Tras haber visto más de una vez la secuencia y, pese a que pronto clamaran los "de siempre", quiero destacar la calma y efectividad del agente, haciendo uso de su arma sin crear peligro eligiendo con rapidez y acierto la trayectoria para efectuar el disparo minimizando daños colaterales, el modo profesional de volver a poner el arma en condición de seguridad, extrayendo cargador y cartucho de la recámara con una economía de movimientos y un saber de hacer digno de elogio.
Además, por lo manifestado por el vecindario, los incidentes con los perritos eran continuos, llegando ha tener que solicitar la intervención de los guardias hasta en 5 ocasiones en menos de una semana.
Por supuesto que el sujeto dueño de los animales, arguye que "le tienen manía", pero lo cierto es que no cumple con ningún requisito legal para la tenencia de perros peligrosos y que no deja de ser un molesto vecino.
Demasiada paciencia han tenido con el y demasiada tolerancia por no haberlo asado a multas. Algo que espero se remedie y le pongan cada una de las sanciones posibles multiplicadas por el número de perros que tenga.
Y, si algún tonto el haba se atreve a criticar al guardia, que le pongan un pit bull a punto de morderle las partes pudendas y al resolutivo guardia al lado para que tenga ocasión de pedirle el favor de librarle de la bestia. Y, luego, que haga nuevas declaraciones a ver si ha visto la luz.
Es una pena que con sujetos como el dueño de los perros no exista la accesoria de castración a fin de evitar su reproducción descontrolada.
Bien por el guardia.


