A la hora de transformar los fusiles a percusión se planteó un problema que determinó la estética de los mismos en el futuro, esto es el uso de la bombeta. Siendo el cañón aun de hierro dulce, batido a base de caldas, era necesario que la chimenea fuese de acero para no deformarse ante los golpes del percutor. La diferencia en los materiales podría afectar a la seguridad en el tiro.
En la obra Armas Portátiles de Fuego (1881) de Barado y Génova se puede leer:
No menos debatida fue la transformación del fusil de chispa al de pistón antes de optar por uno u otro de los sistemas que se preciaban de ser superiores a los demás. La colocación de la chimenea no fue punto de pocas opiniones; el cañón de hierro era poco resistente para atornillarla sola y la colocación de un tornillo de recámara de acero, con reserva de igual calibre, vencía aquella dificultad no disminuyendo la longitud del ánima.
Arcelin, oficial de Artillería francés, obvió este procedimiento de elevado coste, atornillando una bombeta en el primitivo fogón convenientemente abierto y en elle la chimenea.
Nosotros, sin embargo, adoptamos la bombeta soldada al cañón pero no la chimenea que se colocaba a rosca.
El fusil reglamentario en España durante el siglo XIX.
Re: El fusil reglamentario en España durante el siglo XIX.
Última edición por Busman el 20 May 2011 21:30, editado 1 vez en total.
Re: El fusil reglamentario en España durante el siglo XIX.
Bien, pues tenemos así los elementos del fusil dispuestos. Hemos dicho anteriormente que a partir del modelo 1851 se pavonan las partes de hierro y acero (a veces solamente el cañón). El pavonado lógicamente se hacía en las mismas fábricas de fusiles.
Última edición por Busman el 20 May 2011 21:25, editado 1 vez en total.
Re: El fusil reglamentario en España durante el siglo XIX.
Pavón que se da a las armas en la fábrica de Oviedo.
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Composición. Ácido nítrico debilitado o extendido en agua, hasta que marque de 5º a 6º en el aerómetro (pesa-ácidos concentrados).
Modo de usarlo. Se principia por poner el cañón perfectamente limpio y seco; en seguida con un hisopo o trapito se unta con esta disolución, se coloca arrimado a la pared, y el cañón principia por tomar un color verdoso que se vuelve rojo al secarse. Cuando se haya ya perfectamente seco, para lo que necesitan transcurrir veinticuatro horas, o más si la atmósfera está cargada de humedad, se frota el cañón con un cepillo fuerte, y en seguida se le pasa un paño que le deje limpio de todo el polvillo que el cepillo había desprendido. En este estado y acto continuo vuelve a untarse con la misma disolución, y del modo ya indicado vuelve a colocarse vertical hasta que se halle totalmente seco de esta segunda mano, y se repite otra vez la operación del cepillo y el trapo. Generalmente hay necesidad de repetir estas operaciones de seis a siete veces, que ocupan en tiempo seco el mismo número de días, al cabo de los cuales se encuentra el cañón perfectamente cubierto de un color achocolatado, y en este estado se mete en agua caliente, en donde permanece de 4 a 5 minutos, y se seca perfectamente con un lienzo ligeramente mojado en aceite de linaza secante. A las cuatro o cinco horas se quita con otro lienzo este aceite secante, en seguida se le da una capa de aceite común, con o que queda terminada la operación.
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Composición. Ácido nítrico debilitado o extendido en agua, hasta que marque de 5º a 6º en el aerómetro (pesa-ácidos concentrados).
Modo de usarlo. Se principia por poner el cañón perfectamente limpio y seco; en seguida con un hisopo o trapito se unta con esta disolución, se coloca arrimado a la pared, y el cañón principia por tomar un color verdoso que se vuelve rojo al secarse. Cuando se haya ya perfectamente seco, para lo que necesitan transcurrir veinticuatro horas, o más si la atmósfera está cargada de humedad, se frota el cañón con un cepillo fuerte, y en seguida se le pasa un paño que le deje limpio de todo el polvillo que el cepillo había desprendido. En este estado y acto continuo vuelve a untarse con la misma disolución, y del modo ya indicado vuelve a colocarse vertical hasta que se halle totalmente seco de esta segunda mano, y se repite otra vez la operación del cepillo y el trapo. Generalmente hay necesidad de repetir estas operaciones de seis a siete veces, que ocupan en tiempo seco el mismo número de días, al cabo de los cuales se encuentra el cañón perfectamente cubierto de un color achocolatado, y en este estado se mete en agua caliente, en donde permanece de 4 a 5 minutos, y se seca perfectamente con un lienzo ligeramente mojado en aceite de linaza secante. A las cuatro o cinco horas se quita con otro lienzo este aceite secante, en seguida se le da una capa de aceite común, con o que queda terminada la operación.
Re: El fusil reglamentario en España durante el siglo XIX.
Fusil reglamentario español modelo 1851.
Es pavonado y de ánima lisa .
Es de calibre de a 15 (19,1mm o .75 de pulgada inglesa)
La longitud del cañón es de 995 mm
La longitud total del arma es de 1.390 mm
El peso es de 4.430 gramos
Su bayoneta es de forma triangular, de 550 mm de longitud y 450 gramos de peso
Como hemos dicho más arriba, la práctica totalidad de estos fusiles terminó con sus ánimas rayadas ante las necesidades de la Guerra de África. Los arreglos que se hicieron en estas transformaciones dieron lugar a dos tipos:
La primera versión es igual al modelo de 1846 pero pavonado.
Este fusil, igual que su antecesor, mantiene el puntode mira en una prolongación de la tercera abrazadera. El punto para la bayoneta está soldado pero permanece en la parte inferior de la boca del cañón.
La segunda versión tiene el punto soldado y sirve a la vez para fijar la bayoneta (esto será lo normal en los modelos posteriores al 1851).
Es pavonado y de ánima lisa .
Es de calibre de a 15 (19,1mm o .75 de pulgada inglesa)
La longitud del cañón es de 995 mm
La longitud total del arma es de 1.390 mm
El peso es de 4.430 gramos
Su bayoneta es de forma triangular, de 550 mm de longitud y 450 gramos de peso
Como hemos dicho más arriba, la práctica totalidad de estos fusiles terminó con sus ánimas rayadas ante las necesidades de la Guerra de África. Los arreglos que se hicieron en estas transformaciones dieron lugar a dos tipos:
La primera versión es igual al modelo de 1846 pero pavonado.
Este fusil, igual que su antecesor, mantiene el puntode mira en una prolongación de la tercera abrazadera. El punto para la bayoneta está soldado pero permanece en la parte inferior de la boca del cañón.
La segunda versión tiene el punto soldado y sirve a la vez para fijar la bayoneta (esto será lo normal en los modelos posteriores al 1851).
Última edición por Busman el 20 May 2011 22:16, editado 1 vez en total.
Re: El fusil reglamentario en España durante el siglo XIX.
El fusil de la primera fotografía vuene clasificado en el Catálogo General del Museo de Artillería (1909) con el número 4253.
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