Para muestra un botón, el último rececho que hice hace un par de semanas. Equipo: Remington VSSF 220 swift, visor Nightforce NSX de 32 poderes, culata táctica, bípode harris y monopod, me comenta el guía que hasta los 600 no problem. Después de estar toda la mañana buscando a -2ºC localizamos un buen ejemplar, tras una primera aproximación logramos colocarnos a una distancia de tiro prudencial, el telémetro marca 280, el guía pregunta y yo asiento, no obstante me dice que podemos intentar acercarnos por un bosquete y los últimos metros a rastras por una gavia, así que a catar una mijita la nieve y lograr ponernos a la tremenda distancia de ....40m, la resolución del lance no tuvo más mérito, el bicho ni se enteró...
Qué hubiera cambiado el hecho de tirarlo desde más lejos? Absolutamente nada, sí me dirán algunos, esos últimos metros de rececho le confieren más valor al lance, pues sí, pero achicharrarlo a tiro de piedra le restan, no sé si logro transmitirlo bien.
Creo que la caza se ofrece siempre de forma distinta y cada lance debe ser para el cazador único y repetible y ese es el sabor que debe quedarnos, independientemente de que se tire cerca o lejos, con un tirachinas o un obús.
Otra cosa que nos permite el tirar despegado del bicho es que permite calibrar al animal con plena tranquilidad y seleccionarlo, cosa que muchas veces por apurar las distancias nos echamos encima y provocamos la espantada con el consiguiente tiro rápido y por ende con más posibiliades de herir.
En definitiva, que me enrrollo más de la cuenta

Un saludo