Parachut escribió:
Adjunto un magnifico enlace que habla en más profundidad del tema de proyectiles a montar.
http://tirotactico.net/2012/06/09/municion-556-mm-para-el-servicio-por-dr-gary-k-roberts/
Interesante artículo, pero, que nbo da muchas luces al problema "militar".
La municiones analizadas son en su gran mayoría de punta blanda, otras de punta perforada y otras configuraciones muy alejadas de los límites de la Convención de Ginebra.
Desde el punto de vista policial, muy bien, pero, como dice en su primer punto de los requisitos:
Aprobación por parte del cuerpo jurídico.
Difícilmente podrán aprobar esas municiones sin salirse del marco de Ginebra.
La gran verdad del artículo y, de paso, la mejor respuesta para el compañero Ivan-HK la voy citar literalmente del artículo:
"Personalmente en combate prefiero contar con un tipo que realiza 15.000 disparos al año de munición genérica blindada (FMJ) de 55 grains (3’56 gramos) con su viejo fusil de asalto M16A1, que no alguien que dispone de lo último en munición y fusil de asalto pero que sólo realiza 500 disparos al año. "
Y ese es uno de los grandes problemas de base, la falta de entrenamiento de tiro. En España dudo que sean muchos los profesionales que pueden hacer esos 500 disparos al año.
Con los recortes presupuestarios añadidos a la falta de preocupación de los responsables ni siquiera, la gran mayoría, hacen una quinta parte de esos disparos. Y esa es la triste realidad.
Para más guasa, ni siquiera "legalmente" lo pueden hacer con su arma particular, con munición pagada de su bolsillo y en su tiempo libre con los ridículos "cupos de munición anual" que el inefable Reglamento fija.
Y, ahora, voy a poner un ejemplo tomado del mundo de la caza. Concretamente del rececho.
Un corzo, con un 243, un 222 o incluso un 22 hornet bien colocado cae fulminado. Sin embargo, como los cazadores no disponen de campos de tiro para practicar, ni posibilidad de formarse y ese tipo de cosas, recurren cada vez más a calibres magnuns para que, en caso de darles, los bichitos caigan con mayores garantías.
Tengamos en cuenta que encima cuentan con ventajas como unas miras ópticas, la posibilidad de apuntar con calma, apoyado y, sobre todo, que el corzo no dispara hacia el.
y otro ejemplo más de la caza. La batida o la montería.
Con un calibre ligero tira a un "guarro" acalorado y a la carrera. Si, a lo mejor se muere, pero a saber dónde.
Y el "guarro" tampoco dispara, que se limita a huir en la mayor parte de las ocasiones. Pero todos conocemos lances en el que el cazador pasa un apuro de los gordos, acaba en el hospital o incluso llega cadáver al mismo.
Con un calibre más pesado y resolutivo eso no pasa. O, al menos, pasa menos veces.
Con todos estos factores, el sufrido infante, quizás, estaría mejor servido con un calibre que, si por casualidad da al oponente le tumbe con más garantías, que atraviese cubiertas y sea menos sensible al viento como consecuencia de que va más sobrado de potencia que el "quirúrgico" 5.56.