Curiosidades Militares

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Brasilla
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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 21:15

Los Ejércitos Españoles a lo largo de la Historia (I). Los Iberos, Los Celtas y Los Celtíberos

LOS IBEROS

El mundo ibero es el resultado de la evolución de los pueblos del bronce final; de la zona sur, levante y área catalana, y la absorción por los mismos de las influencias de las civilizaciones fenicia (1100 a.C., Cádiz, Málaga, Adra y Almuñécar) y griega (700 a.C., Ampurias, Rosas y Denia). Algunos alcanzaron gran prosperidad y adelanto para la época (Tartessos, en la Bética).

Los cartagineses se establecerán en Ibiza (650 a.C.) como plataforma para el dominio de la costa mediterránea. Acabarán con Tartessos sobre 500 a.C., y lucharán con Roma por el poder en la zona. Fundarán Cartago-Nova (Cartagena).

Se trata de un pueblo o grupo de pueblos, citados en las fuentes prerromanas. Cuando aparecen citados mercenarios ibéricos luchando junto a cartaginenses o griegos no sabemos si se trata de iberos o simplemente de gentes procedentes de Iberia (la península) que podrían ser celtíberos, celtas u otros pueblos no ibéricos.

Se sabe que no tuvieron una estructura monárquica, salvo en la zona meridional turdetana. Estuvieron regidos por jefes efímeros, hasta cierto punto asimilados a reyes. Se trataba de personajes que emergían como consecuencia de un empuje victorioso. Eran capaces, en un momento dado, de ampliar los límites geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello, no es aventurado pensar que los límites territoriales de los pueblos o tribus fueron móviles e inestables.

Entre los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de Tarragona, ilergetes con Lérida (Ilerda), iacetanos con Jaca y sedetanos con Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la comarca de las Cinco Villas estaban los suessetanos, lindando al oeste con los vascones, gentes que no se consideran hoy iberas. Por citar algunos más tenemos los ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los mastienos en la zona de Cartagena, los bastetanos en Andalucía oriental y los turdetanos en Andalucía central.

El panorama social de los iberos se presenta muy vinculado a dos elementos clave: la tribu o pueblo y la ciudad. El núcleo base de organización social fue la ciudad. Ciudades con entidad de tal en la zona costera y poblados o aldeas en los núcleos de montaña del interior. Las ciudades se encontraban situadas en lugares elevados, de fácil defensa natural. Los lugares preferidos para asentarlas son la parte alta de los cerros o mesetas que presentan fácil acceso por uno de los lados.
Los íberos eran grandes guerreros, tal y como nos cuentan los relatos de los historiadores clásicos, por la abundancia de armas que encontramos en los yacimientos arqueológicos y por las representaciones iconográficas.

A la defensa natural se añaden siempre las murallas rodeando todo el núcleo habitado o limitadas a las zonas de acceso más fácil. En las puertas, a veces, aparecen cubos rectangulares y con el tiempo se asimila la costumbre romana de construir cubos semicirculares. El poblamiento está separado de la muralla. También se conoce la existencia de torres-atalayas en costas, vías o ciudades para alertar ataques. Permitían el enlace por la vista y se defendían con un número limitado de hombres repartidos entre la torre en sí y el recinto amurallado que la albergaba. Conocedores del hierro constituyen un pueblo bastante desarrollado.

Por Tito Livio se sabe que los iberos iban al combate entonando himnos de guerra, y por Estrabón que eran constantes las luchas entre sus pequeños estados. Atacaban en pequeñas fracciones, con armamento ligero, en los momentos inesperados para el enemigo. Su guerra tenía mucho de guerra de guerrillas, de acometidas sin despliegue. No parece que los íberos dispusieran de un ejército organizado. Conociendo bien el terreno, la forma usual de lucha sería la de guerrilla, es decir el ataque por sorpresa y la retirada inmediata. Sabemos por las fuentes que los íberos eran muy apreciados como mercenarios en las batallas entre griegos y cartagineses y más tarde en las tropas auxiliares romanas (auxilia).

Con todo, cuando lucharon como mercenarios con romanos y cartagineses se amoldaron a sus formaciones, sin por ello dejar de ser adversarios difíciles y resistentes. Con frecuencia, una montura acercaba a dos guerreros a la zona de combate para, en el momento oportuno, descabalgar uno y combatir a pie. La velocidad en el desplazamiento era fundamental.

Su armamento ofensivo estaba compuesto básicamente por la falcata, espada curva de punta aguda y de un único filo, tiene su antecedente en la machambra griega, y lanzas de dos tipos: de asta de madera con punta y contera de hierro, y de hierro en su totalidad (soliferrum). También emplearon el amentun, anilla de cuero engarzada en la lanza que permitía propulsarla con mayor fuerza. Completaba el armamento ofensivo la honda, destacando los honderos baleares.

Entre el defensivo, dos tipos de escudos, uno circular de tamaño medio similar a la caetra celtibérica y otro oval o rectangular de mayor tamaño (scutun) y aparición tardía. El casco iba del simple capacete al completo con cubrenuca y gran cimera. Empleaban las lorigas y corazas de cuero y lino grueso, en general poco extendidas, quizás los jefes y un número escaso de guerreros tuvieron la posibilidad de acceder a su posesión.

La acción guerrera debía considerarse una de las actividades más nobles y prestigiosas dentro de la sociedad, puesto que la aristocracia tenía un marcado carácter guerrero.

Desde el Bronce Final van llegando a través de los pasos pirenaicos elementos de origen centro europeo (Bohemia, Alemania Oriental y Hungría, gentes de los Campos de Urnas). Estas gentes se desparramaron por el interior peninsular en diversas oleadas que se pueden situar entre el 1.000 y el 800 a.C., son las invasiones indoeuropeas denominadas célticas.

Los celtas ocuparon el resto de la península. En la meseta occidental fueron importantes los vettones primero y los vacceos después y, en la meseta sur, los carpetanos y los oretanos. Los carpetanos en Alcalá de Henares y Toledo; es decir desde la Alcarria hasta el Guadiana (comprendían por tanto parte de La Mancha). Los oretanos iban desde Badajoz hasta el Segura, al norte del sistema mariánico. Por el oeste, los lusitanos se extendían desde el Duero al Tajo. Todos estos pueblos, decíamos, tienen en común pertenecer al grupo indoeuropeo; un término filológico por el cual se distingue un grupo de pueblos que tienen en común su lengua.

La denominada cultura castreña del noroeste, se asienta al norte del Duero, comprendiendo toda Galicia. Como su nombre indica, el elemento característico es el castro o recinto fortificado, establecido en la parte alta de las lomas. La preocupación defensiva es evidente; se construyen sólidas murallas que rodean por completo los recintos, incluso cuando por uno de los frentes existen obstáculos naturales que podrían haber ahorrado esfuerzo constructivo.

El sistema de defensa más simple consiste en fosos reforzados con empalizadas; pero lo típico son las murallas de piedra. Existen castros con un solo recinto pero lo más frecuente es que tengan dos o hasta tres, más o menos concéntricos.

El resto de los celtas tampoco tiene ciudades como las del mundo ibero; vive en núcleos de población fortificados con murallas, formando a menudo más de un recinto. La diferencia con el grupo galaico estriba en el tipo de casa, circular u ovalada en aquel frente al rectangular de este.
Característica general de todo el grupo es la estructura tribal, con predominio ganadero sobre el mundo agrícola, la falta de ciudades y la tendencia al nomadismo. Frente a estas características hasta cierto punto arcaizantes, poseen una técnica metalúrgica del hierro suficientemente avanzada, que no permite incluir a estos pueblos en el grupo de gentes de formas de vida muy primitivas.

LOS CELTÍBEROS

Son el resultado de la fusión de los iberos con los celtas, divididos en cuatro grupos: celtíberos, arevacos, lusones y pelendones. Habitaban el sector oriental de la meseta y uno de sus centros básicos era la actual provincia de Soria, pero se extendían mucho más al sur, alcanzando parte de Teruel y casi toda la provincia de Cuenca. Para los romanos esta tierra tenía un clima duro y era económicamente pobre. Vinculados a una economía ganadera, explotaron el hierro del Moncayo y zonas próximas, desarrollando una depurada metalurgia del hierro.

Se sabe que los celtíberos eran buenos fabricantes de espadas; armas que causaron el asombro de los romanos por su flexibilidad. A base de golpes en frío y de calor en el centro consiguieron tres cuerpos, dos duros y uno en medio, más blando.

Construyen sus poblados y ciudades en puntos elevados de fácil defensa envolviendo el contorno con un único lienzo de muralla adaptado a las irregularidades del terreno. Con el tiempo aparecen los torreones cuadrados o circulares, con preferencia en las puertas para posteriormente generalizarse en todo el recinto. Las casas se pegan a la pared interna de la muralla. A veces realizan fosos delante de la muralla.

Su armamento es de gran calidad. Por el año 250 a.C. Filón relata el proceso de fabricación de sus espadas. Tienen unos 60 cm, doble filo y punta, para fajar y hendir. Con antelación se empleó una muy corta de antenas atrofiadas, empuñadura metálica y decorada con rielados. Se llevaba cruzada casi horizontalmente en la cintura sujeta por anillas. También usaron un cuchillo parecido a la falcata ibérica. Parece ser que emplearon proyectiles de piedra para sus hondas, a semejanza de los honderos baleares. No debieron desconocer los "proyectiles incendiarios de barro".


Emplearon el soliferrum y la falarica, lanza de abeto y hierro con la parte metálica larga para poder llegar al cuerpo tras atravesar el escudo. También emplearon la jabalina y la lanza. Las corazas debieron ser de lino y, en ocasiones muy raras, de malla o bien loriga escamada. Emplearon dos tipos de escudos: el pequeño circular, llamado caetra, propio de la infantería ligera de ascendencia celta y el largo ovalado de procedencia ibera empleado por la infantería pesada oscutari. El casco debió ser poco frecuente.

La infantería armada a la ligera era rápida y atacaba corriendo, siendo superior a la romana y púnica; no así la infantería pesada celtibérica peor pertrechada que ellas. La caballería no busca el choque, se mueve rápido, y ataca lanzando venablos, se retira e insiste en el hostigamiento sin empeñarse en acciones en fuerza.

Diodoro describe a los celtíberos así:
“los celtíberos son crueles en sus costumbres hacia los malhechores y enemigos, pero honorables y humanos con los extranjeros. A aquellos que llegan ante ellos los invitan a detenerse en sus casas y disputan entre sí por la hospitalidad, y aprueban a todo aquel que atiende a los extranjeros, considerándolo amado por los dioses”….”Llevan sayos negros y ásperos, de una lana parecida al pelo de las cabras salvajes. Algunos celtíberos se arman con escudos galos; otros, en cambio, llevan cyrtias redondas, llevan también en las piernas arrolladas grebas de pelo y en la cabeza, cascos de bronce adornados con crestas de color escarlata. Usan espadas de dos filos fabricadas en hierro excelente y puñales de un palmo de longitud de los cuales se sirven en los combates cuerpo a cuerpo. Tienen un modo peculiar de preparar las armas que utilizan para su defensa. Entierran láminas de hierro y las dejan hasta que, con el tiempo, la parte débil del hierro, consumida por la herrumbre, se separa de la parte más dura, de ésta hacen espadas excelentes y los demás objetos concernientes a la guerra. Las armas así fabricadas cortan todo lo que se les pone: ni escudo, ni casco, ni hueso resisten a su golpe, por la extraordinaria dureza de su hierro...”

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 22:54

CHURCHIL, PINTOR


En el último tramo de su longeva vida, no era raro ver a Churchill concentrado ante un lienzo, pintando un paisaje con parsimoniosa meticulosidad. Esta relajante actividad le acompañó desde que tuvo su primer encuentro con la pintura durante la Primera Guerra Mundial.

En 1915, Churchill fue relevado injustamente de su puesto como máximo responsable de la Marina de guerra, al ser considerado el responsable del fracaso de Gallipoli, una frustrada operación anfibia para forzar el paso de los Dardanelos y sacar así a Turquía —entonces aliada de Alemania— de la guerra. Pese a que la operación discurrió por un camino muy diferente del planteamiento original impulsado por Churchill, él se convertiría en el cabeza de turco —nunca mejor dicho— del fiasco.

El político se vio así sumido en una profunda depresión al creer que era un hombre acabado. Pese a que conservaría su escaño en la Cámara de los Comunes, un hombre de acción como Churchill no podía encajar sin más ni más el verse relegado de la escena principal.

Como reconocería más tarde, esos fueron los tiempos más negros de su vida. Su mujer, apesadumbrada por su estado de postración, le regaló una caja de pinturas para principiantes con el fin de que mantuviera la mente ocupada; la terapia supuso todo un acierto.

A partir de entonces, Churchill dedicaría parte de su tiempo libre a pintar. El hecho de que en el periodo de entreguerras se viera marginado a un lugar secundario en el panorama político británico le permitía disponer de varias horas al día para cultivar su vena artística.

Pero, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, todas sus jornadas pasarían a estar ocupadas por una actividad frenética. De hecho, durante los seis años que duró el conflicto tan solo pintaría un cuadro. Fue con ocasión de la Conferencia de Casablanca; tras el éxito de los desembarcos aliados en el norte de África en noviembre de 1942, Churchill y Roosevelt se reunieron en esta ciudad marroquí en enero de 1943. Stalin también fue invitado, pero declinó la propuesta aduciendo que se encontraba inmerso en la coordinación de las operaciones de liquidación del cerco de Stalingrado.

Después de visitar la espectacular ciudad de Marraquech junto a Roosevelt, Churchill decidió tomarse dos días de descanso, en los que pintó un cuadro que representaba la maravillosa puesta de sol de la que ambos dirigentes habían disfrutado. Una vez que el lienzo estuvo terminado, el premier británico se lo regaló al presidente norteamericano.

La afición artística de Churchill daría lugar años más tarde a una jugosa anécdota. Una vez apartado del poder, el ya exprimer ministro se dedicó a impartir conferencias. En una visita a Estados Unidos se reunió con un importante editor, Henry Luce, fundador de las revistas Time y Life, acudiendo a su despacho.

Allí, Churchill se sorprendió al comprobar que Luce tenía uno de sus cuadros. Ambos estudiaron la composición con detalle. El editor comentó con ánimo constructivo: “Es un buen cuadro, pero creo que le falta algo en primer plano, como una oveja, quizás”. Churchill, aparentemente contrariado por la observación, no respondió nada y pasó a hablar de otro tema.

Unos días más tarde, cuando Churchill ya se encontraba de vuelta, Luce recibió una llamada de la secretaria del veterano político desde Londres pidiéndole que le fuera enviado el cuadro a Inglaterra. El editor le rogó que le presentase sus excusas a Churchill por el comentario que le había hecho en el despacho, pero fue inútil. Así pues, no tuvo otro remedio que desprenderse del cuadro, remitiéndoselo a su autor. La sorpresa para Luce llegaría unas semanas más tarde, cuando se encontró al llegar a su despacho con un envío procedente de Inglaterra; era el mismo cuadro, pero ahora mostraba en primer plano una oveja

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 23:06

La Inmaculada Concepción , Patrona de la Infantería Española y el "Milagro de Empel"


El 8 de diciembre se celebra la festividad de la Inmaculada Concepción de María, Patrona de España y de la Infantería Española.

Esta devoción que profesa el infante español por la Inmaculada Concepción no viene de ahora sino que tiene sus antecedentes en los Tercios Españoles en los hechos acaecidos en el 7 de diciembre de 1585 en la isla de Bommel —entre los ríos Mosa y Waal— cuando los 5.000 infantes españoles del Tercio de Holanda que guarnecían la isla, mandados por Francisco Arias de Bobadilla, fueron sitiados por el conde de Holak, que mandaba la escuadra protestante. El bloqueo, la lucha continua y cruel y la falta de víveres y ropas secas va eliminando poco a poco a los infantes españoles que habían solicitado el auxilio infructuoso de Alejandro Franesio y del conde de Mansfield.

El conde de Holak les propuso una rendición honrosa a lo que los españoles respondieron: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra, ya hablaremos de capitulación después de muertos».

Al recibir esta respuesta el conde de Holak, recurrió a una solución diabólica, abrir los diques de los ríos para inundar el campamento español, quienes tuvieron que refugiarse en el promontorio de Empel para no perecer ahogados, quedando sitiados por el agua y presos en tres islotes a merced de la escuadra protestante. Cuando peor lo estaban pasando, un soldado del Tercio rompió con un zapapico el hielo que cubría la trinchera, y al profundizar en la tierra tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca en la cual vio, con gran sorpresa y alegría, qué estaba pintada la Inmaculada Concepción.

A los gritos de este soldado anunciando el hallazgo, acuden sus compañeros que la colocan sobre la bandera española y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada con estas palabras: “¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota; el milagroso hallazgo viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, se inutilice la artillería y abordemos de noche las galeras, prometiendo a la Virgen ganarlas o perder todos, todos, sin quedar uno, la vida?..."; "¡Sí, sí; queremos!", fue la unánime respuesta de aquellos héroes.

Aquella misma tarde, se levantó un viento fuerte e intensamente frío que heló las aguas del río Mosa. Los españoles caminando sobre el hielo atacan a la escuadra protestante por sorpresa, al amanecer del día 8 de diciembre obteniendo una contundente victoria que obliga a los protestantes a levantar el cerco y retirarse, contándose entre el botín de guerra diez navíos de bastimentos de boca y armas, toda la artillería y munición enemiga y 2.000 prisioneros. Cuentan que el conde de Holak dijo: "Parece que Dios es español, al obrar, para mí, tan grande milagro".

Ese mismo día, 8 de diciembre de 1585, por aclamación, la Inmaculada Concepción fue nombrada Patrona de los Tercios de Flandes e Italia, fundándose una Cofradía bajo el titulo de Soldados de la Virgen, Concebida sin Mancha, siendo Bobadil1a el primer cofrade y figurando en esta Cofradía todos los alistados en los Tercios de Flandes e Italia.

No será hasta el 8 de noviembre de 1760, cuando el papa Clemente XIII, por medio de la Bula "Quantun Ornamentun", la proclama Patrona de España, las Indias y sus reinos; aunque ese año no pudo celebrarse porque debido a las malas comunicaciones de la época, la noticia no llegó hasta el 12 de enero de 1761.

Será algunos años más tarde, el 8 de diciembre de 1854, cuando el papa Pío IX, en la Basílica de San Pedro, proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción de La Virgen María en la Bula "Ineffabilis Deus":

“la doctrina de la Bienaventurada Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos del Salvador del género humano, Jesucristo, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles”,

e instauró esa fecha para que toda la Iglesia celebre dicha fiesta anualmente.

En 1892, el general Primo de Rivera, siendo Inspector General de Infantería, pidió al Ministerio de la Guerra, en representación de los jefes de los regimientos de Infantería, que la nombrara Patrona del Arma, alegando que ya lo era de muchas unidades de Infantería, de la Academia General y de España. Esta demanda fue apoyada por el Ministerio y trasladada a la Reina Regente Dª María Cristina, quien la declaró por Real Orden del 12 de noviembre de 1892, Patrona del Arma de Infantería, con la advocación de Purísima e Inmaculada Concepción:

"Patrona de Infantería. Ministerio de la Guerra. Cuarta Sección. Excmo. Señor: Considerando conveniente para mantener vivo el sentimiento religioso en los diversos Cuerpos y dependencias del Arma de Infantería y estrechar los vínculos morales que unen a sus individuos lo propuesto a este Ministerio por el inspector general de la misma, en su comunicación de 27 de julio último, y teniendo en cuenta que ha sido aprobada la elección por el provicario general castrense, la reina regente del reino, en nombre de su augusto hijo del reino, en nombre de su augusto hijo el rey (que Dios guarde) se ha servido declarar Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción, que ya lo fué del antiguo Colegio Militar y lo es de la actual Academia General y de gran número de Regimientos. De real orden; etc. Dios guarde a V. E. Muchos años.” Firma ésta Real Orden el general Azcárraga, Ministro de la Guerra.

Con la llegada de la II República, el 8 de diciembre dejó de ser festivo y fue sustituido por el Día del Ejército, que se celebraba el 7 de octubre, en conmemoración de la Batalla de Lepanto; pero durante la Guerra Civil fue restablecido y declarado “festivo a todos los efectos”, con fecha 14 de noviembre de 1938 (“Boletín Oficial" número 139), en la cual se dice que quedan establecidas las disposiciones que nombraban santos patronos y protectores de cada una de las Armas y Cuerpos del Ejército, Armada y Aire.

Además de Patrona de España, la Inmaculada es Patrona del Arma de Infantería y de los Cuerpos de Estado Mayor, Jurídico, Intervención, Farmacia, Veterinaria, Oficinas Militares, Eclesiástico y Geográfico del Ejército.

En el Museo del Ejército hay un estandarte de 1550 con forma de corneta donde está representada la Virgen, con su atuendo blanco y azul, que es como se representa a la Inmaculada.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 23:11

El Asedio de Acre


El Asedio de Acre fue un frustrado intento del Ejército de Oriente Francés al mando de Napoleón Bonaparte de tomar esta fortaleza otomana en su fallida expedición a Siria.

El 19 de marzo de 1799 el ejército francés de Oriente llega ante la fortaleza de Acre, defendida por 35.000 turcos al mando de Djezzar el Carnicero, Bajá de Damasco, a los que se han sumado cuatro días antes dos barcos ingleses al mando del comodoro Sidney Smith, que impiden a Napoleón desplegar todo su ejército contra la ciudad, al estar al alcance de sus cañones.

Los 13.000 soldados franceses, que venían con pocos suministros, estaban agotados de una larga marcha de 250 km por el litoral costero sirio. Desde Gaza, además habían sufrido muchísimas bajas por enfermedad; el general Desaix informa que por entonces unos 1.400 soldados están afectados, padeciendo un centenar de ellos de ceguera.

El 28 de marzo, los franceses lanzan un primer asalto contra los muros de la ciudad, que fracasa. En abril, Bonaparte es informado de que un gran ejército turco se podría estar concentrando en torno al Jordán para atacarle por su retaguardia y socorrer a los sitiados. Napoleón encomienda una parte de sus tropas al general Kléber para realizar un reconocimiento del río Jordán.

Mientras continúa el sitio francés de Acre, el general Kléber llega al Monte Tabor a realizar el reconocimiento de la zona encomendado por Napoleón, siendo atacado por las fuerzas de Ahmed. Kléber organiza su defensa con tan sólo 1.500 hombres, formados en cuadros, que logran repeler al enemigo durante unas ocho horas. Cuando estaban a punto de quedarse sin munición, Napoleón llega desde Acre con 2.500 hombres y 2 cañones de refuerzo, sorprendiendo por completo a los turcos, que huyen, fracasando su intento de socorrer a la guarnición cercada; pero los sitiadores no consiguen con esta victoria ninguna ventaja estratégica ante ella o el resto de Siria. Los franceses sólo tienen 2 muertos y 60 heridos; las bajas otomanas se desconocen.

Del 1 al 10 de mayo se reanudan los bombardeos franceses contra la plaza y se realizan varios asaltos más, que resultan infructuosos. La moral de la tropa invasora se reduce al mínimo tanto por sus fracasos como por las enfermedades, hasta que finalmente comienzan a carecer de alimentos. Poco después, Napoleón se entera de que barcos británicos han salido de Rodas hacia Egipto transportando tropas turcas.

Bonaparte achaca la victoria otomana en Acre a la presencia del comodoro Smith. Además le informan de que los turcos ya desembarcaron en marzo otro contingente en Egipto, en la retaguardia francesa, por lo que debe volver inmediatamente. Los franceses han perdido más de 2.000 hombres en el sitio de Acre, casi todos por enfermedad, y varios miles más están aún convalecientes.

El 20 de mayo, Napoleón levanta el sitio del Acre y al día siguiente el contingente francés se retira hacia Egipto, a donde sólo retornarán unos 7.000 soldados. La expedición francesa a Oriente Próximo se revela como un desastre, y Bonaparte comienza a pensar otra forma de burlar el bloqueo naval británico y volver a Francia, aunque sea en solitario.

Finalmente, el 14 de junio de 1799, Napoleón se retira de Siria y regresa a El Cairo.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 23:16

¡TODOS AL TEATRO!

Curiosamente, la Segunda Guerra Mundial supuso un empuje para la promoción del teatro en Estados Unidos, al repartirse más de nueve millones de entradas gratuitas entre los soldados norteamericanos para asistir a representaciones teatrales.

Esta medida, destinada a amenizar el tiempo libre de los soldados cuando regresaban de permiso, sirvió para popularizar esta opción de ocio cultural; dos tercios de los soldados que se beneficiaron de la campaña no habían acudido nunca antes a un teatro.

La distribución de invitaciones para estos espectáculos no fue el único agasajo con el que se encontraron las tropas al volver a casa. Los soldados que tenían su domicilio en Nebraska se sorprendieron agradablemente al comprobar que en los bares y restaurantes de más de un centenar de localidades de este estado podían beber refrescos sin pagar ni un centavo.

Pero la generosidad de sus habitantes no se limitaba a los naturales de Nebraska; los cientos de miles de soldados que cruzaban su territorio en ferrocarril también tenían derecho a beber gratis en las estaciones en las que se detenía el tren.

Otra campaña insólita fue la que se extendió por los pueblos de la América profunda, en la que los soldados que se encontraban de paso o que no tenían familiares en la zona eran acogidos por familias de adopción para comer los domingos.

Pero, probablemente, el ofrecimiento que despertaba más entusiasmo entre los soldados era el de las V-Girls o Victory-Girls (Chicas de la Victoria); grupos de jóvenes voluntarias que les acompañaban en sus momentos de diversión para que olvidasen por unas horas las privaciones del frente

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 23:34

El Caballo de Troya


Mientras los griegos buscaban el modo de entrar en Troya, ciudad que mantenía un asedio de diez año en los que ni Agamenón, Ulises ni Aquiles habían logrado traspasar sus muros. Entonces el inteligente Odiseo ordenó la construcción de un enorme caballo de madera. El caballo debía tener la particularidad de estar hueco por dentro, para que los soldados se pudieran esconder en él.

Una vez que la estatua de madera fue construida por el artista Epeo, Odiseo y treinta y nueve guerreros griegos más se introdujeron en el hueco del caballo. El resto de la flota griega se retiró abandonando al caballo, para que los troyanos creyeran su retirada, siendo Sinón el único hombre dejado atrás.

Cuando los troyanos se percataron de la presencia del caballo se maravillaron ante sublime creación, mientras que Sinón fingió estar furioso con los griegos por haberle dejado atrás. Sinón les hizo creer a los troyanos que el caballo era un regalo de los dioses a modo de amuleto para que Grecia ganase la guerra. De hecho, el tamaño del caballo era inmenso para que los troyanos no lo pudieran introducir en la ciudad, y así robarles el amuleto que les daría la victoria definitiva en la guerra.

Casandra, portadora del don de la profecía, se opuso a la introducción del caballo en la ciudad, ya que sabía que ese sería el fin de Troya, pero la maldición del dios Apolo evitó que nadie la creyera. Esa misma noche, los troyanos celebraron lo que creían que era su victoria introduciendo el caballo en Troya con todo el esfuerzo que fue necesario.

Una vez que el caballo se encontraba dentro de las murallas de Troya, el ejército griego regresó sigilosamente durante la noche. Cuando Troya dormía, Sinón dejó salir a los guerreros griegos del caballo, y masacraron al pueblo troyano. Los soldados abrieron las puertas de la ciudad a sus compañeros y esa misma noche la inexpugnable Troya cayó en manos de los griegos. Príamo, el rey de Troya, fue asesinado mientras se acurrucaba en el altar de Zeus, y Casandra fue arrancada de la estatua de Atenea, violada y abandonada a su propio destino, un destino que su maldición le impediría evitar.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 15 Mar 2018 23:47

REMBRANDT, ¿ UN ICONO NAZI ?


Cuatro siglos después del nacimiento de Rembrandt (1606-1669), la vida y la obra de este pintor holandés universal retiene muy pocos secretos. No obstante, es poco conocido que los nazis, tras la ocupación de los Países Bajos, intentaron apoderarse de su figura, identificándola con su ideología.

Cuando los propagandistas nazis repararon en los cuadros pintados por Rembrandt, en los que destacaba especialmente su asombroso uso de las luces y sombras, encontraron en ellos imágenes capaces de ilustrar su mito de “sangre y tierra”; la idea de que aquellos con sangre alemana tenían un vínculo mayor con su tierra y un carácter superior. Hitler y otros altos jerarcas nazis coleccionaron obras de Rembrandt, aunque en el pensamiento o en la historia personal del pintor no existía ningún elemento que pudiera identificarlo con los principios que, siglos más tarde, conformarían el nacionalsocialismo.

Cuando Hitler vio el cuadro titulado Hombre con un Casco Dorado, en ese momento atribuido a Rembrandt, el dictador aseguró que la pintura plasmaba a la perfección las cualidades heroicas que debía poseer el soldado germano. “Esto prueba que Rembrandt era un verdadero ario y alemán”, afirmó el Führer sin sombra de duda.

Así pues, con el fin de sumar la imagen del artista a la causa nazi, un autorretrato suyo aparecería en sellos holandeses emitidos durante la ocupación, se entregó un “Premio Rembrandt” a la contribución artística a la cultura nacionalsocialista, y se escribieron una ópera y una película sobre él. Los alemanes trataron incluso de instituir como Día Nacional de Holanda el día del nacimiento de Rembrandt, el 15 de julio, reemplazando así la festividad del aniversario de la reina.

Pero a los holandeses no les entusiasmó la idea de que los ocupantes de su país se apropiasen de la memoria de su compatriota para sus abyectos objetivos, por lo que hicieron todo lo posible para preservar el prestigio del genial artista, negándose a celebrar el Día Nacional en la fecha impuesta por los alemanes.

Tras la guerra, se eliminaron las huellas que había dejado la pretensión alemana de apoderarse de la figura del artista y esa campaña de los propagandistas nazis quedó rápidamente olvidada, rescatando así a Rembrandt de esa nefasta influencia que podía haber influido muy negativamente en la valoración de su obra

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 00:03

EL HOMBRE QUE ENGAÑÓ A GOERING


El jefe de la Luftwaffe , Hermann Goering, era un apasionado por el arte. Pero sus conocimientos de pintura no fueron suficientes para darse cuenta de que el cuadro Mujer sorprendida en adulterio, del pintor barroco holandés Johannes Vermeer (1632-1675), por la que pagó cerca de medio millón de marcos, era una falsificación, tal como se descubrió una vez finalizada la guerra.

El autor del falso cuadro de Vermeer era un pintor llamado Hans Van Meegeren (1898-1947) Este artista cultivaba el estilo de pintura de los maestros clásicos holandeses, pero se le resistía el reconocimiento de los críticos de arte. Un buen día, para probarse a sí mismo que los expertos estaban equivocados acerca de sus virtudes artísticas, decidió pintar un Vermeer falso.

Más tarde, falsificó más vermeers y obras de otros pintores, pero ya como medio de vida, sacándolos al mercado y cobrando importantes cantidades por sus trabajos. Una vez que Holanda fue invadida por los nazis, este hábil falsificador se aprovechó de la codicia de Goering.

De Vermeer tan solo está catalogada una treintena de obras, lo que hace que sus escasas pinturas alcancen un valor astronómico entre los coleccionistas; este hecho condujo a Van Meegeren a pensar que Goering daría lo que fuera por poseer una de estas obras. A través de un banquero que tenía buenas relaciones con las tropas ocupantes, el Mariscal del Reich adquirió finalmente la obra.

Aunque quizás lo más justo hubiera sido premiar a Van Meegeren por haber conseguido engañar al jerarca nazi, las autoridades holandesas de posguerra lo detuvieron el 29 de mayo de 1945. Lo acusaron de traición, al creer que este pintor había vendido a Goering un cuadro auténtico perteneciente al patrimonio artístico holandés, por lo que podía enfrentarse a la cadena perpetua o incluso a la pena de muerte.

Pero el 12 de julio de ese mismo año, Van Meegeren sorprendió al mundo del arte al afirmar que era él el autor del cuadro que había ido a parar a los nazis. Al parecer, la falsificación estaba tan conseguida que todos los expertos consultados coincidían en que se trataba de un Vermeer original. Así pues, el acusado decidió demostrar su inocencia pintando otro cuadro de Vermeer (Jesús entre los doctores) ante la atenta mirada de la policía holandesa.

Asombrados, los agentes comprobaron que el resultado era idéntico al original. Sin embargo, cuando el trabajo estaba casi listo, Van Meegeren se negó a terminarlo envejececiendo la pintura, de forma que ningún otro artista pudiera descubrir su secreto para añadir la falsa pátina de antigüedad a sus cuadros.

Sin embargo, el análisis detallado que llevaron a cabo los expertos con otras obras del artista detenido sacó a la luz los trucos que empleaba en sus falsificaciones. Van Meegeren compraba cuadros de la época sin valor y raspaba la pintura, para obtener así un lienzo original. Después utilizaba los pigmentos que se solían emplear entonces, aunque se veía forzado a utilizar un producto químico que no se descubrió hasta el siglo XIX, el fenol formaldehído, para endurecer la pintura resultante y dar así la apariencia de que varios siglos habían pasado por aquel cuadro.

De todos modos, aquella insólita exhibición de sus habilidades ante la policía, además de sacudir el mundo del arte al infundir dudas sobre todas las obras existentes de Vermeer, sirvieron para cambiar la naturaleza de la acusación que caía sobre él. Los cargos de traición fueron transformados en cargos de falsificación, pero aún así la condena, dictada el 12 de octubre de 1947, fue de dos años de prisión.

Pese a que la pena no había sido excesivamente dura, es posible que Van Meegeren no soportase ser tratado como un criminal pese a haber demostrado sus ya innegables cualidades artísticas; falleció en su celda de un ataque cardíaco tan solo diecinueve días después de entrar en prisión.

En la actualidad, el falso cuadro de Vermeer que fue comprado por Goering se encuentra guardado en los sótanos de la Galería de Arte Holandés.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor JotaErre » 16 Mar 2018 00:26

Brasilla escribió: La fallida «Operación Reconquista de España»


A finales de octubre de 1944, se produjo uno de los acontecimientos más insólitos de la posguerra civil, la invasión del Valle de Arán por más de tres mil guerrilleros comunistas con la intención de sublevar al pueblo español, derrocar el régimen de Franco y devolverle el Gobierno a Juan Negrín.
La «Operación Reconquista de España» comenzó cuando el 21 de septiembre de 1944, el Estado Mayor de la Agrupación de Guerrilleros le la orden al coronel Vicente López Tovar, jefe de la XV División, para que se haga cargo de la Unidad que se va a constituir para tal fin y establezca su PC —Puesto de Mando— en el Pirineo, informando de las medidas adoptadas para ello.

La Agrupación de Guerrilleros estaba compuesta por los miembros de la FFI francesa y los de la UNE española. La FFI —Forces Françaises de l’Interieur— estaba formado por el ejército guerrillero gaullista: Armée Secrète, y el ejército guerrillero comunista: Francs-Tireurs et Partisans Français. Por su parte la UNE —Unión Nacional Española—, creada en el seno del Partido Comunista Español para evitar la entrada de España en la II GM tras la invasión de la URSS en 1941, quería aunar a todas las fuerzas antifranquistas para derribar a la dictadura.

La Agrupación de Guerrilleros españoles era el brazo militar de la UNE y, por tanto, del Partido Comunista. La unión con la FFI implicaba la dependencia española del Estado Mayor francés, aun así conservó cierta independencia. La entidad era de un Cuerpo de Ejército, compuesto por nueve divisiones con un total de unos 30.000 partisanos. A una de estas divisiones se la rebautizó como la «204» y se le asignó la ocupación del Valle de Arán.

Al mando de la «204» se designó al coronel Vicente López Tovar, miembro del Partido Comunista y que ya había ejercido el mando de una división durante la guerra civil española. Tovar, conocido como Albert en los medios de resistencia gaullistas, era uno de los jefes guerrilleros con más experiencia militar y de mayor prestigio y por ello fue designado para llevar a cabo la «Operación Reconquista de España».

Según contaba el propio coronel Tovar, para saber a qué atenerse envió a España algunos enlaces para sondear a la población corroborando lo que ya pensaba, que la población no solo no los recibían con los brazos abiertos sino que incluso salía con hachas en la mano enfrentándose a ellos. Pero pese a informar al Estado Mayor de la Agrupación de Guerrilleros, finalmente se le dio la orden por escrito de crear la «204» e invadir el Valle de Arán. En el número de octubre de “Anónimos”, suplemento de Lucha de la 204 División, se felicita a López Tovar por el mando de la división y se publica un editorial que incitaba a la insurrección nacional contra Franco y su Falange.

López Tovar era consciente de las escasas posibilidades de éxito de las que disponía y comenzó por asegurar la retirada de sus hombres antes que emprender el ataque, posicionando a la salida del valle las tropas necesarias para apoyar el repliegue. La «Operación Reconquista de España» dio comienzo el 19 de octubre de 1944 con el objetivo de ocupar el valle de Arán y avanzar sublevando al pueblo. López Tovar veía este avance, sin objetivos definidos, como suicida y preveía una maniobra envolvente del enemigo si se alejaba demasiado de la frontera, así que decidió asegurar las comunicaciones con Francia, establecerse en el valle y no continuar la progresión hasta estar seguro de que la insurrección triunfaba.

Esta operación no podía realizarse sin el consentimiento del Gobierno francés, pero como es natural no se podía producir una aprobación oficial. El coronel Calvetti, jefe de las fuerzas fronterizas francesas, le dijo a López Tovar que tenía orden de no dejarle pasar la frontera, pero, le ofreció apoyo proporcionándole hospitales de campaña en territorio francés, haciéndose así cómplice de la operación.

La incursión guerrillera

Al anochecer del día 19 de octubre, el Estado Mayor de la 204 División penetró en automóvil hasta alcanzar el pueblo de Bossost, ya libre de los guardias civiles que lo defendían, estableciendo en la localidad el Puesto de Mando.

Los efectivos de la «204 División» apenas superaba los 3.000 hombres de los cerca de 30.000 que componían la Agrupación de Guerrilleros.

La incursión de la «204 División» de Guerrilleros se inició en la madrugada del 19 de octubre, pero la operación había sido previamente detectada por el espionaje franquista: desde el 12 de octubre y se habían dado instrucciones a las fuerzas del servicio de fronteras para que extremaran el control y si penetraban grupos de infiltrados aprehenderlos o exterminarlos si ofrecieran resistencia.

La invasión se inició con éxito tanto por el Bajo como por el Alto Arán, sin embargo, hubo algunos puntos donde se desarrolló una fuerte lucha. La «410 Brigada» entró a través del Port de Tavascan y se enfrentó en Las Bordas con segunda compañía del Batallón "Albuera". La mayor parte de la compañía, sorprendida se rindió pero, una parte de la tropa, más la Guardia civil, siguió luchando. El combate se produjo en la pequeña plaza mayor del pueblo donde resistían un teniente, un sargento varios soldados y guardias civiles.

La «11 Brigada» penetró por Port de Benasc, hacia el Hospital de Viella, con el fin objetivo de cerrar el paso al ejército que quisiera entrar en el valle por aquel lugar.

La «551 Brigada» penetró por Port d'Era Roqueta y se dividió en tres columnas: la primera se dirigió hacía Bausén, pasando por Caneján donde al verlos venir la Guardia Civil huyó hacia el Bosque; la segunda se dirigió hacia Les, y capturó a 10 guardias civiles y; la tercera pasó por los pasos de Estiuera y Cuma y se dirigió hacía Bosssot, donde la Guardia civil ofreció resistencia en la casa cuartel.

Hasta el día 23 de octubre, fecha en que se detuvo el avance, fueron tomados Bausén, Caneján, Porcingles, Pradell, Lés, el Portillón, Bosost, Arrós, La Bordeta, Arró, Vilamós, Benós, Las Bordas, Aubert, Betlán, Vilach, Mont, Montcorbau, Vilach y Begós.

La actitud de los araneses salvo contadas excepciones se caracterizó por la pasividad e inhibición ya que no se encontraban en condiciones ni morales ni materiales de secundar ningún alzamiento.
Guerrilleros de la UNE en Bossost en octubre de 1944

La reacción del ejército

Mientras que el Bajo Aran se conquistaba de una manera vertiginosa, en el Alto Aran, ya no fue tan fácil. El intento de ocupar el Alto Arán se vio truncado cuando por el Puerto de la Bonaigua, llegaron los primeros refuerzos del ejército, el 5ª Batallón de Cazadores de Montaña "Barcelona" y también la Legión y Regulares. Los guerrilleros tuvieron que retroceder.


Hay que añadir que la presencia en Viella del general Moscardó, capitán general de Cataluña y héroe del Alcázar de Toledo, sirvió como revulsivo de las fuerzas defensoras, y sus peticiones de ayuda fueron inmediatamente cumplidas enviando las unidades que se encontraban más próximas al valle.

La capital Viella, fue hostilizada por las fuerzas guerrilleras des de Vilach y Pla de Vias. Pero, el coronel Tovar no dio la orden de atacar Viella porque la ciudad estaba fortificada por la guardia civil, y por batallones y compañías del ejército. El general Moscardó había instalado su Puesto de Mando en el Hotel Internacional. Otra razón de Tovar para no atacar Viella fue porqué temía un ataque por la retaguardia por parte de la «42 División» del ejército franquista al mando del general Marzo, que les habría cortado la retirada hacia Francia.

Ante esta situación y con los refuerzos del ejército, guardia civil y policía armada que llegaban a sumar más de 30.000 hombres, el coronel Tovar ordenó la retirada, antes de que fuese demasiado tarde, en contra de las órdenes recibidas del Estado Mayor de UNE, con el fin de salvar las vidas de sus hombres. Parte del valle estuvo 11 días bajo control guerrillero hasta el 30 de octubre en que las tropas del ejército llegaron a la frontera por el Pont de Rei y reocupa todos los pueblos.
El valle recuperó la calma y sus gentes fueron premiadas, aunque también se solicitaron los nombres de los que habían colaborado con los guerrilleros maquis.

Factores del fracaso

Los principales factores de este fracaso fueron muchas: las peleas internas y purgas dentro del PCE; la pérdida en Francia del prestigio ganado por los guerrilleros españoles; el ascenso de Santiago Carrillo a la cúpula del PCE y la muerte política de Jesús Monzón, verdadero impulsor de la «Operación Reconquista de España»; la fortaleza del régimen franquista y; el cambio de estrategia en renunciar a más incursiones.

Es de destacar el escaso número de bajas entre los guerrilleros gracias a la ordenada retirada, mandada por López Tovar.

Las cifras más fidedignas de aquella operación, según Aguado es de 32 muertos, 248 heridos y 330 prisioneros en las fuerzas del ejército y guardia civil, mientras que entre los guerrilleros hubo 129 muertos, 588 heridos y 241 prisioneros. Otras fuentes estiman que entre los guerrilleros apenas hubo 21 muertos y unos pocos heridos.

Parece ser que fue Santiago Carrillo quien ordenó la retirada ante la inminencia de un desastre total, ya que las fuerzas de Moscardó y Marzo eran muy superiores. En sus memorias, Carrillo lo relata así:

"A la salida del túnel de Viella estaba esperándonos el general Moscardó con varias decenas de miles de soldados, tanques y artillería; en conjunto una fuerza contra la que no teníamos ninguna posibilidad. Permanecer en el Valle de Arán no hubiera tenido ningún sentido; nos desalojarían fácilmente y avanzar por el túnel de Viella, como pensaban algunos, era meterse de cabeza en una trampa (S. Carrillo, Memorias, 1993).

La frustrada «Operación Reconquista de España» fue el último episodio organizado de resistencia al franquismo. Aunque algunos elementos guerrilleros maquis permanecieron por territorio español hasta aproximadamente 1948, a partir del fallido intento de ocupación del Valle de Arán, Franco no tuvo más oposición a su régimen hasta su muerte en 1975.

Es cuando menos extraña tanta preocupación de Santiago Carrillo, y tan buena memoria sobre estos hechos, y tan mala memoria sobre su papel en los asesinatos de Paracuellos y de Madrid y las checas, vamos lo que se dice memoria selectiva

Bibliografía
Martín, E. (1999). “Enviados al Matadero”. La Aventura de la Historia, 13, 21-31.
Junquera, N. (2009). “1944: “Operación Reconquista de España”. Madrid. El País, Edición Impresa.
Martínez de Baños, F. (2003). Maquis y guerrilleros. Zaragoza. Delsan
Moreno, F. (2005). “Huidos, maquis y guerrilla: una década de rebeldía contra la dictadura. Ayer, 43, 111-137.
Aguado, F. (1975). El maquis en España: su historia. Madrid. San Martín
Vargas, R. “El maquis a Catalunya 1939-1963”. https://www.sindominio.net/marxa-maquis

Saludos :saluting-soldier:


La operación, aunque bastante "suicida" y basada en un supuesto en falso (que, ante la llegada de los guerrilleros, la población se alzaría en masa contra Franco), tenía un cierto sentido político: como el Valle de Arán solía quedar aislado de España durante el invierno, si los guerrilleros conseguían conquistarlo, podían mantenerse allí sin riesgo de un contraataque hasta la primavera. La idea era aprovechar ese invierno para llevar allí al Gobierno en el Exilio de la República y proclamar Viella como la capital provisional de la República Española. Entonces ya no se trataría de un gobierno en el exilio, sino de un gobierno con control efectivo de territorio (aunque fuera poco) que reclamaría su ingreso en la ONU y ayuda internacional contra el régimen franquista.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 00:42

JotaErre escribió:

La operación, aunque bastante "suicida" y basada en un supuesto en falso (que, ante la llegada de los guerrilleros, la población se alzaría en masa contra Franco), tenía un cierto sentido político: como el Valle de Arán solía quedar aislado de España durante el invierno, si los guerrilleros conseguían conquistarlo, podían mantenerse allí sin riesgo de un contraataque hasta la primavera. La idea era aprovechar ese invierno para llevar allí al Gobierno en el Exilio de la República y proclamar Viella como la capital provisional de la República Española. Entonces ya no se trataría de un gobierno en el exilio, sino de un gobierno con control efectivo de territorio (aunque fuera poco) que reclamaría su ingreso en la ONU y ayuda internacional contra el régimen franquista.



Viéndolo con esa perspectiva si es posible el planteamiento, pero hay que estar o ser muy desconocedor de la realidad de Franco y de la situación de España, aunque hubiera sido en pleno invierno Franco habría lanzado todo lo que estaba en su mano para desalojar a esas fuerzas de territorio español, y por otra parte no hay que olvidad que los españoles de una u otra ideología ya estaban más que hartos de guerra y de privaciones como para acoger una expectativa de iniciar otra guerra y más privaciones con alegría.

En fin es lo que hubo y no hay posibilidades de cambiarlo, pero partieron de unas premisas muy erróneas y un mal cálculo de posibilidades.

Saludos cordiales.
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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Hoplon » 16 Mar 2018 09:46

Brasilla escribió:Volviendo a lo que indicabamos sobre la vida que pudieron llevar los "intelectuales" en París, teniendo en cuenta la filiación procomunista de todos ellos, y que en la época en que los alemanes llegarón a París, aún estaba en pleno vigor el pacto de no agresión entre Molotov y Ribentrop, de hecho se estaban repartiendo Polonia entre Stalin e Hitler, pues no lo debieron pasar nada mal, ya que su jefe estaba de completo acuerdo con los alemanes.

Otra cosa son los intelectuales polacos si los hubiera, por cierto lo de anexionarse Polonia por parte de Stalin se lo tomó muy en serio, y con unos métodos bastante drásticos, vease Katyn, con un sistema muy parecido a Paracuellos, y es que en eso evolucionaron bastante poco.

Saludos



Me viene a la memoria Gila, medalla al mérito en el trabajo entregada por el Generalísimo, y luego lo puso a parir, como bien dices, después de muerto.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 14:00

LA GATA, UNA ATRACTIVA AGENTE DOBLE


Uno los casos de espionaje más enigmáticos de los ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial es el protagonizado por la francesa Mathilde Carré, conocida con el sobrenombre de
La Gata
.
La singularidad del caso es que esta espía prestó grandes servicios a su país, pero tras una sola noche cambió de bando y sirvió con el mismo entusiasmo a la causa alemana. Gracias a las confesiones personales que volcaba en su diario personal y las actas del juicio al que sería sometida en 1949, es posible reconstruir su historia.

La joven Mathilde, aunque era de origen francés, vivía en un pequeño pueblo del sur de Argelia. Allí llevaba una vida monótona y aburrida junto a su marido, un oficial del ejército francés, con el que se había casado recientemente. Al estallar la guerra, Mathilde vio la oportunidad de irse a vivir a París, aprovechando que en ese momento se requerían enfermeras en la capital.

Se despidió de su marido, que moriría más tarde en el campo de batalla, y abandonó Argelia. Cuando llegó a la Ciudad de la Luz se quedó maravillada por los monumentos, las gentes, los cafés Todo era muy diferentede lo que había visto en su humilde aldea norteÁfricana. Durante la imparable ofensiva alemana sobre territorio francés, Mathilde fue un ejemplo de abnegación y sacrificio en el cuidado de los soldados heridos. Al ser derrotado su país, pasó a la zona no ocupada y siguió atendiendo a los que necesitaban de su ayuda. Uno de estos pacientes era un polaco llamado Roman Czerniawski, un apellido que ella no podía pronunciar, por lo que optó por llamarle simplemente Armand.

El polaco había sido capturado por los alemanes pero había conseguido evadirse. Ella le ayudó a recuperarse de sus heridas y nació entre ellos una gran amistad; él la autizó como «mi gata», por sumirada felina y quién sabe si por su astucia, apodo con el que a partir de entonces sería conocida.

Armand se sinceró con ella y le expuso su proyecto de crear una red de espionaje para combatir a los alemanes, que unos meses antes habían aplastado su país. Mathilde aceptó entusiasmada colaborar en ese plan. Su labor consistía en poner en contacto a todos los que pasaban a formar parte de ese grupo de la Resistencia, de un lado y otro de la línea de ocupación en la que Francia estaba dividida.

Teniendo en cuenta que casi todos los miembros eran simples aficionados, la incorporación más importante fue la del teniente coronel Marcel Achard, un auténtico experto en el mundo del espionaje y que tenía como principal cometido permanecer en contacto con los británicos.
Esa red, al principio, alcanzó unos éxitos extraordinarios y pasó a tener un nombre oficial: Interallié

. Se recibieron envíos de material porcedente de Gran Bretaña lanzados en paracaídas, se proporcionó ayuda a prisioneros evadidos o se consiguió información muy valiosa procedente de locuaces soldados alemanes, entre otras acciones de enorme mérito, Mathilde jugó un papel importantísimo en esta red. Su especialidad era obtener información de los oficiales alemanes. En esos momentos, a finales de 1940, la principal preocupación de los Aliados era saber si los alemanes estaban dispuestos a entrar en España, amenazando así a Gibraltar, la «llave del Mediterráneo».

La Gata fue enviada al sur de Francia para averiguar si la entrada de la Werhmacht en la península Ibérica era inminente. El método que empleaba era siempre el mismo; se solía sentar sola en alguno de los cafés frecuentados por los oficiales alemanes y esperaba que alguno de ellos iniciase una conversación. La charla intrascendente continuaba después en un restaurante, regada con abundante champán. A partir de ahí, para Mathilde era un juego de niños extraer toda la información que deseaba.

La Gata fue una destacada agente de la Resistencia pero, inexplicablemente, pasó a colaborar con los nazis. Sus misiones en Biarritz y Bayona confirmaron a los Aliados que había un buen número de oficiales de intendencia destacados en la región, lo que hacía temer una invasión. Pero la ejecución del plan fue aplazada en varias ocasiones, lo que era confirmado por las observaciones de Mathilde, que advertía cómo sus amigos alemanes pertenecientes al cuerpo de Intendencia eran enviados a otros puntos de Europa.

Por su parte, los centros de inteligencia británicos a donde llegaban estas valiosas informaciones conocían a la perfección la estructura de la red, así como todos sus miembros. Durante este período el grupo continuó coordinando lanzamientos en paracaídas de armas para la Resistencia y entregas de suministros mediante desembarcos en ciertos puntos de la costa vasca.

Interallié ayudó a pasar clandestinamente a muchas personas a España y Suiza, sobre todo a pilotos aliados derribados en territorio europeo, y ocultó prisioneros evadidos de los campos alemanes. Pero aquella arriesgada actividad iba a acabar pronto. Los alemanes estaban dispuestos a desarticular ese grupo que le estaba provocando tantos quebraderos de cabeza. Los agentes nazis siguieron a una de las integrantes de la red sin que ella se diese cuenta. Se trataba de Violette, el nombre en clave de una joven que había sido reclutada por Mathilde y Armand para que les ayudara a realizar labores secundarias.

La Gata tuvo el presentimiento de que Violette podía causarles algún problema, y así se lo confesó a Armand, pero el polaco atribuyó la advertencia de su amante a una cuestión de celos, puesto que la joven novata era bastante atractiva.

Sin tomar en consideración el aviso de Mathilde, a Violette se le encargó conseguir algunas informaciones poco relevantes, como eran el destino y la composición de un regimiento alemán concreto. Para ello empleó la misma táctica que su compañera; deambuló por los alrededores de la Gare du Nord parisina hasta que un oficial germano se dirigió a ella para mantener una conversación agradable.

Tras un intercambio de saludos y unos minutos de charla se dirigieron a un café. Violette no se dio cuenta de que un hombre les seguía en todo momento ni de que continuó siguiéndola cuando se separaron.

Al día siguiente la joven volvió a verse con el oficial alemán y, en esta ocasión, era otro hombre el encargado de seguirla sin perderle el rastro. Los agentes fueron relevándose mientras que Violette era vista en días sucesivos con Armand y La Gata. La red estaba quedando al descubierto.

Fue gracias a este seguimiento realizado a Violette que el servicio de contraespionaje aleman descubrió el cuartel general de Interallié; estaba a punto de amanecer el día 18 de noviembre de 1941 cuando Armand y Violette fueron detenidos en el apartamento que hacía las funciones de centro neurálgico de la organización clandestina. Unas horas más tarde, La Gata era también capturada.

Trasladada a una prisión militar, Mathilde no se hacía ilusiones sobre su futuro; estaba convencida de que iba a ser torturada hasta morir. Por eso le sorprendió que en su celda entrase un sargento alemán correcto y educado, hablándole en francés. De fondo se oía música de Mozart. Estuvo un rato conversando relajadamente con ella, hablándole de los encantos de París y de Argel, una ciudad que había visitado antes de la guerra, hasta que le dijo: «Este lugar es poco confortable, ¿no prefiere que vayamos a otro lugar? ».

Antes de que Mathilde respondiese a la insólita propuesta, el alemán se había marchado. Pasados unos minutos, unos soldados vinieron a buscarla. Fue pasando por pasillos y puertas hasta que llegaron al exterior del edificio. La joven se temía lo peor, pensaba que iba a ser fusilada, pero allí estaba aquel atento oficial, dentro de un coche. Con la misma cortesía que había exhibido antes, la invitó a sentarse en el asiento trasero y le indicó que no debía correr las cortinilllas.

Una vez dentro del automóvil, el alemán lo puso en marcha y tomaron el camino de París. Atravesaron la ciudad y continuaron hacia las afueras, hasta llegar a una refinada mansión que hacía las veces de cuartel general de los servicios de contraespionaje. No sabemos lo que allí ocurrió, aunque quizás se pueda intuir, pero la realidad es que el sargento, que se llamaba Hugo Bleicher, consiguió mediante la persuasión lo que seguramente ningún torturador hubiera arrancado a La Gata: los nombres y el paradero de todos los miembros de la red de espionaje que ella había ayudado a formar.

Lo que sucedió aquella noche es un misterio, puesto que Mathilde no lo deja reflejado en su diario. El juez que la interrogó durante el juicio intentó averiguarlo, pero se encontró siempre con la negativa de la espía. Mathilde se limitaba a preguntar al juez «si se podía poner su lugar» y cuando éste insistía, ella permanecía en silencio. Tan sólo reveló que el sargento le dijo: «Si es usted razonable, mañana por la mañana será libre».

Así pues, Mathilde decidió ser «razonable» y se puso a las órdenes de Bleicher. A partir de ahí, los miembros de Interallié fueron cayendo en cascada gracias a la colaboración de Mathilde. El sistema para detenerlos era repetido una y otra vez; Mathilde aparecía en las casas en las que se ocultaban sus compañeros, acompañada de Bleicher vestido de paisano. Ella tranquilizaba a sus amigos, asegurándoles que la persona que iba con él también pertenecía al grupo. Al cabo de un rato, cuando los agentes germanos llamaban a la puerta, La Gata iba a abrir, permitiéndoles la entrada y desapareciendo de la escena. Inmediatamente eran detenidos todos los que se encontraban en la casa.

Este procedimiento se realizó con tal perfección que, en menos de ocho horas, la práctica totalidad de los miembros de la red se encontraba en poder de los alemanes. Esta rapidez fue la causante de que no trascendiese el sorprendente cambio de bando de La Gata, así que pudo seguir en contacto con otros miembros de la Resistencia sin despertar sospechas.

Pero en esta historia de traición hay un punto oscuro. El único que escapó a esta redada general fue el gran experto del grupo, el coronel Achard. Inexplicablemente, La Gata no reveló el lugar en donde se ocultaba este miembro, pese a que el coronel aseguró durante el juicio que ella conocía perfectamente su escondite. Los alemanes la presionaron para que facilitase su detención, pero Mathilde no movió un dedo para que los nazis capturasen a Achard. Este es un misterio más a añadir a la azarosa vida de esta agente.

La Gata desarrolló durante los dos meses siguientes una inquietante doble vida. Por el día organizaba los grupos de resistentes y animaba a sus miembros a combatir a los alemanes, convirtiéndose en una valerosa camarada. Pero por la noche se dirigía a la residencia de Bleicher y le relataba con todo detalle los planes que el grupo había tramado. Un día
explicó al oficial alemán que la gran preocupación de la Resistencia era reestablecer las líneas de comunicación con Gran Bretaña.

El astuto Bleicher vio en este dato una gran oportunidad, así que decidió exprimir aún más las habilidades de La Gata, Aprovechando esa necesidad de la Resistencia, Mathilde propondría a sus compañeros volver a crear una red estable de comunicación con los británicos, ofreciéndose
ella misma para ir a Londres y coordinar desde allí las acciones de los grupos de la Resistencia en territorio francés.

Viajar por mar a Gran Bretaña era en ese momento muy arriesgado, ya que los alemanes tenían vigilados todos los puntos de la costa desde los que era posible embarcar. Pero naturalmente para
La Gata eso no suponía ningún problema, gracias a la colaboración de Bleicher. Éste dio las facilidades oportunas para que la joven se embarcase y consiguiera llegar a Inglaterra.

Una vez allí, se ofreció para ser la agente encargada de organizar la red de comunicación desde Londres. Los ingleses aceptaron y la instalaron en la capital británica. Mathilde realizó
su labor en el Ministerio de la Guerra durante nueve meses, enviando puntualmente toda la información a Bleicher.

Pero los equipos de contraespionaje ingleses fueron atando cabos y llegaron a la conclusión de que aquella atractiva joven francesa era una doble agente. La detuvieron en julio de 1942. Hasta el final de la guerra permanecería encarcelada. En la celda de su prisión inglesa,
La Gata escribió en su diario una página dirigida a sus antiguos camaradas de la Resistencia:
«¿Cómo explicar todo lo que he tenido que soportar? Jamás podría hallar las palabras para expresar mi tristeza profunda, infinita, o para describir mis temores.

Pero no estoy sola. Tampoco vosotros, aquellos que todavía seguís con vida, dormiréis esta noche; estaréis conmigo, Y en cuanto a vosotros, los que estáis muertos, viviréis conmigo, según nuestras propias leyes, en un mundo que yo he creado para mí»
.
Realmente no se comprende muy bien cómo podía mantener esa lealtad de espíritu a unos compañeros a los que había traicionado de un modo tan indigno. Pero, tal como vemos, no es este el mayor de los misterios que jalona la vida de La Gata. Una vez finalizada la contienda, Mathilde tuvo que enfrentarse a la realidad. Las nuevas autoridades francesas reclamaron a los británicos la entrega de la espía que permanecía allí encarcelada. Sería juzgada en territorio francés, en donde debería rendir cuentas por su colaboración con los alemanes.

En enero de 1949 un tribunal galo juzgó a Mathilde Carré, acusándola de alta traición. Aunque ya no era una mujer joven, su singular belleza impresionó a los presentes. Tenía el cabello castaño, los dientes muy blancos y su mirada era profunda y serena.

El fiscal tomó la palabra para denostar sin piedad la actitud de la acusada durante la guerra:
«Durante dos meses practicó Ia más vil de las traiciones. Su malevolencia, su doblez, su perseverancia en el mal, su diario del que acabo de leer algunos extractos y que la describe tal y como es –un cerebro sin corazón– son hechos que ustedes podrán juzgar en su totalidad. Y reconocerán que, en este asunto, hay una sola sanción posible: la muerte». Por tanto, el fiscal exigió para ella la pena capital, mientras que su abogado argumentaba en su defensa que Mathilde no tuvo opción, desde el momento en que fue detenida por los alemanes, si quería salvar su vida:

«Admito su culpabilidad –declaró el abogado defensor–, pero es preciso tener en cuenta que esta mujer fue colocada en una situación en la que sólo le cabía elegir entre Ia vida y la muerte».
Además, había que tener en cuenta que aquella joven había sido de las primeras en formar parte de las filas de la Resistencia, mientras que la mayoría de los franceses aceptaban la dominación alemana instalados en una resignación que se confundía en no pocas ocasiones con una cierta comodidad.

El abogado insistió en este punto, buscando la comprensión del Tribunal y del público presente en la sala:
«Nadie puede olvidar que fue una heroína desde los primeros momentos de la Resistencia. ¿Condenaríais a muerte a aquellos que fueron los primeros en esparcir las semillas de la fe y que, más tarde, sobrevaloraron sus propias fuerzas?
»
El propio Achard acudió a declarar en su favor. El militar aseguró ante el jurado:
«Madame Carré prestó servicios notables al Ejército francés. Durante los años en los que trabajó para nosotros, descubrió varios planes de campaña del ejército alemán».

Antes de que el juez se pronunciase sobre su inocencia o su culpabilidad, Mathilde perdió por un momento la compostura que había demostrado durante todo el proceso:
«Espero el veredicto sin temor –dijo dirigiéndose al Tribunal–.
Pero lo que no puedo olvidar es que, mientras a mí se me pide la pena de muerte, ¡Hugo Bleicher vive en libertad en Hamburgo!».

Los atenuantes expuestos por el abogado y por Achard no consiguieron ablandar la determinación del juez, y Mathilde fue condenada a muerte. La población de París, que siguió el juicio con enorme interés, pudo ver el 8 de enero de 1949, en los tablones de anuncios oficiales, el aviso de que
Mathilde Carré había sido condenada a muerte por el XIV Tribunal de lo Criminal, siendo recibida esta sentencia con sentimientos encontrados; pese a que ella había colaborado con los alemanes, no olvidaban que también había estado luchando contra ellos mientras la mayoría de los franceses aceptaba la ocupación.

Sin embargo, y afortunadamente para ella, el entonces presidente de la República Vincent Auriol sí se apiadó de La Gata y le conmutó la pena de muerte por la de cadena perpetua. Pero ni esta condena se cumpliría, ya que sería puesta en libertad en 1954, una decisión refrendada por el nuevo
presidente, René Coty. Ese mismo año publicó sus memorias con el título: Yo fui La Gata

¿Cuál es la razón de que la justicia francesa se mostrase finalmente tan condescendiente con ella? La mayoría de los que colaboraron con los alemanes, especialmente las mujeres, fueron víctimas del escarnio público y de la dureza de los jueces. Sin embargo, el caso de La Gata fue una excepción. Nunca sabremos los motivos que llevaron a aquella admirable luchadora por la libertad a cambiar de un modo tan radical sus lealtades, ni la razón por la que recibió el indulto de manos del presidente francés.

Sin duda, aquella joven argelina, que soñaba con vivir una vida intensa lejos de aquella aldea en el desierto, alcanzó plenamente sus deseos de aventura, dejando para la posteridad una tupida trama de incógnitas y misterios que difícilmente el tiempo conseguirá desentrañar.

Saludos :saluting-soldier:
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Marco Tulio Cicerón.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 15:00

La guerra más corta de la historia

El 27 de agosto de 1896 estalló la guerra más corta de la historia, duró tan solo 45 minutos y enfrentó al Imperio Britanico contra Zanzibar (Guerra Anglo-Zanzibariana). A la muerte del Sultán, pro británico, Hamad bin Thuwaini el 25 de agosto, su primo Khalid bin Bargash tomó el poder mediante un golpe de estado. Los británicos apoyaban a otro candidato Hamud bin Muhammed ordenaron a Bargash abdicar, a lo que se negó y logró formar, en un corto periodo de tiempo, un ejército de 2.800 hombres y utilizó el yate armado del anterior sultán, el H.H.S. Glasgow.

Los británicos, reunieron cinco naves de guerra en el puerto, justo frente al palacio y desembarcaron algunas compañías de Marines Reales para asistir a los “leales” (un ejército de Zanzibar, que favorecía al Imperio Británico) en total juntaron 900 hombres en 2 batallones al mando del general Lloyd Mathews, un antiguo teniente de la Marina Real. El sultán rebelde realizó esfuerzos de último minuto para negociar la paz a través del representante estadounidense en la isla, pero de nada sirvió este intento desesperado de tregua.

A las 09,00 horas de la mañana del 27 de agosto, el ultimátum británico expiró y las naves de la Marina Real abrieron fuego contra el palacio. El sultán tuvo que hacer una retirada precipitada al consulado alemán, donde le fue otorgado asilo.

El bombardeo se detuvo a los 45 minutos, cuando el Glasgow se hundió. Al final de la batalla, los británicos le exigieron a los alemanes que entregaran al sultán, pero escapó. Vivió en el exilio en Dar Es Salaam hasta que fue capturado por los británicos en 1916 y exiliado a Mombasa donde murió en 1925.

Esta guerra tiene el record de la más corta de la historia con una duración de 45 minutos. Los Zanzibarianos tuvieron 500 bajas por 100 de los británicos.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 18:45

La leyenda del Delfín de Francia, Luis Carlos de Borbón

El caso del Delfín, Luis Carlos de Borbón, hijo de Luis XVI y María Antonieta, los guillotinados reyes de Francia durante la Revolución Francesa, es curioso de conocer ya que la creencia popular defiende que el Delfín no murió en prisión, como se hizo saber, sino que fue sustituido por otro muchacho y que consiguió escapar de sus carceleros.

Posteriormente, tras la restauración de los Borbones en el trono de Francia, aparecieron muchos que decían ser el desaparecido Delfín. De todos los impostores el más famoso fue Carlos Guillermo Naundorff que fue quién defendió con mayor ímpetu su reclamación, aunque nunca fue aceptado como tal, un caso que podríamos asemejar al de la princesa Anastasia Romanov y Anna Anderson.
La leyenda es la siguiente:

En 1792 fue encarcelado con sus padres, en la prisión del Temple en París. Tenía 9 años. A la muerte de sus progenitores, en 1793, fue reconocido como rey de Francia por los monárquicos con el nombre de Luis XVII, pero mantenido en prisión por los revolucionarios. Tras pasar más de un año en prisión donde estuvo al cuidado de un zapatero llamado Antoine Simon que según las fuentes de la época trataba bastante mal al pequeño infante. Las terribles condiciones que tuvo que soportar comenzaron a hacer mella en su salud y así el 10 de Agosto de 1795 se anunció su muerte en prisión. Las pruebas datan la fecha de su muerte el 8 de junio de 1795 cuando contaba con 10 años de edad. A partir de este momento los rumores de su sustitución y huída fueron de gran calado en el pueblo francés.

Cinco personas que vieron el cadáver afirmaron que se trataba del Delfín, sin embargo, ninguna de ellas había visto jamás al príncipe en vida. Durante el funeral, muchos se extrañaron que se utilizara un ataúd demasiado grande para un niño. Después fueron surgiendo distintos indicios que hicieron firme la sospecha de una posible sustitución del Delfín.

Se dice que el matrimonio que tenía a su cargo la custodia del Delfín renunció a su misión el 19 de enero de 1794, cuando el niño contaba 9 años y daba muestras de una salud y constitución excelentes. Siete meses después, el general Paul François Jean Nicolas, vizconde de Barras, encargado de la prisión, fue a visitar al Delfín y se encontró con un adolescente de aspecto enfermizo.

Este cambio repentino en la salud del prisionero seria explicado después de 20 años por la mujer que lo tuvo a su cuidado. Ésta manifestó en un hospital a las religiosas que la atendían que ella y su marido introdujeron secretamente en la cárcel a otro muchacho y se llevaron al Delfín el día en que renunciaron a su trabajo. Nada más reveló a las monjas, aparte de exclamar: “¡Mi pequeño príncipe no ha muerto”!

Los acontecimientos que ocurrieron a continuación de la visita del general Barras al Delfín dieron rienda suelta a los rumores sobre su sustitución. Un carcelero, dijo al general que el muchacho era un impostor. Éste organizó inmediatamente la búsqueda del Delfín por todo el país. Mientras tanto, otros funcionarios del gobierno visitaron la prisión. Según uno de ellos, el muchacho era sordomudo; otro lo describió como la criatura más digna de compasión que jamás se haya visto. Un destacado banquero denunció como falso el certificado de defunción del Delfín y menos de un año después, él y toda su familia fue asesinada. Barras informó del caso a sus colegas del gobierno y anunció que toda la familia del banquero había perecido: “excepto el niño que ustedes saben”.

Esta manifestación del vizconde de Barras hacía ver que su búsqueda había tenido éxito la búsqueda y que los ministros sabían que el Delfín se hallaba en casa del banquero.

Ahora el problema era determinar quien era verdaderamente el muchacho que murió en la prisión del Temple. Al exhumar su cadáver en 1846, dos médicos declararon que contaba de 15 a 16 años, en lugar de 10. En 1894 se examinaron de nuevo los restos. Una vez más se llegó a la conclusión de que los huesos pertenecían a un muchacho de edad comprendida entre los 16 y 18 años. Cualquiera que fuese la verdad del asunto, el muchacho del ataúd no podía ser el Delfín.

Después de la caída de Napoleón en 1815, quedó restaurada la monarquía de los Borbones y aparecieron numerosos delfines. Veintisiete hombres pretendieron el título: es decir, todos ellos aspiraban al trono y evidentemente, eran farsantes. Pero, en 1836 surge en escena Carlos Guillermo Naundorff, con firmes pruebas en apoyo de su demanda de ser el heredero francés desaparecido.
Naundorf fue reconocido por la antigua niñera del Delfín y por el ex ministro de Justicia de Luis XVI.

La hermana del Delfín, María Teresa, rehusó verlo, aunque se la habló de su parecido extraordinario con los miembros de la familia real. Sus partidarios interpretaron la negativa de la hermana del Delfín como una confirmación de su derecho. Se sabía que María Teresa apoyaba a su tío Carlos —Luis XVIII— como rey legitimo.

La historia de Naundorff concuerda con la opinión generalizada de que el matrimonio de carceleros sacó secretamente de la prisión al Delfín para ponerlo a salvo. Se afirmaba, en cambio, que Barras lo había trasladado a otro lugar de la prisión y que en su puesto había colocado a un segundo muchacho. Luego, al morir este, el Delfín fue sacado ocultamente del país y llevado primeramente a Italia y después a Prusia, donde tomó el nombre de Naundorff.

Para presentar su demanda, Naundorff recurrió a los tribunales civiles; pero fue detenido y expulsado de Francia. Se refugió en los Países Bajos, donde las autoridades lo trataron con cierta consideración. También intentó fundar una iglesia cismática, sin éxito. Murió en Delft en 1845, y su certificado de defunción fue extendido a nombre de Luis Carlos de Borbón, de 60 años, hijo de Luis XVI y María Antonieta. Sus hijos adoptaron legalmente el apellido Borbón, que aún mantienen sus descendientes e insisten en sus derechos ante los tribunales franceses. También cabe otra posibilidad, la de que Luis Carlos hubiese vivido como un hombre vulgar, sin ser reconocido y sin haber querido revelar su identidad.

Esta es la leyenda que rodea a la figura de Luis XVII de Francia, conocido como “el Delfín desaparecido”.

Lo cierto es que la investigación llevada a cabo por el belga Jean-Jacques Cassiman y el alemán Bernard Brinkmann desvelaron las dudas que existían sobre el final de Luis XVII. El resultado es tajante, las pruebas de ADN confirman que el pequeño de 10 años que el 8 de junio de 1795 murió de tuberculosis en la prisión parisina del Temple era, efectivamente, el Delfín, Luis Carlos de Francia, —Luis XVII—, el hijo de los guillotinados Luis XVI y María Antonieta. Uno de los mayores misterios de la Revolución Francesa quedaba desvelado al tiempo que desmonta las aspiraciones a un hipotético trono de Francia de quienes se decían sucesores del Delfín.

Actualmente, Luis Alfonso de Borbón, sobrino del Rey de España, en cuanto jefe de la Casa de Borbón de Francia, y Enrique de Orleans, descendiente de Luis Felipe de Orleans, el último rey de los franceses, son ya prácticamente los únicos que pueden soñar con ceñirse la corona francesa, lo que resulta prácticamente imposible ya que, después de más de 130 años, la República está totalmente asentada e identificada con un pueblo que se siente orgulloso de ella.

Existe otra historia sobre este personaje y es la de su corazón conservado en una urna, pero esa la contaré en otra ocasión.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 18:49

Caesaraugusta

La ciudad romana de Caesaraugusta se fundó sobre la ciudad ibero-sedetana pero profundamente romanizada de Salduie. Se data la fundación romana hacia el año 15 a.C., coincidiendo con la reorganización de las provincias de Hispania llevada a cabo por Augusto tras su victoria en las Guerras Cántabras. La nueva ciudad recibe el nombre de Colonia Caesaraugusta, siendo la única ciudad romana que gozó del privilegio de ostentar el nombre completo de su fundador.

La fundación de la nueva colonia se desarrolla de acuerdo con plano romano de las colonias militares de planta rectangular y división ortogonal, al modo de los campamentos legionarios. Participaron soldados veteranos de las legiones IV Macedonica ("Macedonia"), VI Victrix ("Victoriosa") y X Gemina ("Gemela"), licenciados tras la dura campaña contra los cántabros, con la doble intención de garantizar la defensa del territorio a la vez que se fija en él la presencia de Roma.

Caesaraugusta, también, es fundada como "Colonia Inmune", lo que supone entre otros privilegios el derecho a acuñar moneda y la exención del pago de impuestos, así como recibir los lotes de tierra en propiedad.

El Convento Jurídico Caesaraugustano es el más extenso de los siete en los que se divide la Tarraconense. Desde un principio, Caesaraugusta asume el papel de cabecera regional, sustituyendo en esta función a la Colonia Victrix Ivlia Celsa (Velilla de Ebro), y aprovechando su excelente ubicación en un enclave estratégico de primer orden como cabeza de puente sobre el río Ebro en un cruce de caminos junto a la desembocadura de los ríos Gállego y Huerva.

El periodo de esplendor de la ciudad se prolonga durante los siglos I y II y a él corresponden las grandes obras públicas, de las que se conocen restos del foro, el puerto fluvial, las termas públicas, el teatro y el anfiteatro. A esta época corresponden también la construcción del primer puente de la ciudad y el establecimiento de un complejo sistema de abastecimiento de agua y saneamiento. El perímetro de la ciudad en estos momentos, excede el que tendrá en los siglos posteriores y la población se extiende hasta la ribera del río Huerva, formando manzanas de casas organizadas a partir de un urbanismo reticular.

A partir del siglo III, Caesaraugusta también sufre el proceso de crisis generalizado en todo el mundo romano y prueba de ello es la construcción de una potente muralla (segunda mitad del siglo III), el abandono de grandes obras públicas como la red de alcantarillado o de abastecimiento de agua, y la destrucción de edificios públicos para reutilizar sus materiales en la construcción de nuevas obras civiles, como en el caso del teatro, para construir la muralla. No obstante, las noticias que hay sobre la época nos hablan del mantenimiento de la vida urbana y la actividad comercial siendo frecuentes las importaciones entre las que destacan los sarcófagos paleocristianos conservados en la iglesia de Santa Engracia.

A lo largo del siglo V Caesaraugusta se ve inmersa en un proceso de desintegración del poder imperial. En el año 409 se produce la llegada a Hispania de los primeros contingentes bárbaros, que habían invadido el territorio romano tres años antes. Desde entonces Caesaraugusta se convierte en una ciudad estratégica, por su situación y sus imponentes murallas, que juega un importante papel en las luchas por el trono de Roma. Incluso en este siglo fue sede imperial dos veces, aunque muy brevemente: en el año 410, durante el reinado de Constante, y en el 460, durante el reinado de Mayoriano. Las continuas incursiones de bandas de campesinos y ciudadanos arruinados, esclavos fugitivos, desertores y montañeses motivaron la intervención del ejército visigodo, aliado de Roma.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 19:26

CICERÓN, ESPÍA AL MEJOR POSTOR


Para los servicios de inteligencia germanos, la Operación Cicerón fue sin duda su éxito de mayor envergadura. Los continuos fracasos y sinsabores cosechados por los agentes nazis se vieron compensados, en cierto modo, por las satisfacciones que proporcionó esta operación.

Pese a la importancia de las revelaciones que supuso, fue un secreto muy bien guardado, que tan sólo salió a relucir tras las investigaciones realizadas durante los juicios de Nuremberg. Entre la abundante documentación estudiada por expertos aliados figuraba la correspondencia secreta entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y la embajada alemana en la capital turca, Ankara. En estas comunicaciones se hacía referencia continuamente a la Operación Cicerón, lo que puso tras la pista de esta tan apasionante como misteriosa historia.

Sin embargo, hay que tener muy presente que son innumerables las versiones que circulan sobre la realidad de estos hechos. El hermetismo que envolvió la actuación de ese espía parece que continúa mucho después de cuando tuvo lugar. Así pues, la historia presenta un sinfín de detalles que varían de una versión a otra.

Como ejemplo más que significativo, incluso el nombre del espía sufre cambios según la fuente consultada. Para unos se trataba de un tal Diello, para otros se llamaba simplemente Verasevitch. De todos modos, el nombre más probable de este enigmático personaje es el de Elyesa Bazna, o al menos es el más comúnmente aceptado. El lugar de nacimiento es también punto de controversia. unos creen que nació en la ciudad kosovar de Pristina, aunque hay quien opina que fue en Skoplje, la capital de Macedonia. Uno de los más repetidos como lugar de origen es alguna aldea indeterminada de Albania.

En este debate, dependiendo de la fuente consultada, se dan curiosas combinaciones entre nombres y procedencia de este sujeto. Así que en este relato se aceptará como más probable el que lo sitúa en Albania, aunque no hay ninguna prueba concreta que sostenga este dato. De todos modos, no será necesario esforzarse mucho para encontrar mayor variedad de nombres y lugares de nacimiento, así como nuevos detalles –a veces contradictorios– en los relatos. Pero poco importan detalles de este tipo cuando lo que verdaderamente ha de atraer nuestra atención son las andanzas de este atípico espía.

Los hechos se remontan a octubre de 1943, cuando un agregado comercial alemán en Ankara, que en realidad era el director de las operaciones del espionaje nazi en Turquía, recibió una misteriosa visita. Un hombre calvo, con mirada hosca, gesto sombrío y sin ningún interés en despertar un mínimo de simpatía, se dirigió a este agente comercial con una extraña propuesta. Le dijo que poseía información valiosísima procedente de la embajada británica y que estaba dispuesto a dársela, pero no gratis precisamente. El precio era exagerado a todas luces: 5.000 libras esterlinas por cada uno de los documentos.

El agente nazi hizo ademán de señalarle la puerta para que se marchase, pensando que era un bromista o un estafador, pero recapacitó. Era poco probable que aquella propuesta fuera seria, pero sintió curiosidad por saber qué se traía aquel tipo entre manos. Entonces, el personaje en cuestión, al percibir las dudas que había provocado en su interlocutor, señaló en dirección de la vecina embajada rusa, asegurando que había otros que seguramente estarían dispuestos a pagar ese precio por los documentos.

Dicho esto, le dio de plazo 48 horas para que lo consultase con el embajador alemán, Franz Von Papen, y tomase una decisión.

La oferta consistía en cuatro documentos secretos, a 5.000 libras cada uno, lo que hacía un total de 20.000 libras. Otras versiones aseguran que la oferta consistía en dos rollos fotográficos, a 10.000 libras cada uno, conteniendo un total de 52 documentos. De todos modos, si aceptaban se encontrarían en un parque para llevar a cabo el intercambio, pese a que esas otras versiones localizan el punto de encuentro en el patio trasero de la embajada alemana.

Aquel oscuro personaje trabajaba como mayordomo personal del embajador británico y lo único que deseaba era dinero, lo cual dejó claro desde un buen principio. Según llegó a confesar a sus interlocutores alemanes, le daba exactamente igual quién ganase la guerra. Lo único que quería era aprovechar la favorable posición en que le había colocado el azar para resolverse la vida en esos confusos días.

Por su parte, los alemanes valoraron los pros y los contras de la arriesgada propuesta del albanés. El precio por algo que no sabían exactamente qué era resultaba altísimo. Pero la curiosidad y la intuición pudieron más y el embajador germano en Turquía pidió urgentemente 20.000 libras esterlinas a Berlín. Al día siguiente llegaron los billetes por vía aérea.

"Para otros, el albanés respondió a un anuncio en la prensa en la que la embajada británica buscaba «un chófer para el primer secretario». Después dicen que estableció una relación muy estrecha con la niñera que cuidaba de los hijos del embajador y así consiguió llegar a ser su
ayuda de cámara."


El albanés había sido ya antes mayordomo y tenía experiencia en servir al cuerpo diplomático, así que el británico aceptó gustosamente que trabajase para él. Un día, cuando Cicerón estaba limpiando los pantalones del embajador, encontró una pequeña llave en un bolsillo. Descubrió que se trataba de la llave del maletín en el que guardaba su documentación, así que rápidamente sacó una copia y la volvió a dejar en el pantalón.

Por la noche, el embajador dejaba el maletín al lado de su cama y se disponía a dormir. Como tenía grandes problemas para conciliar el sueño, tomaba potentes somníferos. El aprendiz de espía no tenía ninguna dificultad para entrar a hurtadillas en la habitación y apoderarse durante unos minutos de los papeles que el embajador guardaba en su maletín. Luego los llevaba a una habitación contigua en donde tenía una potente lámpara, colocaba debajo el papel y lo fotografiaba.

Esa era la manera como el improvisado agente secreto trabajaba. Las informaciones continuaron llegando a manos alemanas, pero comenzaron las sospechas por parte de los británicos. El ministro de Asuntos Exteriores turco, que era antinazi, advirtió al embajador de que era probable que hubiera algún espía infiltrado en la embajada. Naturalmente, al diplomático inglés ni se le pasó por la cabeza que su mayordomo fuera el responsable de esa fuga de información.

Los ingleses decidieron entonces aumentar las medidas de seguridad del edificio. Para ello hicieron instalar una sofisticada alarma para detectar cualquier movimiento no autorizado en el interior de la embajada, pero cometieron un pequeño error; recurrieron precisamente a Cicerón para que ayudase a colocar los aparatos de detección. Como es de suponer, el albanés tomó buena nota de los trucos que había que emplear para evitar que saltasen las alarmas.

Cicerón continuó con su bien remunerado trabajo ante los atónitos ojos de los británicos, que no alcanzaban a adivinar el método de los alemanes para hacerse con los documentos. En marzo de 1944 Cicerón puso en manos de los alemanes unos papeles que eran quizás los más importantes que en ese momento podía conseguir. Era el plan de los Aliados para desembarcar en Europa. De esos documentos se desprendía la intención inminente de abrir el segundo frente, operación que tenía el nombre de Overlord.

Sin embargo, las autoridades alemanas no dieron la suficiente importancia a estos trascendentales datos y sólo se darían cuenta de su error tres meses más tarde, cuando el desembarco ya se había iniciado.

El motivo de esa falta de atención hacia los trascendentales datos que Cicerón ponía en manos alemanas se debía en gran parte a las rivalidades internas dentro del Tercer Reich. El Ministerio de Asuntos Exteriores se la tenía jurada a los altos responsables de los servicios secretos y viceversa. Por lo tanto, cuando alguien perteneciente a uno de esos dos ámbitos calificaba de valioso algún punto de la información proporcionada por Cicerón, el otro bando se encargaba de restarle credibilidad y de sabotear en la medida de sus posibilidades las acciones que se planeaba emprender.

El tiempo iba pasando y Cicerón seguía jugando con fuego. Aunque nadie sospechaba de él, la sensación de que estaba siendo vigilado era continua. Una noche, mientras viajaba en un automóvil acompañando al agregado comercial alemán, notó que otro coche les seguía. Intentaron despistarlo, pero resultaba imposible ante la gran pericia de su perseguidor. Al final el albanés optó por saltar del coche en marcha y ocultarse, sin llegar a ser visto por el coche que les seguía. El círculo se iba cerrando y el culpable, más pronto o más tarde, iba a ser descubierto.

Al final, en abril de 1944, se descubrió por fin el juego de Cicerón. Pero no fueron los británicos los que acabaron con su labor de espionaje, sino una secretaria alemana antinazi que había sido introducida por los servicios secretos norteamericanos en la embajada germana. Fue ella la que avisó a los ingleses de que tenían al enemigo en el mismo despacho del embajador.

Cicerón fue inmediatamente despedido, pero curiosamente se le dejó marchar sin provocarle demasiadas molestias. Según otros autores, la secretaria no consiguió descubrir al albanés, sino que él mismo pidió un buen día el finiquito y se marchó de la embajada, al considerar que ya había tentado bastante a la suerte y ya era hora de disfrutar de su fortuna.

En cuanto al despistado embajador británico, parece ser que recibió una dura reprimenda pero, teniendo en cuenta que tan sólo le quedaban un par de años para llegar a la edad de jubilación, se le buscó una salida digna, pasando a un discreto retiro.

Es probable que los británicos no pusieran demasiado empeño en capturar al albanés que tanto daño les había hecho, para que no quedase constancia oficial de todo el embrollo y así el mundo no se enterase del gran ridículo que había cometido el contraespionaje aliado, incapaz de detectar ese imperdonable error en la cadena de información.

Para algunos, el singular espía marchó a Sudamérica con nombre falso, en donde viviría apaciblemente de las rentas que le producía el botín que había reunido. Sin embargo, en los años sesenta, Elyesa Bazna –o alguien que se hacía pasar por él– volvió a aparecer en escena, concediendo entrevistas y publicando unas memorias

El espía más famoso de la Segunda Guerra Mundial aseguró que tras su eficaz y bien remunerado trabajo abrió un negocio de compraventa de coches, aunque no funcionó como estaba previsto. Luego intentó retomar su frustrada carrera como cantante, pero tampoco tuvo éxito. Se corrió la voz de que era un estafador, tuvo problemas con personas a las que debía dinero y al final acabó malviviendo en un oscuro callejón de los barrios bajos de Estambul.

Cicerón relató que en 1954 se había dirigido al entonces canciller de la República Federal de Alemania, Konrad Adenauer, con la esperanza de recibir una indemnización por los servicios prestados como espía a favor del Reich, calculados por él mismo en unos dos millones de marcos de la época y que esperaba –según explicaba en la misiva– «que esa cantidad me fuera prontamente satisfecha». Naturalmente, el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán no quería saber absolutamente nada del asunto y se desentendió de tan ingenua petición.

Finalmente, Cicerón logró enderezar su agitada vida gracias al relato de sus aventuras. No le faltó audiencia a la hora de explicar cómo llegó a ser el espía mejor pagado de toda la Historia. En esos días aseguró que, en contraposición con los fondos recibidos de manos alemanas, las cantidades que recibió a cambio de los libros y las entrevistas «fue el dinero que he ganado de forma más honrada a lo largo de toda mi vida».

Pero en esta historia de engaños y mentiras nadie está a salvo. Si alguien puede pensar que a los alemanes les supuso un gran esfuerzo económico hacerse con la información de Cicerón, se equivoca.

Es bastante probable que los billetes con los que retribuyeron al espía albanés fueran falsos. Algunos aseguran que el primer pago se efectuó con billetes auténticos, mientras que los siguientes ya fueron mediante papel moneda falsificado. Los nazis fabricaron grandes cantidades de libras esterlinas de una calidad excelente, las cuales eran entregadas a sus agentes en el extranjero para que con ellas pagasen a los espías locales y de este modo fueran puestas en circulación, con el objetivo de causar un grave daño a la economía británica.

Si realmente fue así, el misterioso espía albanés que engañó a los británicos fue a su vez engañado por los alemanes.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 20:40

El Señorío de Albarracín

Las circunstancias por las que atravesaron los reinos cristianos de la Península desde 1150 hicieron posible el nacimiento de diversos señoríos independientes creados por caudillos cristianos en las fronteras musulmanas. Ejemplos típicos de estos señoríos son los fundados por Gerardo Sempavor, el Cid portugués, en la Extremadura española; por Fernando Rodríguez el Castellano en Trujillo, y por Pedro Ruiz de Azagra, uno de los colaboradores del Rey Lobo de Murcia, en Albarracín.

El más hábil de todos fue sin duda Pedro Ruiz de Azagra, el señor de Albarracín, quien, oscilando entre Aragón y Castilla y con el apoyo de Navarra, logró no sólo mantener su independencia sino también aumentar sus dominios, obtener concesiones en Castilla y en Aragón y transmitir sus derechos a su hermano Fernando.

Fernando Ruiz mantuvo esta política de equilibrio aunque los honores recibidos en Aragón le obligaron a inclinarse más hacia el monarca aragonés del que era vasallo y en cuyo nombre poseía extensos territorios en la comarca turolense; pero la influencia aragonesa fue contrarrestada mediante una estrecha alianza con la Orden de Santiago, a la que nombró su heredera en Albarracín en julio de 1190.

La alianza de Fernando con Aragón y con Navarra era garantía de que estos reyes no intentarían ocupar Albarracín; y la donación a la Orden de Santiago, así como la vinculación de la sede episcopal de Santa María de Albarracín a la archidiócesis toledana, evitaban la intervención de Alfonso VIII de Castilla que no combatiría a los santiaguistas, a los que había confiado extensos territorios en las fronteras de su reino con los musulmanes.

Aunque el testamento inicial de Fernando fue modificado en diversas ocasiones y Albarracín pasó a los hijos de Fernando, la Orden de Santiago se convirtió en garantizadora frente a Castilla de la independencia del señorío, cuya posición geográfica llevó a los señores a una vinculación cada vez más estrecha con la monarquía aragonesa, a la que sería incorporado el señorío a finales del siglo XIII.

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Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

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Re: Curiosidades Militares

Mensajepor Brasilla » 16 Mar 2018 20:43

Mirambel, la bella del Maestrazgo

Mirambel es otra de las localidades del Maestrazgo turolense con historia, en ella dejaron su huella los caballeros templarios y las guerras carlistas que dejaron un conjunto urbano que en 1980 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico, por ser "villa cargada de historia, conservando el recinto amurallado y las construcciones notables sin alterar la imagen y el ambiente medieval".

En 1981, la Asociación Internacional Europa Nostra, le concedió la medalla de oro por las tareas de restauración llevadas a cabo en la villa. La medalla la entregó S.M. la reina Sofía a la que se le concedió el título de "Hija Adoptiva de Mirambel".

Las primeras referencias a la localidad se sitúan en el siglo xii, tras la conquista del asentamiento musulmán por el rey Alfonso II, aunque en esta zona ya se tiene constancia de asentamientos prehistóricos e íberos. La villa es entregada por Alfonso II a la Orden del Temple y perteneciendo a la Baylía de Cantavieja. El rey concede a Mirambel, en 1157, el Fuero Libre y en 1234, el Maestre de la Orden del Temple otorga la "Carta Puebla" que reguló el derecho de frontera, al ser considerada como un punto estratégico como posición fronteriza.

La historia de Mirambel sigue las mismas vicisitudes del resto de localidades del Maestrazgo, así, después de la disolución del Temple, pasará a manos de la Orden de San Juan del Hospital.

Para su protección, la villa se rodeó de una muralla de la que se conserva casi toda su estructura y sus puertas como: el Portal de San Roque, el de San Valero, el de la Fuente y el del Estudio. La puerta principal es el llamado Portal de las Monjas desde el que se accede al núcleo histórico de la localidad. El torreón de las Monjas fue construido entre los siglos XV y XVI y se ha convertido en el monumento más representativo de Mirambel.

En el siglo xix, Mirambel recupera su protagonismo estratégico durante las Guerras Carlistas, siendo un punto de encuentro entre liberales y carlistas, dentro del territorio controlado por el General Cabrera. Son numerosas las leyendas y las huellas que se conservan de este periodo.

En 1986 se rodaron en Mirambel varias escenas de la serie televisiva Clase media, y en 1994 se rodó gran parte de la película de Ken Loach Tierra y Libertad. En 1996 se grabaron varias escenas de la película En brazos de la mujer madura, de Manuel Lombardero.

El nombre de Mirambel proviene del latín «miror», admirar, y del catalán «bell», bella; Mirada Bella. Es otra bella localidad del Maestrazgo que no debeis dejar de visitar.

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Marco Tulio Cicerón.


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