Recuerdo el lema de un fabricante USA de cascos para motoristas:
Si tu cabeza vale 10 dólares, cómprate un casco de diez dólares".
Una lesíon en la cabeza frecuentemente es irreversible: mucha gente no se protege la cabeza con un casco, en actividades de riesgo si por ejemplo la empresa no les obliga bajo pena de sanción o despido.
La gorra-casco no ofrece la protección de un casco para la construcción, pero tiene una ventaja innegable: es discreta, pues si no te fijas mucho no ves si es una típica gorra o una gorra-casco.
La que me vendió mi ferretería industrial existe en tres colores: azul obscuro, negro y amarillo de alta visibilidad.
Su perfil no me gusta del todo, pero ya me ha salvado de dos buenos coscorrones.
En las empresas en que no es obligatorio llevar casco, la gorra-casco permite que nos protejamos sin obligar a los otros obreros a llevar casco, y con ello entrar en la lista negra:
"Brugent, el nuevo, lleva casco, y vosotros no lo queréis llevar". Pues si no lo decimos, nadie sabe que vamos protegidos.
Una forma habitual de estas gorra-casco es la de la gorra del ejército japonés de la 2ªGM.
Además de en el trabajo, supongo que más de uno se hubiese evitado un buen coscorrón por ejemplo en una montería.
Yo la comparo con los cascos de cuero hervido alemanes de comienzos de la 1ºGM, pero seguramente tiene más prestaciones pues la técnica avanza.
AVISO: la calabaza y el calabacín que hay encima de mi gorra-casco son para demostrar que no es una gorra de tela sin protección y no forman parte de la gorra-casco.

Saludos: Brugent.
