
Hoy Jueves 11 de Junio ha muerto Christopher Lee a los 93 años de edad, que el diablo lo acoja en su seno.
Suponemos que la causa de la muerte han sido los rayos del sol del amanecer, que lo han pillado fuera de su cómodo ataúd forrado de raso rojo, y que han provocado su inmediata desintegración, reduciéndolo a polvo en una abandonada capilla desacralizada.
Secundario en muchas producciones de los 50s, no empezó a destacar hasta su interpretación del monstruo en "La Maldición de Frankenstein" en la versión de Hammer Films de 1958 del clásico de Mary Shelley, junto a su amigo y compañero profesional Peter Cushing, con el que coincidiría en muchas películas de la productora inglesa especializada en cine de terror gótico. Al año siguiente protagonizaría por primera vez el papel que lo haría famoso en "Drácula" ("The horror of Dracula"). Empieza así una carrera como actor de género, con interpretaciones memorables en "La Momia", "El perro de los Baskerville", o "Rasputín, el monje loco".
En 1965 vuelve a interpretar a su personaje más célebre en "Drácula, príncipe de las tinieblas", la mejor de una saga que se alargará con tres títulos más. Entre otros muchos papeles, también será recordado como el malvado Scaramanga, adversario de James Bond en "El hombre de la pistola de oro", como Mycrof Holmes en "La vida privada de Sherlock Holmes", como Saruman en la trilogía de "El señor de los anillos" o el Conde Dooku en la trilogía moderna de "Star Wars".
Para los que fuimos niños en los 60s, ese personaje envuelto en negra capa, que de noche y con los ojos enrojecidos seducía a hermosas jóvenes apenas cubiertas por vaporosos camisones, para beberse su sangre (e imaginábamos que más cosas), representa ya para siempre EL TERROR.
Saludos al infierno, Mr Lee, príncipe de las tinieblas.

