Mensajepor huronescazan » 07 May 2011 13:34
Cuando está de Dios, o de quién sea -no voy a entrar ahora en creencias-, de que se mate un cochino, por huevos que hay que matarlo.
Os comento, voy a dar una vuelta a los cebaderos, con el fin de verlos y reponer un poco de comida, como no tenía nada mejor que hacer, después de cambiar cubos, limpiarlos, poner maiz, almendra, en fin arreglarlos bien para la campaña, pues hacía varios días que no los revisaba, una vez pisoteado todo el cebadero, decido sentarme un rato. Sobre las 22,00 horas, empieza la perritar a marcarme los olores del monte, yo pensando que venía un cochina con rayoncetes, pues el ruido era bastante grande. Ole sorpresa, 5 guarros buenos (machos y hembras), 1 guarra grande vieja -creo que bastante adelantada ya en su preñez- y un bicho con mas conchas que un saco de mejillones. Los dejo que se confien, buscando al grande que el cabroncete no salía del monte, sólo roncar y dejar que los otros se atracaran, en eso que localizo un segundo machete, ya cuando los tenía confiados veo al grande donde pensaba que podía tirarle, me lo encaro, enciendo luz y si quieres pies, menudo bufido y carrera, decido no tirar y esperar. Al cuarto de hora, nuevos ruidos y cochinos al cebadero, vuelvo a localizar a este machete y como el grande ya no volvía, pues le alivié de sus picaduras y miserias.
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