


LA ENSEÑANZA DE LA MENTALIDAD.
La Mentalidad no se puede enseñar.
La mayoría de las personas viven en un estado de negación continúa y no tienen ni la más remota idea de ello. Carecen de la capacidad/voluntad para combatir a cualquier nivel, y se encuentran tan anclados a la Condición Blanca [Condition White] que solo van a saber si ha sucedido algo después de que suceda.
Ciertos tipos de personalidad nacen con el gen de este mentalidad.
Y aquellos que poseen este gen, aunque pueda encontrarse latente, cuentan con la posibilidad de mejorar la Mentalidad de Combate.
La Puntería es lo más fácil de enseñar. Realmente no resulta tan difícil, excepto para aquellos que no quieren aceptarlo.
La Manipulación del Arma se puede enseñar fácilmente a quienes estén dispuestos a aprender.
Las Tácticas también se pueden aprender, pero sólo por parte de aquellos que dispongan de cierta visión, entendida como la capacidad para ver y entender una situación al mismo tiempo que se está desarrollando. Para aquellos que pueden, se trata de todo un don.
La Mentalidad es diferente. No creo, que se les pueda enseñar la Mentalidad a aquellos que no poseen ese gen. Puede encontrarse latente en algunas personas, y despertarse a raíz de un hecho traumático o de una epifanía repentina, pero ahí está.
Por supuesto, la Mentalidad se puede desarrollar y mejorar, pero únicamente en aquellos que poseen ese gen.
Todos los pilares, los cuatro, son importantes y en cierto modo iguales. Pero como con todo, existen diferentes niveles de igualdad. La Mentalidad se encuentra por encima de todo lo demás, en vista de que se trata de algo que no se puede enseñar.
A muchos podemos abrirles los ojos haciéndoles comprender conceptos, y a algunos la repetición delo entrenamiento específicos puede proporcionarles una referencia sobre cómo actuar.
En cualquier evento, en un entrenamiento o en una operación, resulta muy probable que algo no vaya según el plan. Y cuanto más complicado sea el plan, más probable será que haya más cosas que vayan mal. Lo que se acaba torciendo durante el desarrollo de un plan puede ser un pequeño detalle o un completo desastre.
Cuando esto sucede, se espera que los implicados sean capaces de identificar el problema, rectificar de inmediato y continuar la misión.
Por desgracia, muchas personas son incapaces de hacer algo o nada de todo lo anterior.
Y esto nos lleva de vuelta a lo que resulta primordial, la Mentalidad.




QUEDARSE EN BLANCO
En un Campo de Tiro nos encontramos con un buen número de personas que acuden a clase con una gran actitud y que disponen de unas armas y un equipo que cumplen perfectamente su función. Algunos son avezados tiradores que entienden perfectamente la relación entre la persona, los elementos de puntería y el disparador. Sencillamente lo hacen todo bien, hasta el momento en el que hacen algo mal.
Y entonces fallan. Ese fallo puede ser momentáneo, o puede tratarse de un bloqueo absoluto, pero el resultado final es el mismo. No concluyen la tarea en cuestión.
Su ordenador interno se queda en blanco y deja tirado a nuestro hasta ahora incondicional allí de pie delante de Dios y de todo el mundo, como un ciervo delante de los faros de un coche, sin tener ni idea de lo que acaba de pasar o de lo que va a pasar a continuación.
Este cambio de estado, pasando de (en su mente) héroe a nada (a quedarse en blanco), constituye el resultado de varios fallos relacionados entre sí.



DESBLOQUEAR EL BLOQUEO
El primer y más importante fallo radica en una falta de conciencia de la situación (CS) [Situational Awareness (SA)], es decir, perder la capacidad para comprender lo que sucede a tu alrededor, dónde se encuentran los demás respecto a ti y la condición de tus armas.
El segundo fallo consiste en una falta de previsión. Se trata de algo habitual con algunos sobrados que además carecen del mejor profesor del mundo, la experiencia. Se adelantan alegremente, creyéndose de verdad que les va a salir todo bien porque, al fin y al cabo, son lo que son y nada menos que eso.
El tercer fallo se encuentra en una formación pobre/insuficiente, lo cual por desgracia resulta algo habitual.
Sigue.....


