Ramon escribió:JohnWoolf escribió:El Reino Unido nunca ha sido de aceptar que el pueblo tenga armas.
Voy a discrepar con usted sobre este punto. Ya desde 1252 se obligaba a los hombres a tener y entrenar con long bows. En 1511 se publicó una ley que obligaba a los hombres menores de 40 años a poseer arcos y flechas (Act concerning Shooting in Long Bows). En 1541 se prohibieron ciertos juegos y deportes para que el pueblo practicara arquería (Unlawful Games Act ). En la Declaración de Derechos de 1689 se estipulaba que los súbditos protestantes tenían derecho a poseer armas para su defensa. Por ejemplo, al popularizarse el ciclismo era común que los ciclistas llevaran pistolas de pequeño calibre para defenderse de perros y maleantes. Sherlock Holmes y Watson llevaban armas de fuego en ocasiones y no eran más que ciudadanos normales. Durante la época victoriana no existían leyes que restringieran la tenencia de armas de fuego. No fue hasta 1870 cuando se requirió una licencia para ir armado fuera del domicilio. Inglaterra no estableció leyes restrictivas sobre armas de fuego hasta 1903 (The Pistols Act of 1903). Más tarde endureció las leyes en 1920 (The Firearms Act of 1920). A partir de entonces cada vez se establecieron más restricciones.
Bueno, en todo caso valga decir que en los últimos cien años no han sido de aceptar que el pueblo tenga armas...
El proceso que comentas es muy similar al de otras naciones europeas, como España y su imperio. En época de los Reyes Católicos, y en el contexto de su inminente expansión europea con el inevitable choque con Francia, se obligó a que en todos los concejos castellanos los hombres dispusieran de un conjunto de armas que dependía de su nivel económico. Desde un puñal, un escudo, un venablo, una espada, etc., hasta los más pudientes, que estaban obligados a disponer un numero de "lanzas", siendo cada "lanza" un conjunto de dos o más caballos, un hombre de armas y un escudero. Es decir, armas y gente.
Y se estimulaban juegos de armas, más tarde "de cañas", para que el pueblo se entrenara en su uso. Para las de fuego no hacía falta, el español adoptó con tanto entusiasmo el arcabuz que no hizo falta estimular a nadie. Las consecuencias de todo esto a largo plazo son bien conocidas: la hegemonía europea durante más de 150 años.
Más tarde los Austrias fueron introduciendo "premáticas" que limitaban el uso de las armas, habitualmente en poblado: prohibición de armas ocultas, limitación del largo de las hojas de espada, reduciendo su uso a hidalgos o gente de sangre limpia, etc. Y con las de fuego, aunque es tema que históricamente no conozco tanto de esa época, sucedía algo similar.
Es con los Borbones cuando se empieza a tensar la cuerda de verdad. A raíz de la Guerra de Sucesión, en los territorios catalanes, que apoyaron la causa de los Austrias (ahora se nos vende de otra manera, pero sólo se trató de una guerra dinástica, en realidad, con todos los matices que se quieran añadir), se limitó severamente la tenencia de armas por los civiles. Ni siquiera a los espaderos se les permitía portar espada, o a los armeros tener armas de fuego más allá de una escopeta (aunque lo solicitasen, hay documentación sobre esto), sino sólo a un conjunto reducido de gentes de reconocida lealtad a la Corona, pese a que los talleres catalanes rivalizaban con los del País Vasco en producción de armas de fuego y blancas con destino a los ejércitos del Rey. Pasada la Guerra del Francés (la verdad, me gusta ese término que usan por allí) todo se igualó a nivel estatal, pero las restricciones ya estaban ahí. Y por supuesto, durante el siglo XX los gobiernos de todo signo (en esto, siempre han parecido estar de acuerdo los politicos españoles) han ido recortando de manera inexorable nuestro derecho a la posesión y uso de armas de todo tipo, hasta hacer que dejase de ser un derecho, en realidad, para ser una concesión discrecional del Estado.
Los mismos Estados que, cuando les interesa, distribuyen todo tipo de armas sin control a la población afín, a fin de que se maten alegremente por ellos. Lo vimos en nuestra Guerra Civil, lo vemos ahora en la guerra de Ucrania. Entonces sí, a cualquiera le ponen un fusil de asalto en la mano, sin más trámite. Y luego esos Estados se hacen cruces de que esas armas sigan aflorando 50 o 60 años después, y claman por la seguridad ciudadana, se rasgan las vestiduras y arrojan ceniza sobre sus cabezas.
Siempre han jugado con nosotros.