costo adicional por cargador de 0,50 $.
Serían otras varias fases más de pruebas adicionales donde se fueron realizando sugerencias de mejora que darían lugar a diferentes modelos. Hasta que en noviembre de 1910 fue cuando las dos compañías se presentarían a lo que parecía ser la final. Durante la misma ambas empresas presentaron modelos que sufrieron diferentes roturas y mal funcionamiento, bien es cierto que el número de roturas en el caso de Colt fue menor que en el caso de Savage. Tras disparar 600 cartuchos Colt rompería cuatro componentes frente a los 13 de Savage que además fue criticada por su excesivo retroceso. Por todo ello se pospuso la decisión y se les emplazó a una ronda final de pruebas el 15 de marzo de 1911.
En la gran final la Colt aguantó 6.000 disparos sin interrupción alguna y además demostró una muy buena precisión. Lamentablemente para Savage su arma presentaría 37 incidencias, entre roturas e interrupciones. La prueba fue brutalmente exigente, se realizaban tandas de 100 disparos seguidos con periodos de enfriamiento del cañón de cinco minutos y cada 1.000 disparos se engrasaba el arma. Además se las torturó con cartuchos defectuosos y suciedad controlada sobre mecanismos, mediante ácido y polvo. Hasta esa fecha ninguna otra pistola había sido capaz de superar un test de esa dureza sin interrupciones y dejaría el listón muy alto para las siguientes.
No hubo por tanto dudas al respecto de la elección y el 29 de marzo sería recomendada por la junta de evaluación, para que se convirtiese en la nueva arma corta de dotación del ejército de EEUU. Destacamos los siguientes párrafos literales del informe de la Junta de Evaluación:
"... De las dos pistolas, la Junta es de la opinión de que la Colt es superior, porque es la más fiable, la más duradera, la más fácil de desmontar cuando hay piezas rotas para ser reemplazadas, y la más precisa..."
"... La Junta recomienda, por lo tanto, que la Pistola Automática Colt Calibre .45, del diseño presentado a la Junta para la prueba, se adopte para el uso de tropas de a pie y montadas en el Servicio Militar como consecuencia de su marcada superioridad a los actuales revólveres de servicio y a cualquier otro pistola conocida, por su extrema fiabilidad y resistencia y por su cumplimiento de todos los requisitos militares esenciales..."
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