Mi unidad monta un cañón de 35 cm y es en calibre 6,35. Está configurada para utilizar balines jsb King heavy.
Después de probarla y utilizarla a fondo me gustaría destacar la suprema precisión de esta apuesta de Edgun en carabinas semiautomáticas, una particularidad que hace que esta carabina sea un arma diferente a todo lo que he probado hasta ahora.
El gatillo es sencillamente perfecto, pues no tiene nada que ver con los gatillos tradicionalmente duros de la marca rusa pero tampoco es un gatillo tan “al pelo” que pueda resultar peligroso. A mi juicio un gatillo 10.
Mi unidad lleva instalada una botella de carbono de 350 cc. Esta cantidad de aire aporta una excelente autonomía de disparos al usuario sin tener que tirar de scuba, y no añade un excesivo peso que desvirtúe la ligereza y portabilidad del arma. La botella se integra extraordinariamente en la estructura de la carabina.
Los mecanismos para colocar los cargadores y cualquier palanca o tornillo que cumpla alguna función son suaves en su acción y bien construidos. Por ejemplo, la palanca para poder plegar y desplegar la Leshiy está situada y diseñada de manera que, desde el primer momento, se hace intuitiva y fácilmente localizable con los dedos de la mano.
Realmente, la nueva Leshiy supone un cambio, si no conceptual respecto al primer modelo de Leshiy, sí en todo lo concerniente a potencial y posibilidades de la carabina, ya sea por el hecho de ser semiautomática, permitir la eficaz gestión de calibres “gordos” como el 7,62 o la amortiguación de cualquier vibración a la hora de disparar. Personalmente, esta Leshiy me ha parecido una pasada.
