Espectáculo inenarrable, indescriptible, noche bárbara en todos los sentidos. Desde que llegamos a Madrid a las 17:00 horas, había movida en los alrededores del Santiago Bernabéu (e.p.d. don Santiago). Una vuelta, un café para despejarme y desentumecerme algo del viaje, aunque habíamos parado a comer en Villarrubio, donde siempre. De cabeza a la tienda, donde mi hijo y los otros compraron camisetas, mientras yo me agenciaba una bufanda hermosa con los colores del Madrid y los de nuestra enseña y... vuelta.
Si las las noches europeas son un espectáculo maravilloso, lo de anoche fue inolvidable. Fuera del campo es donde estaba la fiesta de verdad. Policías y perros impresionaban por doquier; los alemanes conducidos discretamente al campo mediante unas pequeñas vallas que les abrían camino. Completamos la vuelta observándolo todo como hambrientos un escaparate de pasteles y ... perros oliendo todos los bultos de los periodistas a velocidad asombrosa. Cuánta canallesca junta -pensé- , ¿no estará por aquí JV? Imposible, no le interesa el fútbol...

Volvimos a la grada Sur. Increible; por culpa de los zagales inconscientes y temerarios, me veo metido en medio de una turbamulta delirante. Cánticos de escarnio para el eterno enemigo:



Y el partido. Qué mala suerte. El odioso segundo tiempo que hicimos en Alemania fue lo que nos mató junto con una pizca de infortunio. Pero anoche los jugadores sí que lo dieron todo.
No fue un dinero desperdiciado, como me temía.
ENHORABUENA, MENUT. A ver si me dan ya los permisos y puedo escaparme un rato al monte. No os imaginais la cantidad de líos que tengo por delante, con todo el tema de mis padres y los follones del trabajo.
Saludos. Gracias Yogi, por compartir tu ilusión con el Madrid y el partido en la distancia
