Mientras se ve qué hacemos con los minirelatos polleros, os cuento lo de este fin de semana.
Sábado-sabadete, tres pollas, dos tórtolas y un CONEJETE...
Aunque parezca mentira, un conejete ha ido a arrancar cuando entrábamos después del bocata delante de nosotros en unos bancales de alfalfa cortada que hay y mi compañero lo ha revolteado. Hacia años que no veíamos ninguno por esas zonas tan cerca del agua, pero claro con unos campos de alfalfa para él solito(supongo) y muchos huertos de naranjos abandonados con tuberias para esconderse, pues estaria "de muerte".
Al entrar por la mañana a primera hora, mi compañero me dice que si tengo bastantes cartuchos que sólo lleva 10 en la canana y le digo que sí, que tengo muchos, lo menos 12-14

así se queda,,,¿Esos son muchos? NO,PEROooo son MUCHAS POLLAS

Ya verás como aún nos sobra alguno por si pasa alguna tórtola...
Empezamos las acequias y parece que han desaparecido todas las pollas, no hay ni rastro. Las perras trabajan bien pero no mueven ni la cola. La setter joven mía empieza a escaquearse mirando al agua de la acequia sin cazar a ver si ve algo. Hasta hace más frío y parece que en lugar de llover como anunciaba el del tiempo, va a nevar (aquí es casi imposible a altitud casi cero y pegaditos al meridiano de grewich que estamos)Nada. Otra acequia y nada. Y así hasta casi hora de salir al bocata. Pero en una acequia inesperadamente salta una polla y se para en las cañas antes de que lleguemos a estar a tiro , pero la perra joven la ve. Lo que le faltaba que se ponga a cazar de"vista". Apretamos el paso porque se ha ido hacia allá y si le mueve las cañas la volará. LLegamos enfrente de donde creemos que está,acequia por el medio, unos 20mts de agua de anchura y unos 3 de profundidad. La perra nada hacia allí, las otras dos están en nuestra parte cazando a su aire, no la han visto. Llega, se mete entre las cañas, empieza a romper y a hacer ruido como si la tuviera por delante. Nosotros mirando por arriba,por abajo y por todos lados y no la vemos. Pero estar, está, vaya que sí y saldrá, a tortazos si hace falta la sacará esta perrilla. O irá a su boca. Mi compañero y yo, escopetas a punto, dedo en el seguro, guardia baja sintiendo la culata pegada al costillar derecho lista para saltar hacia el hombro. La mano de apoyo parece que quiere sudar a pesar del frío que hace, pero está en su sitio, firme pero ligera y suelta para correr la escopeta lo que haga falta, esa mano que dicen que es la que mata la caza, no siente ni las molestia de los carrizos ni de las cañas rotas que cortan.
Salta una polla del cañar como con catapulta hacia arriba y cuando la voy a encarar salta otra de igual manera hacia el lado que estoy yo. Al alimón suena dos tiros como uno solo,que retruenan en el eco del agua. Caen las dos pollas a la vez. Mi compañero habia tirado a una y yo a la otra.
La setter joven cobra una merecidamente y la labradora la otra. La abuela las mira creo que con satisfacción y menea la cola sin tirarse al agua, que debe estar a muy pocos grados,debe recordar cuando era ella la que se trituraba las cañas y sacaba las pollas y al tiro las cobraba o si las pillaba vivas las traía sin matarlas a mi mano. Por eso cuando llegan las perras les mostramos las piezas a todas, también a la abuela, que mueve la cola como si fueran levantadas por ella.
La tercera polla, de manual.
(Sigue)