HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 28 Mar 2016 22:38

Excmo. Sr. D. Vicente SARDINA Militar del Ejercito Español


Vicente Sardina (*Sigüenza, España 1774 – † Salta, Provincias Unidas del Río de la Plata, 1817), fue un militar español. Combatió como líder guerrillero en la Guerra de la Independencia Española y como oficial del Ejército Real del Perú en América. Durante la guerra contra el francés fue uno de los tenientes del famoso Juan Martín Díez El Empecinado, fue mortalmente herido durante un combate contra los gauchos de Güemes en las inmediaciones de la ciudad de Salta, actual Argentina.

Iniciada en España la lucha contra las tropas del emperador Napoleón, Vicente Sardina organizó una partida de paisanos armados en Siguenza, su ciudad natal, con los cuales participó en la guerra de guerrillas que durante seis años libro el pueblo español para lograr la expulsión del rey José Bonaparte y las tropas francesas que lo sostenían, durante esos años se unió a la partida que capitaneaba el renombrado guerrillero Juan Martin Diez, también llamado "El Empecinado", de quien llegó a ser uno de sus tenientes de confianza.1 Finalizada la guerra en Europa y ya ligado definitivamente a la carrera de las armas formó parte de la expedición que en 1815 fue enviada al mando del general Pablo Morillo a América con la finalidad de sofocar la insurrección independentista de las colonias.

Tras desembarcar en Costa Firme pasó luego al Perú como comandante del cuarto escuadrón del regimiento de caballería de Dragones de la Unión, que unido al resto de tropas europeas expedicionarias, enviaría el virrey José Fernando de Abascal a reforzar el ejército del Alto Perú. En 1816 tomo parte de la invasión que el general La Serna dirigió sobre el noroeste argentino combatiendo entonces en la llamada Guerra Gaucha donde por sus méritos ascendió a coronel. En abril de 1817, encontrándose su columna en retirada sobre la ciudad de Salta, fue repentinamente atacada por una numerosa partida de gauchos y aunque las tropas reales lograron rechazar el ataque y alcanzar su objetivo un disparo de los atacantes, diestra o afortunadamente dirigido, hirió mortalmente al coronel Sardina, quien conducido en camilla por sus soldados falleció poco después de llegar a la ciudad.

En el archivo histórico nacional de España obra el "Pasaporte impreso de la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino a favor de Vicente Sardina, vecino de la ciudad de Sigüenza, comandante de una partida de partisanos, para pasar a las provincias de Castilla a hostigar a los franceses", fechado en Sevilla a 3 de mayo de 1809.3 Vicente Sardina es igualmente uno de los personajes de la novela histórica Juan Martín El Empecinado, que forma parte de los Episodios Nacionales del renombrado escritor español Benito Pérez Galdos.

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Marco Tulio Cicerón.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 12:34

Excmo. Sr. D. José ORDOÑEZ General del Ejercito Español


José Ordóñez (España, 1789–San Luis (Argentina), 1819) fue un militar español, de destacada actuación en el bando realista en Chile.

Luchó en España contra la invasión de Napoleón Bonaparte y fue compañero de armas de José de San Martín, junto al cual combatió en la batalla de Bailén.

Fue enviado al Reino de Chile en 1815 para ejercer como gobernador intendente de Concepción, bajo el mando superior del capitán general Casimiro Marcó del Pont. Así, siendo designado por el Rey Fernando VII de España asumió el cargo entre 1816 y 1817. En 1817 fue sustituido por el ex alcalde Manuel de Zañartu y Santa María, quien fue designado por el coronel Juan Gregorio de Las Heras después de ocupar la ciudad tras la Batalla de Chacabuco. Sin embargo, al año siguiente Ordóñez volvió a asumir brevemente el cargo, siendo reemplazado el mismo año por Pedro Cabañas.

Desde Chacabuco hasta Maipú

Después de la derrota española de Chacabuco, en que no participó, se replegó hacia la capital de su intendencia. Al conocer la proximidad de las fuerzas de Las Heras, pretendió atacarlo por sorpresa en Combate de Curalí, pero fue derrotado (esta batalla es conocida por los argentinos como de Curapaligüe). Tuvo que abandonar la ciudad y encerrarse en las fortalezas del cercano puerto de Talcahuano. Atacó nuevamente a Las Heras, siendo derrotado por segunda vez en la Batalla del Cerro Gavilán.

Las Heras y Bernardo O’Higgins sitiaron la ciudad, pero el apoyo marítimo con que contaba Ordóñez mantenía la resistencia. En diciembre, O’Higgins ordenó el ataque general sobre la plaza, pero fue derrotado en una batalla terriblemente sangrienta. Al llegar nuevos refuerzos al ejército realista, al mando de Mariano Osorio, las tropas patriotas debieron retirarse hacia Santiago. Ordóñez quedó como segundo de Osorio y fue ascendido a general.

Persiguió a los patriotas hasta San Fernando y Talca, donde éstos quedaron bajo el mando de San Martín en su campamento de Cancha Rayada. Al saber que San Martín estaba por iniciar una maniobra nocturna, convenció a Osorio de atacarlo durante la maniobra. El resultado fue la sorpresa de Cancha Rayada, una valiosa victoria realista. San Martín perdió las caballadas, la artillería y las municiones, y tuvo cientos de bajas.

Pero la victoria no había sido decisiva, por lo que siguieron avanzando con cautela. Al saber que San Martín lo esperaba a orillas del río Maipo, Osorio quiso asegurarse primero Valparaíso, pero Ordóñez volvió a convencerlo de atacar. Esta vez, causó la derrota en la batalla de Maipú, donde la habilidad de San Martín superó a la muy escasa de Osorio. Las tropas de Ordóñez se refugiaron en la Hacienda Lo Espejo, donde lo atacaron al atardecer Las Heras y Marcos Balcarce, tomándolo prisionero con todos sus hombres. La guerra de independencia chilena acababa de concluir.

Prisión y muerte

Junto con el resto de los oficiales prisioneros, Ordóñez fue enviado preso a San Luis. Era una pequeña ciudad rodeada de sierras desérticas y de llanos sin agua infestados de indígenas, por lo que fue considerada una cárcel ideal. Allí fueron bien tratados por el gobernador Vicente Dupuy, que les permitió caballerescamente ciertas libertades.

La llegada de Bernardo de Monteagudo cambió las cosas, ya que convenció a Dupuy de encerrarlos con mucha más dureza, lo que incitó a los realistas a rebelarse.

Un día de enero de 1819 y según los cronistas independentistas, dirigidos por un capitán los jefes realistas asaltaron la casa del gobernador Dupuy e intentaron asesinarlo. Atacaron también la cárcel y liberaron algunos prisioneros. Pero la revuelta fue sofocada por unos pocos oficiales, entre ellos el teniente Juan Pascual Pringles y el comandante riojano Facundo Quiroga. Veintisiete realistas prisioneros fueron muertos en este episodio, conocido como la matanza de San Luis, la mayor parte ejecutados después de rendidos.

Es muy poco lo que se conoce en torno a la vida familiar de Ordóñez. Se sabe que contrajo matrimonio, probablemente en España, con doña Josefa Pujol de Ordóñez, la que pudo haberlo acompañado en sus periplos de Talcahuano y Concepción. En 1818 la mujer escribió numerosos oficios al ex virrey del Perú, José Fernando de Abascal y Sousa, solicitándole la trágica situación de su marido, así como las injusticias a las cuales fue sometido por Pezuela y Osorio durante el sitio de Talcahuano.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 12:47

Excmo. Sr. d. Joaquin PRIMO DE RIVERA Y ORTIZ DE PINEDO Coronel del Ejercito Español

Joaquín Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo fue coronel de infantería del ejército español. Combatió en la Guerra de Independencia de España y como jefe de Estado Mayor de la segunda expedición de Mariano Osorio a Chile. Capturado tras la Batalla de Maipú fue detenido en la Provincia de San Luis, donde murió al participar de un intento de fuga según dice la explicación de los hechos de sus asesinos.

Quinto hijo de Joaquín José Primo de Rivera Pérez Acal, brigadier, gobernador y comandante general de armas de Maracaibo y de Antonia Ortíz Pinedo Muñoz, nació en Maracaibo en 1786. Era hermano del capitán de fragata José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo, destacado en Montevideo.

Inició su carrera militar en España, donde participó en la guerra contra el invasor francés. En 1807 era subteniente y en 1808 capitán. Logró evadirse de la capital para presentarse dentro de los muros de la sitiada Zaragoza donde fue agregado al servicio de la Artillería y herido en la defensa de la línea de la Puerta Quemada, Horno del Rincón y calle del Arco de la Nao.

Fue parte de la expedición enviada por España a Perú en 1816 como segundo del regimiento de infantería de don Carlos. Al poco tiempo de llegar a Lima fue ascendido a coronel y puesto al mando del regimiento de Burgos.

Cuando el Virrey decidió hacer regresar a Chile a los soldados que abandonaron ese país después de la Batalla de Chacabuco, envió al Callao un batallón de infantería para evitar que desembarcasen los fugitivos "al mando del Teniente coronel don Joaquín Primo de Rivera, oficial prestigioso que acaba de llegar de España".

En octubre y noviembre de 1817 Mariano Osorio organizó en Lima un nuevo ejército expedicionario para atacar a las fuerzas revolucionarias en Chile al mando de José de San Martín y Bernardo O'Higgins. Entre los ayudantes de Osorio figuraba Joaquín Primo de Rivera, quien fue designado jefe de Estado Mayor de la expedición.

El 18 de enero de 1818 fondeó en Talcahuano y Mariano Osorio designó como su segundo con el grado de brigadier a José Ordóñez, defensor de Talcahuano, y confirmó como jefe del Estado Mayor al coronel don Joaquín Primo de Rivera.

Barros Arana dice de este último:"El jefe de Estado Mayor designado por el Virrey, coronel don JPR, era un oficial joven y arrogante, distinguido por su valor en la guerra de España". Bartolomé Mitre lo calificaría de "joven fogoso, dotado de valor y algunos talentos, pero de poca experiencia militar."

El 15 de marzo de 1818 al mando de una columna de unos 800 hombres entre infantería y caballería, Joaquín Primo de Rivera enfrentó a los patriotas comandados por Ramón Freire en el Combate de Quechereguas. Freire, quien tenía sólo 170 hombres, intentó sin éxito eludir la batalla, por lo que formó para hacerle frente. No obstante Primo de Rivera sin aprovechar la superioridad numérica, hizo descansar a sus hombres a dos leguas de distancia de la división patriota, lo que permitió a estos atravesar el río Lontué y alejarse.

Participó de la batalla de Cancha Rayada en donde el 19 de marzo de 1818 las fuerzas realistas sorprendieron y derrotaron a los patriotas en las llanuras de Cancha Rayada, junto a Talca.

Batalla de Maipú

Al amanecer del día 5 de abril de 1818, Osorio colocó su Ejército en unas pequeñas lomas al oeste del campo de batalla. A la izquierda, sobre el cerrillo Errázuriz5 ubicó el primer cuerpo, formado por las compañías de cazadores y granaderos y cuatro piezas de artillería bajo el mando del Coronel Joaquín Primo de Rivera. Estaba separado de la línea principal por cerca de 300 metros de tierras bajas en que fue colocado el regimiento de dragones de la frontera también al mando de Primo de Rivera. En el centro situó dos batallones al mando del Coronel Lorenzo Morla y a la derecha dos más al mando del Coronel Antonio Ordóñez. La artillería, que contaba con 12 piezas, se distribuyó en el frente de la línea y la caballería en ambas alas.

San Martín avanzó con sus fuerzas para cerrar el camino de Valparaíso y se ubicó en Los Cerrillos. En su derecha ubicó la división del Coronel Juan Gregorio Las Heras con tres batallones apoyados por la Brigada de Artillería del teniente coronel Manuel Blanco Encalada. En la izquierda ubicó a la división del Coronel Rudecindo Alvarado con tres batallones y el apoyo de la brigada de artillería al mando del mayor José Manuel Borgoño. En el centro se ubicó la Artillería de Los Andes y la reserva, con tres batallones al mando del coronel Hilarión de la Quintana. Ocho escuadrones de caballería se desplazaron en ambas alas, los Granaderos a Caballo en la derecha y los Cazadores chilenos y argentinos en la izquierda.

El ejército realista carecía de reservas y su línea estaba muy extendida mientras que el patriota tenía efectivos superiores especialmente en caballería y artillería (21 cañones) y contaba con reservas. Una hondonada separaba a los contendientes. Ninguno de los comandantes hacía avanzar sus fuerzas en razón de que quedarían expuestas al fuego enemigo por lo que la acción se redujo por media hora a un intercambio de artillería sin mayores efectos, hasta que San Martín ordenó finalmente el avance de las divisiones Las Heras y Alvarado.

Las Heras logró aislar el ala izquierda realista de su centro, con lo cual las fuerzas de Primo de Rivera quedaban separadas de la acción principal y expuestas a ser cortadas. Alvarado fue en cambio rechazado con fuertes pérdidas y Ordóñez inició un contraataque con su infantería que fue detenido por la artillería y los cazadores.

Primo de Rivera recibió entonces la orden de Osorio de desprenderse primero de las compañías de granaderos para que concurrieran a defender el centro de la línea, donde convergían las fuerzas patriotas y realistas, y luego la de retirarse con el resto de sus tropas dejando abandonados sus cañones en el cerro.

Cuando finalmente intervino la reserva patriota y la caballería realista se dispersó, Osorio dio por perdida la jornada y huyó hacia Valparaíso dejando el mando al coronel Ordóñez, quien hizo formar su infantería en tres cuerpos espaciados a corta distancia entre sí, el de la izquierda al mando de Primo de Rivera, el del centro al mando de Morla y la derecha al de Ordóñez mismo, y tras media hora de resistir inició bajo el constante ataque revolucionario un repliegue ordenado a las casas de los Espejo, donde se atrincheró. Dijo San Martín en su parte: "Puede decirse que con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, pero también puede asegurarse que jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme ni más tenaz." No obstante, al atardecer el ejército realista estaba completamente derrotado y sus jefes eran finalmente capturados.

Capturado al igual que sus camaradas el brigadier Ordóñez, los coroneles Morgado y Berganza, los tenientes coroneles Morla y Arrasa, los capitanes Carretero, Cova, Butrón, Salvador, Lamadrid y Fontealba, los oficiales subalternos Burguillos, Sierra, Riesco, Arriólo, Vidurriza, Ruiz de Ordóñez y numerosos soldados, fue enviado detenido a San Luis, después del de Las Bruscas el principal "depósito" de prisioneros del país.

Al comienzo los prisioneros estaban hasta cierto punto conformes con su suerte. Tenían quintas propias y solían asistir a eventos sociales. El teniente coronel Morla, incluso vivía en la casa del teniente gobernador Vicente Dupuy y era amigo personal. Primo de Rivera vivía con Ordóñez y su sobrino Juan Ruiz de Ordóñez. Incluso Primo de Rivera envió un oficio el 24 de septiembre de 1818 a San Martín en el cual agradece los favores merecidos de este en su nombre y el de sus compañeros de armas.

Pero el 3 de noviembre de 1818 llegó a San Luis el doctor Bernardo de Monteagudo, confinado por su relación con los hermanos Carrera. Monteagudo impulsó a Dupuy a restringir sus libertades y a dividir a los prisioneros en grupos pequeños, agitando la amenaza de un levantamiento, con el consiguiente descontento de los españoles, quienes según los cronistas independentistas comenzaron a organizar una conspiración alentados con la llegada de nuevos contingentes de prisioneros.

El levantamiento fue planeado por el capitán Gregorio Carretero. Se sumaron luego a su dirección otros oficiales superiores, el brigadier José Ordoñez, el coronel Joaquín Primo de Rivera, el coronel Antonio Morgado, el teniente coronel Lorenzo Morla, etc.

Puesto en marcha el 8 de febrero, preveía detener (o matar según se afirmó) al teniente gobernador Vicente Dupuy y a Bernardo Monteagudo copar la guarnición de San Luis, el pueblo y luego unirse a los montoneros en Córdoba o repasar la cordillera para unirse a las partidas realistas del sur de Chile.

La sublevación de prisioneros en San Luis, donde se hallaban detenidos los prisioneros de cierto rango de la guerra con Chile, fue percibida como un peligro real para la revolución, especialmente cuando se temía que había sido preparado en coordinación con las montoneras que mantenían la anarquía en las provincias argentinas y que uno de sus instigadores era José Miguel Carrera, que esperaba recuperar con tales revueltas el gobierno de Chile. La situación en Chile era compleja y la posición de los patriotas distaba de ser segura: simultáneamente con el levantamiento de los prisioneros se producía la sublevación de los hermanos Prieto en la cordillera de Talca y se renovaba la guerra al sur del Río Biobío por los realistas dirigidos por Vicente Benavides aliados con los mapuches.

El movimiento fracasó gracias a las partidas del pueblo organizadas por el comandante de milicias José Antonio Becerra. Se distinguieron en la resistencia Juan Pascual Pringles y el entonces oficial de milicias Facundo Quiroga. Las represalias fueron injustificables, más allá del riesgo cierto a la revolución, de los numerosos antecedentes de actos similares cometidos por los realistas en el Alto Perú y en Chile y de los que se cometerían a futuro, especialmente por Benavides. El mismo Dupuy decía:

"ese fue el instante en que los deberes de mi cargo y de mi autoridad se pusieron de acuerdo con la justa indignación del pueblo. Yo los mandé degollar en el acto y expiaron su crimen en mi presencia y a la vista de un pueblo inocente y generoso donde no han recibido sino hospitalidad y beneficios."

Al ver fracasado el intento contra Dupuy, Joaquín Primo de Rivera se retiró a una habitación adyacente a la del teniente gobernador donde sus compañeros eran ultimados y se pegó un tiro con su carabina falleciendo en el acto. Treinta y tres prisioneros fueron muertos y sólo un miliciano. El proceso sumario conducido por Monteagudo finalizó con la ejecución de otras ocho personas.

El 16 de febrero llegaron las noticias del levantamiento a Santiago de Chile, y San Martín, sin conocer aún que había sido reprimido, escribió desde su campamento a Bernardo O'Higgins:

"Ahora más que nunca se necesita que Ud.haga un esfuerzo para auxiliar a Cuyo. Yo partiré esta noche, y espero sacar todo el partido posible de las circunstancias críticas en que nos hallamos. Yo temo que todos los prisioneros de Las Bruscas hayan sido incorporados en la montonera. Chile no puede mantenerse en orden, y se contagia si no acudimos a tiempo. No quede libre un sólo prisionero. Reúnalos Ud.todos:eche la mano a todo hombre que por su opinión pública sea enemigo de la tranquilidad. En una palabra, es preciso emplear en este momento la energía más constante."
Barros Arana, Diego, Historia general de Chile, página 88.

En España se acusó que existía un plan para ejecutar a los prisioneros realistas aprovechando la "ley de fugas":

"Se hallaban reunidos en la Punta de San Luis una porción considerable de ilustres prisioneros procedentes en su mayor parte de la batalla de Maipú. Los había asimismo en Las Bruscas, otro punto perteneciente al Virreynato de Buenos Aires y los había también en uno de los fuertes de aquella capital. Parece que sus gobernantes, y señaladamente el director Pueyrredón y el generalísimo de Chile, San Martín, habían decretado el exterminio total de aquellas víctimas del honor y de la fidelidad...se hizo concebir a dichos prisioneros por el conducto de pérfidos emisarios y de una fingida correspondencia la halagüeña idea de recobrar su libertad. Se compraron hombres infames que declarasen haber sido heridos y maltratados por los prisioneros en el acto de hacer terribles ensayos para fugarse de las cárceles, de este modo trataron de dar una forma de legalidad a la muerte de los que gemían bajo las cadenas de las Bruscas y Buenos Aires."
Torrente, Mariano, Historia de la Revolución Hispano-americana.


Afirma el cronista realista que en San Luis los prisioneros sobrevivientes fueron salvados de "la turba furiosa" por el oficial de guardia que

"cierra sus puertas y se opone abiertamente a darles entrada protestándose de que no se ha de manchar su espada con la sangre inocente de aquellos desgraciados que aguardaban con la más religiosa conformidad su último fatal destino."

Finalmente el supuesto plan del gobierno se suspendió:

"Se apresuraron por lo tanto los más filantrópicos a poner en uso todos los recursos de su mediación a fin de contener la bárbara mano de los conjurados. Temió el gobierno insurgente de Buenos Aires los efectos de una conjuración ya descubierta, temió la ira de los gabinetes europeos de cuyo apoyo necesitaba para consolidar su malhadada independencia y despachó sin dilación órdenes presurosas para contener el puñal fratricida. Ya los detenidos en las Bruscas iban a ser inmolados al furor revolucionario cuando llegaron las citadas órdenes.

En El censor Periódico político y literario, de similar tendencia, se afirmaba a raíz de la muerte de prisioneros sublevados en San Luis que

"No satisfecho todavía de sangre estos caníbales intentaron deshacerse de igual modo de unos doscientos oficiales españoles prisioneros que estaban en las Bruscas. A este efecto se comunicó al oficial encargado de este depósito una orden facultándole para que á la menor sospecha que tuviese de ellos los exterminase a todos."

No hay prueba alguna de tal plan y no parece razonable su existencia teniendo en cuenta la personalidad de los líderes involucrados, al menos en lo que respecta a Pueyrredón, O'Higgins y San Martín, los intereses de la revolución y el trato previo. Sí es factible que ante la carencia de recursos, la situación civil y militar y el involucramiento de los prisioneros en los planes tanto españoles como rebeldes se tomara la decisión de aumentar los recaudos de cara a evitar sublevaciones o fugas masivas o reprimirlas con rapidez y severidad.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 14:46

Excmo. Sr. D. Mariano OSORIO PARDO General del Ejercito Español


Mariano Osorio Pardo (Sevilla, España, 1777 - † La Habana, Cuba, 1819) fue un militar español y gobernador de la Corona Española en la Gobernación de Chile. Es una de las figuras fundamentales de la Independencia de Chile y sobre todo del periodo de la Reconquista española, dado que fue el comandante de las fuerzas leales a España que triunfaron en la Batalla de Rancagua y Batalla de Cancha Rayada (1818). Fue el penúltimo Gobernador español entre 1814 y 1816.

Desde muy joven inició su carrera militar en el arma de artillería. Combatió de manera notable durante la invasión napoleónica a España en 1808. Posteriormente, en 1812, fue trasladado a Lima como Comandante General de Artillería y profesor de matemáticas de la Escuela Militar. Estaba casado con Joaquina de la Pezuela, hija del futuro virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela.

Reconquista de Chile

Cuando el virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa desconoció el Tratado de Lircay, este puso a Osorio al mando de la fuerza expedicionaria que reconquistaría la Gobernación de Chile para devolverla al Imperio Español, compuesta por el batallón Talavera, recientemente llegado de la península con 374 plazas que antes de su partida a Chile fueron elevadas a 600 con reclutas locales, dos compañías del regimiento Real de Lima con 200 plazas y 6 piezas de artillería con 70 servidores. La expedición zarpó del Callao el 19 de julio de 1814 y tras 14 días de navegación desembarcó en Talcahuano, desde donde avanzarían hacia el norte reconquistando los territorios de Chile para la Corona Española. El último enfrentamiento se produjo el 1º y 2 de octubre de 1814, en la famosa Batalla de Rancagua, donde Osorio y sus huestes realistas derrotaron a las tropas patriotas del general Bernardo O'Higgins. De esta manera Osorio entró triunfante en Santiago de Chile.

Luego de la batalla de Rancagua, Mariano Osorio asume la gobernación de Chile. El gobernador reinstaura el antiguo régimen y todas sus instituciones. De igual forma disuelve todo lo instaurado por los "patriotas" durante el periodo de la Patria Vieja. Osorio, a pesar de haber ordenado la deportación de una centena de notables patriotas al archipiélago de Juan Fernández, intentó llevar a cabo conscientemente un gobierno de reconciliación entre los bandos enfrentados (patriotas y realistas); por eso ordenó el tribunal encargado de enjuiciar a posibles antiguos patriotas, con vecinos benevolentes que perdonaron en reiteradas ocasiones. Destacó también por una de sus más distintivas características: un humor socarrón que contribuyó a distensionar el ambiente de la época, plagado de violencias. En este sentido, muy citada es una de su sentencias, redactada frente a una petición de un acomodado residente de Santiago, llamado Juan Luco y Aragón, que pedía que no le cobraran impuestos porque había sido liberado de ellos con anterioridad; Osorio respondió al pie de la petición: "Como Luco y Aragón, libre de Contribución-Como vecino y pudiente, pagará al día siguiente".

Pero al parecer, no controlaba por completo la situación de la gobernación. El Real Regimiento de Talavera de la Reina, a cargo del capitán Vicente San Bruno, reprimía con violencia a muchos patriotas, lo cual no hacía otra cosa que contribuir a oscurecer la fama del gobierno español y producir el traspaso a la causa nacionalista del grupo más moderado, que sería determinante en el futuro.

En 1816, el virrey del Perú publica en un connotado periódico de Lima, que es él el principal responsable de la reconquista de Chile. Esto provocó que Osorio se molestase y enviara una carta al mismo periódico desmintiendo los dichos de su superior y haciéndose él acreedor de la responsabilidad en los triunfos realistas. Evidentemente esto causó la ira del Virrey, el cual lo destituyó y nombró en su lugar a Casimiro Marcó del Pont.

Maipú y sus últimos días

A principios de 1817 el director supremo de las Provincias Unidas Pueyrredón autorizó el envío del Ejército de los Andes a la Capitanía General de Chile con el fin de reinstaurar el gobierno independentista, prevenir una posible invasión por el oeste y finalmente invadir Lima por el Pacífico.

El ejército, de más de 5.000 hombres, fue dirigido por el capitán general José de San Martín siendo acompañado por sus comandantes: el brigadier general Soler y los brigadieres O'Higgins y Las Heras. El Ejército de los Andes emprendió el Cruce de los Andes el 19 de enero de 1817 y luego de distintas batallas lograron independizar a Chile de la Corona española. Sin embargo, esto no fue aceptado inmediatamente por la Corona Española, la cual ordenó una nueva expedición a cargo del antiguo gobernador de la colonia, el general Osorio.

Osorio y sus tropas desembarcaron nuevamente en Talcahuano. Al igual que en 1814 avanzaron hacia el norte y sorprendieron a las fuerzas independentistas, conformadas por la unión del Ejército de los Andes y los cuerpos milicianos chilenos recién formados, en la Batalla de Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818. El ejército de San Martín fue perseguido por las fuerzas de Osorio. No obstante, los rebeldes independentistas lograron organizarse en los llanos de Maipú, donde vencieron definitivamente a los leales a la Corona Española en la Batalla de Maipú. Mariano Osorio logró escapar con algunos colaboradores hacia Lima, donde es juzgado por las posibles responsabilidades que le pudieran caber en la derrota realista. Fue absuelto y emprendió viaje de regreso a su tierra natal, pero terminó sus días en La Habana, víctima de la fiebre palúdica, en 1819.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 14:51

Excmo. Sr. D. Clemente DE LANTAÑO Y PINO Militar del Ejercito Español


Clemente de Lantaño Pino (31 de julio de 1774, Chillán Viejo, Región del Biobío, Chile - 10 de mayo de 1846), fue un militar chileno.

Hijo de Fernando de Lantaño y Landa, noble vasco oriundo de Alava, Vizcaya y de Josefa del Pino y Sepúlveda, criolla descendiente de Conquistadores.

Hasta el inicio de la guerra, Lantaño era un acaudalado y bien contactado Terrateniente de Ñuble, que se convertiría con el pasar de los años en un prestigioso militar y uno de los Próceres de la Independencia de Chile. Sirvió junto con O´Higgins y después destacó como Comandante realista, siendo pieza clave de ésta causa, posteriormente en febrero de 1821 regresaría a bando Patriota. En 1814, el brigadier español Gabino Gaínza lo puso al mando de una de sus principales columnas guerrilleras realistas, con el título de Teniente Coronel.

Lantaño junto con otros prestigiosos militares como: Manuel Bulnes Quevedo, Manuel Barañao y Manuel Vega, fueron criollos patriotas, pero enemigos acérrimos del general Carrera, quien representaba en la patria vieja el predominio santiaguino sobre la Aristocracia del Sur; ante las arbitrariedades de la dictadura de José Miguel Carrera, una gran parte de la provincia prefirió continuar con el régimen anterior a someterse al de Santiago. Por ésta razón prefrieron unirse a la causa realista y así poder combatir el régimen de Carrera. En efecto, los acontecimientos arrastrarían a Lantaño a tomar una actitud determinante; las violencias y depredaciones iniciadas por las autoridades y las fuerzas patriotas inclinan a los pobladores del partido de Chillán y de toda la provincia en masa a unirse a lado del Rey, para defender sus familias, sus casas y sus campos. Gracias a lo anterior Lantaño creo un célebre ejército propio de 400 soldados llamados “Los Lanudos de Lantaño”, que eran principalmente campesinos de su Hacienda “El Roble”. Ésta guerrilla contaba incluso con su uniforme propio y se destacó por su bravura, lealtad y extraordinaria movilidad, además, actuaba de manera independiente o en conjunto con el ejército realista.

Participó en la batalla de El Roble, que se desarrolló precisamente en la Hacienda "El Roble", de su propiedad, participó del Combate de Membrillar y la Batalla de Rancagua, entre muchas otras acciones militares. Pero la captura de los hermanos Carrera, en 1814, fue lo que le significó un importante prestigio y fama dentro del ejército. En la Batalla de Rancagua Lantaño junto a su ejército estaba en una de las 4 avenidas de la plaza de Armas, O´Higgins por otro lado estaba acorralado, consecuencia de esto su muerte o en el mejor de los casos detención eran inminentes, pero Lantaño que había sido amigo de O´Higgins tomó la decisión de salvarlo y envió a un grupo de “Lanudos” a rescatarlo y ayudarle a escapar.

Tras la batalla de Maipú, en 1818, siguió luchando con los realistas en la ribera sur del río Bío-Bío contra la ofensiva patriota en la Segunda campaña al sur de Chile, hasta que acompañó al coronel Juan Francisco Sánchez en la fatigosa retirada a Valdivia de 1819. Desde esa plaza se trasladó por mar al Perú para seguir sirviendo a la causa del rey.

En el Perú fue bien acogido por el virrey, quien, ante del desembarco de José de San Martín le encomendó, en 1821, preparar la defensa del Departamento de Ancash. Contra las fuerzas que organizaba en Huaraz, se despacharon tropas patriotas desde Supe, bajo el mando del coronel Enrique Campino. La columna atacante cayó sorpresivamente sobre el pueblo, por lo que Lantaño fue hecho prisionero, siendo enviado de vuelta a Chile.

En febrero de 1821 le manifiesta al general José de San Martín sus deseos de reintegrarse a las filas de la Patria, renegando al ejército realista y a la cruz de la Orden de Isabel la Católica, distinción que el Rey de España le otorgaría por sus notables servicios al Reino. San Martín aceptó gustoso el ofrecimiento. Según el historiador Torrente, y textual del libro de Fernando Campos Harriet “Los Defensores del Rey”: “había querido el Jefe del Ejército Libertador hacerle al Director Supremo de Chile, O´Higgins, el mejor obsequio, por las ventajas que se esperaban de los acontecimientos, e influjo en el citado reino de tan esforzado jefe, como era Lantaño.”

Textual del libro “Los Defensores del Rey”: “efectivamente, en febrero de 1821, se presentó don Clemente Lantaño a O´Higgins, en el Palacio Directorial, en Santiago. Lantaño se había portado noblemente con O´Higgins en Rancagua. Habían sido amigos, en las primeras jornadas de sus vidas de militares, en la vieja Chillán. Lantaño reconocía el triunfo de las armas de la patria. Ofreció a O´Higgins su espada. El Director Supremo, que sabía sus relaciones, sus influencias de familia, su prestigio de hombre activo, sagaz y acaudalado de Chillán, acepto su ofrecimiento y le reconoció como Coronel en el ejército de la República.”

Se le comisionó aquel mismo año mediar ante el gobernador de Chiloé, Antonio de Quintanilla, aprovechando la cercanía existente entre ambos. Lantaño le propuso a nombre del gobierno de Santiago la incorporación del archipiélago a la recién creada república chilena, trantado de convencer a Quintanilla de la ruina definitiva de las armas reales en Chile. La misión fue infructuosa, pues Quintanilla no creyó el cuadro que le pintaba Lantaño.

De vuelta al territorio patriota, combatió en la Guerra a muerte junto al entonces capitán Manuel Bulnes. En 1821 negoció y logró la rendición del campamento realista de Quilapalo. En 1823 dirigió una expedición punitiva en contra de las montoneras de los Hermanos Pincheira, en la zona montañosa de Ñuble.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 20:50

Excmo. Sr. D. Dionisio CAPAZ RENDON Capitán General de la Armada Española


Dionisio Capaz Rendón fue un marino y político español nacido en El Puerto de Santa María en 1780 y fallecido en Madrid en 1855. Fue Ministro de Marina.

En 1799 embarcó como guardiamarina en el Conquistador, mandado por Churruca. Participó en la expedición gala de Leclerc a Santo Domingo y en 1802 en la Comisión cartográfica de las islas griegas. En la batalla de Trafalgar combatió embarcado en el Bahama, pasando como prisionero a Gibraltar.

En 1813 fue elegido diputado a Cortes por la provincia de Cádiz hasta el regreso de Fernando VII a España. Fue entonces encarcelado en Madrid y trasladado luego al castillo de San Sebastián en Cádiz, en el que permaneció condenado durante dos años. En 1818 tomó parte en un convoy que llevaba tropas al Callao, teniendo que hacerse cargo del mando cuando el primer comandante cayó enfermo. La expedición fue desastrosa, pues los insurgentes capturaron el María Isabel, buque que tripulaba Capaz, quien, sin embargo, llegó al Callao. Fue sometido a causa, de la que salió absuelto por motivos políticos. Estaba en el Callao cuando el ataque de Cochrane y fue designado por el virrey Pezuela para representarle en las conferencias de Miraflores con San Martín, que no tuvieron resultado práctico (1821). Ese mismo año regresó a España y fue ascendido a capitán de fragata y en 1822 nombrado secretario de la Junta del Almirantazgo y del Despacho Universal de Marina en un Ministerio presidido por Evaristo San Miguel, liberal exaltado, Ministerio que fue apodado de los Siete Niños de Écija.

Al producirse la invasión del duque de Angulema se trasladó con el ministerio a Sevilla y luego a Cádiz, fue nombrado mayor general de la Escuadra del Océano y participó en la defensa del Trocadero; caído el régimen liberal emigró al extranjero y no regresó hasta 1832, reintegrándosele en sus grados, ascendiendo en 1835 a capitán de navío y después del motín de La Grania a brigadier. En 1837 fue elegido senador por la provincia de Toledo, afiliado al partido progresista, y al año siguiente ascendido a jefe de escuadra. En 1840 fue nombrado ministro de Marina en el gobierno de Vicente Sancho, gabinete que quedó sin efecto. En 1841 se le nombró presidente del Consejo Permanente de Guerra de Generales del Ejército que había de fallar las causas por el levantamiento de octubre del mismo año y, empatados los votos en la del general Diego de León, el suyo fue el que decidió la pena de muerte dada a este, por lo que fue unánimemente censurado. Enemistado por esto con la opinión pública, renunció a su ascenso a teniente general, aunque más tarde lo hiciera valer invocando sus derechos al escalafón.

Fue nuevamente ministro de Marina con Rodil y al producirse el levantamiento de 1843 emigró al extranjero, de donde no volvió hasta 1847. Este mismo año ascendió a teniente general. En 1853 fue nombrado vocal de la Junta Consultiva. En agosto de 1855, elevado a capitán general de la Armada, cargo que desempeñó hasta su muerte, el 27 de diciembre siguiente.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 20:56

Excmo. Sr. D. Juan Francisco SANCHEZ General del Ejercito Español


Juan Francisco Sánchez (1757-1820). Jefe realista en Chile entre los años 1813-1814 frente a la sublevación independentista.

Nacido en Betanzos, Galicia, entró a servir como soldado de un regimiento de infantería en 1773. Durante los siguientes diez años pasa a sargento y luego a subteniente. Sirve en la Guerra del Rosellón en el frente de Guipuzcoa, siendo trasladado como capitán de infantería al batallón apostado en Concepción. Durante los turbulentos primeros años de la revolución se negó a sumarse a las filas juntistas y fue destinado a Santa Bárbara, donde permaneció hasta que el brigadier Antonio Pareja lo convirtió en segundo jefe de su batallón.

Estando enfermo en Chillán, el brigadier se negó a reposar y montó su caballo bajo la lluvia en un acto de nombramiento de Sánchez como teniente coronel y sucesor en el mando de la gobernación ante la tropa. En el mismo evento le entregó simbólicamente el estandarte real al coronel. Pareja expiraba el 21 de mayo de 1813.

Sánchez tenía pocos conocimientos militares y era fuertemente influenciado por el fraile franciscano Juan de Almirall, antiguo secretario de su predecesor y futuro capellán de ejército.3 Sin embargo, rápidamente se demostró que su inexperiencia era demasiado perjudicial para su propia causa, sufriendo varias derrotas.

Durante su mandato realista libró la batalla del Roble, en 1813, al margen del río Itata, donde Bernardo O'Higgins logró rechazar el ataque por sorpresa del destacamento español gracias a la intervención de la caballería de Ramón Freire. La resistencia realista consiguió perpetuarse gracias al «General Invierno 1813», es decir, el clima invernal que perjudicó a las tropas revolucionarias. Finalmente, Sánchez es sucedido por el brigadier Gabino Gaínza, llegado a Chile el 31 de enero de 1814.

Continuó al servicio de las armas monárquicas, destacando en la batalla de Chacabuco. Tras la derrota de Maipú y la retirada de Mariano Osorio al Callao, le fue conferido nuevamente el mando de la provincia de Concepción, a la espera de nuevos refuerzos provenientes de la península. Sin embargo, el avance del enemigo durante el verano de 1819 en la Segunda campaña al sur de Chile y la derrota en la Batalla del Biobío, le obligó a retirarse con el resto de sus fuerzas hacia territorio indígena, desde donde prosiguió hasta las fortificaciones de Valdivia. En noviembre fue requerido en Perú para explicar la pérdida de Concepción (cuya defensa en esas condiciones le era imposible) y se embarcó en le bergantín Aranzazu. Murió en 1820, durante una retirada de las tropas a su mando

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 21:03

Excmo. Sr. D. José María VALDEZ Militar del Ejercito Español


Fue un militar español natural de Valencia, afincado en el Alto Perú se unió a las fuerzas realistas que enfrentaban a los patriotas durante la guerra de la independencia. Fue más conocido como “Barbarucho”, apodo que él mismo se puso.

Antes de la guerra se dedicaba al comercio de mulas y al contrabando, oficio que le permitió conocer los múltiples senderos de la Cordillera. Trabajó también como tropero (persona que labora conduciendo haciendas para el abastecimiento de las poblaciones), al servicio del entonces rico comerciante vizcaino Pedro Antonio Olañeta.

Se unió como oficial al Batallón de Cazadores, cuerpo de infantería ligera del Ejército del Alto Perú, que inicialmente mandaba Olañeta, hizo la campaña que culminó en la Batalla de Viluma, poco antes, el 20 de octubre de 1815 mientras se encontraba de avanzada con 25 hombres de su batallón fue atacado por una partida de gauchos, siendo él el único que sobrevivió al encuentro por hallarse bien montado siendo todos sus soldados degollados.

Fue el jefe de la partida realista que el 7 de junio de 1821 hiere mortalmente al general Martín Miguel de Güemes. Durante la rebelión de Olañeta, en 1824, fue uno de sus oficiales de confianza y también fue el último jefe realista del Alto Perú en rendirse

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 21:21

Excmo. Sr. D. Manuel QUIMPER BENITEZ DEL PINO Militar del Ejercito Español


Manuel Quimper Benítez del Pino (Lima, ca. 1757 – Lima, abril de 1844) fue un peruano de origen español, oficial naval, explorador, cartógrafo y funcionario colonial. Realizó varias expediciones de exploración y levantamientos cartográficos en el estrecho de Juan de Fuca y en las islas Sandwich a finales del siglo XVIII. Más tarde fue nombrado gobernador colonial en su Perú natal, en el inicio de la lucha por la independencia. Se retiró a España, pero pronto pudo regresar al Perú donde sirvió como oficial naval en la nueva república e hizo una carrera literaria antes de su muerte en Lima.

Manuel Quimper nació en Lima, Perú, de padre francés y madre española. A la edad de trece años se convirtió en cadete en una compañía de la Armada española estacionada en Callao, y participó en la exploración de la isla de Chiloé. En abril de 1771, con el aval del virrey del Perú Manuel de Amat y Juniet, fue aceptado en la Real y Pontificia Universidad de San Marcos en Lima, donde estudió matemáticas y sus aplicaciones náuticas, y donde se graduó en junio de 1774.

Poco se sabe de la familia de Quimper. En 1792, El Mercurio Peruano, una publicación de la Sociedad Académica de Amantes de Lima, publicó una carta suya que había escrito, al parecer, a un hermano en Lima durante su estancia en 1790 en el Nootka Sound.

Tras sus estudios universitarios, Quimper fue asignado a la fragata Áquila en una misión para reafirmar la soberanía española sobre la isla de Tahití en el Pacífico Sur y, a finales de 1777, para entregar madera de Guayaquil para la construcción naval en el Callao. A finales de 1780 fue ascendido a alférez de navío y asignado al transporte de alimentos desde El Callao a Talcahuano. Dos años más tarde fue enviado a cartografiar las islas de Juan Fernández en el Pacífico Sur y a su regreso al puerto de Valparaíso recibió reconocimiento por sus habilidades cartográficas. En 1786 se embarcó en viaje de cuatro meses hacia el puerto español de Cádiz. Al mes había sido ascendido a alférez de navío y recibió el permiso para servir en la corte del rey Carlos III en Madrid durante cuatro meses, antes de regresar al mar destinado a la protección del golfo de Cádiz.

La corte española estaba cada vez más preocupada por las incursiones de británicos y rusos a lo largo de la costa del Pacífico Noroeste y decidió enviar a siete jóvenes oficiales de la Armada recién formados para averiguar sus intenciones. Entre ellos estaba Quimper y un compañero peruano Juan Francisco de la Bodega y Quadra, quien fue nombrado comandante del Departamento Naval de San Blas. Partieron de Cádiz a bordo del San Ramón en mayo de 1789 y tras arribar a Veracruz, los siete fueron trasladados al puerto de San Blas, en la costa del Pacífico.

En julio de 1789 se recibieron noticias del Pacífico Noroeste con la llegada del Princesa Real, un buque dedicado al comercio de pieles que había sido capturado a los británicos en el Nootka Sound por el comandante español Esteban José Martínez. En 1788, el comerciante y explorador británico John Meares había establecido un puesto de comercio de pieles en Nootka Sound. España consideraba este asentamiento una invasión de su territorio y había enviado a Martínez para ocupar el puerto al año siguiente. Martínez llegó en 1789 con buques de guerra, se apoderó del puerto y de algunos buques, incluyendo la balandra Princess Royal, a la que cambió el nombre por Princesa Real. La balandra fue enviada a San Blas a disposición del virrey de la Nueva España Juan Vicente de Güemes, 2º conde de Revillagigedo. El vrrey, sin embargo, quiso evitar problemas adicionales con los británicos y ordenó que devolvieran el barco.

El 3 de febrero de 1790, una expedición española navegó hacia el norte desde San Blas, al mando del teniente de navío Francisco de Eliza, el oficial de mayor rango disponible en San Blas. Le acompañaban el teniente de navío Salvador Fidalgo, y el alférez de navío Manuel Quimper. Su propósito era fortalecer el asentamiento del Nootka Sound, realizar más levantamientos cartográficos en las aguas del estrecho de Juan de Fuca y en las islas San Juan, y devolver el Princesa Real a los británicos. Después de varias semanas en el mar, el Princesa Real y Quimper llegaron con dificultad al Nootka Sound, y acometieron las reparaciones en el buque antes de devolverlo a los británicos. Durante el mes de mayo, el Princesa Real fue reparado y no hubo indicios de los británicos. Quimper, entonces, utilizó el buque para llevar a cabo una exploración de dos meses de las costas norte y sur del estrecho de Juan de Fuca.

Durante junio y julio, cartografió y nombró muchos accidentes geográficos a lo largo de la costa sur de la isla de Vancouver y la costa norte de la península Olímpica. Fue el primer europeo en avistar el monte Baker, al que llamó La Gran Montaña Carmelita. En la península Olímpica comerció y observó las costumbres de los pueblos indígenas, cerca de Dungeness (que llamó bahía de Quimper) y cerca del río Elwha, muy probablemente en ambos casos con miembros de la tribu Klallam; Quimper sería así posiblemente el primer europeo que los habría visto. La mayor parte de sus descubrimientos a lo largo del estrecho fueron cambiados de nombre por el capitán británico George Vancouver en 1792, que realizó una exploración detallada de la misma región. Los pocos accidentes que aún conservan al menos una apariencia de sus nombres en español son Port Angeles, el estrecho de Rosario, la península de Quimper y la isla Fidalgo.

Quimper volvió al Nootka Sound a principios de agosto, pero no pudo entrar en el puerto durante varios días debido a la densa niebla. Puso entonces rumbo de regreso a la Nueva España y llegó a Monterrey el 1 de septiembre de 1790. Ahí se reunió con Fidalgo, a bordo del San Carlos, y ambos llegaron a San Blas el 13 de noviembre de 1790. El virrey Revillagigedo se sorprendió al saber que el Princesa Real se encontraba todavía en posesión española y envió un mensaje a la Corte de Madrid recomendando que la devolución del buque a los británicos se hiciese entonces en Macao. También envió un informe de las exploraciones de Quimper en la región del Pacífico Noroeste, con nueve de sus cartas marinas. Quimper fue ascendido a teniente de fragata.

El 14 de febrero de 1791, Quimper zarpó a bordo del Princesa Real, con las órdenes del comandante de San Blas, Juan Francisco de la Bodega y Quadra para cartografiar las islas Sandwich y luego devolver la nave al Gobernador General de las Filipinas Félix Berenguer de Marquina, que a continuación lo devolvería a los británicos. Mientras exploraraba las islas Sandwich, el 1 de abril de 1791 Quimper tuvo un encuentro tenso con James Colnett, el comandante británico en Nootka. Colnett exigió una explicación de Quimper de por qué el Princesa Real aún no había sido devuelto y Quimper le informó de los planes para entregarlo en Macao. Colnett amenazó con apoderarse de la nave allí mismo, pero cuando observó que Quimper se preparaba para el combate se echó atrás. Quimper continuó con su exploración de las islas de Hawái, Maui y Oahu, y el 19 de abril de 1791, zarpó rumbo a las islas Filipinas.

Quimper llegó a la base naval de Cavite en la bahía de Manila el 4 de junio de 1791. Le entregó la nave a Vicente Llanos y Valdés, un familiar del ministro de la Marina. El Princesa Real fue devuelto en Macao el 12 de agosto de 1791, pero un fuerte huracán la golpeó pronto provocando graves daños en la nave, que fue vendida después de su salvamento. Mientras tanto el también explorador español Alejandro Malaspina estaba de regreso en Manila después de su exploración de las islas Marianas y Quimper le ayudó a crear las cartas marinas de sus hallazgos.

El 21 de mayo de 1792, Quimper fue puesto al mando de la fragata San José de las Ánimas y se embarcó para San Blas, acompañado de la goleta Valdés, al mando del teniente Cosme Bertadano. Los dos barcos se separaron muy pronto por un huracán que causó que el Valdés regresase a Manila. Quimper siguió a San Blas, aunque su barco quedó gravemente dañado por el mal tiempo y no llegó hasta casi seis meses después, el 6 de noviembre de 1792. Se enteró de que el 16 de octubre, se habían emitido órdenes de concederle el permiso para casarse con Francisca Márquez, y de su nombramiento como asistente especial de su compatriota y amigo Juan Francisco de la Bodega y Quadra, el comandante naval de San Blas, que tenía problemas de salud pero no quería renunciar al mando mientras la situación internacional estaba deteriorándose y era probable que estallase una guerra. Quimper ocupó este cargo hasta febrero de 1794, cuando murió Bodega y Quadra.

Quimper mismo se encontraba en mal estado de salud y se le concedió permiso, en junio de 1795, para regresar a España. Mientras esperaba en Veracruz para embarcar, fue nombrado capitán de la corbeta Atrevida y navegó en ese barco hasta Cádiz, todavía al mando de Malaspina. Quimper al parecer nunca tomó el mando de la Atrevida, porque mientras estaba en el puerto de Cádiz, solicitó y obtuvo el traslado a Madrid para atender asuntos personales. Ocho meses más tarde fue admitido como caballero en la Orden de Calatrava.

Quimper luego sirvió en Algeciras bajo el mando de Bruno de Heceta, un veterano marino que había explorado también la región del Pacífico Noroeste. Pronto preguntó por la gobernación de Guayaquil, pero se le dio en cambio el mando de la flota naval de Madrid, cargo que mantuvo hasta 1802. Fue nombrado después ministro de Hacienda en Veracruz por lo que regresó a América en una posición ministerial.
Carrera gubernamental

Manuel Quimper fue nombrado en 1802 ministro de Hacienda para supervisar los desembolsos imperiales en Veracruz. En 1805 fue nombrado gobernador de Huamanga (más tarde renombrado como Ayacucho) en la parte sur de su país natal, Perú, pero debido a un confuso incidente con la participación del recién nombrado virrey del Perú, José Fernando Abascal y Sousa, se convirtió en su lugar en gobernador de la región peruana de Puno, en el lago Titicaca.

Durante su mandato como gobernador de Puno, surgió un movimiento independentista del que Quimper advirtió al virrey Abascal en julio de 1809. Su propia colección, cuidadosamente guardada, de documentos, mapas, manuscritos y libros fue destruida en un levantamiento de la población local. Quimper fue removido como gobernador a finales de enero de 1810. Su sucesor, Manuel Antonio Nieto, murió a los pocos meses y Quimper regresó a Puno como gobernador en junio de 1810.

Tras el levantamiento en el Alto Perú por la independencia en 1814, Quimper fue nombrado de nuevo gobernador de Huamanga, en agosto de ese mismo año 1814. Su viaje a su nuevo puesto, sin embargo, fue interrumpido por una rebelión en la región del Cuzco, y fue desviado a la ciudad de Arequipa. Desde allí, con 250 hombres, fue en socorro de Puno el 9 de diciembre de 1814. Después de restaurar el orden se marchó a su ciudad natal de Lima. Quimper todavía estaba en Lima cuando el virrey fue sustituido por Joaquín de la Pezuela, quien confirmó su nombramiento como gobernador de Huamanga; Quimper viajó allí para asumir el cargo, que ocupó durante tres años antes de regresar a España, ya retirado.

Mientras Quimper estaba en España, su hijo el coronel Manuel Quimper, estaba luchando por la causa española en el Perú. Había estado sirviendo en el Alto Perú hasta ser nombrado comandante en jefe de las fuerzas españolas de la costa sur del Perú el 9 de febrero de 1820. El joven Manuel Quimper sufrió una gran derrota mientras defendía la ciudad de Nazca y se vio obligado a huir hacia la costa en octubre de 1820.

Mientras tanto, en Madrid, su padre fue nombrado caballero de la Orden de San Hermenegildo en 1820. También comenzó a recibir reconocimiento por su talento literario y en 1821, la Imprenta Álvarez, publicó su manuscrito de 180 páginas en décimas titulado Laicas vivacidades de Quimper, antorcha peruana, acaecimientos del Perú en civiles guerras, promovidas por el Reino de Buenos-Ayres, desde el año 1809 hasta el de 1818, describiendo sus observaciones personales de las guerras civiles en el Perú desde 1809 hasta 1818.

Todavía pesaroso por la pérdida de los documentos que habían sido destruidos en Puno, al final de 1821 solicitó el apoyo de José Bustamante, director general de la Armada Nacional, para la publicación de un relato de sus experiencias a bordo de la Atrevida en la bahía de Manila treinta años antes. Al parecer, no recibió el apoyo de Bustamante. Sin embargo, en 1822 Quimper publicó en Madrid su libro Islas Sandwich: Descripción sucinta de este archipiélago, que había sido previamente publicado en El Mercurio Peruano. En la «Introducción» de este libro trató de explicarse a sí mismo y su regreso a España, citando su servicio naval a España, desde la adolescencia, y el hecho de que había sido tratado como un americano en España, y como un español en el Perú.

Quimper tenía ganas de volver a su tierra natal del Perú y en febrero de 1822 dio los pasos para asegurarse una acogida favorable a su regreso. Volvió poco después y se informó de que se había convertido en un patriota peruano en 1823. El gobierno de la República del Perú lo nombró comandante naval en 1827 y más tarde capitán. Continuó sus actividades literarias y escribió el poema Poema raro, segmentos de los cuales fueron publicados en La Gazeta de Lima. Murió en Lima en abril de 1844.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 29 Mar 2016 21:28

Excmo. Sr. D. Diego O'REILLY Militar del Ejercito Español


Diego O’ Reilly (n. Irlanda, c. 1775 – † alta mar, 1821) Fue un militar español de origen irlandés, que combatió en el ejército realista durante la Guerra de Independencia del Perú.

Era hijo de un noble irlandés que combatió durante años al servicio del rey de España. Se enroló joven en el ejército, y participó en la guerra de independencia española. Fue tomado prisionero por los franceses pero escapó poco después, adquiriendo fama por haberlo hecho de una cárcel considerada hasta entonces inexpugnable. Participó en los finales de la guerra de independencia, y llegó al grado de brigadier.

En 1815 fue enviado al Virreinato del Perú, como jefe de una división que debía reforzar el ejército del Alto Perú, a órdenes del general José de la Serna. Tuvo algunos entredichos con de la Serna, que le valieron fama de insubordinado. Con el tiempo sería también considerado por sus camaradas de armas como un oficial valiente y hasta temerario pero de escaso talento.

Hizo una campaña hasta Santa Elena, en las cercanías de Tarija, como parte de la expedición de 1817 sobre la Salta. Cuando el mayor Gregorio Aráoz de Lamadrid marchó hacia el norte a espaldas del ejército realista, lo persiguió varios días, sin lograr alcanzarlo. Cuando Lamadrid fracasó en su intento de ocupar Chuquisaca, de inmediato O'Reilly comenzó la persecución del jefe patriota vencido; su vanguardia, al mando de José Santos La Hera, lo venció en el combate de Sopachuy, y lo obligó a huir hacia Orán.

Posteriormente O'Reilly pasó a prestar servicios en el Ejército de Lima. Cuando la Expedición Libertadora, al mando de José de San Martín, desembarcó en la costa sur del Perú, O’ Reilly fue enviado a enfrentarlo en Ica, pero el ejército patriota se reembarcó hacia Huaura, al norte de Lima, pero una parte marchó hacia la Sierra, comandado por el general Juan Antonio Álvarez de Arenales, en la llamada Primera campaña de Arenales a la sierra del Perú.

Tras regresar O'Reilly a Lima, el virrey Joaquín de la Pezuela, para evitar que Arenales intentara cercar Lima desde el interior, puso al brigadier español al mando de una división del Ejército de Lima que marchó a toda prisa hacia la sierra, la cual quedó mermada en el trayecto. El irlandés se instaló en Cerro de Pasco y pidió refuerzos al virrey; pero éste enfrentaba al ejército desembarcado de San Martín, y prefirió conservar las tropas de línea en la capital. El 6 de diciembre de 1820, Arenales atacó la villa de Cerro de Pasco, iniciando la batalla de Pasco. Las tropas realistas se componían en su mayoría de milicianos sin experiencia en combate, por lo que las fuerzas de Arenales dieron rápidamente cuenta de los hombres de O’ Reilly. Él mismo fue tomado prisionero, y la mayor parte de sus soldados incorporados a las fuerzas de Arenales, incluyendo la caballería realista, que desertó bajo el mando del hasta entonces teniente coronel español Andrés de Santa Cruz, y que se pasó al ejército patriota.

O’Reilly fue llevado preso al campamento de San Martín, y posteriormente permaneció prisionero en Lima. A mediados del año 1821, San Martín permitió a varios oficiales realistas – entre ellos O’Reilly – embarcarse a España. Profundamente deprimido, y con su futuro militar arruinado, éste se suicidó lanzándose al agua en alta mar.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 02:11

Excmo. Sr. D. Mariano RICAFORT PALACIN Y ABARCA Capitan General del Ejercito Español


Mariano Ricafort Palacín y Abarca (Huesca, 20 de febrero de 1776 - Madrid, 16 de octubre de 1846) fue un militar, político y gobernador colonial español, sucesivamente capitán general de Filipinas, de Cuba, de Galicia, de Andalucía y de Aragón.

Comenzó su carrera militar en 1793 sentando plaza como soldado en el ejército que participó en la guerra del Rosellón, donde se destacó hasta ser nombrado subteniente dos años después. Tomó parte en la guerra de las naranjas de 1801 contra Portugal. En 1803 contrajo matrimonio con Antonia Paula Sánchez de Lima, fue ascendido a teniente y destinado a Madrid. Tuvo también una participación destacada en Extremadura durante la guerra de independencia contra las tropas napoleónicas; al término de la guerra había alcanzado el grado de coronel.

En 1815, como coronel del Regimiento de Extremadura, viajó a América en la expedición dirigida por el mariscal Pablo Morillo para sofocar las insurrecciones independentistas de Venezuela y Nueva Granada; desde allí marchó al Perú para incorporarse al Ejército Real del Perú. Al año siguiente el virrey José Fernando de Abascal le hizo presidente de la Real Audiencia de Cuzco, siendo promovido a brigadier participando también en las campañas del Alto Perú. A fines de febrero de 1821, por órdenes del nuevo virrey La Serna, partió de Lima con la misión de sofocar la insurrección independentista de las poblaciones de la sierra central del Perú. Hostilizado constantemente por las partidas de montoneros obtuvo algunas victorias sobre ellos sin embargo a su regreso a Lima su división fue duramente atacada en el camino de Canta siendo el mismo herido en una pierna y teniendo que regresar en camilla a la capital. Aún no restablecido completamente fue nuevamente herido durante uno de los combates ocurridos en el primer sitio del Callao. El general San Martín le invitó entonces a trasladarse a Lima para atender la gravedad de sus heridas y habiendo quedando discapacitado para el servicio militar se le permitió embarcarse para la península junto a otros funcionarios del gobierno colonial.

Aunque no volvió a servir en el ejército activo si ejerció alto cargos públicos. Entre 1825 y 1830 fue capitán general de Filipinas y presidente de su Real Audiencia. Entre 1832 y 1834 se desempeñó como capitán general de Cuba, en cuyas competencias debió afrontar la epidemia de cólera morbo que diezmó la población y el regreso de los liberales exiliados, acogidos a la amnistía de 1833.

Senador por Huesca en la legislatura 1837 y capitán general de Galicia ese mismo año. En noviembre de 1840 fue nombrado ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina y al mes siguiente comandante general de las islas Canarias, al año siguiente capitán general de Aragón, y de Andalucía. A lo largo de su carrera militar recibió varias heridas que le dejarían secuelas de por vida.

En 1843 recibió destino de cuartel en Madrid, donde murió tres años después a los 70 de edad.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 02:18

Excmo. Sr. D. Cesar José DE CANTERAC ORLIC Y DONESAN Capitán General del Ejercito Español


César José de Canterac Orlic y Donesan (Casteljaloux, Lot y Garona, Francia, 1787 - Madrid, España, 13 de abril de 1835). Fue un militar español de origen francés. Participó en la Guerra de la Independencia Española y en las guerras de emancipación de los virreinatos de Nueva Granada y Perú.

Nacido Joseph-César Cantérac d'Andiran d'Ornézan. Hijo de un capitán de artillería, su familia emigro a España en 1792 y su padre sirvió en el ejército español durante la Guerra del Rosellón. Inició su carrera militar en el arma de artillería pasando luego a la caballería en la cual sirvió durante la guerra contra Napoleón, en 1810, cuando contaba con tan solo 20 años de edad había sido nombrado jefe de estado mayor del ejército del general O'Donnell destacándose notablemente en el campaña contra el castillo de Abisbal que culminó con la rendición del general francés Schwartz (1762-1826) y le valió a O'Donnell el título de conde de la Bisbal. En 1815 fue ascendido al rango de brigadier,1 siendo nombrado jefe de una división de 2.700 hombres destinada a reforzar el Ejército Real del Perú y que debía dirigirse por la ruta de Panamá.

A su llegada al virreinato de Nueva Granada en 1816, Canterac colaboró con el general Pablo Morillo en la lucha contra los insurgentes patriotas formando parte de la invasión de la isla de Margarita en 1817 y combatiendo en los ataques a los fuertes de Pampatar y en la sangrienta toma de Juan Griego. Ante la carencia de hombres para continuar la lucha y contrariando las órdenes de la metrópoli el general Morillo retuvo en Nueva Granada las tropas expedicionarias destinadas al Perú siendo que únicamente llegaron a Lima a principios de 1818 el brigadier Canterac, sus ayudantes (entre los que se encontraba el futuro mariscal Ramón Gómez de Bedoya) y 90 hombres de caballería.

Tras ser destinado por el virrey Pezuela al ejército que operaba en el Alto Perú, al mando del general José de la Serna, en agosto de ese mismo año acompañó la invasión de Pedro Antonio Olañeta y Gerónimo Valdes a Jujuy destacándose en la dispersión de las partidas guerrilleras al mando de los caudillos Uridondo, Espinoza y Sánchez. En 1819 dirigió la vanguardia del ejército real que ocupó la ciudad de Jujuy el 26 de marzo. Tras la renuncia del general La Serna al mando del ejército del Alto Perú el brigadier Canterac quedó mandando dichas fuerzas hasta la llegada del nuevo general en jefe Juan Ramírez Orozco que por entonces se encontraba presidiendo la audiencia de Quito.

En 1820, luego de producido el desembarco en costas peruanas de la expedición del general San Martín, el brigadier Canterac se embarcó en el puerto de Arica con una pequeña división destinada a reforzar el ejército que guarnecia Lima acantonado en Aznapuquio donde a su llegada fue nombrado por el virrey Jefe del Estado Mayor General del Ejército en reemplazo del mariscal José de la Mar. Al igual que otros altos oficiales del ejército real tomó parte en la deposición del virrey Pezuela y ese mismo año dirigió la retirada a la Sierra después de la Conferencia de Punchauca, en la que había participado. En septiembre de 1821 expedicionó al las sitiadas fortalezas del Callao de las cuales extrajo hombres y armamentos para luego retirarse nuevamente a sus cantones en la sierra.

Ascendido a Mariscal de Campo en 1822 derrotó a una importante división del ejército libertador en la batalla de Macacona siendo nombrado general en jefe del Ejército del Norte, en 1823 volvería a vencer a los insurgentes en la batalla de Moquegua lo que significó en la práctica la desaparición del ejército expedicionario que el general José de San Martín había traído al Perú de Chile y Argentina y que le valió el ascenso a Teniente General. A mediados de 1823 ante los sucesivos desastres de las armas patriotas Simón Bolívar, en una carta al general Santander, explicaba así la imperiosa necesidad de recibir urgentes refuerzos de Colombia para consolidar la independencia del Perú.

La verdad sea dicha. Si Ud. no me manda 3.000 hombres con 1.000 llaneros, armas y municiones, crea Usted que Canterac conquista a Colombia; Canterac es un gran militar y tiene 10 o 12 subalternos admirables.

En 1824 el ejército real dirigido por Canterac ocupó brevemente Lima ante la retirada de los independentistas a los castillos del Callao. Durante la campaña final por la independencia del Perú dirigida ahora por Simón Bolívar, encabezó la carga de la caballería realista en la batalla de Junín; en la cual fue derrotado y el ejército que mandaba tuvo que retroceder sobre Cuzco.

Fue comandante de las fuerzas de reserva en la batalla de Ayacucho. Cuando De la Serna fue herido, asumió el mando hasta la derrota definitiva. En representación del virrey firmó la capitulación después de la batalla, lo que significaba en la práctica la definitiva derrota realista en América del Sur, aunque hasta 1826 aun quedarían focos de resistencia aislados en el Callao, Chiloé y el Alto Perú.

Regresó a España en 1824, permaneció en cuartel hasta 1832 lapso de tiempo en el que contrajo matrimonio con la dama Manuela Domínguez y Llorente Navas Padilla (1808-1848), nativa de Ceuta, residiendo por un tiempo en Valladolid, durante la guerra civil portuguesa sirvió en el ejército de operaciones en Portugal, seguidamente fue comandante general del campo de Gibraltar para luego ser ascendido al alto cargo de capitán general de Madrid el 15 de enero de 1835.

Encontrándose desempeñando este cargo en abril de ese mismo año estalló la sublevación liberal del teniente Cayetano Cardero del regimiento de Aragón quien puso sobre las armas a las tropas que guarnecían la Casa de Correos (ubicada en la Puerta del Sol) demandando el restablecimiento de la Constitución de 1812. Creyendo que su mera presencia bastaría para sofocar la sublevación, que a pesar de sus simpatías liberales comprometía directamente la dignidad de su cargo, el capitán general Canterac se presentó ante los amotinados acompañado únicamente por su ayudante recriminando duramente al teniente Cardero a quien desarmó y sable en mano se dirigió a los soldados a los que conminó a vivar el estatuto real lo que estos desobedecieron.

Totalmente fuera de si, Canterac lanzó dos veces el extraño grito de "¡Viva el Rey!" siendo que a la segunda ocasión una descarga proveniente de un grupo de paisanos armados dio muerte instantáneamente al capitán general e hirió gravemente a un soldado de los amotinados. El teniente Cardero quien había permanecido impasible durante este trágico suceso ordenó que el cadáver del capitán general Canterac fuera trasladado con respeto a la casa de correos y los soldados y paisanos armados despejados de la zona.6 Algunos autores han atribuido la culpabilidad de la muerte del general Canterac al teniente Cardero mientras que otros sostienen que este general cayó víctima de su temeridad, deber y pundonor.

En honor a los servicios prestados a la corona y en atención a su trágico fin la Reina Isabel II otorgó, el 17 de enero de 1848, a la viuda del general Canterac, el título de Condesa de Casa-Canterac que hoy en día aun ostentan sus descendientes. Tuvo con su esposa cuatro hijas y un hijo, José, que heredero el título condal.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor tsman » 30 Mar 2016 04:53

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 10:11

Excmo. Sr. D. Melchor de AYMERICH Y VILLAJUANA Capitan General del Ejercito Español


Melchor de Aymerich y Villajuana fue un militar español. Nació en Ceuta, España, el 5 de enero de 1754, y falleció en La Habana, Cuba, el 11 de octubre de 1836.

En 1762 ingresó con el grado de cadete en el regimiento de infantería de Sevilla. En 1775 participó en el desembarco en Argel, en 1777 en la expedición para reconquistar la colonia de Sacramento en el río de la Plata de manos de los portugueses, y desde 1793 en la guerra contra la Convención francesa. En 1800 fue ascendido a Comandante del Cuerpo de Artillería de la ciudad de Sevilla. En 1802 contrajo matrimonio en Algeciras con Josefa Espinosa de los Monteros y Avilés. Retorna a América nombrado comandante militar de Cuenca, en la Real Audiencia de Quito.

El último presidente de la Real Audiencia de Quito

El 10 de agosto de 1809, el pueblo de Quito se sublevó contra los españoles y proclamó una Junta Soberana, arrestando al presidente de la Audiencia de Quito, el conde Ruiz de Castilla. El movimiento revolucionario fue encabezado por Juan Pío Montúfar. Aymerich se aplicó a fondo a la represión de la Junta Soberana de Quito.

"Particular actuación contrarrevolucionaria tuvieron, en Cuenca, el Gobernador Melchor de Aymerich y el Obispo Andrés Quintián Ponte, en contraste con el Obispo José Cuero y Caicedo de Quito, y en Guayaquil, el Gobernador Bartolomé Cucalón y Sotomayor, adoptó severas medidas de represalia. Se ordenó a Francisco Baquero, en Bodegas (Babahoyo), que apresara a todos los quiteños que bajaran de la Sierra, como en efecto se hizo, con secuestro y remate de todos sus bienes, que se les condujera a Guayaquil con grilletes y que se les encerrara en mazmorras. Rigor especial se tuvo con los presos enviados por Aymerich desde Cuenca, a los que encerró con cepos y grilletes, al extremo de que uno de ellos, Joaquín Tobar, Interventor de Correos de Cuenca, murió "con los grilletes puestos".

El 20 de octubre de 1809 salió con 1.800 hombres desde Cuenca hacia el norte, encontrándose en Ambato con fuerzas de Lima mandadas por Manuel Arredondo y enviadas por el virrey José Fernando de Abascal, y reunidos entran en Quito que ya había vuelto al antiguo orden. De regreso a Cuenca conoció la matanza del 2 de agosto de 1810 contra los revolucionarios de Quito y la proclamación del Estado de Quito por parte del prócer Carlos de Montúfar, hijo de Juan Pío. Estos hechos obligaron al Gobierno español a trasladarse a Cuenca.

Aymerich fue ascendido a Brigadier, y el nuevo presidente de la Audiencia, Joaquín Molina, que se había trasladado a Cuenca vía Guayaquil, ante la imposibilidad de llegar a Quito, dispuso la movilización de fuerzas contra Montúfar. El 17 de febrero de 1811, las milicias de Cuenca al mando de Aymerich combatieron en Paredones contra las quiteñas, con resultado indeciso, pero Montúfar no pudo tomar Cuenca y Aymerich se hizo fuerte en Azogues. El Presidente Joaquín Molina fue sustituido por Toribio Montes. En el año 1812 Aymerich derrotó al coronel insurgente Francisco García Calderón en Verdeloma, persiguiéndolo hasta Quito, y reconquistando para España la capital. En junio de 1813 ascendió a Mariscal de Campo, y en 1814 al frente de las milicias de Pasto derrotó también a Antonio Nariño.

Ocupó la Presidencia de Quito de forma interina entre 1816 y el 1817 por ausencia del titular, Toribio Montes, y fue sustituido hasta 1819 por Juan Ramírez de Orozco, y después por Juan de la Cruz Mourgeon, que falleció, viéndose nuevamente ocupando la presidencia y comandando las fuerzas que combatieron contra la revolución de Guayaquil del año 1820.

Melchor de Aymerich fue derrotado finalmente por el Ejército libertador del mariscal Sucre en la batalla de Pichincha del 24 de mayo de 1822.

Por el Acta de Capitulación, firmada el 25 de mayo de 18222 Aymerich obtuvo plenas garantías para dejar el territorio Gran Colombiano por Guayaquil y Panamá, junto con su familia, así como conservó su espada y los honores que le correspondían, ya que no fue considerado "prisionero de guerra" como el resto de la oficialidad y tropa de su Ejército. En dicha Acta consta también como "capitán general del Reino de Santa Fe" y se obliga a la Gran Colombia a pagar los gastos del viaje de todos los españoles que quieran llegar a La Habana o a España.

A las dos de la tarde de ese día, Aymerich y sus hombres arriaron la bandera de España en el fortín del Panecillo, que dominaba Quito, y se rindieron a los patriotas, entregando sus banderas, armas y municiones en el puente de La Fortaleza, que actualmente ya no existe. Inmediatamente, se izó el tricolor de la Gran Colombia.

Fue el último presidente y gobernador español de Quito, cargo que había establecido el conquistador Sebastián de Benalcázar en 1534.

Retiro

Falleció en Cuba como militar retirado con el grado de Teniente General. Militar disciplinado aunque no brillante, pero que no participó en los sucesos de la guerra a muerte, y calificado de buen administrador. Su sobrino José Aymerich Varas, de su hermano José Aymerich Vilajoana i Barnola, que participó como cadete y como oficial en la guerra de Independencia, y actuó como ministro de la guerra en funciones en el gobierno de Cea Bermúdez, fue asesinado nada más llegar a su último destino en Mallorca. Alguna obra señala la existencia de una nota de puño y letra de Fernando 'el deseado', que decía: 'Relación de generales que deben ser expulsados de Madrid inmediatamente antes de ser asesinados', nota en la que estaba el nombre de un general Aymerich.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 10:18

Excmo. Sr. D. José DE LA SERNA Y MARTINEZ DE HINOJOSA Capitán General del Ejercito Español

José de la Serna y Martínez de Hinojosa, I conde de los Andes (Jerez de la Frontera, 1770 - Cádiz, 6 de julio de 1832), fue un noble, militar y administrador colonial español que detentó el cargo de virrey del Perú en la fase terminal de la dominación de España en Sudamérica.

Carrera Militar

Hijo de Álvaro José de la Serna y Figueroa y de Nicolasa Martínez de Hinojosa y Trujillo. Se forma como cadete en 1782 en la Academia de Artillería de Segovia, y ascendió á subteniente en 1787, y siendo compañero de Luis Daoíz consigue recibirse como oficial de artillería, participó en el año 1790 en la heroíca defensa del sitio de Ceuta, participando en las salidas que destruyeron todos las baterías del ejército sitiador del emperador de Marruecos, obligándole a levantar el cerco sobre la ciudad.

Participa en la Guerra del Rosellón y Cataluña contra la Convención Nacional (Revolución Francesa) de la primera república francesa, y embarcado también en distintas campañas navales entre los años 1789 y 1802 continuó sus servicios en la escuadra de José de Mazarredo contra la armada inglesa, y en la expedición sobre Brest del año 1799. En 1805 ascendió al grado de teniente coronel.

Graduado sargento mayor del segundo Regimiento de Artillería, con cuya unidad concurrió á la defensa de Valencia, y después a la de Zaragoza, a donde llegó en los primeros días de agosto de 1808, mandando las compañías de artilleros de plaza pertenecientes a las divisiones enviadas por la Junta Suprema de Valencia en auxilio de los aragoneses.

Participa en la defensa de Zaragoza, concretamente en la defensa del Convento de San José, en los arrabales de la ciudad, y en la defensa de Puerta Quemada y es hecho prisionero en este segundo sitio de Zaragoza, llevado forzadamente a Francia, desde donde emprende una temeraria fuga de su prisión consiguiendo huir por Austria hasta Salónica y embarcarse a España para reincorporarse a la lucha contra Napoleón Bonaparte. Ascendido á coronel del cuerpo de artilleros en 1812 obtuvo el mando del tercer Regimiento, y al terminar la Guerra de la Independencia Española, en la que alcanzó nombradía, merece el alto grado de brigadier del ejército.

Campañas del Alto Perú

Tras haber combatido en la guerra de independencia española contra la ocupación Napoleónica, desde 1815 fue destinado para servir como oficial en el Virreinato del Perú y afectado al teatro de operaciones en el Alto Perú.

Emprendió desde el año 1816 una serie de campañas militares para pacificar distintos territorios altoperuanos ocupados por guerrilleros insurgentes, denominados republiquetas, cada uno de los cuales ejercía una dominación en su zona respondiendo a las Provincias Unidas del Río de la Plata por lo que quedaban fuera del dominio de la monarquía.

En la misma línea procedió más al sur a la ocupación de Jujuy y Salta, intentando avanzar a Tucumán, obstaculizado por la feroz resistencia que le opusieron los gauchos de Güemes en la frontera norte, a pesar de haber derrotado a su comandante en La Puna, el marqués de Yavi, el 15 de noviembre de 1816.

Sus tropas entonces estaban conformadas por más de siete mil soldados organizados en catorce cuerpos de línea repartidos en dos armas, caballería e infantería. Estaban compuestos por los Húsares del Rey, los Dragones de la Unión de Fernándo VII, dos batallones de Granaderos de las Imperiales de Alejandro, el batallón de Granaderos de la Guardia y el de Cazadores a Caballo. Contaba para tal invasión con mil caballos frescos sin monta, otras mil mulas y el soporte de una fuerza de artillería de veinte cañones.

En el año 1817, Joaquin de la Pezuela encargó a De la Serna la misión de emprender otro avance a Tucumán con los recursos que dispusiera en el Alto Perú para atraer la atención del poderoso ejército que se preparaba en Mendoza para invadir la Capitanía General de Chile. José de La Serna se opuso a esta medida, y llamó la atención de la carencia absoluta de caballería en el ejército, lo que no le permitiría conservar ni sus comunicaciones ni su logística, además de expresar su disconforidad con el fundamento de la campaña por las enormes distancias que separaban el Alto Perú del ejército del general José de San Martín situado en Mendoza. Sin embargo, bajo manifiestos de levantar el estandarte real en Buenos Aires, obedeció la orden, emprendiendo lo mandado por el virrey Pezuela con el resultado infructoso que le había anticipado.

Durante el gobierno del virrey Joaquín de la Pezuela, el 8 de septiembre de 1820, desembarca en la bahía de Paracas el general José de San Martín, proveniente del sur, con su Expedición Libertadora, y establece sus cuarteles en la localidad de Pisco, donde contaba con la simpatía de los lugareños patriotas.

El Virrey, en cumplimiento a los dictámenes de España, propicia una reunión con San Martín en Miraflores, donde se reunieron representantes de ambos líderes a partir del 25 de septiembre de 1820. La conferencia fracasó debido a las posiciones antagónicas de los interlocutores: los patriotas pedían que se les reconociese la Independencia, en tanto España pedía el sometimiento al Rey y a la Constitución Liberal de 1812.

Tras el fracaso de las negociaciones, San Martín envía al general Álvarez de Arenales, desde su cuartel general en Pisco, a la Segunda campaña de Arenales a la sierra del Perú, para combatir a los españoles, sumar adeptos y cercar la ciudad de Lima. Fue en este viaje de Arenales cuando dos compañías realistas enteras se pasaron al lado patriota y quedan bajo el mando de Arenales. Este no tuvo mucho éxito en su campaña, y el resultado fue el repliege de Lima del ejército real del Perú, al mando de José de la Serna, hacía sus cuarteles del Cuzco.

Mando de La Serna en el Perú

Los éxitos patriotas, la inactividad del ejército de Lima, y el proyecto de capitulación de Pezuela ocasionaron que el bando español cuestionase el desempeño del virrey Pezuela, contra quien los jefes españoles dan un ultimátum en Aznapuquio, tras lo cual se encarga la dirección de la guerra al general de mayor graduación, José de la Serna e Hinojosa.

El 29 de enero de 1821, en razón del pronunciamiento de Aznapuquio contra Pezuela, La Serna tomó el mando como capitán general y jefe político superior, lo que fue aprobado por el trienio liberal. Más tarde, La Serna recibiría también la confirmación de su nombramiento de Virrey por parte del gobierno absoluto de Fernando VII el 9 de agosto de 1824, tres días después de la batalla de Junín.

Así las cosas se realizó entonces una reunión personal entre el comisionado por las cortes, el general José de San Martín y el nuevo Capitán General José de la Serna, en Punchauca, por orden de la monarquía constitucional de España. Nuevamente San Martín pidió el reconocimiento de la Independencia del Perú, y De la Serna la indivisibilidad de la corona española, y la reunión fracasó.

Después de la fracasada conferencia de Punchauca, el 5 de junio de 1821, el capitán general José de la Serna, anunció a los limeños que abandonaba Lima, dejando al entonces general realista, José de La Mar, con una fuerza que se refugiara en el Callao, al amparo de la fortaleza del Real Felipe, y salió de la ciudad con todo su ejército, el 6 de julio para asentar su gobierno en el Cuzco.

El General San Martín entonces entró en Lima el 10 de julio, donde fue recibido con júbilo de su adeptos y por el recelo de los partidarios españoles . El 15 de julio se firmó el acta de la Independencia del estado peruano en el cabildo de Lima que era presidido por el alcalde Isidro de Cortázar y Abarca.

De la Serna no tuvo mucho tiempo para gobernar sino para combatir. Logró llevar la primera imprenta al Cusco y comenzó a imprimir desde allí el famoso periódico El Depositario, en el cual colaboró por igual el cáustico escritor Gaspar García y Rico. En espera de refuerzos que nunca llegaron al Perú consiguió sostenerse tres años más, permaneciendo aún en la Provincia del Cusco en 1824, y tras sufrir la rebelión y traición del general Pedro Antonio Olañeta fue derrotado por el general Antonio José de Sucre con su ejército patriota en la Batalla de Ayacucho. La Serna resultó con siete heridas de gravedad en la batalla; y bajo la capitulación de Ayacucho se le permitió regresar a España.

Tras la recuperación de sus heridas embarcó en enero de 1825 desde el puerto de Quilca en la fragata francesa "Ernestine", y desembarcaba en Burdeos, volvió finalmente a España, donde, superando en los tribunales militares las aclaraciones requeridas por él mismo en relación a su mando en el Perú, el rey Fernando VII reconoció su heroísmo (ante documentos como una felicitación de Bolívar ) y fue recompensado con honores agradeciéndole con el título de Conde de los Andes. Murió en Cádiz, en julio de 1832, a los 62 años de edad, sin dejar descendencia, rodeado del duelo de camaradas del cuerpo de Artillería y de quienes sirvieron con él bajo las banderas realistas.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 15:39

Excmo. Sr. D. Fermin FERNANDEZ DE PIEROLA Y HERRERA Coronel del Ejercito Español

•Militar, Coronel del Ejército de S. M. el Rey de España en el Regimiento de Milicias de Urubamba del Cuzco


Es el tronco y orígen de los Piérola del Cuzco. Nació en Navarra y pasó al Perú, junto con su hermano, en 1784, como Oficial subalterno del Regimiento de Soria, estableciéndose en el Cuzco. Retirado del servicio militar, contrajo matrimonio en el Cuzco, con Tadea de la Cámara n. de dicha ciudad. Reingresó al servicio de las armas como Sargento Mayor del Regimiento de Milicias de Urubamba en el Cuzco, alcanzando el grado de Coronel ya en 1809, sirviendo bajo las órdenes del Brigadier D. José Manuel de Goyeneche en Chucuito, para combatir la revolución surgida en Chuquisaca y La Paz. El 15 de Noviembre de 1810, en Aroma, fue atacado su destacamento de 450 infantes y 150 dragones de Tinta, por numerosa caballería contraria, llegando a perder toda su tropa y logrando escapar con pocas personas. Después de este luctuoso combate de Aroma, no se registra su nombre en el ejército realista, ignorándose si participó en el resto de la campaña del Alto Perú. No se tienen noticias de cual fue su paradero, suponiéndo se retirara a su casa en la ciudad del Cuzco, donde debió fallecer.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 15:56

Excmo. Sr. D. Indalecio GONZALEZ SOCASA Militar del Ejercito Español

Era don Indalecio Gonzales de Socasa uno de los últimos representantes del bando realista en Potosí que logro realizar una importante fortuna y un rol social destacado en la región. Índice de ello es el destacable retrato, importante entonces, que se conserva en el Museo de la Casa de la Libertad en Sucre,

Nuestro personaje nació en Santander (España) en 1755. Joven se trasladó a América, entrado por el Río de La Plata. En 1789 estaba en Potosí como empleado del comerciante porteño Juan Ramón Ugartechi. Su situación social fue casi de inmediato reconocida en las altas esferas sociales de esa ciudad. Y así, en 1789, casó con doña Josefa Anzoleaga, nieta del oidor López Lispergüer y prima hermana del segundo Conde de Casa Real de Moneda, quien además tenía una buena fortuna. Poco a poco don Indalecio fue cimentando un capital que a poco fue cuantioso. Fue el comerciante mayorista más importante de la villa. Y como era de proveer, dada la ciudad en que vivía, incursiono en la minería. Así fue apoderado del minero Ubina y a poco entró en sociedad en el mineral de Siporo, asociado al capitalista Balacúa y el Coronel argentino Alcaráz. También fue dueño de varias fincas vitivinícolas, entre los cuales merece citarse san Pedro Mártir, viña ésta que aún tiene gran importancia en Bolivia y que fue patrimonio luego de los Condes de Casa Real de Moneda.

Como toda persona perteneciente al estamento noble en Indias, don Indalecio entró en las milicias urbanas en Cusco como capitán (1784). Catorce años más tarde se le nombró Coronel del Regimiento de Infantería de Porco. Finalmente, en la segunda década del siglo XIX obtuvo el grado de Brigadier del ejército real. En Potosí fue alcalde de primer voto (1797) y el año siguiente procurador general de la Villa.

Pero es durante la guerra de los 15 años de la independencia, cuando el personaje que tratamos se proyectó a un ámbito militar destacado. Se alistó en el bando realista actuando en varias batallas contra los llamados insurgentes de Buenos Aires. Combatió en la expedición a Puna (1810) y en las batallas de Cotagaita y Suipacha en el mismo año, y en la defensa de Oruro el año siguiente. Viendo los resultados de estas campañas, se retiró a la ciudad de Tacna en el Perú.

Allí tuvo que sufrir los avatares de todos los acontecimientos que se dirimían en el Alto Perú. Y especialmente comprobó que su fortuna se deterioraba con rapidez, no sólo por las reiteradas contribuciones que le obligaron a pagar ambas facciones en pugna sino lo peor de todo, el cese de su comercio con todas las provincias de los Virreynatos del Perú y del Río de La Plata. Al volver a Potosí sufrió aún mayores desventuras.

En 1815 guerrilleros partidarios del gobierno porteño asaltaron su casa, robando todo cuanto de valor en ella había. Su actividad se centró a partir de entonces en la viña San Pedro Mártir en el valle de Cinti, con cuyas rentas logró sustentarse hasta su muerte ocurrida en 1820. Sin hijos doña Josefa Anzoleaga, la viuda fue heredera de todos sus bienes que, a la vez a su muerte, fueron heredados por su prima doña Josefa (Chepa) Lizarazu López Lispergüer de Linares), heredera del mayorazgo del Condado de Casa Real de Moneda.

Ésta es, a grandes rasgos, la biografía de este importante y rico comerciante, a quien le tocó vivir una época convulsionada de la vida Boliviana, y cuya muerte en el temprano siglo XIX significó también el final de una época de tranquilidad en ese espacio geográfico. Es que la guerra de los 15 años fue para los habitantes de la antigua provincia de los Charcas una continua gimnasia dialéctica y política. Las sucesivas invasiones de uno y de otro bando obligaron a los habitantes de sus principales ciudades, los más pertenecientes a la alta clase social, a no embarcarse en ninguno de ellos y a sonreír al que mandaba en distintos momentos, sea cual fuere el bando a que pertenecía. Era única manera de sobrevivir en estos años tan controvertidos.

Y esa es la causa que llevó a don Indalecio Gonzáles de Socasa a redactar un documento el 20 de mayo 1811, enviado desde Tacna y en el cual ocultaba toda su anterior actuación en favor del Rey. Dirigido al Gobernador de Potosí don Feliciano Antonio Chiclana, quien en Buenos Aires ocuparía cargos relevantes en su gobierno. Chiclana a su vez hizo conocer la carta de González al doctor Juan José Castelli, vocal de la junta de Buenos Aires, en una nota que decía así:

La instancia fue contraída a justificar D. Indalecio, su conducta inculpable en la parte que tomó en los negocios públicos que motivaron su salida a campaña por agosto de 1810. Hacer presente su total separación, y exclusiva de ellos, desde que con la derrota de Suipacha, quedaron los pueblos del Alto Perú a la obediencia del gobierno de Buenos Aires, y protestan no variar este sistema, como lo ha verificado hasta la fecha haciéndose en este punto, singular a los demás que no han trepidado en tomar interés.

Manifestó también: que hallándose falto de salud no podía restituirse al término de 60 días que se le habían prefijado en el indulto de 8 de febrero último, en cuyo concepto suplicó se devolviese su causa con el apoderado que tiene en aquella Villa, y que en caso de ser precisa su formal concurrencia se le prorrogase el término hasta el en que convaleciese de sus achaque: añadiendo otras particularidades accesorias relativas al negocio principal encaminadas al desembargo de sus bienes, confiscados absolutamente.

Y aunque cuando llegó a Potosí esta solicitud, ya el señor Castelli tuvo cometido el conocimiento y resolución de la causa del Señor Gobernador, tuvo éste por conveniente suspender hasta dar parte al Superior, y aguardar la resulta la cual no se ha dictado según los avisos de Potosí hasta el 23 del indicado abril en que no había llegado. Y como por esta demora se le recrecen a Socasa los atrasos, y perjuicios en sus negocios y los de sus acreedores, se dirige ahora con un nuevo Memoria suplicatorio para lograr el deseado buen despacho.

Al propósito, ejercita el favor, y amistad del Señor Vicario Dr. D. Jacinto Aranibar suplicándole tenga la bondad de interesar su influjo, y respetos para con el señor Sr. Don Rafael José de Riglos, que parece se halla en aquella jurisdicción, y merece consideración al insinuado Sr. Representante Vocal, y también con el Sr. General Balcarce por las relaciones que tiene la Señora esposa de este con aquel: no dudando agregue a la recomendación, los buenos oficios que estime, a correspondencia del concepto que haya formado de mi conducta, y modo de pensar desde que he tenido el honor de merecer su agradable trato, a cuya fineza le será muy reconocido el suplicante. Tacna y Mayo 20 1811.

Si bien volvió a su casa don Indalecio, no por ello fue bien visto su modo de pensar político y, como vimos, en 1815, su casa, situada en la calle de los caballeros (hoy Bolívar) cercana a la Iglesia de San Agustín fue asaltada y robado todo cuanto tenia por las tropas porteñas.

Adelantándonos un poco en esta cronología, recordemos que la batalla de Salta fue ganada por el general Manuel Belgrano contra el ejército realista comandado por el arequipeño don Pio Tristán y Moscoso. Fue la última batalla de las guerras de la independencia ocurrida en el actual territorio argentino. En ella mostró Belgrano su habitual consideración y generosidad con todos los vencidos, en especial con jefes y oficiales. No hay que olvidar la antigua amistad que unía a ambos generales; tanto Belgrano como Tristán se trataban mutuamente con toda amistad, pues se habían conocido como estudiantes en España. La rendición de los realistas en Salta fue incondicional. Pero Belgrano, como lo hemos dicho, dejó a todos en libertad con la sola condición de no tomar las armas con los ejércitos patriotas. Ese juramento no fue cumplido al levantarse las autoridades eclesiásticas partidarias del Rey. Entre los oficiales de Tristán se encontraban varios alto peruanos empuñando las armas, y entre éstos don Indalecio Gonzáles de Socasa.

La carta de Tristán está dirigida a su amigo y pariente el General don José Manual de Goyeneche, futuro Conde de Guaqui:

Mi general mi hermano y amigo.

Cinco noches sin dormir, tres vivaqueando con agua, y una acción perdida después de mil riesgos, considéreme cual estaré. Mil veces he sentido no haber perecido cuando tuve que defenderme sable en mano contra los enemigos que me rodearon, pues me es más sensible darte estos pesares y noticias que el dejar de vivir. Los enemigos que se situaron entre el camino de Tucumán y de esta el 16 por una marcha forzada desde Lagunillas al punto de Castañares, una y media legua de aquí, desde entonces hemos estado en correrías hasta el día de hoy en que se avisó de oficio lo sucedido. Si sobrevivo te daré parte circunstanciado desde Jujuy para donde procuraré salir de aquí pasado mañana. Atribuye nuestra pérdida a los ignorantes jefes y oficiales, y toma sobre esto tus medidas. Jamás tendré el dolor de no haber servido con el mayor empeño, y si soy tan desgraciado que no he podido llenar mis deseos, después de un Consejo de Guerra que espero, pasaré al rincón de una soledad que semejantes vicisitudes me había hecho apetecer. Mi alma y mi cuerpo están malos; a pesar de que existo.

La carta de don Indalecio Gonzales de Socasa a su esposa doña Juliana de Anzoleaga es de gran interés por ser quien la escribe y quien la recibió doña Juliana. Como lo hemos dicho era prima hermana de los Condes de Casa Real de Moneda por parte de las madres de ambos estirpes, los López Lispergüer y Quintana. Como hemos narrado don Indalecio logró cimentar una importante fortuna en base a la dote de su esposa y a sus trabajos prósperos y afortunados comerciales y mineros. Así se expresaba don Indalecio en su carta:

Hija mía y esposa de mi corazón.

Nuestra vanguardia ha perdido del todo su nombre y existencia con el último ataque furioso que nos dieron los contrarios a orillas de esta ciudad [Salta]. Todo, todo se ha perdido por la superioridad de sus fuerzas y debilidad de las nuestras que las desampararon vil mente. En medio de este desagradable suceso, hemos logrado unas capitulaciones ventajosas en las circunstancias. Entre ellas la de que se respetaran acá y allá las propiedades: juramentados sí para no tomar, oficiales ni tropa, las armas hasta que no se haga la paz, o que lleguen los enemigos al Desaguadero. Lo que te advierto para que no se hagan novedades en nuestros intereses. Sabrás lo demás por el Parte que sale para el señor General, de quien compadecemos. Duró tres horas la función. Recibí un balazo en el Lagarto del brazo izquierdo que me lo iba herido de uno a otro lado sin daño al hueso, y no es cosa de grave cuidado. Se nos conceden al retirarnos a nuestras casas el haber de cada uno y marcharé a la mía cuando esté sano de la herida. Avísale todo a nuestro Loli [¿} y resérvalo todo entre los dos. Es tuyo de corazón tu Indalecio.

Como hemos visto, Gonzales de Socasa volvió a Potosí en donde siguió siempre actuando a favor del Rey. Su vida acabó en la década veinte, salvándose así de ver la caída del predominio Español en América a raíz de la batalla de Ayacucho. Hoy en día una cartela puesta en su casa en Potosí, aún en pie, recuerda su memoria.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 30 Mar 2016 16:07

Excmo. Sr. D. Francisco Javier VENEGAS DE SAAVEDRA Y RODRIGUEZ DE ARENZANA Capitan General del Ejercito Español


Francisco Javier Venegas de Saavedra y Rodríguez de Arenzana, marqués de la Reunión y de Nueva España (Zafra, provincia de Badajoz, 1754 – Madrid, 1838) fue un oficial de la Armada Española, destacado militar español y Virrey de Nueva España desde el 14 de septiembre de 1810 al 4 de marzo de 1813, durante la segunda fase de la guerra de Independencia de México. Le fue concedido el Marquesado de Reunión de Nueva España el 11 de octubre de 1816. Fue sustituido por el General Félix María Calleja del Rey, siendo acusado por haber sido blando en contra de los insurgentes mexicanos.

Hijo de Francisco Venegas de Saavedra Melgar y Francisca de Borja Rodríguez de Arenzana y Mora; nace en Zafra, provincia de Badajoz el 2 de diciembre de 1754. Tuvo una única hermana de nombre Dominga Venegas, quien casó en segundo matrimonio con el noble Mateo Marín del Valle.

Carrera militar

Comenzó estudios literarios aunque rápidamente se volcaría en su carrera militar. Obtuvo el grado de teniente coronel, tomando parte de la guerra contra Francia. Ya estaba retirado de la vida militar activa cuando Napoleón Bonaparte invadió España en la Guerra de la Independencia Española pero se unió al ejército de nuevo. Tomó parte de la Batalla de Bailén, siendo nombrado comandante jefe del ejército en Andalucía. Durante la campaña, a través de sus actos, que demostrarían su gran inteligencia, su valor y su energía, consigue la protección del ministro Saavedra y escala rápidamente en la jerarquía militar. A pesar de ello, fue derrotado por los franceses en Uclés en enero de 1809.

En 1810 fue nombrado gobernador de Cádiz, donde se encontraba la sede del gobierno español que se resistía a las tropas francesas. Estuvo en este puesto hasta que la Regencia lo nombró Virrey de Nueva España

Virrey de Nueva España

Llegó a Veracruz el 28 de agosto de 1810, haciendo su entrada oficial el 13 de septiembre de 1810 para tomar posesión de su cargo. Una de sus primeras decisiones fue ratificar el decreto por el cual se suspendía el pago de tributos por parte de los pueblos indígenas de México y los mulatos.

Asimismo, prohibió toda publicación susceptible de propagar ideas revolucionarias entre la población e instauró tribunales de policía de carácter especial así como una Junta Militar en la capital de todas las provincias de Nueva España.

Tres días después de la entrada de Venegas en el brendaitsel de cargo, el Padre Miguel Hidalgo y Costilla lanzó públicamente lo que se conoce como el Grito de Dolores, llamando a sus fieles a la rebelión, contra el gobierno virreynal español.

Venegas comprende inmediatamente que no se trata de un problema baladí, sino que es un levantamiento de insurrección, así que ordenó rápidamente que el ejército interviniera para sofocar a los rebeldes. Las tropas abandonaron entonces la capital para ir al encuentro de los revolucionarios y se ordenó al clero que predicara en contra de los insurrectos.

Tras la toma de Celaya (21 de septiembre), Guanajuato (28 de septiembre), Zacatecas (7 de octubre) y Morelia (17 de octubre) por parte de los rebeldes, Venegas comienza a utilizar el término de «insurgentes» (del francés insurgés, como llamaban los franceses a los españoles en la Guerra de la Independencia). Este término es todavía utilizado hoy en día para designarlos en México. Se hizo levantar al regimiento de Tres Villas, compuesto de tropas de Córdoba, Jalapa y Orizaba además de un contingente de 500 esclavos negros libertos de las haciendas de Gabriel de Yermo. Estas tropas fueron mandadas por el teniente coronel Torcuato Trujillo.

El 19 de octubre, en Valladolid (Morelia), el Padre Hidalgo promulgó un decreto para la liberación de los esclavos y el 29 de noviembre, en Guadalajara, extiende su efecto a toda Nueva España, aboliendo asimismo el pago de tributos.

Trujillo sabía que los insurgentes marchaban en dirección a la capital, desde Tepetongo a Toluca, así que hace los movimientos necesarios para ocupar esta última (Toluca está a menos de 75 km de México). Sin embargo, la ciudad tiene que ser abandonada por los realistas, que se repliegan hacia un cañón conocido como el «Monte de las Cruces». Allí, los insurgentes, bajo las órdenes de Hidalgo y de Ignacio Allende, los derrotan el 30 de octubre de 1810. Torcuato Trujillo, Agustín de Iturbide y otros dirigentes realistas consiguen escapar.

Venegas estaba entonces muy alarmado. Levanta un batallón de voluntarios que estaciona en el Paseo de Bucareli, al extremo oeste de la ciudad. No obstante, en una fase de aparente indecisión, el Padre Hidalgo, tras una serie de triunfos y viendo que la capital, sin defensa, está cerca, ordena la retirada de las tropas hacia Valladolid. Todavía hoy se desconocen las razones por las que se tomó esta decisión, la cual originaría que la Guerra de la Independencia de México se extendiera once años más.

Tras la sorprendente retirada de los insurgentes, Venegas comienza una acción decisiva para reencontrarlos. Ordena al General Félix María Calleja venir en auxilio de la capital desde San Luis Potosí. En su marcha desde Querétaro a México, Calleja se encuentra con los insurgentes en los llanos de San Jerónimo Aculco, donde los derrotó el 7 de noviembre. Otro grupo de rebeldes tomó Guadalajara, el 11 de noviembre. Calleja toma Guanajuato el 25 de noviembre y Guadalajara el 21 de enero de 1811.

Calleja derrota de nuevo a los insurgentes en la batalla de Puente de Calderón el 17 de enero de 1811. Los insurrectos están a punto de alcanzar la victoria cuando una granada explota en un vagón de municiones en el campo de batalla, sembrando la confusión. Los realistas toman entonces ventaja. Una parte de los rebeldes se dispuso entonces a retirarse hacia el norte, donde esperaron hasta obtener ayuda moral y material de los Estados Unidos de América.

Sin embargo, los principales dirigentes rebeldes (Hidalgo, Allende, Juan Aldama, Jiménez y Abasolo), son tomados prisioneros en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, tras la traición de Ignacio Elizondo. Fueron enviados a Chihuahua, donde el 26 de julio de 1811 Allende, Aldama y Jiménez fueron fusilados, acusados de traición. Hidalgo sería fusilado días más tarde. Abasolo por influencia de su esposa la cual tenía relaciones importantes en el Gobierno Virreynal de la Nueva España, no fue fusilado pero fue condenado a cadena perpetua en el exilio y murió en Cádiz en 1816 por tuberculosis pulmonar.

Venegas consideró entonces que la insurrección había terminado, pero fue en ese momento cuando empezaron a llegar las noticias sobre las actividades de Ignacio López Rayón en el centro del país, así como de las victorias del padre José María Morelos al sur. Se estaban organizando partidas de guerrilleros por todo el país. Las tropas realistas fusilaban a sus prisioneros en el mismo campo de batalla y la menor sospecha de colaboración con los insurrectos era motivo de prisión. Este tipo de acciones originó que los insurgentes actuaron con una belicosidad nunca antes vista.

La Constitución de Cádiz

La Junta de Cádiz escribe y promulga la primera Constitución española en 1812 y ordena su publicación en todas las posesiones españolas. Venegas, que está a favor del absolutismo, retarda su publicación en Nueva España hasta 24 días. Los oficiales gubernamentales de Nueva España juraron respetarla el 30 de septiembre de 1812, aunque todo quedara en papel mojado, ya que Venegas había decretado el estado de sitio. (Un año y medio más tarde, el virrey que sucedió a Venegas, el General Calleja, la declararía nula en Nueva España). Aprovechándose del estado de sitio, Venegas no pone en marcha otras órdenes de la Junta. Después de muchas vacilaciones, Venegas publica la ley sobre la libertad de prensa, para rápidamente abolirla bajo el pretexto de que «se habían cometido abusos».

Sustitución y retorno a España

La Junta de Cádiz sanciona a Venegas por sus medidas arbitrarias, que, a su juicio, han impedido la pacificación del país. La Audiencia de México y el Partido Español de Nueva España lo acusan, sin embargo, de haber sido blando en la lucha contra la rebelión. Fue relevado en el puesto el 16 de septiembre de 1812, pero esta medida no tendría efectos hasta el 4 de marzo, cuando se invistió al General Félix María Calleja como virrey.

Venegas regresó entonces inmediatamente a España, donde el Rey Fernando VII lo recompensó concediéndole el título de Marqués de la Reunión y de La Nueva España. Fue Capitán General de Galicia desde 1818. Desde 1834 hasta 1836, formó parte de la Cámara de los Próceres. Falleció, en 1838, en Madrid.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.


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