Dos apuntes, el primero una cita vieja (no llega a antigua):
Tuesday, August 24, 2010
Longest bow and arrow shot - world record set by Zak Crawford
LONDON, UK -- Zak Crawford, 14, who dreamed of being Robin Hood, shot an arrow nearly 500 metres — equal to the length of five football pitches — using a recurve bow
Un chaval de 14 años con un arco recurvado y un disparo a cerca de 500 metros.
Desconozco la potencia del tal arco pero ya tendría que ser mucho chaval de 14 años para mover, digamos, un arco de 70 libras que es con lo que yo vengo cazando ahora... y los arqueros ingleses de la celebre batalla de Agincourt movían longbows de 100-120 libras que, para mi, sería cómo intentar mover la reja de la ventana de un patio andaluz.
¿Una ballesta, posiblemente con una potencia superior a las 150 libras, alcanzar unos 800 metros en un tiro por elevación?
Pues no me parece una estimación que sea nada del otro mundo.
Y, el segundo apunte, la ventaja fundamental de la ballesta no era atravesar unas armaduras que los longbow también atravesaban, si no poder despegar a un pobre patán del terruño, darle dos guantazos, hacerle hacer la instrucción y ponerle a formar parte de un ejercito quisiera o no con sólo unas semanas (y a veces ni eso) de formación... en contraposición con los arqueros que eran un cuerpo de élite, que requerían años de entrenamiento y que exigían y precisaban entre otros privilegios hasta de una alimentación especial.
El arquero, en primer lugar, debe practicar para ser preciso y efectivo y, entonces, esperar su oportunidad. La efectividad y la precisión dependen de uno mismo, pero las oportunidades las brindan las piezas.