Mensajepor merlic » 13 Ago 2010 20:40
Habría que explicar a estos caciques (de pueblo o de ciudad), tarugos, analfabetos funcionales (independientemente de la formación académica acreditada), narcisistas, egocéntricos, oligofrénicos, imbéciles (desde la acepción médica) y sobre todo, pobres de espíritu que un servicio público es lo que es: servicio público, en ningún caso servilismo particular por razón de cargo u oficio.
La archiconocida Ley Orgánica 2/86 de trece de marzo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad lo dice claro, la función de las fuerzas del orden es la protección de las libertades y derechos de la ciudadanía. Los testaferros, esbirros, pelotas, meapilas, y chupatintas varios son figuras ajenas a la ley pero propias de casos de corrupción como el de Marbella y el de Coslada, son figuras creadas de "motu propio" con el afán de trepar y de ser siempre fiel al político de turno, con la esperanza de recibir un premio por buen comportamiento. Algo más propio de un programa de adiestramiento canino como el de César Millán que de funcionarios de policía.
Sí, definitivamente la culpa es de aquellos funcionarios de policía, independentemente de escalas, empleos y cuerpos que se han empleado a fondo en el arte del servilismo hasta doctorarse en el mismo ya sea por miedo o por servidumbre medieval.
Cuando se acostumbra al politiquillo de turno a ciertas cosas y a ciertos tratos esto se paga con creces y eternamente: los pelotas tienen lo que se merecen y el resto lo sufre.
Saludos.
"Haz lo que debas".