Mensajepor oscashooter » 24 Sep 2018 11:12
Vamos a ver si centramos, y tratamos de ser justos. Un par de cuestiones para intentarlo:
1) Las opiniones son como las narices, cada cual tiene la suya y además, sobre gustos y manías, filias, fobias, complejos y demás singularidades NO HAY NI DEBE HABER DISPUTAS.
2) Para lo que son acciones, tendencias, hechos; repito HECHOS, los únicos límites admisibles son DOS, y en diferentes planos además. El primero, sin duda es lo que las Leyes permiten o definen como prohibición, algo que desde luego NO TIENE VUELTA DE HOJA Y ES "ERGA OMNES", de aplicación general y en igualdad de condiciones para todos. El segundo límite es de naturaleza ÉTICA, que a su vez tiene dos vertientes, la personal y la social. La personal, también llamada "conciencia" libre de implicaciones religiosas para el no creyente e imbuida de las mismas para el creyente, es algo personal, algo que uno "se permite o prohibe" en consonacia con la misma. La otra vertiente es la social, que también puede traducirse en buena parte por la imagen que uno "proyecta" sobre los demás; o dicho de otro modo, que condiciona la percepción que los demás tienen sobre la clase de persona, sujeto o elemento que sea uno.
Lo que no está recogido en la Ley, entra en todo caso en el terreno de la ética, y en esta última, a sabiendas de que la sociedad tiende a "colocar etiquetas", cada uno y cada cual verá lo que le importan y la que puede "caerle" como consecuencia de sus actos. Pero dicho esto, diremos también otra cosa, y para ello utilizaré una conocida frase que, en mi opinión, lo define bastante bien: "ES CONDE CADA CUAL DE LO QUE ESCONDE". Dicho de otra manera, que cada uno es dueño y señor de su intimidad, de sus secretos y toda opinión AJENA, EXTERNA, CONCRETA, COMPARTIDA O PUBLICADA y más si es como en el caso que motiva estos comentarios, GENERALIZANDO Y A LA LIGERA, no deja de ser una osadía por hablar sin saber ni conocer circunstancias ni respetar opiniones ajenas, y una cierta muestra de intolerancia y deseos de uniformidad monolítica.
La prostitución, en resumen, es lo que es y está ahí donde está. Uno se puede posicionar a favor o en contra, con matices o sin ellos, pero lo real, lo cierto, lo jurídicamente establecido es lo que es, y no hay -hoy por hoy- nada más.
Homo sum, humani nihil a me alienum puto