QUE RECUERDOS
Re: QUE RECUERDOS
No se pueden decir las cosas ni contarlas, cuando no se han vivido, pero si asi ha sido hay que decirlo como son, la verdad y la realidad.
En este caso me refiero a los Cabos 1º. Yo fui cabo 1º durante 3 años, porque luego sali de suboficial y puedo decir que esos 3 años fueron con altos y bajos. Altos, porque al tener “algo” de mando y haber cumplido mi ilusión de mandar un carro de combate, me sentía alguien importante como le pasaba creo yo a muchos otros cabos 1º del Rgto., y más si eran “reenganchados” - con mucho orgullo - como era yo.
Tenías el mando de una máquina de guerra, pero al mismo tiempo sentías que tenias la responsabilidad de la vida de tres hombres, de su preparación y adiestramiento y de su disciplina y atención personal.
En un carro de combate, todos somos todos y cada uno de nosotros tenemos que conocer a los otros miembros de la tripulación y si encima, eres tu el jefe de todos ellos, esto se multiplica por diez. Sus problemas son los tuyos, sus penas y alegrías las tuyas y tu función primordial, es estar con ellos para lo bueno y lo malo. Y esto te hacia estar mas orgulloso de tener el empleo y el mando que tenias.
Pero estaba la cara oscura del tema. Si eras Cabo 1º de reemplazo, se te perdonaban muchos fallos pero si eras ya reenganchado y con vistas a ser futuro suboficial, no se te pasaba ni una. Existía el gran dilema de que con la tropa de reemplazo, no hacías muchas migas porque eras un “semi mando” y por lo tanto tenias/an que mantener la distancia, el respeto y la subordinación reglamentaria, con la consiguiente disciplina, con lo que se llegaba conocer muchas veces la llamada “soledad del mando”, sobre todo a la hora de la cantina o los fines de semana cuando te quedabas de servicio o simplemente te quedabas en el cuartel porque era tu casa.
Y luego, los suboficiales te trataban “cojonudamente”, porque tenías que hacer servicios con ellos y éramos muchas veces la mano justiciera y disciplinaria con la tropa, pero no te consideraban como tal suboficial para otras cosas.
Cuantas veces nos ha tocado a los “tirillas” comer solos debajo de un pino ó a la sombra del carro por no poder entrar en la tienda de mandos.
Todo esto, gracias a Dios y a los aires de cambio en el ejército y a los magníficos capitanes que fueron llegando al Rgto., cambio radicalmente.
Yo ya conocí esos tiempos como suboficial, y puedo decir con la mano en el corazón, que los suboficiales que fueron llegando a partir de finales de los 70 y ya los años 80 en adelante, fuimos diferentes en cuanto al trato con nuestra tropa y mas con los cabos 1º, porque se sabía que eran un eslabón muy importante en la vida del escuadrón en todos los sentidos, muchos de ellos auténticos profesionales, muy bien preparados, trabajadores y con ganas de lucha, muchos de ellos actualmente magníficos suboficiales, algunos de ellos de los cuales me siento orgulloso de mantener una gran amistad con ellos.
Nombres como Cavanel, Losa – mi sobrino, el cual estuvo a mis órdenes durante casi 8 años y fue para mí, un palo moral que dejará el ejercito, cuando era un magnifico Cabo 1º y un buen Jefe de carro - , Pitarch, Casany, Escalante, Cabanillas y un largo etc., dieron lo mejor de sí para el Rgto., y los que eran carristas, era auténticos y magníficos jefes de carro, con niveles de conocimiento en algunos casos muy superiores a muchos suboficiales de años anteriores.
Nuestra relación cabo 1º / suboficial, se hizo mas abierta y más cordial, nos necesitábamos los unos a los otros y cada uno en su sitio, y con la disciplina debida surgieron grandes amistades que actualmente perduran.
Para nosotros los suboficiales, eran auténticos colaboradores y en muchos casos receptores de muchas tareas de responsabilidad, que en otros tiempos no se les hubiera asignado. Era fundamental el darles la confianza que merecían, porque eran nuestros “binomios” dentro de los pelotones de carros y en un caso real, podrían ejercer el mando del pelotón sin problemas, como así sucedió varias veces.
En la actualidad, al ser el soldado profesional, las tareas generales se han simplificado y mejorado mucho en el ejército y cada uno sabe cuál es su trabajo y misión, pero siempre los cabos 1º seguirán siendo la mano derecha del suboficial y en muchos casos de los oficiales y en muchas unidades, su responsabilidad llega en muchos casos a nivel de oficial.
Saludos carristas.
En este caso me refiero a los Cabos 1º. Yo fui cabo 1º durante 3 años, porque luego sali de suboficial y puedo decir que esos 3 años fueron con altos y bajos. Altos, porque al tener “algo” de mando y haber cumplido mi ilusión de mandar un carro de combate, me sentía alguien importante como le pasaba creo yo a muchos otros cabos 1º del Rgto., y más si eran “reenganchados” - con mucho orgullo - como era yo.
Tenías el mando de una máquina de guerra, pero al mismo tiempo sentías que tenias la responsabilidad de la vida de tres hombres, de su preparación y adiestramiento y de su disciplina y atención personal.
En un carro de combate, todos somos todos y cada uno de nosotros tenemos que conocer a los otros miembros de la tripulación y si encima, eres tu el jefe de todos ellos, esto se multiplica por diez. Sus problemas son los tuyos, sus penas y alegrías las tuyas y tu función primordial, es estar con ellos para lo bueno y lo malo. Y esto te hacia estar mas orgulloso de tener el empleo y el mando que tenias.
Pero estaba la cara oscura del tema. Si eras Cabo 1º de reemplazo, se te perdonaban muchos fallos pero si eras ya reenganchado y con vistas a ser futuro suboficial, no se te pasaba ni una. Existía el gran dilema de que con la tropa de reemplazo, no hacías muchas migas porque eras un “semi mando” y por lo tanto tenias/an que mantener la distancia, el respeto y la subordinación reglamentaria, con la consiguiente disciplina, con lo que se llegaba conocer muchas veces la llamada “soledad del mando”, sobre todo a la hora de la cantina o los fines de semana cuando te quedabas de servicio o simplemente te quedabas en el cuartel porque era tu casa.
Y luego, los suboficiales te trataban “cojonudamente”, porque tenías que hacer servicios con ellos y éramos muchas veces la mano justiciera y disciplinaria con la tropa, pero no te consideraban como tal suboficial para otras cosas.
Cuantas veces nos ha tocado a los “tirillas” comer solos debajo de un pino ó a la sombra del carro por no poder entrar en la tienda de mandos.
Todo esto, gracias a Dios y a los aires de cambio en el ejército y a los magníficos capitanes que fueron llegando al Rgto., cambio radicalmente.
Yo ya conocí esos tiempos como suboficial, y puedo decir con la mano en el corazón, que los suboficiales que fueron llegando a partir de finales de los 70 y ya los años 80 en adelante, fuimos diferentes en cuanto al trato con nuestra tropa y mas con los cabos 1º, porque se sabía que eran un eslabón muy importante en la vida del escuadrón en todos los sentidos, muchos de ellos auténticos profesionales, muy bien preparados, trabajadores y con ganas de lucha, muchos de ellos actualmente magníficos suboficiales, algunos de ellos de los cuales me siento orgulloso de mantener una gran amistad con ellos.
Nombres como Cavanel, Losa – mi sobrino, el cual estuvo a mis órdenes durante casi 8 años y fue para mí, un palo moral que dejará el ejercito, cuando era un magnifico Cabo 1º y un buen Jefe de carro - , Pitarch, Casany, Escalante, Cabanillas y un largo etc., dieron lo mejor de sí para el Rgto., y los que eran carristas, era auténticos y magníficos jefes de carro, con niveles de conocimiento en algunos casos muy superiores a muchos suboficiales de años anteriores.
Nuestra relación cabo 1º / suboficial, se hizo mas abierta y más cordial, nos necesitábamos los unos a los otros y cada uno en su sitio, y con la disciplina debida surgieron grandes amistades que actualmente perduran.
Para nosotros los suboficiales, eran auténticos colaboradores y en muchos casos receptores de muchas tareas de responsabilidad, que en otros tiempos no se les hubiera asignado. Era fundamental el darles la confianza que merecían, porque eran nuestros “binomios” dentro de los pelotones de carros y en un caso real, podrían ejercer el mando del pelotón sin problemas, como así sucedió varias veces.
En la actualidad, al ser el soldado profesional, las tareas generales se han simplificado y mejorado mucho en el ejército y cada uno sabe cuál es su trabajo y misión, pero siempre los cabos 1º seguirán siendo la mano derecha del suboficial y en muchos casos de los oficiales y en muchas unidades, su responsabilidad llega en muchos casos a nivel de oficial.
Saludos carristas.
Re: QUE RECUERDOS
Como he dicho en otras ocasiones, en mi epoca no existian ni las digitales ni los moviles con camara, y ni siquiera tenia camara de fotos, asi que tengo pocos recuerdos de mi epoca de carrista.
os pongo algunas de las pocas que tengo, por si alguien se conoce en algunas de llas.
Las 2 primeras son de mi epoca de cabo 1º con mi primer carro como JCC y la segunda con mi primera tripulacion. La tercera es con mi tripulacion como cabo tirador.
os pongo algunas de las pocas que tengo, por si alguien se conoce en algunas de llas.
Las 2 primeras son de mi epoca de cabo 1º con mi primer carro como JCC y la segunda con mi primera tripulacion. La tercera es con mi tripulacion como cabo tirador.
Re: QUE RECUERDOS
Fijaros que uniformes llevabamos en aquellos años.
Las siguientes son una que me hice una tarde estando de semana en el patio de armas del Rgto., la segunda es una colectiva de todos los carristas del 2º escuadron y la tercera unas maniobras como tirador en Alcublas.
Las siguientes son una que me hice una tarde estando de semana en el patio de armas del Rgto., la segunda es una colectiva de todos los carristas del 2º escuadron y la tercera unas maniobras como tirador en Alcublas.
Re: QUE RECUERDOS
Y finalmente, unas de suboficial.
la primera es una foto con parte de los conductores de carros que llevaba en el barco RO-RO que nos llevaba a Almeria durante la Operacion Indalo.
En estas maniobras - creo que ya lo conte hace tiempo - me toco salir el carro puente del barco, porque no aparecia su JCC.
Que buena gente tenia yo en aquella epoca.
La segunda es en la Esposicion de las FFAAs en el 81 en la Alameda de valencia con mi buen amigo el Cabo 1º Casany del Escon., de Carros y el teniente Barri, un autentico maniatico de las botas limpias y brillantes. A mi se me llevaba el diablo estas manias, no comprendia como un tio que estaba todo el dia con los carros como yo, podia ir con las botas brillantes, aunque dicen que el gran Witman, mi idolo, era un dandi del vestuario.
la primera es una foto con parte de los conductores de carros que llevaba en el barco RO-RO que nos llevaba a Almeria durante la Operacion Indalo.
En estas maniobras - creo que ya lo conte hace tiempo - me toco salir el carro puente del barco, porque no aparecia su JCC.
Que buena gente tenia yo en aquella epoca.
La segunda es en la Esposicion de las FFAAs en el 81 en la Alameda de valencia con mi buen amigo el Cabo 1º Casany del Escon., de Carros y el teniente Barri, un autentico maniatico de las botas limpias y brillantes. A mi se me llevaba el diablo estas manias, no comprendia como un tio que estaba todo el dia con los carros como yo, podia ir con las botas brillantes, aunque dicen que el gran Witman, mi idolo, era un dandi del vestuario.
- Hectorvillajos
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Re: QUE RECUERDOS
Sigue con los relatos, camarada Cuenca, que me lo paso pipa y nobras a gente que conocí 

Re: QUE RECUERDOS
Queria hacer una pequeña correción. Debido a los años transcurridos a veces me confundo de años en ciertos relatos y en concreto en el año de la quedada para almozar, no fue en el 82 sino en el 84, disculpar por el error. De todas formas me van a a pasar una fotos - si las encuentran - de una de esas quedadas.
Saludos carristas.
Saludos carristas.

- Hectorvillajos
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Re: QUE RECUERDOS
CUENCA escribió:Queria hacer una pequeña correción. Debido a los años transcurridos a veces me confundo de años en ciertos relatos y en concreto en el año de la quedada para almozar, no fue en el 82 sino en el 84, disculpar por el error. De todas formas me van a a pasar una fotos - si las encuentran - de una de esas quedadas.
Saludos carristas.
Es cierto. Ya me extrañaba a mí que hubiera VECs en el 82, y yo no me acordara

Todos tenemos lapsus, por muy jóvenes que seamos, Cuenca

Re: QUE RECUERDOS
Digo lo mismo que Hectorvillajos : me lo paso pipa con estos maravilloso relatos de Cuenca -y otros, claro está..- del Lusitania 8.
El capitán Cuenca le pone un entusiasmo extraordinario en sus escritos. Demuestra lo que lleva dentro. Lo que representa para él.Sus sentimientos. Y escribe divinamente. Como que te situa en la escena a las pocas líneas de sus relatos.
No es para hacer la pelota... . Faltaría mas.
Pero es la verdad. Lo que a mi me parece.
Yo no tengo que digamos recuerdos tan emocionantes.
Pero voy a relatar uno que me parece de los mas significativos de mi paso por el Lusitania 8 entre 1970 -71.
Serían como la una de la tarde de un día cualquiera, cuando finalizaban las diversas actividades de instrucción matutinas, y la tropa regresagaba a sus escuadrones para asearse y esperar el toque de fajina para ir a comer.
Yo deambulaba por el patio de armas y oí unos gritos : "venga, todos a empujar, a empujar pero YA !!, cagando leches, todos a empujar!!! " .
Eran los sargentos indicando que todo quisque se dirigiera a la parte trasera de un carro de combate, que se había varado en el patio de armas, a unos 50 m. del punto de giro a la izquierda para entrar en el hangar.
Se formó una masa humana militar empujando por detrás del carro, como si se tratara de empujar a un autmovil averiado.
Ni que decir tiene que aquel vehículo blindado, acorazado no se movía un milímetro de su posición.
Los sargentos seguían vociferando y nosotros los que estábamos "empujando" el carro de combate, con los pulmones y el hígado a punto de salirnos por la boca.
Y ete aquí que aparecieron unos compañeros con unas barras de hierro macizas, cilíndricas de un diámetro quizas como de un centímetro y medio y algo mas de dos metros de longitud.
Ensamblaron dichas barras en un punto de las cadenas del carro, a cada lado y simétricamente. Era un punto de unión de los eslabones de la cadena.
Cada barra daba para cuatro soldados que se colocaron en posición para empezar a empujar con todas sus fuerzas, junto a la masa de color caqui ( de la cual continuaba yo formando parte ), reforzando su acción.
Y aquel monstruo de acero empezó a moverse... !.
Cuando llegamos al punto de giro para el hangar, el conductor pudo conseguir el movimiento adecuado y finalmente el vehículo blindando, quedó aparcado en su lugar.
Creo se trataba de un modelo Panzer IV alemán, de la época de la II guerra mundial, que por aquel entonces ( 1970-71) tenía el Lusitania 8 .
Si me equivoco ya me rectificareis.
Recuerdo -eso si- que los mandos nos habían dicho mas de una vez, de forma solemne, que aquellos carros habían estado en combate.
El resultado de nuestra pequeña ( o no tan pequeña... ) hazaña fué celebrado con gritos de entusiasmo.
Los mandos también mostraban alegría.
Como quien dice ese día nos habíamos ganado de sobra el rancho que nos estaba esperando.
Un saludo para todos, lo mas marcial posible, de este sesenton que valora cada vez mas su paso por el ejército.
El capitán Cuenca le pone un entusiasmo extraordinario en sus escritos. Demuestra lo que lleva dentro. Lo que representa para él.Sus sentimientos. Y escribe divinamente. Como que te situa en la escena a las pocas líneas de sus relatos.
No es para hacer la pelota... . Faltaría mas.
Pero es la verdad. Lo que a mi me parece.
Yo no tengo que digamos recuerdos tan emocionantes.
Pero voy a relatar uno que me parece de los mas significativos de mi paso por el Lusitania 8 entre 1970 -71.
Serían como la una de la tarde de un día cualquiera, cuando finalizaban las diversas actividades de instrucción matutinas, y la tropa regresagaba a sus escuadrones para asearse y esperar el toque de fajina para ir a comer.
Yo deambulaba por el patio de armas y oí unos gritos : "venga, todos a empujar, a empujar pero YA !!, cagando leches, todos a empujar!!! " .
Eran los sargentos indicando que todo quisque se dirigiera a la parte trasera de un carro de combate, que se había varado en el patio de armas, a unos 50 m. del punto de giro a la izquierda para entrar en el hangar.
Se formó una masa humana militar empujando por detrás del carro, como si se tratara de empujar a un autmovil averiado.
Ni que decir tiene que aquel vehículo blindado, acorazado no se movía un milímetro de su posición.
Los sargentos seguían vociferando y nosotros los que estábamos "empujando" el carro de combate, con los pulmones y el hígado a punto de salirnos por la boca.
Y ete aquí que aparecieron unos compañeros con unas barras de hierro macizas, cilíndricas de un diámetro quizas como de un centímetro y medio y algo mas de dos metros de longitud.
Ensamblaron dichas barras en un punto de las cadenas del carro, a cada lado y simétricamente. Era un punto de unión de los eslabones de la cadena.
Cada barra daba para cuatro soldados que se colocaron en posición para empezar a empujar con todas sus fuerzas, junto a la masa de color caqui ( de la cual continuaba yo formando parte ), reforzando su acción.
Y aquel monstruo de acero empezó a moverse... !.
Cuando llegamos al punto de giro para el hangar, el conductor pudo conseguir el movimiento adecuado y finalmente el vehículo blindando, quedó aparcado en su lugar.
Creo se trataba de un modelo Panzer IV alemán, de la época de la II guerra mundial, que por aquel entonces ( 1970-71) tenía el Lusitania 8 .
Si me equivoco ya me rectificareis.
Recuerdo -eso si- que los mandos nos habían dicho mas de una vez, de forma solemne, que aquellos carros habían estado en combate.
El resultado de nuestra pequeña ( o no tan pequeña... ) hazaña fué celebrado con gritos de entusiasmo.
Los mandos también mostraban alegría.
Como quien dice ese día nos habíamos ganado de sobra el rancho que nos estaba esperando.



Un saludo para todos, lo mas marcial posible, de este sesenton que valora cada vez mas su paso por el ejército.

Re: QUE RECUERDOS
Amigo Somalo. Muchísimas gracias por tus palabras que miles de veces he dicho que no merezco, puesto que tan solo he sido un soldado al servicio de mi España y tan solo he procurado hacerlo lo mejor posible y dedicar mi vida a preparar buenos soldados para el mañana. Tan solo eso.
Lo del carro – era un M41, no un Panzer IV – me lo sé porque me lo conto mil veces, el que fue mi primer JCC y con el tiempo gran amigo mío. El entonces Sgto.Orteguilla.
Por cierto amigo Somalo, no serás familia del Coronel Somalo?. Lo conocí personalmente y era un autentico caballero y un magnifico jefe.
Y sobre lo del carro, te diré algo. Es lógico que actuando con esas barras de acero tan largas que comentas y que se llaman “perpales” en el argot carrista, es fácil mover ESE carro, un M41 de “tan solo” 23 toneladas. Un M47 ó un M60, nasti de nasti.
De todas maneras la facilidad de moverlo – y seguro que lo harían sobre la parte de las motrices - es porque, es tan “suave” el sistema de movimiento de una transmisión de un carro, que un esfuerzo relativamente fuerte, permite que el carro haga un ligero movimiento, eso es todo.
Saludos, carristas.
PD. Mañana os contare algo sobre el tiro con carros y asi le recordare viejos tiempos a los "veteranos" del foro.
Lo del carro – era un M41, no un Panzer IV – me lo sé porque me lo conto mil veces, el que fue mi primer JCC y con el tiempo gran amigo mío. El entonces Sgto.Orteguilla.
Por cierto amigo Somalo, no serás familia del Coronel Somalo?. Lo conocí personalmente y era un autentico caballero y un magnifico jefe.
Y sobre lo del carro, te diré algo. Es lógico que actuando con esas barras de acero tan largas que comentas y que se llaman “perpales” en el argot carrista, es fácil mover ESE carro, un M41 de “tan solo” 23 toneladas. Un M47 ó un M60, nasti de nasti.
De todas maneras la facilidad de moverlo – y seguro que lo harían sobre la parte de las motrices - es porque, es tan “suave” el sistema de movimiento de una transmisión de un carro, que un esfuerzo relativamente fuerte, permite que el carro haga un ligero movimiento, eso es todo.
Saludos, carristas.
PD. Mañana os contare algo sobre el tiro con carros y asi le recordare viejos tiempos a los "veteranos" del foro.

Re: QUE RECUERDOS
Los tiros de carros, era la parte que más nos gustaba a todos tanto tropa como mandos, porque rompía un poco la monotonía del quehacer diario en los cuarteles y salías un poco de la rutina de la revisiones, salidas al campo, mas revisiones y mas salidas al campo y mas teóricas. Yo personalmente ya de mando, lo de las teóricas era una cosa que me partía, eso sí, ya fuera del programa ordinario de instrucción, o sea las teóricas recordatorio.
El anuncio de que íbamos a tener tiro en el escuadrón, a la tropa nos llenaba de ganas, porque si era el primero – como me paso a mi – te envolvía un halo de nerviosismo, que la noche anterior no te dejaba dormir, pensando cómo te iría, como lo harías y si las teóricas y las horas de instrucción frente a los aparatos de puntería, serian recompensadas con unos buenos blancos.
Lo suboficiales esa semana nos machacaban y machacábamos a la gente, recordando las voces de tiro, las correcciones en los sistemas de puntería, las correcciones sobre impacto, los tipos de munición, practicas de montaje hasta el agotamiento de la 12,70 y de la Browning M1919 en el M41 y la MG42 en el M47. Practicas y mas practicas, dentro de las torres, sudando como locos, los ojos rojos de tanto mirar por los periscopios, el telescopio y el telemetro – según que carro – y comprobando con las escuadras de nivel una y otra vez la horizontalidad del cañón sobre el terreno para saber donde puede venir un mal tiro por culpa de la inclinación del terreno, pues esta afecta a los diversos ángulos del tiro.
Y como es lógico, limpiar como la patena y dejar como un espejo, el ánima del cañón y todos los tornillos de evasión de gases de los disipadores.
Pero los nervios afloraban el mismo día del tiro, con las continuas voces que nos daban/mos, los suboficiales y cabos 1º y mucho más cuando veíamos por primera vez, las cajas de madera con el símbolo de las dos manos cruzadas de la ayuda americana, conteniendo dos proyectiles que impresionaban al sacarlos de sus empaques de cartón, cogerlos y llevarlos al carro y el cargador hacerse cargo de él desde dentro de la torre y meterlo en los diversos emplazamientos o en el piso o en los depósitos de torre.
Seguiré.
El anuncio de que íbamos a tener tiro en el escuadrón, a la tropa nos llenaba de ganas, porque si era el primero – como me paso a mi – te envolvía un halo de nerviosismo, que la noche anterior no te dejaba dormir, pensando cómo te iría, como lo harías y si las teóricas y las horas de instrucción frente a los aparatos de puntería, serian recompensadas con unos buenos blancos.
Lo suboficiales esa semana nos machacaban y machacábamos a la gente, recordando las voces de tiro, las correcciones en los sistemas de puntería, las correcciones sobre impacto, los tipos de munición, practicas de montaje hasta el agotamiento de la 12,70 y de la Browning M1919 en el M41 y la MG42 en el M47. Practicas y mas practicas, dentro de las torres, sudando como locos, los ojos rojos de tanto mirar por los periscopios, el telescopio y el telemetro – según que carro – y comprobando con las escuadras de nivel una y otra vez la horizontalidad del cañón sobre el terreno para saber donde puede venir un mal tiro por culpa de la inclinación del terreno, pues esta afecta a los diversos ángulos del tiro.
Y como es lógico, limpiar como la patena y dejar como un espejo, el ánima del cañón y todos los tornillos de evasión de gases de los disipadores.
Pero los nervios afloraban el mismo día del tiro, con las continuas voces que nos daban/mos, los suboficiales y cabos 1º y mucho más cuando veíamos por primera vez, las cajas de madera con el símbolo de las dos manos cruzadas de la ayuda americana, conteniendo dos proyectiles que impresionaban al sacarlos de sus empaques de cartón, cogerlos y llevarlos al carro y el cargador hacerse cargo de él desde dentro de la torre y meterlo en los diversos emplazamientos o en el piso o en los depósitos de torre.
Seguiré.
Re: QUE RECUERDOS
En relación a las municiones, recuerdo una anécdota que aunque ahora me rio, en ese momento me entro una impotencia y una mala leche que si llego a reventar me meten un loro de narices.
Yo estaba recién salido de sargento y me quedaba poco para irme destinado al Numancia 9 en Barcelona. Por aquellos días tuvimos un tiro en el 2º Escuadrón y la Plana tiraba con los CSR de 106 mm. La Plana la mandaba – bueno, mejor no lo digo – un capitán que en el momento de sacar la munición de carro de los empaques y en concreto que eran rompedores HE, se quedo mirando la ojiva con la espoleta micrométrica. Yo estaba al lado y le dije que esa espoleta permitía graduar el tiempo de explosión del proyectil, permitiendo su estallido en el aire o por retardo y que se graduaba con una herramienta que llevábamos en los carros y que se llamaba llave de espoletas. Cogí una que le pedí a mi tirador y cuando intente demostrarle como se podía hacer un retardo o un avance en la espoleta, empezó a vocearme diciendo que eso no se tocaba y que si no tenía ni puta idea – palabras textuales – que me dejara de tonterías, a lo que le respondí que yo procuraba estar al idea con el armamento y las municiones y no quedarme estancado en el conocimiento del material. Menuda se lio, sino llega a ser por mi querido capitán Pio, me meten un loro del carajo. Eso me demostró muchas cosas y entre ellas, que eran años en que existía el enclaustramiento total en nuestras FFAAs., en cuanto a la puesta el dia al dia, y el conocimiento de nuevos materiales y tecnicas de muchos profesionales, de hay que a los que nos gustaba el tema de los carros, las armas, las municiones, etc., y estábamos siempre con libros o revistas de estos temas, se nos considerara unos alucinados.
De todas maneras, mi capitán me pidió que le hiciera una demostración con un disparo, lo gradué unas decimas mas tardío y al realizar el tiro con los carros, tiramos 4 carros a la vez, se produjo instantáneamente la explosión de tres de ellos y el 4 disparo que era el mío, un instante después.
Yo estaba recién salido de sargento y me quedaba poco para irme destinado al Numancia 9 en Barcelona. Por aquellos días tuvimos un tiro en el 2º Escuadrón y la Plana tiraba con los CSR de 106 mm. La Plana la mandaba – bueno, mejor no lo digo – un capitán que en el momento de sacar la munición de carro de los empaques y en concreto que eran rompedores HE, se quedo mirando la ojiva con la espoleta micrométrica. Yo estaba al lado y le dije que esa espoleta permitía graduar el tiempo de explosión del proyectil, permitiendo su estallido en el aire o por retardo y que se graduaba con una herramienta que llevábamos en los carros y que se llamaba llave de espoletas. Cogí una que le pedí a mi tirador y cuando intente demostrarle como se podía hacer un retardo o un avance en la espoleta, empezó a vocearme diciendo que eso no se tocaba y que si no tenía ni puta idea – palabras textuales – que me dejara de tonterías, a lo que le respondí que yo procuraba estar al idea con el armamento y las municiones y no quedarme estancado en el conocimiento del material. Menuda se lio, sino llega a ser por mi querido capitán Pio, me meten un loro del carajo. Eso me demostró muchas cosas y entre ellas, que eran años en que existía el enclaustramiento total en nuestras FFAAs., en cuanto a la puesta el dia al dia, y el conocimiento de nuevos materiales y tecnicas de muchos profesionales, de hay que a los que nos gustaba el tema de los carros, las armas, las municiones, etc., y estábamos siempre con libros o revistas de estos temas, se nos considerara unos alucinados.
De todas maneras, mi capitán me pidió que le hiciera una demostración con un disparo, lo gradué unas decimas mas tardío y al realizar el tiro con los carros, tiramos 4 carros a la vez, se produjo instantáneamente la explosión de tres de ellos y el 4 disparo que era el mío, un instante después.
Re: QUE RECUERDOS
CUENCA escribió:Amigo Somalo. Muchísimas gracias por tus palabras que miles de veces he dicho que no merezco, puesto que tan solo he sido un soldado al servicio de mi España y tan solo he procurado hacerlo lo mejor posible y dedicar mi vida a preparar buenos soldados para el mañana. Tan solo eso.
Lo del carro – era un M41, no un Panzer IV – me lo sé porque me lo conto mil veces, el que fue mi primer JCC y con el tiempo gran amigo mío. El entonces Sgto.Orteguilla.
Por cierto amigo Somalo, [u]no serás familia del Coronel Somalo?. [/u]Lo conocí personalmente y era un autentico caballero y un magnifico jefe.
Y sobre lo del carro, te diré algo. Es lógico que actuando con esas barras de acero tan largas que comentas y que se llaman “perpales” en el argot carrista, es fácil mover ESE carro, un M41 de “tan solo” 23 toneladas. Un M47 ó un M60, nasti de nasti.
De todas maneras la facilidad de moverlo – y seguro que lo harían sobre la parte de las motrices - es porque, es tan “suave” el sistema de movimiento de una transmisión de un carro, que un esfuerzo relativamente fuerte, permite que el carro haga un ligero movimiento, eso es todo.
Saludos, carristas.
PD. Mañana os contare algo sobre el tiro con carros y asi le recordare viejos tiempos a los "veteranos" del foro.
No soy familia del coronel que mencionas. Lo de Somalo se me ocurrió pensnado en nuestro querido y recordado capitán, del III escuadrón del Lusitanai al que fuí asignado.
Don José Maria Somalo Aznar. Una bellísima prsona que siempre trataba a la tropa con el máximo respeto, sin dejar de exigirnos el máximo en el cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones como soldados, naturalmente.
Un detalle de él : un día volviendo del campo de tiro se puso a llover bastante fuerte.Siempre íbamos y regresábamos a pié. Quedaba como a unos tres cuartos de hora del acuartelameinto de Bétera.
El capitán iba con el alferez en un jeep y cuando apretó la lluvia, se bajó del vehículo, junto al alferea, se quitó su chaquetón forrado y con capucha ( una prenda muy buena), y se puso a caminar al frente de nosotros hasta el acuartelamiento. Aguantando la lluvia con sus soldados.
Me he escrito con el capitán Somalo algunas veces y siempre me ha respondido muy afectuosamente.
Llegó a Tte. coronel.
Un saludo capitán Cuenca

Re: QUE RECUERDOS
Somalo escribió:CUENCA escribió:Amigo Somalo. Muchísimas gracias por tus palabras que miles de veces he dicho que no merezco, puesto que tan solo he sido un soldado al servicio de mi España y tan solo he procurado hacerlo lo mejor posible y dedicar mi vida a preparar buenos soldados para el mañana. Tan solo eso.
Lo del carro – era un M41, no un Panzer IV – me lo sé porque me lo conto mil veces, el que fue mi primer JCC y con el tiempo gran amigo mío. El entonces Sgto.Orteguilla.
Por cierto amigo Somalo, [u]no serás familia del Coronel Somalo?. [/u]Lo conocí personalmente y era un autentico caballero y un magnifico jefe.
Y sobre lo del carro, te diré algo. Es lógico que actuando con esas barras de acero tan largas que comentas y que se llaman “perpales” en el argot carrista, es fácil mover ESE carro, un M41 de “tan solo” 23 toneladas. Un M47 ó un M60, nasti de nasti.
De todas maneras la facilidad de moverlo – y seguro que lo harían sobre la parte de las motrices - es porque, es tan “suave” el sistema de movimiento de una transmisión de un carro, que un esfuerzo relativamente fuerte, permite que el carro haga un ligero movimiento, eso es todo.
Saludos, carristas.
PD. Mañana os contare algo sobre el tiro con carros y asi le recordare viejos tiempos a los "veteranos" del foro.
No soy familia del coronel que mencionas. Lo de Somalo se me ocurrió pensando en nuestro querido y recordado capitán, del III escuadrón del Lusitanai al que fuí asignado.
Don José Maria Somalo Aznar. Una bellísima persona que siempre trataba a la tropa con el máximo respeto, sin dejar de exigirnos el máximo en el cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones como soldados, naturalmente.
Un detalle de él : un día volviendo del campo de tiro se puso a llover bastante fuerte.Siempre íbamos y regresábamos a pié. Quedaba como a unos tres cuartos de hora del acuartelameinto de Bétera.
El capitán iba con el alferez en un jeep y cuando apretó la lluvia, se bajó del vehículo, junto al alferez, se quitó su chaquetón forrado y con capucha ( una prenda muy buena), y se puso a caminar al frente de nosotros hasta el acuartelamiento. Aguantando la lluvia con sus soldados.
Me he escrito con el capitán Somalo algunas veces y siempre me ha respondido muy afectuosamente.
Llegó a Tte. coronel.
Un saludo capitán Cuenca
Re: QUE RECUERDOS
Perdon por el bis. En lugar de darle al botón "editar", para corregir algunas faltas del texto, le he dado a "citar".
Sorry
Sorry

Re: QUE RECUERDOS
De todas formas el momento de mas nervios era el del tiro.
Lo contare desde mi faceta de soldado recluta en su primer tiro, puesto que ya después como veterano y como mando, pues era una rutina común.
El momento en que se había terminado de municionar, era el principio del acojo total. Los jefes de carro mandaban cada uno a su sitio – yo era tirador – y como los otros compañeros nos mirábamos con esa mirada de la última despedida, nos deseábamos suerte y todas esas cosas de uno que se va a lo desconocido.
Por lo pronto, te metías en tu cubículo, estrecho y en ese momento aun te parecía más estrecho si cabe, con la pared del carro a la derecha y el monstruo del cañón a la izquierda con ese color blanco de ataúd – al menos eso pensaba uno en ese instante – con la única visión del exterior que te permitía el periscopio y el telescopio. Se te hacia una bola en la garganta que no había manera de tragar, sudas lo indecible, no paras de mirar a tu alrededor y solo ves las piernas de tu JCC, de rodillas para abajo y al cargador a la otra parte de la cuna del cañón, que si era nuevo como yo, estaba aun mas cagao, viendo los 10 ó 12 disparos que tenía a su lado en el uso inmediato, con sus herraduras de seguridad y aquellas ojivas tan brillantes y los HVAP con sus puntas tan afiladas y tan negras.
Te colocas los auriculares, sintonizas con el JCC, que pide novedades a todos los tripulantes. Te pide que localices los blanco designados por si tienes dudas. Los ves y confirmas su localización. Repasas mentalmente todos los pasos para el tiro y las manos te sudan como una fregona. Miras por el ocular del periscopio M20 y ves que se nubla la vista, la jodimos, te limpias los ojos y sigues sudando.
Se pone el carro en marcha, suena la voz del sargento a través de los auriculares y empieza el bacalao.
Cargador rompedor, tirador blanco 1, distancia ocho cientos, a mi orden. A todo esto, el cargador temblando como un flan, baja la palanca del cierre que mueve ese pedazo rectangular macizo de acero, coge el proyectil como un niño pequeño para que no se le caiga, lo mete por la boca de la recamara y con toda su fuerza lo empuja hacia dentro y se oye el ruido del cierre del cañón al subir, y te quedas mas acojonao aun, pues sabes que el “pepino” ya está dentro y no hay nada que hacer. ¡Cargado! Contesta el cargador.
Tú que has localizado el blanco e introducido la distancia, respondes con toda tu fuerza ¡visto! y te pones casi a rezar. Te aferras al mando de la torre con el dedo rozando el disparador y con la cabeza pegada a la almohadilla protectora del periscopio.
Y de pronto truena el sargento, ¡FUEEEEEEGO! Y tú, sin pensarlo dos veces, aprietas el gatillo y mi madre, se oye el trallazo del cañón, ves como retrocede la bestia que esta a tu lado y oyes el clinc de la vaina al caer y empiezas a sentir el olor y el picor típico de la cordita de la pólvora y como suena el ventilador de torre que ha puesto el cargador y miras por el visor de tu M20 y gritas con toda la fuerza de tus pulmones BLANCOOOOOOOO. Ole mis cojos.
Y luego llega el segundo, el tercero y así todos y sientes como te sube la adrenalina y sientes un placer que antes no has sentido nunca en tu vida, al ver como los disparos pegan allí donde tú los has mandado.
Y lo más importante es cuando cada vez que le das al blanco, sientes la voz de tu JCC por los auriculares ¡bien chaval!, ¡cojonudo!, ¡sigue así! Ves a tu colega el cargador sudando como una mula con los guantes de amianto recolocando las vainas y cargando la Browning y llega el orgasmo mental, del placer de tirar con la coaxial sobre los blancos que van desapareciendo uno tras otro. Diossssssssss, aquello era lo mío.

Lo contare desde mi faceta de soldado recluta en su primer tiro, puesto que ya después como veterano y como mando, pues era una rutina común.
El momento en que se había terminado de municionar, era el principio del acojo total. Los jefes de carro mandaban cada uno a su sitio – yo era tirador – y como los otros compañeros nos mirábamos con esa mirada de la última despedida, nos deseábamos suerte y todas esas cosas de uno que se va a lo desconocido.
Por lo pronto, te metías en tu cubículo, estrecho y en ese momento aun te parecía más estrecho si cabe, con la pared del carro a la derecha y el monstruo del cañón a la izquierda con ese color blanco de ataúd – al menos eso pensaba uno en ese instante – con la única visión del exterior que te permitía el periscopio y el telescopio. Se te hacia una bola en la garganta que no había manera de tragar, sudas lo indecible, no paras de mirar a tu alrededor y solo ves las piernas de tu JCC, de rodillas para abajo y al cargador a la otra parte de la cuna del cañón, que si era nuevo como yo, estaba aun mas cagao, viendo los 10 ó 12 disparos que tenía a su lado en el uso inmediato, con sus herraduras de seguridad y aquellas ojivas tan brillantes y los HVAP con sus puntas tan afiladas y tan negras.
Te colocas los auriculares, sintonizas con el JCC, que pide novedades a todos los tripulantes. Te pide que localices los blanco designados por si tienes dudas. Los ves y confirmas su localización. Repasas mentalmente todos los pasos para el tiro y las manos te sudan como una fregona. Miras por el ocular del periscopio M20 y ves que se nubla la vista, la jodimos, te limpias los ojos y sigues sudando.
Se pone el carro en marcha, suena la voz del sargento a través de los auriculares y empieza el bacalao.
Cargador rompedor, tirador blanco 1, distancia ocho cientos, a mi orden. A todo esto, el cargador temblando como un flan, baja la palanca del cierre que mueve ese pedazo rectangular macizo de acero, coge el proyectil como un niño pequeño para que no se le caiga, lo mete por la boca de la recamara y con toda su fuerza lo empuja hacia dentro y se oye el ruido del cierre del cañón al subir, y te quedas mas acojonao aun, pues sabes que el “pepino” ya está dentro y no hay nada que hacer. ¡Cargado! Contesta el cargador.
Tú que has localizado el blanco e introducido la distancia, respondes con toda tu fuerza ¡visto! y te pones casi a rezar. Te aferras al mando de la torre con el dedo rozando el disparador y con la cabeza pegada a la almohadilla protectora del periscopio.
Y de pronto truena el sargento, ¡FUEEEEEEGO! Y tú, sin pensarlo dos veces, aprietas el gatillo y mi madre, se oye el trallazo del cañón, ves como retrocede la bestia que esta a tu lado y oyes el clinc de la vaina al caer y empiezas a sentir el olor y el picor típico de la cordita de la pólvora y como suena el ventilador de torre que ha puesto el cargador y miras por el visor de tu M20 y gritas con toda la fuerza de tus pulmones BLANCOOOOOOOO. Ole mis cojos.
Y luego llega el segundo, el tercero y así todos y sientes como te sube la adrenalina y sientes un placer que antes no has sentido nunca en tu vida, al ver como los disparos pegan allí donde tú los has mandado.
Y lo más importante es cuando cada vez que le das al blanco, sientes la voz de tu JCC por los auriculares ¡bien chaval!, ¡cojonudo!, ¡sigue así! Ves a tu colega el cargador sudando como una mula con los guantes de amianto recolocando las vainas y cargando la Browning y llega el orgasmo mental, del placer de tirar con la coaxial sobre los blancos que van desapareciendo uno tras otro. Diossssssssss, aquello era lo mío.


Re: QUE RECUERDOS
Muchos de los que leen MIS TOSTONAZOS, habrán sentido este placer que he contado y mas placer aun al disparar el cañón y haberle cogido el tranquillo de poder ver a través del periscopio o del telemetro, como se aleja el proyectil y pega en el blanco y piensas, si fuera real, ese de enfrente estaría ahora con el patrón Santiago.
Y más placer aun es cuando disparas con la coaxial y tus aparatos de visión te permiten corregir el tiro sin problemas y ves batir los blancos y sientes el tableteo de la maquina como se traga la cinta una tras otra.
Pero mayor placer es cuando el JCC te dice ¡chaval sal que te tocar con la 12,70!. Eso es ya el sumun.
Tú que la has limpiado mil veces, la has desmontado hasta la saciedad, incluso con los ojos tapados o a oscuras, ves que ahora vas a saber lo que es capaz de hacer esa máquina.
Abres la tapa como te han enseñado, metes la cinta de esos pedazo de cartuchos que no pensabas que fueran tantos y tan grandes, encajas el cartucho en su tope y con el extractor, cierras la tapa, montas y a la orden de tu sargento que esta con los prismáticos mirando el blanco, te ordena FUEGOO.
Y ahí llega el placer de todos los placeres. Jiras el zuncho de seguridad te aferras a las asas y aprietas la cola de disparo y DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, como escupe esto, primero como te acojona el ruido de los primeros disparos, haces dos, tres, disparos, pero te grita tu sargento ¡más rápido, más rápido! y entonces haces ráfagas de 5, 6 y 7 disparos y ves a lo lejos el bidón que revienta en mil pedazos y como se levanta la tierra a su alrededor escuchas las vainas como caen al costado de la torre, clinc, clinc, clinc y tu sin parar sigues dándole caña a la maquina hasta que se acaba la caja de 100 disparos que te corresponde. Y cuando terminas hay un momento que te quedas con la mente borrada totalmente y sientes una sensación que no se puede explicar, de la cual sales cuando te dice tu sargento ¡venga Cuenca, se termino hombre, que tal!. No tienes palabras para explicarlo y tu sargento se ríe y te bajas de la torre y te abrazas a tus compañeros de carro como el que ha vuelto a nacer.
Y piensas, esto es lo más grande que hay en el mundo. Y respiras satisfecho. Por fin he conseguido realizar mi sueño de toda la vida
Saludos carristas
Y más placer aun es cuando disparas con la coaxial y tus aparatos de visión te permiten corregir el tiro sin problemas y ves batir los blancos y sientes el tableteo de la maquina como se traga la cinta una tras otra.
Pero mayor placer es cuando el JCC te dice ¡chaval sal que te tocar con la 12,70!. Eso es ya el sumun.
Tú que la has limpiado mil veces, la has desmontado hasta la saciedad, incluso con los ojos tapados o a oscuras, ves que ahora vas a saber lo que es capaz de hacer esa máquina.
Abres la tapa como te han enseñado, metes la cinta de esos pedazo de cartuchos que no pensabas que fueran tantos y tan grandes, encajas el cartucho en su tope y con el extractor, cierras la tapa, montas y a la orden de tu sargento que esta con los prismáticos mirando el blanco, te ordena FUEGOO.
Y ahí llega el placer de todos los placeres. Jiras el zuncho de seguridad te aferras a las asas y aprietas la cola de disparo y DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, como escupe esto, primero como te acojona el ruido de los primeros disparos, haces dos, tres, disparos, pero te grita tu sargento ¡más rápido, más rápido! y entonces haces ráfagas de 5, 6 y 7 disparos y ves a lo lejos el bidón que revienta en mil pedazos y como se levanta la tierra a su alrededor escuchas las vainas como caen al costado de la torre, clinc, clinc, clinc y tu sin parar sigues dándole caña a la maquina hasta que se acaba la caja de 100 disparos que te corresponde. Y cuando terminas hay un momento que te quedas con la mente borrada totalmente y sientes una sensación que no se puede explicar, de la cual sales cuando te dice tu sargento ¡venga Cuenca, se termino hombre, que tal!. No tienes palabras para explicarlo y tu sargento se ríe y te bajas de la torre y te abrazas a tus compañeros de carro como el que ha vuelto a nacer.
Y piensas, esto es lo más grande que hay en el mundo. Y respiras satisfecho. Por fin he conseguido realizar mi sueño de toda la vida



Saludos carristas

Re: QUE RECUERDOS
Somalo. ya te digo que lo conoci y era un MAGNIFICO oficial.
Por cierto, como llevais el "tarro", porque menuuuuudooooo tochazo os estoy metiendo.

Por cierto, como llevais el "tarro", porque menuuuuudooooo tochazo os estoy metiendo.




- Hectorvillajos
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Re: QUE RECUERDOS
Hablando de recuerdos, ayer, sin ir más lejos, me reencontré con uno de mis mejores amigos y compañeros del Lusitania. Nos vimos, y nos fundimos en un abrazo fuerte. A partir de ahí, toda la conversación fue la que puedan tener dos amigos que se ven a diario, y...SÓLO HACÍA 28 AÑOS QUE NO NOS VEÍAMOS.
Para mí, éso es la amistad y la camaradería.
Hablamos de las maniobras, de aquella noche de la pantanada de Tous, de las conversaciones por radio entre el TOA y la sala de transmisiones, donde él estaba destinado, de aquel compañero, de aquel argento, de aquel teniente.......fue un gran momento
Para mí, éso es la amistad y la camaradería.
Hablamos de las maniobras, de aquella noche de la pantanada de Tous, de las conversaciones por radio entre el TOA y la sala de transmisiones, donde él estaba destinado, de aquel compañero, de aquel argento, de aquel teniente.......fue un gran momento

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