Es que no es eso, no es sólo eso. La democracia no es una religión. Ni funciona sólo por sí misma, ni consiste en depositar cada equis tiempo un papel en una urna, tras una sesuda consideración, para luego volver a nuestro sillón a quejarnos hasta la próxima cita electoral. En realidad, esa actitud es precisamente la que nos ha traído hasta aquí.
Los políticos se apropian irresponsablemente de nuestros votos porque saben que nos hemos tragado el cuento de que las elecciones SON la democracia, y eso es mentira.
Las democracias decentes no funcionan sólo por mor de la mejor "calidad" de sus políticos, sino porque entre los políticos y los ciudadanos existe un tejido vivo y funcional de entidades intermedias (asociaciones, movimientos sociales, organizaciones empresariales y de trabajadores, universidades, medios de comunicación, grupos religiosos, organizaciones no gubernamentales, etc) que cuentan con peso suficiente como para que el gobernante de turno se tiente muy bien el traje antes de hacer según qué cosas.
Aquí sin embargo, donde la pertenencia a cualquier organización que no sea un club de fútbol se mira con suspicacia, el campo está abonado para que los más listos o los menos escrupulosos (que no vienen del espacio exterior, ojo) se lo lleven crudo sin demasiada preocupación, mientras redactan el "programa" de la siguiente cita electoral.
En España hay como 3,5 millones de armas, y Anarma tiene ¿2.000? socios... Y así con todo...