era toda una rareza. Si a eso le sumamos que no llevaba interruptor para ponerla en funcionamiento, se
convierte en una auténtica maravilla de la técnica.
Contaba con dos placas de latón en la empuñadura que al ser tocadas por la palma de la mano, dejaba pasar la
electricidad para alimentar el foco. Muy ingenioso ......!!!!
Hoy en día sólo sobreviven dos Nachtpistole, una está en un museo militar de Munich, y la otra fue comprada
por un coleccionista privado de los EE.UU por la nada despreciable cantidad de 184.000 $ en el 2015.

