Hola amigos,
Buenos días

Muchas gracias por vuestros comentarios y apoyo
El pequeñajo acaba de desayunarse con su media codorniz completa y 35 ml de su biberón "atómico"
Cuando ayer lo filmé en vídeo con la cámara Sony (no con el móvil), se mostraba receloso de la cámara y, casi seguro que fue por ese motivo, se abstuvo de hacer su "programa de espectáculos". Esta mañana daba mucha risa verlo. Ha sido mi mujer quien le ha abierto su trasportín y ha ido como una flecha hacia ella, meneando la cola de un lado a otro rápidamente (ya sabéis, igual que hacen los perritos cuando están contentos y quieren que les hagan caricias). Luego ha venido hasta mi y quería trepar por mi pantalón, porque me estaba pidiendo comida.
Generalmente, cuando termina de comer le apetece que jueguen con él, especialmente al "tu me haces cosquillas y yo te pego bocados"

Pero cada vez que me va a morderme la mano debo recordarle que "despacito, Gupi, no me muerdas fuerte como la última vez". Parece que se acuerda. Aún conservo las marcas de los cuatro agujeritos de sus colmillos en mi mano izquierda. Es que cuando se anima mucho a jugar, se le puede ir la "pinza" y olvidar que lo que tiene en entre sus colmillos (muerde a boca llena y la abre muchísimo) es una mano amiga. Y además, cuando aprieta fuerte, a continuación comienza a sacudir su cabeza como un poseso. Así que cuando veo que quiere "guerra", le pongo delante a Piolín y...¡¡¡leña al mono, que es de goma!!!
Cuando está jugando también corretea, adoptando una postura muy curiosa: Corretea con el cuerpo arqueado (como diciendo "soy un chiquitín") y con las orejas de punta hacia atrás, como con cara de velocidad
Día tras día, cuando lo cojo entre mis manos aprecio algún cambio: Unos días aparece con cara de mozalbete que está a punto de cambiar el tiembre de voz al de hombre; otros simplemente se nota que pesa más; otros te lo encuentras con el rabo más desarrollado; otros te topas con la sorpresa de que ha desarrollado o perfeccionado algún nuevo juego o actividad...
Su oído se ha ido agudizando muchísimo y ahora presta atención a cualquier sonido, por leve que sea. Cuando es un ruido que no conoce, sale pitando a su casita o se esconde. Pero yo procuro que ese ruido se reproduzca cuando le estoy haciendo caricias o dando de comer, para que comprenda que es algo inofensivo. Y funciona.
Mi siguiente objetivo es que aprenda a hacer sus pipís y sus cacas fuera de su trasportín. Afortunadamente sus deposiciones sólidas son duras, pero desde que come carne se acabó aquello que dije en su momento de que "apenas huelen a nada". Ahora, cuando mister Gupi sale de su casita y suelta en el suelo una de sus cagarrutas, hay que quitarse el sombrero y...taparse la nariz

En fin...cosas de padres
Un abrazo para todos vosotros
El Cabo Pistolo