pimpom escribió:Stry dice:
¿Cómo es que
tú lees esto, si no te hace falta o no te interesa?
"ese tú", sobra. Es una costumbre de los sudamericanos. En español debiera de ser:
¿Como es que lees esto......
El verbo, ya indica segunda persona del singular y no hace falta, ni es elegante lo del...tú..., que queda sobrentendido.
Estamos adquiriendo unos modismos sudamericanos, que no le hacen ningún favor al idioma español, o castellano. Como eso que se oye....Ya yo compré...etc. Con ya compré sobra y es lo correcto.
En fin y si vamos a los comentaristas y algunos periodistas deportivos, las melonadas que sueltan son de juzgado de guardia. Pero bueno, todo cambia, aunque sea a peor....

El posible error o redundancia que apuntas no es ortográfico en sentido estricto, sino que incumbe al uso que del lenguaje hacemos. Esto nos lleva a un tema diferente en cierta medida, pero que puede tener perfectamente cabida en un hilo de esta naturaleza. Me parece muy oportuno ampliar el enfoque más allá de lo estrictamente ortográfico. Por lo tanto, hablemos o escribamos acerca de este asunto.
Cuando conjugas un verbo, el presente de indicativo en este caso, lo enuncias así: yo leo / tú lees / él lee… Aplicando a la conjugación de los verbos la lógica que te lleva a corregirme la expresión “¿Cómo es que tú lees esto”… deberíamos suprimir los pronombres y conjugarlos leo / lees / lee. Que yo sepa, no se exponen de esa manera las conjugaciones.
Por lo tanto, si damos por válida la forma "canónica" o académica de conjugar los verbos, no creo que sea incorrecta la construcción “tú lees”… En cambio, sí es cierto que en el contexto de la frase, el pronombre personal puede omitirse, sin que esto afecte a su significado.
El empleo del tú en esa frase desempeña una función retórica, pues sirve para llamar la atención con firmeza del destinatario de la pregunta. ¿Queda más o menos elegante una fórmula que otra? Esto cae dentro de la retórica y del estilo literario. Si entramos en ese terreno acabaremos yéndonos por las ramas y volviéndonos locos.
En cuanto a si los modismos sudamericanos no le hacen ningún favor al idioma español o castellano, pues… quizá, depende. En algún post anterior dije que lo mejor que le ha podido pasar a la lengua española, “visto lo visto”, es “independizarse” por completo de España. De modo que si mañana desapareciéramos del mapa europeo los habitantes de la Península (de España, que a los portugueses esto no les incumbe), el español seguiría vivo y coleando y en constante expansión. Si no me falla la memoria, sólo en los EEUU lo hablan unos 50.000.000 millones de personas; no sólo hispanos. Los angloparlantes de muchas zonas lo están adoptando como segunda lengua.
En Hispanoamérica se habla muy bien español; y los que escriben, lo bordan. No hay más que mirar la relación de escritores hispanoamericanos que hay y compararla con la de los nativos del viejo y agostado solar patrio.
Modismos y giros locales los hay en todos sitios. Estos últimos se llaman localismos. Pero los tenemos tan asumidos y grabados en nuestro inconsciente que no nos percatamos de ello. Sólo las personas que son de allende nuestro terruño los perciben, porque les chocan unas expresiones que ellos no utilizan, con independencia de que sean gramaticalmente más o menos ortodoxas, o de que carezcan de un significado consistente. Por ejemplo: en algunas zonas de Andalucía se utiliza la expresión que aparece en el libro “El mundo de Juan Lobón”: “muy tontísimo”… Unos maravillosos localismos argentinos los encontraremos en el breve relato del gran Jorge Luis Borges “El hombre de la esquina rosada”..,
Las lenguas evolucionan, ya que son sistemas de signos “vivos”. El español no es el mismo del siglo XVI o XVII porque los idiomas se modulan en función de la evolución que siguen las sociedades que los alumbraron.
No quisiera que nadie interpretase en este hilo que sólo hay una forma correcta de hablar o de escribir. Si fuese así bastaría con construir una base de datos que contuviese un léxicón y elaborar un programa con los algoritmos adecuados basados en las normas correctas sobre cómo se construye una oración para obtener textos perfectos; por supuesto que serían clónicos, redactados con un significado y de un estilo determinado.
El asunto nuestro, tal y como yo lo entiendo aquí, es algo más sencillo: se trata de elaborar bien las oraciones de acuerdo con unas normas genéricas y de escribir correctamente las palabras, confiriéndoles su significado adecuado dentro del contexto en el que las empleamos, para mejorar nuestra forma de expresión. Nada más.
El uso que se hace del lenguaje en los medios de comunicación merece comentarse. Ya sacaremos a relucir algunas de las expresiones.
Salud y cuidaros