Muy interesante la documentación que aportas: el pon-pon es espectacular pero la Máxim en 37 X 94 da miedo y dudo que incluso en 2014 sea un arma para tomarse a broma si no se usa contra objetivos blindados modernos.
He pensado una actualización para el cañón de 37 mm de Manufrance, inspirada en el libro de Ian Hogg "Granadas y Morteros", publicado por la editorial San Martín en 1976.
Se trata de que el tramo final exterior del cañón esté torneado perfectamente, para albergar exteriormente granadas de espiga, como las que vemos en la foto: sólo se necesitaría un cartucho de proyección cargado sólo con pólvora, sin proyectil, para poder propulsar una granada de un peso considerable.
Me explico. un mortero normal dispara proyectiles desde el interior de un cañón pero el mortero de espiga es simplemente un cilindro que entra dentro del proyectil y que supongo que debe llevar algún sistema de disparo, pues supongo que habrían morteros de espiga con espiga hueca que alojaba la carga de proyección y también morteros de espiga cuyo cilindro tenía un sistema de percusión que inflamaba la carga de proyección alojada dentro del proyectil, como los morteros que conocemos de nuestra mili, aunque fuesen de sistema Stokes, dentro de tubo..
El cañón Manufrance-Brugent

Para evitar accidentes cada granada de espiga va unida con su cartucho de proyección pues propulsar una granada con diez Kg de TNT mediante una granada rompedora de 37X95 mm por ejemplo, sería fatal.
Ya veis que la imaginación humana aplicada a la destrucción es ilimitada y que acabo de convertir un cañón monotiro de hace 108 años en un arma terrible que podría disparar con una precisión aceptable proyectiles construidos con técnicas modernas, que por ejemplo fuesen un serio peligro incluso para blindados modernos. Según este libro, incluso un Panzerfaust de 1945 sería un serio peligro para un blindado de los años 70.
Saludos: Brugent.
