Mensajepor Lasaga » 16 Oct 2011 19:11
Buenas tardes.
Aquí podemos hablar de la metafísica, pero el recibo de la luz llega todos los meses. ¿Alguien se extraña de que, con la que está cayendo, haya un colectivo de indignados en este país? ¿Tan sorprendente resulta que jóvenes y no tan jóvenes digan eso de "hasta aquí hemos llegado"? ¿Que se grite "basta ya"?
El problema de fondo es que, más allá del diagnóstico, hay que aportar alternativas democráticas, pacíficas y civilizadas en un país que tiene el 25% de todos los parados de la UE y el 23% de los del G-20 (foro al que España va por invitación de Sarkozy), cuando a nivel de población la piel de toro no llega ni al 7%.
Hay que luchar, además, contra el despropósito de tener muchas veces al enemigo en casa. La otra parte, banca y gran empresa, siempre está unida. Cuenta con su particular red de serviles subcontratistas en la clase política. Y esta última con unas fuerzas de choque pensadas para hacerles el trabajo sucio.
Ya lo decía el Buscón de Quevedo: "Nunca cambia de suerte quien sólo lo hace de residencia y no de costumbres". Quizá por ello nos encontramos en este hilo a viejos y conocidos "neoliberales" del foro fustigando al colectivo de indignados. ¿La disculpa? Que algunos de estos, la inmensa minoría, son violentos. Si todos ellos repartieran turrón y caramelos al respetable, seguro-seguro que algún paniaguado nostálgico del antiguo régimen argumentaría seguidamente que "huelen mal" para tratar de desprestigiarles.
Que esto lo defiendan accionistas de referencia de la gran empresa o la banca forma parte del guión. Pero que haya gente de clase media o baja haciéndoles el juego en su crítica contra el colectivo de indignados supone, una vez más, el ser jardinero y poner la maceta.
Trabajadores mileuristas cuando no en el paro más papistas que el Papa defendiendo las tesis de la patronal como si les fuera la vida en ello. Uno de los participantes en este hilo es un conocido "neoliberal", la ideología del sálvese quien pueda, del privatizar las ganancias socializando todas las pérdidas por medio de temporazos, salariazos, despidazos y pensionazos para el "populacho", nunca para directivos de empresa o políticos.
Un cúmulo “neoliberal” de sinrazones, al que se suma la limitación constitucional del déficit público, para constreñir aún más el estado solidario de bienestar. Sinrazones, muchas de ellas, sacadas adelante con los votos del PSOE y PNV en el Congreso para regocijo de PP y CiU, que sin dar un palo al agua han visto como los dos primeros les han hecho gratis el trabajo sucio.
Se ha descargado así el peso de la crisis en quienes no la han generado, los trabajadores, para que los especuladores de siempre puedan seguir haciendo el agosto desde la más completa impunidad. Y todo ello, por supuesto, con UGT y CC.OO. mirando para otro lado a cambio de subvenciones y puestos en las listas del PSOE, siguiendo la estela de Ramón Jáuregui o Antonio Gutiérrez. El donde dije digo digo Diego.
La cosa es laminar el gasto social y dejar en papel mojado el Estatuto de los Trabajadores con tal de no subir impuestos a quienes verdaderamente pueden y deben pagarlos. Pero esa es otra. En la zona más rica del Estado, la media de trabajadores, de asalariados por cuenta ajena, declara a Hacienda 23.000 euros de renta al año. Por el otro lado, empresarios, profesionales y autónomos aseguran ganar 13.200. Viva la madre superiora.
Claro que nuestro amigo, el "neoliberal" de este hilo, no dijo nada cuando el campeón del mundo de su ideología, el presidente de una compañía telefónica de este país, anunció en primavera despidos masivos, una carnicería laboral, el mismo día que presumía de beneficios históricos en su empresa y regalaba primas escandalosas a sus directivos. Igual es que se trata de uno de ellos y no de un desempleado al sur de la capital del reino…
Ni que decir tiene que el político al uso podrá ser un cínico pero no es idiota. Eso lo deja para otros, para los “tontos útiles” del sistema, los "neoliberales" abonados para más inri e incoherencia al INEM. El político patrio, como no es tan ingenuo como el típico "pringadillo" barrial sin conciencia alguna de clase, no se cree nada de nada, pero tampoco muerde la mano que le da de comer.
La mano que le financia campañas electorales por encima o debajo de la mesa, le condona de facto (nunca por escrito, para que siga siendo un servil) deudas bancarias a él o su partido y le da magníficos trabajos cuando abandona el cargo público en petroleras, telefónicas, constructoras, hidroeléctricas o en cualquier otra empresa participada por el sector bancario español. Entre tanto, duplica su sueldo participando en juntas directivas-fantasma de cajas de ahorros.
Que se lo digan si no a consejeros navarros y ediles de Pamplona, cobrando 60.000 euros anuales por calentar el banco en la CAN entre comida y merienda como "dietas". Dietas, que no "sueldos", para poder compatibilizarlas con sus nóminas como cargos públicos y no tener que declararlas, de paso, a Hacienda; que esa es otra, Mari Luz.
Y así se explica que en este país los poderes públicos permitan, mediante legislación ad hoc para los bancos, ejecutar hipotecas a infelices por un solo impago, el redondeo al alza del cuartillo de punto (que regala a las entidades financieras 50.000 millones de las antiguas pesetas al año), las tristemente célebres cláusulas suelo o la negativa a aceptar la dación como pago en caso de deshaucio. Por ejemplo.
Por no hablar de las ayudas públicas a entidades financieras, que no a particulares. Dinero de todos los contribuyentes que logran al 1% de interés y que colocan luego al 6-7-8-9%, mientras algún presidente de Caja en quiebra (Nova Caixa etc.) se jubila con 16 millones de euros entre cesantía y pensión dorada, ante un mal simulado enfado del partido que le puso en el cargo. Enfado cuando se descubre el pastel, no antes, que la Biblia habló de hermanos pero de primos no dijo nada.
P.D. “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. De lo primero no estoy muy seguro”. (A. Einstein).
Nunca tantos le pasaron tanto la mano por la espalda a tan pocos.