La escopeta es un arma que forma parte prácticamente de la cultura italiana, tanto como la pasta o el fútbol. Quizá la forma de entender la autodefensa hace que la escopeta haya alcanzado una fama superior, que ha sido reflejada en la fabricación de algunos de los mejores ejemplos de la industria. Hoy analizamos dos de estas poderosas armas, que además son utilizadas por las CFSE: el Fabarm SDASS y la Franchi SPAS. ¡La guerra de italianas está servida!
Con al menos diez versiones y una bien merecida fama de arma fiable, la Fabarm SDASS (Special Defense And Security Shotgun), destaca por ser una de las escopetas de corredera (pump action) más configurable y ligera, admitiendo toda clase de complementos, muchos de los cuales se sirven ya de origen dando lugar a sus variantes: Pro Forces, Pro Telescopic, Tactical, Trainer, Trainer Nickel, Trainer Karbon, Heavy Combat, Composite, Short y Compact.
La marca fabricante es bien conocida y forma parte del conjunto italiano más representativo con sede en Brescia, ciudad en la que radican otras grandes firmas.
La producción de la Fabarm Sdass comenzó en aquella población en el año 2005 y todas las versiones antes referidas se basan en una plataforma común que toma distinto aspecto y utilidad al incorporar diversos accesorios y complementos como apagallamas, empuñaduras sin culata o culatas telescópicas,etc. siendo el modelo Tactical el primero a partir del que se desarrollaron los demás.
Estamos hablando de una escopeta cuya concepción es netamente policial y a ese uso está dirigida, sin olvidarnos de que algunas de sus características de configuración la hacen especialmente atractiva para usos deportivos e incluso para la caza.
La posibilidad de acoplarle visores, punteros láser y linternas la hacen atractiva para el empleo en arraigadas modalidades como la caza en aguardo nocturno sin que su aspecto sea causa de repudio por mucho que estemos acostumbrados a ver las armas de ámbito cinegético con un aspecto más clásico en el que la madera es algo imprescindible... Eso está cambiando, según gustos personales, en pro de piezas sintéticas que ofrecen la ventaja de ser algo más ligeras que la madera además de no estropearse ni deformarse con la humedad o la sequedad, lo que puede derivar en acumulación de humedad, roces con los mecanismos internos, roturas, etc.
De forma coincidente, estas mismas características la hacen especialmente útiles en misiones civiles y militares, sin olvidar que esos son sus cometidos en los que su contenido peso y fácil portabilidad –dos de sus mejores bazas– se logran sin menoscabo de la robustez.
Refiriéndonos al modelo base (el Tactical), se trata de una escopeta que mantiene el perfil clásico de culata y guardamanos convencionales, eso sí con un diseño moderno y de inspiración agresiva, con un tubo de almacenamiento que discurre por debajo del cañón y que es prácticamente de la misma longitud que éste, con capacidad para albergar siete cartuchos de calibre 12 estándar (70 mm de largo), si bien el cañón está preparado para disparar munición magnum en su recámara de 76 mm. Este tubo tiene en su extremo anterior una anilla portacorreas.
Por otra parte los botones de carga y seguro están colocados estratégicamente para poder ser fácilmente alcanzables.
El seguro –que actúa sobre el gatillo– está situado en la parte trasera del guardamontes como es costumbre en las escopetas de repetición de la marca. Delante del guardamontes se sitúa el botón que permite la apertura del cerrojo y la carga de munición.
El disparador está contenido en una batería que forma un conjunto independiente en un bastidor que se fija al cajón mediante dos pasadores que son fácilmente extraíbles en caso de tener que hacer limpieza.
El cajón de mecanismos, con la ventana de expulsión taladrada en el lado derecho (para tirador diestro), es de aleación de aluminio de tipo aeronáutico (gran dureza). Aquí radica buena parte del ahorro de peso con respecto a otras escopetas tácticas.
La culata está rematada en una cantonera de goma amortiguadora con generosos huecos y pilares en zig-zag.
Al igual que el guardamanos, la culata es de “composite”, es decir, de polímero. Para mejorar el agarre, la zona del pistolet presenta una especie de picado moldeado mientras que el guardamanos tiene 15 surcos transversales.
Estos materiales sintéticos, junto con el liviano metal del cajón consiguen que la Sdass se quede en un peso declarado de tres kilos, descargada.
El cañón, de 51 cm. de longitud, es liso para permitir disparar toda clase de munición y tiene la posibilidad de colocarle estranguladores, si bien se sirve con choke cilíndrico para una rápida dispersión de la munición multiproyectil y para un paso holgado de balas y otra clase de proyectiles.
El extremo del cañón está roscado lo que permite ponerle bocachas “breach”, apagallamas o reductoras de retroceso, según la necesidad.
Para incrementar su apariencia táctica, Fabarm ha optado por presentar todo el conjunto en color negro y por instalar sobre el cajón de mecanismos un carril multislot (tipo Picatinny) sobre el que se asienta un anillo “ghost” desplazable en altura y deriva, protegido con orejetas laterales. Este alza combina con un visible punto de fibra óptica de color rojo
elevado e igualmente guardado por orejetas.
La base permite, una vez retirada el alza, colocar en su lugar cualquier tipo de visor óptico, réflex u holográfico o punteros láser, linternas, etc.
Franchi, otra de las firmas italianas imprescindibles, amplió su presencia en el mercado traspasando las fronteras de las escopetas deportivas y cinegéticas para atender un creciente mercado de armas tácticas con su “Special Purpose Automatic Shotgun” o Spas, para los amigos.
Es posible que Franchi ignorase en su momento el éxito que iba a tener esta escopeta y que alcanzó rápidamente desde el momento de su presentación en el año 1979. Un éxito que también llega desde Brescia y que en buena parte radica en su funcionamiento dual; es decir, puede funcionar como escopeta de recarga manual mediante corredera o como semiautomática accionada por gases.
Esto le otorga una gran versatilidad pues permite emplear en ella munición de baja presión que resulta insuficiente para que las escopetas semiautomáticas realicen su ciclo dinámico o al menos para que lo completen sin atascos o interrupciones. Llegado el caso de emplear tal munición, en la Spas bastará con bloquear su sistema de automatismo accionando un pulsador bajo el guardamanos para poder recargar como en cualquier otra escopeta de corredera, tirando del guardamanos.
Conviene antes de nada aclarar que en la actualidad disponemos de tres versiones de la SPAS: el modelo 11 (primigenio), el modelo 12 y el modelo 15, que comenzó a comercializarse en 1986 y que, manteniendo las características de sus antecesoras, fue dotado de un aspecto mucho más combativo. Varía también en la Spas 15 el sistema de alimentación, que en vez de hacerse desde almacén tubular, como en la 11 y 12, se realiza desde cargador con munición en hilera con capacidad para 6 cartuchos de diferentes medidas.
Esta característica, junto con la culata retráctil y el asa de transporte al estilo del M16 y sobre la que es factible montar visores, definen a esta singular escopeta que más que táctica bien puede definirse como escopeta de combate pues no sólo su aspecto sino también la práctica así lo dictan.
Se trata de armas robustas cuyo aspecto las sitúa incluso más allá del ámbito policial y es más propia de escenarios bélicos y no es de extrañar pues ese fue su destino desde el momento en que fueron plasmadas en la mesa de dibujo. Sin duda los directores de proyectos se dieron cuenta del regreso de la escopeta al campo de batalla y del creciente interés de los ejércitos por dotarse de escopetas que fueran capaces de asumir plenamente las condiciones de guerra.
Incluso los que no estén introducidos en las escopetas tácticas o de combate recordarán las SPAS 12 con su característica culata basculante y articulada, plegada sobre el cajón de mecanismos.
Algunas de estas culatas llevan un gancho que abraza la extremidad superior. Con la culata soportada bajo el brazo por el gancho, el arma debería teóricamente poder ser disparada con una única mano, permitiendo al tirador tener una mano libre. A cambio de su solidez y de su fuerte estructura de acero estampado, la SPAS roza los 4,4 kilos de peso.
Al igual que otras de su gama, su recámara es de 76 para poder disparar munición magnum.
Su cadencia de fuego en modo semiautomático es muy alta y en cuanto a fiabilidad es impecable gracias precisamente a sus materiales, si bien los primeros modelos 12 tuvieron problemas con un seguro de palanca que se estropeaba produciendo un disparo inopinado y se sustituyó por un botón de bloqueo.
Además, tiene un mecanismo de corte de carga, que permite al tirador cargar munición especializada directamente en la recámara interrumpiendo el paso de munición desde el cargador.
También en la boca del tubo encontramos una rosca para poder colocarle suplementos como lanza granadas u otros accesorios incluido un "diverter" que dispersa el disparo verticalmente o horizontalmente. Esta rosca viene protegida con una tapa tras la que se encuentra la anilla para enganchar la correa. Su otro punto de enganche se encuentra en la parte mas retrasada del asa de transporte. La culata la podemos encontrar con caña y culatín, retraíble o completa de polímero.
