Mensajepor IVAN-HK » 12 Ene 2008 11:02
"La autodefensa contra una fuerza hostil", dice el documento, de carácter clasificado, "puede ser ejercida por individuos o por unidades bajo ataque o en peligro de ser atacadas, así como por otras fuerzas de la ONU capaces de ayudar a estos individuos o a estas unidades".
Eso no quiere decir que los cascos azules -hasta 15.000; incluidos un máximo de 1.100 españoles- puedan abrir fuego a la ligera. Cualquier incidente armado en el que se vean implicadas tropas de la ONU da pie a un informe escrito y a una investigación interna para determinar si se han cumplido las normas.
Los miembros de la FINUL están obligados a cumplir la legalidad internacional y a utilizar la "fuerza mínima necesaria y proporcionada" para cumplir su misión, así como a "evitar daños colaterales" en la población civil e intentar resolver cualquier problema, si es posible, pacíficamente.
No obstante, los cascos azules enviados a Líbano disponen de un margen de libertad sin precedentes para recurrir a la violencia. En concreto, pueden usar "fuerza letal" -emplear las armas con resultado de muerte- para defenderse a sí mismos y a otro personal de la ONU de un acto hostil o de un intento de secuestro; para defender a militares o autoridades libanesas que estén bajo su protección; para defender a trabajadores humanitarios o "proteger a civiles bajo inminente amenaza de violencia física".
Más allá de la defensa propia y de terceros, la autorización de la ONU se extiende al cumplimiento de la misión. Los cascos azules pueden recurrir a la fuerza para impedir que se les limite la libertad de movimientos o que se intente forzar un checkpoint de Naciones Unidas. Todas estas normas derivan de amargas experiencia en la ex Yugoslavia, donde las tropas de la ONU fueron retenidas o secuestradas y asistieron impotentes a matanzas de civiles.
La más importante, no obstante, es la que permite el "uso de la fuerza, incluida la fuerza letal, para impedir o eliminar actividades hostiles, incluido el tráfico ilegal de armas, municiones y explosivos en el área de responsabilidad de FINUL", entre el río Litani y la frontera de Israel.
Hasta ahora, la ONU ha dicho que el desarme de Hezbolá es responsabilidad exclusiva del Ejército libanés. Sin embargo, el pasado domingo la FINUL advirtió, a través de una nota, de que instalará controles de carretera y procederá a la requisa de armas si el Ejército libanés no es capaz de hacerlo. La norma 4.16 autoriza, bajo el mando directo del comandante de la fuerza, el francés Allain Pellegrini, a proceder al "desarme de grupos o individuos armados". Aplicarla podría acabar, sin embargo, con la no beligerancia entre Hezbolá y la ONU.
Fuente: El País España

