De nuevo un tema abierto en el foro me empuja a divagar en el blog y de nuevo la lógica se impone ante pregunta semejante: mientras exista capacidad de fabricación y demanda suficiente, las paralelas no se extinguirán.
– Se habrá usted herniado el cerebro, amigo.
– Claro, claro; reconozco que la respuesta es de perogrullo y que toda vez que la capacidad de fabricarlas es una realidad, habrá que saber si esa demanda existe; porque a estas alturas una paralela viene a representar lo que un coche antiguo (da igual que sea un Ford o un Hispano Suiza) y por tanto, al margen de su calidad y de que existen armas más prácticas, la mayor parte de las paralelas tienen un valor intrínseco en su manera artesanal de fabricarse; lo mismo una "Jabalí" que una "Joaquín Fernández". Luego ya vienen otras valoraciones que tienen su importancia, qué duda cabe.
Así que lo que hay que saber es si las paralelas desaparecerán tal como las conocemos.
– ¿Y cómo las conocemos? ¡Porque anda que no hay pelajes! De una a otra pueden parecerse poco o nada.
– Cierto. A día de hoy las conocemos clásicas y modernas. Hasta existe una fábrica española que, sin renunciar a lo que estéticamente se espera de una paralela, las elabora en serie a precios económicos con unas prestaciones que reconocemos más propias de una superpuesta, incluidos los choques intercambiables. Lo que ocurre es que me parece a mi que el icono de una yuxtapuesta responde a una escopeta realizada artesanalmente.
– Entonces, está usted en contra de la fabricación en serie de paralelas.
– Nada de eso. Al menos en su iniciativa, aplaudo a los Hermanos Zabala, por ejemplo, porque a mi manera de ver están apostando por un producto poco habitual, haciendo saltar a la paralela a un mundo práctico y económico. Comercialmente es algo así como vender rabos de boina: puede que no sean muchos los que compren algo tan sencillo y poco habitual; pero mientras sólo haya uno que los venda, estará dando servicio a un público que en este caso no quiere renunciar al "gustirrinín" (que decía Gila) de tener una escopeta de cañones yuxtapuestos, digna y con un toque práctico a un precio contenido.
Por cierto que precisamente la manufactura de una paralela clásica es lo que más fuerza a su continuidad y a su extinción al mismo tiempo, ya que por una parte la convierte en objeto de deseo y por otro lado la hace mucho menos accesible al público general.
Antaño el trabajo manual no era lo más valioso y en cambio hogaño, la hora de un tío dándole a la lima se paga a doblón, ya no digamos si se trata de un basculero experto.
A pesar de ello firmas como Aguirre y Aranzábal (AyA), Pedro Arrizabalaga, Arrieta, Ignacio Zubillaga, Parkemy, Diego Godoy, Grulla (Unión Armera) etc. siguen fabricando y vendiendo incluso en el mercado que se supone más exigente; el inglés, que considera sus escopetas como las más finas pero que ante la decisión de emplear sus joyas para cazar, prefieren reservarlas para casos puntuales echando mano de una muy robusta y fiabilísima escopeta yuxtapuesta española.
Estas empresas se encuentran inmersas en la crisis actual ni más ni menos que otras de segmentos industriales muy distintos. Así, aunque con desigual incidencia, todas han visto reducida su facturación. Al menos así lo reflejan las gráficas que publican en Internet las agencias de valoración de empresas.
Confío en que sea algo coyuntural y que, aunque grave en una visión global, este descenso sea pasajero.
No obstante sería bueno que las autoridades dejaran de echar a la industria armera deportiva en el saco de las "cosas feas o políticamente incorrectas" y dejaran de una puñetera vez de meter palos en las ruedas de estos industriales... Palos y hasta troncos que quedan patentes en los sucesivos intentos de reforma de los reglamentos de armas y cartuchería.
En otro orden de cosas, en la naturaleza la extinción tiene su origen a menudo en una reducción progresiva de la variedad genética. Paralelamente (nunca mejor dicho) el hecho de que cada día sean menos los armeros que fabrican planas podemos considerarlo una forma de extinción. Lo que en un caso llamaríamos reducción de la biodiversidad en el otro lo denominaríamos reducción de "yuxtadiversidad". La "consanguinidad" armera –valga el "palabro"– resta variedad al mundo de las paralelas.
Por otra parte, la respuesta egoísta y soberbia que he dado arriba viene al caso porque estoy seguro de que somos centenares los cazadores que tenemos paralelas de herencia y que no estamos dispuestos a renunciar a ellas. Por tanto encontramos centenares de personas que a la pregunta que encabeza este artículo responden al unísono: ¡la mía no!
Cuestión importante es si esas paralelas se utilizan o si simplemente cuelgan de una pared a modo de decoración... O si duermen el sueño de los justos en un armero. Lo digo porque a mi modo de ver su falta de uso es también una forma de extinción.
En este sentido creo que se miente casi tanto como se habla cuando se comenta la frecuencia de uso de la paralela: todos dicen que la emplean mucho y se hacen lenguas de las satisfacciones que les reporta; pero la realidad es que por el campo veo a muy pocos cazadores haciendo uso de ella y esto no haría sino revelar una falta de utilidad frente a otro tipo de escopetas.
Las superpuestas, con su campo de visión mayor, su retroceso menos "rebrincón", su mejor agarre y su resistencia al desajuste son más recomendables. Sólo hay un aspecto en el que la escopeta plana es más práctica: gracias a la posición de los cañones, la recarga es más rápida y se hace más limpiamente que en una superpuesta. Quizá sea por eso que es tan frecuente ver las planas en acción en los ojeos... Por cierto con guantes o cubrecañón, para no quemarse las manos cuando los tubos arden por el traqueo. Dejo aparte a las semiautomáticas que además de estas cualidades disponen de un tercer cartucho (aunque de un sólo choque).
– ¿Entonces por qué caza usted con una paralela?
– Por un montón de razones que también en mi caso incluyen lo sentimental pero que además tienen que ver con la disponibilidad de dos cañones con diferentes choques (que sí, que en una superpuesta también lo tendría) y con la forma en que me he acostumbrado a ver un pieza al ras de los dos tubos.
Siempre ha habido chulos de barrio que se han ligado a la chavala fetén porque les satisface sentirse envidiados. Mi caso es distinto: sencillamente me siento bien paseando con una chica preciosa sin necesidad de que me vea nadie... Aunque también es cierto que sin ser Miss Universo, a veces la enseño.