
Fuera de servicio. Un agente de la Policía Local de Petrer que se encontraba fuera de servicio logra reducir en Alicante a un ladrón armado con un machete, que huyó a la carrera tras herir a dos personas en un atraco cometido a plena luz del día.
PÉREZ GIL
Actuar en cualquier tiempo y lugar aunque el agente se encuentre fuera de servicio sin poner en peligro la vida propia y ajena. Eso es, en terminología policial, lo que viene a decir una de las normas básicas que regulan la actividad de los integrantes de los Cuerpos de Seguridad del Estado. Y eso es, precisamente, lo que hizo, de forma instintiva, un agente de la Policía Local de Petrer que se encontraba fuera de servicio disfrutando de un tranquilo paseo por la ciudad de Alicante. Por la calle Doctor Rico para más señas.
Eran las once de la mañana de la jornada dominical cuando se dio de bruces con dos jóvenes veinteañeros que corrían de forma apresurada uno tras otro. Rápidamente se dio cuenta de que el primero llevaba un machete en la mano derecha y, casi de forma simultánea, se percató de la situación real que estaba viviendo cuando el perseguidor le gritó desde lejos: "cuidado con ese tío que lleva un cuchillo y acaba de apuñalar a uno".
En chándal y sin pistola
El agente vestía ropa deportiva, iba desarmado y no llevaba el teléfono móvil pero, sin pensárselo dos veces, se sumó a la persecución cruzando la mediana de la transitada calle y adelantando al otro joven hasta situarse a unos dos metros del presunto atracador. Le dio el alto y le pidió que tirara el arma al suelo hasta en cuatro ocasiones tras identificarse como agente de policía. Pero el delincuente lo más que hizo fue volverse en un par de ocasiones sin detener la marcha haciendo aspavientos con el machete en actitud amenazante. El agente siguió tras él y finalmente, tras recorrer unos 200 metros y alcanzar la confluencia de las calles Hondón de las Nieves y Hondón de los Frailes, consiguió que se desprendiera del arma, un machete tipo militar de unos 25 centímetros, tras lo cual iniciaron un forcejeo que acabó con el presunto atracador reducido e inmovilizado en el suelo. Una arriesgada detención en la que nadie resultó herido y en la que también colaboró el joven extranjero que inició la persecución y que dio, asimismo, la voz de alarma a la Policía Nacional con su móvil. Apenas había transcurrido un minuto cuando llegó al lugar una patrulla de la Comisaría. Los funcionarios cachearon entonces al arrestado y le encontraron en uno de sus bolsillos la hoja de una navaja. Fue entonces cuando se pudo averiguar que el sospechoso, de nacionalidad española y con antecedentes policiales, había asaltado supuestamente diez minutos antes a una mujer en la calle Teulada de Alicante. Al resistirse la víctima a entregarle el dinero la había golpeado de forma insistente arrancándole incluso un pendiente de cuajo de la oreja, ante lo cual un hombre se dispuso a socorrerla enfrentándose al agresor y sufriendo, por ello, dos cortes en el pecho con un arma blanca. Fue entonces cuando se inició el episodio de huida con el que se encontró de repente el agente franco de servicio.
Este diario pudo entrevistar ayer al policía local de Petrer pero por motivos de seguridad no quiso revelar su identidad. Se trata de un joven de 29 años que le ha quitado importancia a su intervención. "Me limité a cumplir con mi obligación, tal y como hubiera hecho cualquier otro compañero de cualquier otra población, y lo primero que se me pasó por la cabeza al verlo correr con el machete en la mano es que podría pinchar a alguien", explicó admitiendo que pasó más miedo cuando todo acabó y pensó en lo que podría haber ocurrido que cuando estaba inmerso en la intervención. "Yo iba desarmado y él estaba nervioso y llevaba un machete pero, al final, con la ayuda del otro chico, conseguimos reducirlo así que misión cumplida", indicó remarcando que no se considera ningún héroe. "Yo sólo soy un policía". Y lo es con el uniforme o sin él.