En una Reserva Nacional de Caza, tras la caza... bueno, se nos perdió un perro. Marchamos a cenar al pueblo y tras eso, cogí mi coche... enganché el remolque de los perros de mi amigo, cogí el foco y marchamos con mi amigo a buscar el perro. Bien entrados en la Reserva (os diré que era la de Boumort) nos dan el alto los GAR, que estaban patrullando por aquellos años para intentar erradicar el contrabando de tabaco que desde Andorra, se movía por esas pistas.
Obviamente, no llevábamos ni un arma en el coche.
Nos pidieron la documentación, nos preguntaron qué hacíamos con un foco allí dentro, revisaron dentro del coche y del remolque de los perros (aún con perros dentro) y nos dejaron marchar sin el menor problema. Mejor dicho, continuar buscando el perro.
Bien es verdad que solo estaban previniendo el contrabando pero... joer, lo que ya no se me habría ocurrido en ningún caso es ir de noche con un arma y el foco.

Lo de molestar a la fauna no lo sabía pero... se lo comenté al Guardia Mayor de la Reserva lo de nuestro encuentro con los GAR y por aquellos días no me hizo la menor observación.