HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

La historia se escribe con fuego: todo sobre operaciones militares, tácticas, estrategias y otras curiosidades
Brasilla
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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 16:47

Excmo. Sr. D. Juan ZAVALA DE LA PUENTE General del Ejercito Español


Juan de Zavala y de la Puente (Lima, 1804-Madrid, 1879) fue un militar y político español. Fue presidente del Consejo de Ministros de España en 1874. Además de ser I marqués de Sierra Bullones, fue, por derecho propio y matrimonio, una vez duque, cuatro veces marqués y cinco veces conde.

Hijo del peruano realista Pedro José de Zavala y Bravo del Ribero, VII marqués de San Lorenzo del Valleumbroso y de la dama limeña Grimanesa de la Puente y Bravo de Lagunas, II marquesa de la Puente y Sotomayor, IV marquesa de Torreblanca y V condesa de Villaseñor.

Tras la declaración de independencia del Perú en 1825 regresó a la península Ibérica. A su llegada a España participó en la Primera Guerra Carlista en el bando leal a Isabel II que combatía contra el del pretendiente don Carlos.

Fue comisionado por Baldomero Espartero para preparar el Convenio de Oñate que posteriormente firmarían el propio Duque de la Victoria y el general carlista Rafael Maroto y que puso fin a la guerra.

Su hermano Toribio Zavala, con quien había servido en el Ejército Real del Perú durante la guerra de independencia de ese país, optó por la nacionalidad peruana, desempeñando una destacada carrera militar en su tierra natal. En 1866 ostentaba el rango de coronel y acompañado de su hijo, capitán del mismo nombre, combatió en las baterías del Callao el 2 de mayo de ese año frente a la escuadra española dirigida por el almirante Casto Méndez Núñez. Durante el combate padre e hijo resultaron heridos, el primero de ellos de gravedad falleciendo ocho días después.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 16:51

Excmo. Sr. D. Antonio ROS DE OLANO General del Ejercito Español


Antonio José Teodoro Ros de Olano y Perpiñá (Caracas, 9 de noviembre de 1808 - Madrid, 24 de julio de 1886), escritor romántico y militar español.

Hijo de un militar catalán, sirvió a las órdenes de Mina en la Primera Guerra Carlista. Moderado, contribuyó a la caída de Espartero en 1843. General en 1844. Propulsor de la enseñanza primaria y creador de las Escuelas Normales como ministro de Instrucción Pública en 1847.

Amigo de Leopoldo O'Donnell, intervino en las revueltas de 1854 y 1856. Fue uno de los creadores de la Unión Liberal. En 1856 la reina Isabel II le honró con el título nobiliario de Conde de la Almina.

Participó como general en la Guerra de África (1859-1860), destacándose en la acción de Guad-el-Jelú, lo que le valió el título de Marqués de Guad-el-Jelú y Vizconde de Ros. Partidario de la Revolución de 1868 (La Gloriosa), aunque luego aceptó la Restauración siguiendo a su jefe político Sagasta. Fue inventor del cubrecabezas que tomó su nombre, el ros.

Fue íntimo amigo de Espronceda y otros románticos. Frecuentó El Parnasillo, siendo parte de la llamada Partida del Trueno, y luego el Ateneo de Madrid y el Liceo. Redactó en El Siglo y El Pensamiento. Escribió el prólogo a El diablo mundo de Espronceda, calificado por Marcelino Menéndez Pelayo de "mistagógico y apocalíptico", pero que le dio mucha fama por su encendido romanticismo. Colaboró con Espronceda en la comedia Ni el tío ni el sobrino, que luego repudió. Recogió su creación poética en Poesías (1886), que revelan influencia de Espronceda y Enrique Gil y Carrasco. Son truculentas algunas veces, como en "El pensado" y otras íntimas, como en "Cinco sonetos" y "En la soledad". Compuso también unas Leyendas de África (1863) y Episodios militares (1884). Contribuyó a la narrativa con dos relatos, El diablo las carga (1840) y El doctor Lañuela (1863), que desde Juan Valera y Menéndez Pelayo han sido tachados de extravagantes e incomprensibles, a pesar de algunos momentos brillantes y lúcidos. También dejó en numerosas revistas numerosos cuentos, a los que dio el título general de Cuentos estrambóticos, que se insertan en el género fantástico. Ha sido comparado a Francisco de Quevedo por su lenguaje difícil, personalista, lleno de giros e imágenes desconcertantes. Quizá se le pudiera aproximar también a Edgar Allan Poe.

Don Antonio estuvo casado con María del Carmen Quintana y Romo, Dama de la Orden de María Luisa, hija del general don Félix Quintana, y sobrina del cardenal Romo, Primado de España. Tuvieron tres hijos, María Antonia (Dama de compañía de la Reina María Victoria), Gonzalo e Isabel. Fallecida su primera esposa, el general contrajo segundas nupcias con Isabel Sarthou y Calvo, con quien tuvo una hija, Isabel Constanza.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 18:50

Guerra del Rif o 2ª Guerra de Marruecos


La Guerra del Rif, también llamada la Segunda Guerra de Marruecos o, simplemente, la Guerra de África, fue un enfrentamiento originado en la sublevación de las tribus rifeñas (región montañosa del norte de Marruecos) contra las autoridades coloniales española y francesa, concretada en los Tratados de Tetuán (1860), Madrid (1880) y Algeciras (1906) completado éste con el de Fez (1912), que delimitaron los protectorados español y francés, cuya vida administrativa y geográfica se inició en 1907, conflicto en que participaron también tropas francesas, pese a haber afectado principalmente a las tropas españolas.

En 1909, se produjo una agresión de las tribus rifeñas a los trabajadores españoles de las minas de hierro del Rif, cercanas a Melilla, que dio lugar a la intervención del ejército español. Por otra parte, las operaciones militares en el occidente marroquí (Yebala) ya habían empezado en 1911, con el desembarco de Larache, lo que supuso la pacificación de gran parte de las zonas más violentas hasta el año 1914, intervalo de tiempo de lento progreso o estabilización de líneas que se prolongó hasta 1919 por causa de la Primera Guerra Mundial. Al año siguiente, tras la firma del Tratado de Fez, la zona norte marroquí fue adjudicada a España como Protectorado español de Marruecos. El comienzo del mismo lo fue también de la resistencia de las poblaciones rifeñas contra los españoles, desencadenando un conflicto que se alargaría durante años. En 1921, las tropas españolas sufrieron un grave desastre en Annual, amén de una rebelión acaudillada por el líder rifeño Abd el-Krim. Los españoles se retiraron a unas cuantas posiciones fortificadas mientras Abd el-Krim llegó a crear todo un estado independiente: la República del Rif. El desarrollo del enfrentamiento y su fin coincidieron con la dictadura del general Primo de Rivera, que se ocupó de la campaña de 1924 a 1927. Además, tras la batalla de Uarga (1925), los franceses intervinieron de lleno en el conflicto y establecieron una colaboración conjunta con España que culminó en el desembarco de Alhucemas. Hacia 1926 la zona había sido pacificada, rindiéndose el caudillo rifeño Abd-el-Krim en julio de 1927 y obteniéndose la reconquista del territorio anteriormente perdido.

Esta guerra dejó un profundo recuerdo tanto en España como en Marruecos. Tras la independencia de Marruecos en 1956 todavía tuvo lugar una revuelta rifeña contra el sultán, secuela del anterior conflicto armado.

La colonización de Marruecos

En 1912 se establece el protectorado español en Marruecos. Se trata en realidad de una especie de subprotectorado, una cesión a España por parte de Francia de la administración colonial de una franja del norte del país. El sultanato de Marruecos en su conjunto ha quedado ese mismo año bajo dominación francesa merced al Tratado de Fez, culminándose así varios años de paulatina penetración colonial en el país magrebí.

Francia cede a España la administración de un 5% del territorio marroquí, unos 20 000 km² que incluyen la región montañosa del Rif. Tanto en la parte española como en la francesa, la colonización implica que todo el poder político, económico y militar se encuentran en manos de las autoridades de la potencia protectora y de un número creciente de colonos europeos que intervienen activamente en la política colonial; al mismo tiempo, dado que se trata oficialmente de un protectorado, se mantienen formalmente algunas estructuras de poder preexistentes, que en la práctica no tienen competencia alguna más que cierta capacidad de intervención parcial en asuntos religiosos. De este modo, el sultán se mantiene simbólicamente como máxima autoridad marroquí (firma las leyes del protectorado) y es representado en la zona española por un vicario o jalifa.

Las tropas españolas, en el proceso de ocupación de la zona norte del país, encuentran varios focos de resistencia. Ya unos meses antes de la firma del tratado del protectorado había sido sofocada en el Rif, cerca de Melilla, una rebelión encabezada por un jefe conocido como El Mizzian. Cuando la ocupación empieza a hacerse efectiva, surgirá un nuevo foco rebelde, esta vez en Yebala (región desde la fachada atlántica hasta las estribaciones del Rif y en la que se encuentra Tetuán, la capital del protectorado), capitaneado por Ahmed al-Raisuni, señor de Arcila y la costa atlántica, que se extendería hasta 1919.

Por Real Decreto del 30 de enero de 1920 se nombra al General de División Manuel Fernández Silvestre para el mando de la Comandancia General de Melilla, cesando en la de Ceuta en la que desempeñaba igual cometido. Silvestre estaba obsesionado por la conquista de la bahía de Alhucemas.

El 14 de octubre de 1920, Alberto Castro Girona logra el dominio casi pacífico de Xauen, ciudad sagrada, muy próxima a la frontera con el protectorado francés. Al disponer de escasas tropas para asegurar el dominio de la zona y también de las líneas de abastecimiento, se construyen cerca de cuatrocientos pequeños fuertes o blocaos que cubren el camino a Tetuán, por el valle alto del río Martín y hacia el mar por el valle del Lau. En un territorio de carácter montañoso tales fortines españoles se situaban en puntos elevados, dominando por el día amplias zonas, pero al estar desprovistos de agua, debían abastecerse mediante recuas de mulas, en algunos casos diariamente, con el consiguiente riesgo de emboscada. Con esta acción al-Raisuni tiene que atrincherarse en sus nidos de Yebala. Según afirma el historiador Ricardo de la Cierva:

«...El esfuerzo militar y económico que realiza España resulta extraordinario, los efectivos totales de las Fuerzas Armadas alcanzan 250 000 hombres; el presupuesto militar casi supone la mitad del total con 581 millones de pesetas que en gran parte van a nutrir la desproporcionada nómina del cuerpo de oficiales generales y particulares...».

A la muerte de Eduardo Dato, el rey encomienda el gobierno a una coalición conservadora presidida por Manuel Allendesalazar. El mismo día de la jura, el 12 de marzo de 1921, el general Fernández Silvestre completa un nuevo avance en línea, ocupando la playa de Sidi Dris, situada en la desembocadura del Uad Kebir, hoy conocido como río Amekran. Esta operación anfibia tuvo como antecedente el desembarco de Afrau realizado el 12 de enero de 1921. Los secos afluentes de las cuencas del Kebir y del Kert marcan en dirección a la bahía de Alhucemas una serie de barrancos que Silvestre rebasa imprudentemente, adentrándose en la cabila de Tensaman y ocupando el aduar de Annual, donde establece el campamento.

La Campaña de Annual

Apenas liquidada mediante negociaciones la rebelión de Raisuni, negociación que llevó a buen puerto el General José Villalba Riquelme, se levantan contra las tropas coloniales las tribus del Rif central, al frente de las cuales está la tribu de los Beni Urriaguel o Ait Waryaghar y la tribu de los Beni Touzine o Ait Tuzin. La cabeza visible de ésta, y por tanto de la rebelión, es Mohammed Abd al-Karim al-Jattabi, conocido en la historiografía española como Abd el-Krim o Abdelkrim, miembro del clan de los Ait Yusef, cadí (juez islámico) de Melilla y antiguo colaborador del diario El Telegrama del Rif.

El 1 de junio de 1921 Silvestre, desde el campamento de Annual, ordena ocupar la posición de Monte Abarrán, corazón de la cabila de Tensanamí, última barrera sobre Alhucemas desde donde se domina el territorio costero de la cabila de Beni Urriaguel. La ocupación de esta estratégica posición dura pocas horas al desertar las unidades de la policía indígena que arrebatan al destacamento peninsular la batería allí emplazada:

«...El revés, a pesar de su entidad escasa y de su localización, sacude a toda la línea española como una descarga y hunde la moral de Silvestre, que se acusa obsesivamente de ser el primer general español que pierde cañones en África...»

A los pocos días se establece una nueva posición en el monte Igueriben, con la idea de defender el campamento de Annual por el lado sur. Esta posición es asediada y cae en poder del ejército rifeño el 21 de julio, salvándose sólo once de los 350 soldados de la guarnición. Tras estos sucesos, los rifeños se dirigen a Annual, que es puesto bajo asedio. A primeras horas de la mañana del 22 de julio se da la orden de retirada española, que se produce a la carrera y en completo desorden. Perseguidos por los combatientes rifeños, los 13 000 soldados de Annual son masacrados por los 3000 rifeños que les persiguen en el camino hacia Melilla. En esta masacre desaparece (su cadáver no fue encontrado) el general Manuel Fernández Silvestre. Muchos supervivientes se refugian en el cuartel de Monte Arruit, donde resisten dos semanas cercados por el enemigo sin apenas provisiones, agua ni ayuda, dada la desorganización y la precariedad de la retaguardia. Finalmente las tropas españolas se rinden, pero los asediantes no observan las condiciones de la rendición y tiene lugar una nueva masacre, en la que sólo se salvan del asesinato un reducido grupo de jefes y oficiales por los que se pediría (y obtendría) cuantioso rescate económico.

Entre tanto, Melilla queda peligrosamente a merced de los rebeldes y debe ser protegida por gran cantidad de refuerzos llegados de la Península. El llamado Desastre de Annual, a propósito del cual el diputado Indalecio Prieto dijo que estamos en el periodo más agudo de la decadencia española. La campaña de África es el fracaso total, absoluto, sin atenuantes, del ejército español. Es para los rifeños la victoria de Annual, que da lugar al inicio de una independencia de facto que se plasma bajo la forma de una república: la República del Rif.

Reacción española

El ejército español intenta controlar el territorio mediante la construcción de pequeños fuertes o blocaos, generalmente construidos en lugares elevados y distantes unos 30 km entre sí. Los blocaos, sin embargo, rara vez tienen agua, lo que obliga a los soldados a ir a buscarla a diario haciendo recorridos que en ocasiones son de varios kilómetros a lomos de mulas. Se convierten entonces en blanco fácil de los francotiradores o pacos. De este modo, un ejército descentralizado, escaso y mal armado como el rifeño (que no cuenta con apenas artillería y no posee aviones ni barcos) consigue poner en jaque y prácticamente derrotar a un ejército convencional y mucho más numeroso como el español. Los rifeños tienen a su favor el hecho de combatir en su propia casa, el conocimiento del terreno y la motivación. Su enemigo es, sin embargo, un ejército desmotivado, desorganizado y corrupto, formado por soldados de reemplazo asustados y deseosos de volver a sus casas. La guerra, de hecho, propiciará la creación de un cuerpo militar más organizado y combativo: la Legión Española, creada a imagen y semejanza de la Legión Extranjera Francesa, cuyos jefes son José Millán-Astray y Francisco Franco. La organización del ejército rifeño, por otro lado, será considerada una de las fuentes de la teoría de la guerra de guerrillas y revisada y recuperada en distintos conflictos a lo largo del siglo XX.

En los enfrentamientos que siguen a Annual, el ejército de Abd el-Krim arrincona cada vez más a las tropas españolas, incluso fuera del Rif, tomando la importante ciudad de Chauen y amenazando Tetuán, pero desde Melilla se inició una dura contraofensiva que permitió recuperar parte del territorio perdido. Desde mediados de septiembre de 1921 hasta el 11 de enero de 1922 se recuperó la línea de Dar Drius, sobre el río Kert. Nador, Zeluán y Monte Arruit fueron reconquistados, y los soldados contemplaron horrorizados los cadáveres aún insepultos de las víctimas del desastre.

El 13 de septiembre de 1923, el capitán general Miguel Primo de Rivera se rebela contra su comando y contra el gobierno, contando con el respaldo del Rey. La dictadura que implantó tenía como uno de sus principales objetivos acabar con la guerra en África. En el Ejército se temía que adoptara la posición abandonista que le había caracterizado antes del golpe. No obstante, consolidó la presencia española en Marruecos mediante una gran victoria militar, el desembarco de Alhucemas, que puso fin a años de permanentes guerras y dificultades. Abd el-Krim, por su parte, se proclamó sultán de Marruecos, pero no fue reconocido por los jeques de la zona francesa. Los ataques rifeños contra posiciones españolas continuaron durante todo el año 1924.

Intervención francesa

La fuerza rifeña sirvió de acicate, además, a los ánimos levantiscos en Yebala, de modo que en diciembre de 1924, tras la retirada de Xauen, España sólo controlaba de modo efectivo una estrecha faja costera en torno a las ciudades de Ceuta, Larache, Alcazarquivir y Arcila, protegidas por una línea fortificada, conocida como la Línea Estella, que impedía los ataques de los rebeldes. En Melilla, la zona española era más amplia y comprendía la línea reconquistada entre agosto de 1921 y enero de 1922. A partir de este momento, en la zona oriental no hubo enfrentamientos de importancia, más allá de emboscadas protagonizadas por tropas irregulares españolas como las que llevó a cabo la llamada Jarca de Varela, conjunto de tropas indígenas irregulares organizadas por el General Varela.

Desde mediados de 1924, Francia intervino en el conflicto, ocupando militarmente la parte norte de su zona e instalando puestos avanzados a lo largo de la frontera con la zona española. La pérdida de la que era una independencia de facto, determinó que las tribus afectadas pidieran ayuda a las tropas rifeñas, que lanzaron una feroz ofensiva con el objetivo de tomar Fez en la primavera de 1925. Así tuvo lugar la conocida como batalla de Uarga, provocando un casus belli que obligó a una Francia hasta este momento distanciada, a adoptar una postura más beligerante. Se movilizaron tropas que pararon la ofensiva y atacaron a los rifeños por el sur, empleando en ocasiones el bombardeo con armas químicas. Así mismo, las autoridades francesas firmaron con las españolas los acuerdos de Madrid sobre el Rif para coordinar la lucha contra los insurrectos.

Desembarco de Alhucemas

El desembarco de Alhucemas fue un desembarco militar llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 en Alhucemas por el ejército y la Armada española y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propiciaría la definitiva victoria aliada, y el fin de la Guerra del Rif.

La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13 000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al entonces "Director Militar" de España, general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada. El general estadounidense Dwight Eisenhower años después estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía. Se le considera el primer desembarco aeronaval de la historia mundial. Radio Televisión Española realizó, hacia 1980, un valioso film documental sobre esta importante acción bélica.

Uso de armas químicas

Durante la Guerra del Rif, las fuerzas combinadas franco-españolas arrojaron bombas de gas mostaza contra la población civil y las fuerzas de la República del Rif.

Consecuencias

La guerra de Marruecos fue en general mal vista y provocó importantes conflictos en la sociedad española del momento. Era del dominio público la pobreza del Rif y muchos no comprendían la pertinencia de una guerra tan sangrienta y onerosa sólo por una cuestión de principios. Sin embargo, los jóvenes pudientes y de las clases medias, solían librarse del servicio militar. Inicialmente esto se hacía como en el Siglo XIX pagando a alguien para que fuera en su lugar o mediante redención a cambio de una cantidad económica. Este sistema se sustituyó en 1912 mediante el sistema de "cuota", que permitía hacer un servicio militar reducido y en el regimiento de su elección a cambio de un pago de dinero. Esto reforzaba la idea, cierta al fin y al cabo, de que los "hijos de los pobres" eran enviados a morir a Marruecos. Hubo hijos de la nobleza y alta burguesía que como oficiales de complemento participaron en la guerra.

El desastre de Annual tuvo también importantes consecuencias. El ministro de la Guerra ordenó la creación de una comisión de investigación, dirigida por el general laureado Juan Picasso, que elaboró el informe conocido como Expediente Picasso, en el que, si bien se señalaban múltiples errores militares, debido a la acción obstructiva de algunos ministros y jueces no se llegó al fondo de las responsabilidades políticas e incluso del propio rey, que según algunos había animado la penetración irresponsable del general Silvestre hasta puntos alejados de Melilla sin contar con una defensa adecuada en la retaguardia. Antes de que el informe Picasso se debatiera en las Cortes, el General Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923 iniciándose una dictadura.

No obstante, esta crisis fue una más de las muchas que socavaron los cimientos de la monarquía de Alfonso XIII y que a la vuelta de una década habría de provocar su caída.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 19:01

Guerra de Margallo o 1ª Guerra del Rif


La «Guerra de Margallo» o Primera Guerra del Rif es una campaña de las guerras de España en Marruecos que tuvo lugar entre 1893 y 1894. En este caso, la lucha no fue contra el sultanato de Marruecos, como había sucedido 34 años antes en la llamada Guerra de África de 1859 a 1860, sino contra las tribus o cabilas que rodeaban Melilla.

El nombre de «Guerra de Margallo» viene del apellido del entonces gobernador de Melilla, Juan García y Margallo, quien colmó el vaso en las tensas relaciones entre españoles e indígenas al comenzar la construcción de una fortificación cerca de la tumba de una persona santa para las tribus que habitaban la zona. De este modo, en poco tiempo, un grupo de unos 6000 guerreros descendieron de las montañas para rodear y sitiar la ciudad de Melilla.

Antecedentes

Tras la guerra de 1859, España había expandido notablemente sus territorios en el norte de Marruecos, incluyendo la extensión que las ciudades de Ceuta y Melilla habían añadido a sus términos municipales a costa de los terrenos circundantes. Este factor fue aprovechado para intentar aumentar las defensas en ambas ciudades, que se consideraban notablemente vulnerables. Las obras se vieron incrementadas en presupuesto y velocidad de construcción gracias a que la prensa aireó ciertos incidentes en el norte de África. Entre ellos destaca la captura de seis comerciantes españoles por parte de algún grupo armado en el norte de Marruecos.

El equipo de rescate, compuesto por el cañonero Isla de Luzón, llegó a la conclusión de que los seis habían sido ya vendidos como esclavos.Los esfuerzos para reforzar las defensas de la ciudad de Melilla se incrementaron, especialmente en Punta de Cabiza y Punta Dolossos. Una de estas construcciones iba a llevarse a cabo cerca de la tumba de un santo de las cabilas, Sidi Guariach, lo que exasperó los ánimos de los nativos.

Asedio de Melilla

La guerra comenzó el 3 de octubre de 1893, cuando unos 6000 guerreros, procedentes de treinta y nueve cabilas y armados con rifles Remington, descendieron de las montañas y atacaron a los cerca de 400 soldados que guardaban la periferia de la ciudad. Los soldados lucharon durante todo el día sufriendo veinte muertos, mientras la ciudad se aprestaba a la defensa y sus ciudadanos se refugiaban detrás de las murallas. Aunque se organizó una milicia civil para ayudar en la defensa, la gran desproporción numérica entre atacantes y defensores era tal que, finalmente, estos últimos se vieron obligados a retirarse.

Debido a la ausencia de armamento pesado, los atacantes trataron de tomar la ciudad asaltándola a cuerpo descubierto y escalando las murallas. Sin embargo, los españoles, al contrario que los bereberes, sí disponían de armamento pesado. La artillería, unida a los modernos fusiles Mauser que portaban los infantes españoles, causó en los atacantes cerca de 160 bajas, obligándoles a retirarse. Rechazado ese día el primer ataque, la artillería comenzó a castigar las tribus rebeldes, pero uno de esos disparos acertó en una de las mezquitas derruyéndola. Este incidente convertiría la rebelión en una guerra santa.

Respuesta española

En España la reacción no se hizo esperar y se puso en alerta la flota, se movilizó el ejército de Andalucía y se envió el acorazado Numancia y dos cañoneros: el Isla de Cuba y el Conde de Venadito. Además, 3000 soldados fueron trasladados a los puertos, listos para ser embarcados. Las bajas totales de ese día para los españoles ascendieron a 21 muertos y 100 heridos.[cita requerida] Al día siguiente, día 4, el Numancia bombardeó numerosas tribus rebeldes. Así mismo, nueva artillería llegó hasta Melilla.

Por su parte, la noticia de la mezquita destruida por la artillería se extendió por todo Marruecos, y comenzó a llegar gente de todo el país para unirse a la yihad. Para el día 5, las fuerzas marroquíes ya se componían de unos 20 000 hombres a pie y 5000 a caballo.

En las semanas siguientes se mantuvo una calma tensa mientras la diplomacia actuaba. El sultán de Marruecos Hassan I daba la razón a España y reconocía su derecho a construir dichas fortificaciones.Sin embargo, la ausencia de firmeza a la hora de pacificar a sus súbditos enfurecía al gobierno español, que se encontraba en una delicada situación, con su ejército y economía cargando con todo el peso de las operaciones, mientras que el sultanato no hacía nada por volver al statu quo ante bellum. Finalmente, el sultán envió un contingente al mando de Baja-el-Arbi para restablecer el orden, pero fueron derrotados por los cabileños, empeorando aún más las relaciones con el sultanato.

Durante todo este tiempo y las semanas siguientes, la lucha se centró en los fuertes de Camellos y San Lorenzo, hasta que los rifeños consiguieron destruirlos. Por ello, el gobernador Margallo, envió un nuevo contingente y trabajadores para cavar nuevas trincheras en los fuertes de Cabrerizas y Rostro Gordo, más defendibles al estar al amparo de la artillería de la ciudad.

El 22 de octubre, el cañonero Conde de Venadito entró por el río Ouro, disparó 31 salvas a las trincheras de los rifeños y regresó al puerto de Melilla sin ningún daño. El día 27, 5000 bereberes atacaron y tomaron la colina Sidi Guariach pese al apoyo de los cañones del Venadito y de las baterías de la ciudad, obligando al gobernador Margallo y al general Ortega a abandonar los fuertes y refugiarse en la ciudad.

Al día siguiente, día 28, el general Margallo organizó un contraataque destinado a recuperar las fortificaciones de Cabrerizas y Rostro Gordo. Al mando de 2.000 soldados, se enfrentó a los 3.000 rifeños allí atrincherados, a los que pronto se unieron otros 6.000 de refuerzo. Con este nuevo refuerzo, estos intentaron flanquear a los españoles. Margallo interpretó este hecho erróneamente, pensando que el centro de los rifeños se dispersaba presa del pánico, de modo que ordenó cargar contra las trincheras rifeñas, siendo rechazado con terribles bajas. En ese momento parece que comenzó a darse cuenta de la realidad de la situación y empezó a sopesar la retirada, pero minutos más tarde fue abatido de un disparo en la cabeza. Ante esta dramática situación de poco sirvieron las actuaciones del general Ortega en la retaguardía para evitar la desbandada, ya que en poco tiempo las tropas españolas comenzaron a huir en completo desorden hacia la ciudad. Durante esta acción destacó un joven y por entonces desconocido teniente llamado Miguel Primo de Rivera, quien más tarde sería recompensado por sus acciones con la más alta distinción, la Cruz Laureada de San Fernando y la promoción a capitán. Según el informe oficial español, las bajas de esta acción fueron 70 muertos, incluyendo al propio gobernador, y 122 heridos; sin embargo, diversas fuentes apuntan a que las bajas reales fueron mucho mayores. Por otra parte, un rumor creció posteriormente sobre esta acción: se dijo que fue el propio Primo de Rivera quien disparó en la cabeza a Margallo, pero ninguna prueba lo sustenta y todo apunta a que fue un rifeño quien lo hizo mientras el general comprobaba la situación.

Las noticias de la derrota convencieron al gobierno de mandar ese mismo día otros 3 regimientos de caballería y cuatro batallones de infantería más de refuerzo. Así el 29 se vuelve a intentar otro ataque, éste bajo el mando del general Ortega, con 3.000 soldados, logrando su objetivo y expulsando a los rifeños de sus trincheras en Cabrerizas. Pese al éxito parcial de esta última acción, no se logra romper el cerco a la ciudad.

De esta forma noviembre comenzó y continuó en tablas. Con las playas en manos de los rifeños, el desembarco de caballos, tropas y suministros se convirtió en una tarea realmente compleja. Por otra parte, los rifeños empezaron a extender las trincheras y construyeron posiciones fortificadas, cortando las comunicaciones con los fuertes. La única forma de abastecerlos era con salidas nocturnas.

Los españoles crearon unidades de búsqueda y destrucción del enemigo, formadas por convictos y mandadas por oficiales, cuya función era emboscar por la noche a las patrullas rifeñas. Su arrojo y crueldad despertaron la imaginación de la prensa extranjera, a la vez que aterraron a los rifeños.

Al finalizar noviembre los españoles habían perdido 12 oficiales y 100 soldados, mientras que los rifeños habían tenido más de 500 bajas, la mayoría muertos durante los bombardeos.

Condecorados españoles

En esta guerra, dos soldados españoles recibieron la distinción de la Cruz laureada de San Fernando, máxima distinción militar española. Los dos soldados que la recibieron fueron capitán Juan Picasso y el teniente Miguel Primo de Rivera.

Con la llegada de los cruceros Alfonso XII e Isla de Luzón, España comenzó a aplicar sobre las posiciones rifeñas toda su potencia naval, sometiéndolas a un intenso bombardeo sin descanso desde la costa. El bombardeo fue de tal intensidad que el 6 de noviembre los rifeños enviaron una delegación con una propuesta para entablar las negociaciones de paz. Cuando los españoles comprobaron que los rifeños no estaban dispuestos para la rendición, se reinició el bombardeo noche tras noche, usando por primera vez en la historia reflectores eléctricos para localizar objetivos.

En España, la hasta ahora aletargada maquinaria militar comenzó a despertar, recibiendo el general Macías, sucesor de Margallo, suficientes tropas para retomar el control de la situación y reconstruir las defensas de Melilla. Así, el 27 de noviembre el general Martínez Campos llegaría a Melilla al mando de más de 7000 efectivos, suficientes ya para formar dos cuerpos de ejército. En abril de 1894, Martínez Campos se reunió con el embajador de Marruecos para negociar directamente la paz con el sultán.

Consecuencias

Las potencias europeas observaron desde la lejanía pero con mucha atención los acontecimientos que se desarrollaban en Marruecos. Francia, que buscaba un aliado para sus propios planes en la región, animó a España a expandir su territorio por Marruecos. Madrid, sin embargo, poco interesada en crear un imperio en África y cuidadosa para no crear tensiones con el Imperio británico (que veía la extensión territorial de España por el estrecho de Gibraltar con alarma), solo solicitó aquellos territorios que el sultán estuviese dispuesto a ceder. Esto no desalentó las ambiciones francesas y, posteriormente, por el Tratado de Fez de 1912, Marruecos resultó dividido en dos: una parte para España y otra para Francia.

Asimismo, a consecuencia de esta pequeña guerra se le concedió a Melilla su propio cuerpo de la Guardia Civil

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Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 19:15

Excmo. Sr. D. Juan GARCIA Y MARGALLO General del Ejercito Español


Juan García y Margallo (Montánchez, 12 de julio de 1839-Melilla, 28 de octubre de 1893) fue un militar español.

Nació el 12 de julio de 1839 en la localidad cacereña de Montánchez.1 Cadete en 1855, ascendió a alférez en 1858. En 1859 se incorporó al ejército que partía a la Guerra de África, siendo herido en la acción del 14 de enero y condecorado en el campo de batalla. Tomó parte en los acontecimientos de 1866 y 1869. Fue gobernador de Melilla, tomando posesión del mando el 30 de septiembre de 18912 y ejerció el cargo hasta 1893. Margallo también fue ascendido a general. Tras una ofensiva de los rifeños, quedó atrapado en el fuerte de Cabrerizas Altas, donde falleció durante los combates acontecidos en los días 27 y 28 de octubre, en la que se conoce como la Guerra de Margallo.

Cercadas las tropas españolas del general Margallo, resultaba vital el envío de refuerzos. Picasso, extraordinario jinete, se ofreció voluntario para traspasar las líneas enemigas y llegar al fuerte de «Rostrogordo» para pedir ayuda. Situado en tierra de nadie y con enorme riesgo de su vida, consiguió llegar a Melilla en su caballo «Príncipe» a través de innumerables disparos enemigos. Su atrevida y arriesgada acción le valdría la laureada de San Fernando.

Sobre estos episodios nos da cuenta el romance que transcribo a continuación, inédito hasta ahora, donde el nombre del general Margallo se trastoca en un sorprendente Marigallo. La versión fue dictada por Moisés Crespo Azabal, de 61 años, en la alquería hurdana de Martilandrán (Cáceres), en el verano de 1985. Respeto la grafía tomada de la audición.


El año noventa y tres, el mes de octubre corría,
y al general Marigallo los marroquinos herían:
siete tiros en el pecho y otros siete en la barriga,
y otros siete al su caballo que en la tierra se rendía.
Y a cuenta de tantos tiros, Marigallo se moría.
Cuando se estaba moriendo, a sus tropas les decía:
–Allí alante, allí alante, más alante de Melilla,
un millón de marroquinos quieren conquistar Melilla.
Y yo vos digo, hijos míos, hijos de la patria mía,
que donde esté un español no se admite la porfiria.–
Mandó el sultán marroquino a toda la morería,
no quedara un español con el latido de vida.
Y asaltaron los fortines que había en la tierra asiria.
Y un soldadito español vio la bandera perdida.
Al irla a recuperar, los moros vinon encima.
Le han cortado los dos brazos, le han cortado las dos piernas;
con la boca sostenía el asta de la bandera.
A grandes voces gritaba y decía de esta manera:
–¡Viva nuestro general y viva la España entera!
¡La bandera no caerá en las manos de estas fieras!

El General Margallo fue bisabuelo del ministro José Manuel García-Margallo.

Lo cierto es que existe una versión en la que se afirma que el General Margallo falleció como consecuencia de un disparo en la cabeza efectuado por el Teniente Miguel Primo de Rivera, que acabaría siendo el Dictador que organizó el Desembarco de Alhucemas.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 21:06

Guerra de Melilla


Se llama Guerra de Melilla al conflicto que enfrentó a tropas españolas con las cabilas rifeñas en los alrededores de la ciudad de Melilla entre julio y diciembre de 1909. Su hecho más destacado fue el desastre del Barranco del Lobo. Las protestas contra el envío de tropas desde la península, especialmente de reservistas, desembocaron en Barcelona y en buena parte de Cataluña en la Semana Trágica.

El Rif, región montañosa del norte de Marruecos se consideraba «zona de influencia española» por el tratado firmado con Francia el 5 de octubre de 1904. Francia, por su parte, había firmado el mismo año la Entente Cordiale merced a la cual Gran Bretaña le daba vía libre a la penetración colonial en Marruecos, y había forzado la firma por parte del sultán Abd al-Aziz de varios tratados en función de los cuales el Estado jerifiano hacía dejación de varios de sus poderes en favor de la potencia extranjera, preludiando lo que años más tarde sería el régimen de protectorado.

El Rif, región de lengua y cultura bereber, pertenecía a la parte de Marruecos conocida como Bled es-Siba o País del Desgobierno, donde la autoridad política del sultán no había sido nunca efectiva. Los rifeños, por tanto, no se consideraban implicados por los acuerdos que pudiera haber alcanzado el Majzen (poder central) con las potencias europeas.

Desde 1903 una parte del Rif estaba bajo el control de Yilali Mohamed el-Yusfi ez-Zerhuni, apodado Bu Hamara (o Abu Himara, "el del asno"), el Rogui o el Pretendiente, que había participado activamente en la campaña contra la supresión del impuesto coránico decretado por el sultán Abd el-Aziz, y que fingió ser Muley Mohamed, el hijo mayor del anterior sultán Muley Hassan, quien tenía como misión librar a Marruecos de los cristianos a los que el sultán se había “vendido”. Así en 1902 Bu Hamara fue proclamado sultán en Taza, pero al ser expulsado de allí por la mehala (cuerpo de ejército regular) enviada por Abd el-Aziz se estableció en la alcazaba de Zeluán (cabila de Beni Bu Ifrur) desde donde consiguió imponer su autoridad sobre las cabilas de Guelaya en el Rif oriental.

Cuando se descubrió que el territorio de la cabila de Beni Bu Ifrur albergaba riquezas mineras, Bu Hamara concedió en 19072 la explotación de las minas de plomo argentífero de Afra a la Compañía del Norte Africano, de nacionalidad española pero de capital francés, y las de hierro a la Compañía Española de Minas del Rif, propiedad de la familia del conde de Romanones y de la casa Güell, emparentada con el marqués de Comillas. La concesión también incluía el permiso para construir un tren minero que uniera los yacimientos con el puerto de Melilla.

Las concesiones hechas a los extranjeros para que explotaran las riquezas de la región fueron rechazadas por las cabilas y en octubre de 1908 iniciaron un alzamiento contra Bu Hamara, que estuvo acompañado con el hostigamiento contra los españoles que trabajaban en las minas. La revuelta triunfó finalmente y el 4 de diciembre Bu Hamara fue expulsado del poder. El trabajo en las minas y la construcción del tren minero quedaron entonces paralizados, por lo que las dos compañías concesionarias presionaron al gobierno español, presidido por el conservador Antonio Maura, para que desplegara las tropas de la guarnición de Melilla y pudiera reanudarse así la actividad. El gobierno español al principio esperó a que el sultán Muley Hafid, que había destronado a su medio hermano Abd el-Azid, impusiera su autoridad sobre el Rif y reconociera las concesiones mineras hechas por Bu Hamara, pero finalmente cedió a la presión ante la amenaza de la Compañía del Norte Africano de pedir la protección de las tropas francesas estacionadas en la vecina Argelia, lo que hubiera puesto en peligro las aspiraciones españolas a controlar su “zona de influencia” en el norte de Marruecos. Así el 7 de junio de 1909 se reanudaba la construcción del ferrocarril a pesar de no haber obtenido aún el consentimiento del sultán (con el que el gobierno español siguió negociando) y de no contar con el apoyo de la mayoría de las cabilas del Rif oriental, que amenazaron con responder. En los días siguientes se produjeron pequeños incidentes, durante los cuales soldados españoles apresaron a algunos insurgentes cabileños.

El 9 de julio de 1909, un capataz y trece trabajadores españoles fueron tiroteados cuando iniciaban la jornada laboral en la construcción del puente sobre el barranco de Sidi Musa, a unos 4.300 m de los límites de Melilla, en la línea del ferrocarril minero de esta ciudad a Beni Bu Ifrur, resultando muertos cuatro de ellos. Los demás lograron escapar y regresar a Melilla utilizando una locomotora de la Compañía del Norte Africano.

Este ataque de «marroquíes desleales a la generosa nación española», como los llamó el general Marina, comandante general de la plaza, fue el que desencadenó la Guerra de Melilla, que si bien el gobierno de Antonio Maura la planteó en un principio como una operación de policía, se transformó en una guerra en la que llegaron a intervenir más de 3 Divisiones españolas, y que tuvo dos partes bien diferenciadas.

La primera parte, durante el mes de julio, correspondió a una respuesta inmediata a la agresión, un tanto precipitada, despreciando la posición dominante de los rifeños en las alturas del Gurugú, e ignorando la falta de preparación de las tropas, especialmente las que llegaron apresuradamente de Barcelona y Madrid. El avance se detuvo, desde el primer día, a unos 10 km de Melilla, ocupando posiciones aisladas, cercanas a la vía férrea. La segunda parte, entre agosto y diciembre de 1909, fue más reposada, desarrollando un despliegue más amplio, de más de 30 km, envolviendo el Gurugú y el territorio menos accidentado al sur de él, con muchas más tropas y mejor preparadas, y en los últimos tiempos con negociaciones con las cabilas más dispuestas a permitir la presencia española.

Primera parte, julio de 1909

Cuando en la mañana del 9 de julio, los obreros que habían sido agredidos llegaron al hipódromo de Melilla, en donde se encontraban las fuerzas españolas previstas para la protección de los trabajos, inmediatamente salieron dos compañías del regimiento África 68,6 al mando del teniente coronel Baños, penetrando en el «campo moro» en auxilio de los españoles y haciendo diecinueve prisioneros (de los que solo dos permanecieron en prisión acusados de haber participado en el ataque). El diario de Melilla El Telegrama del Rif tituló al día siguiente: «Cobarde agresión. Españoles muertos». Detrás de las dos compañías se desplazó otra fuerza más numerosa de la guarnición de Melilla, y a la una de la tarde el combate había terminado, ocupando las tropas españolas varias posiciones a lo largo de la vía, como las de Sidi Musa, Sidi Amet y Sidi Alí, la última próxima a Nador, a unos 9 km de los límites de Melilla. La operación causó entre los militares españoles 4 muertos y 25 heridos.

El día 10 de julio el gobierno español, presidido por Antonio Maura, decretaba la movilización de tres Brigadas Mixtas, la de Madrid (1.ª), Campo de Gibraltar (2.ª), y Cataluña (3.ª), y el envío inmediato de la tercera de ellas. La orden de movilización, que incluía la llamada a los reservistas9 de los cupos de 1902 a 1907, muchos de ellos padres de familia con esposa e hijos, provocó incidentes en los embarques de las tropas, en el puerto de Barcelona el 18 de julio, y el la estación de Mediodía de Madrid, el 21 de julio, y desató una oleada de protestas en muchos lugares, con una huelga general el 26 de julio, especialmente graves en Barcelona y en otros lugares de Cataluña, donde se producirán los sucesos de la Semana Trágica, entre el lunes 26 de julio y el domingo 1 de agosto.

Después del primer ataque del día 9, las cabilas rebeldes, integradas por la mayoría de las cabilas de Guelaya y Quebdana, y algunas del Rif central y occidental y dirigidas por el jerife Mohamed Amezian (de la cabila de Beni Bu Ifrur) y por su lugarteniente el Chadly (de la cabila de Mazuza), comenzaron a hostigar Melilla desde sus posiciones en el cercano monte Gurugú, provocando una tensión en la ciudad (que contaba con unos 12.000 habitantes) que no se vivía desde la Guerra de Margallo o Primera Guerra del Rif de 1893. El hostigamiento se hizo más violento sobre las posiciones que habían ocupado las tropas españolas para proteger los escasos 7 km de vía minera objeto de los ataques. Los rifeños tenían la ventaja del territorio desde el que atacaban, pues la vía discurría desde su salida de Melilla por una franja de terreno cercano al mar, teniendo siempre al oeste las estribaciones del monte Gurugú, cuyas lomas más inmediatas, que con alturas sobre los 500 m, caen hasta el nivel del mar en 2 ó 3 km, proporcionaban posiciones favorables a los rifeños. Además, los sucesivos barrancos transversales a la vía (Frajana, Lobo, Alfer, Sidi Musa, Sidi Amet), dificultaban el avance español de los convoyes de aprovisionamiento de los puestos que vigilaban y defendían la vía.

Pese a esta situación precaria, las obras en la línea férrea se reanudaron el día 12 bajo la protección de las tropas españolas y gracias a la cooperación de algunos caídes «afectos a España» de la cabila de Mazuza, lo que según el general Marina,

«demuestra al mundo civilizado y a los marroquíes que no es una lucha la entablada entre españoles y rifeños, sino simplemente una operación de policía contra los levantiscos, contra los que olvidando los favores recibidos, atropellan bárbaramente a indefensos obreros y se oponen a la obra de progreso que nuestra nación está obligada a realizar en Marruecos».

Una de las acciones militares emprendidas por los mandos militares españoles fue el bombardeo desde el mar de los aduares (aldeas de cabañas) situados en la costa con el objetivo de disuadir a los rifeños que se sumaran a la harca (expedición militar) encabezada por Mohamed Amezian, además de destruir los cárabos (pequeñas embarcaciones) que recorrían la costa trayendo armas desde el Rif occidental.

El día 18 de julio tuvo lugar el primer combate importante, en el monte Si Ahmed el Hach, cuando las cabilas atacaron las posiciones españolas más alejadas de Melilla, las de Sidi Amet y Sidi Alí. Le siguieron otros combates el 20 de julio, generalizándose las posiciones atacadas, que se prolongaron en alguna de ellas hasta del día 21. La impresión producida por el arrojo y la presencia de numerosos combatientes hizo que las autoridades empezaran a entender o reconocer que se trataba de algo más que una simple operación de policía o de castigo de los responsables, lo que hizo que el gobierno ordenara el embarque de la 1.ª Brigada Mixta, de Madrid. La 3.ª Brigada Mixta, cuyas primeras unidades partieron de Barcelona el 11 de julio, había llegado a Melilla entre el 15 y el 19 de julio.

El día 23 de julio hubo trescientas bajas españolas, entre muertos y heridos.12 El origen de tal matanza fue la decisión equivocada de una columna de refuerzo, formada con un 50% aproximadamente de tropas expedicionarias de Cataluña, que debía permanecer como reserva de las posiciones avanzadas, pero inició una acción ofensiva, sin la autorización, la preparación y el apoyo necesarios. Su imprudencia implicó a otras columnas que acudieron en su auxilio, entre las que se incluyeron, por falta de reservas, los dos primeros batallones (Barbastro y Figueras) de la 1.ª Brigada Mixta que habían desembarcado el mismo día, procedentes de Madrid, via Málaga. Por tales hechos hubo 69 muertos y 226 heridos, cifras que fueron superadas cuatro días después.

En la noche del 26 al 27 de julio los rifeños consiguieron levantar unos 300 m de la línea férrea ya construida, a la altura del kilómetro 3, lo que motivó que desde Melilla saliera un convoy de aprovisionamiento y reparación de la vía, protegido por dos columnas, una al mando del coronel Fernández Cuesta, con seis compañías, cinco de la 2º Brigada Mixta y una de la de África, y otra integrada por los batallones de la 1.ª Brigada Mixta, de Madrid, con varias compañías recién desembarcadas, al mando del general Pintos. La segunda columna, marchando por terreno desfavorable, se extravió, desviándose a su derecha, y fue a internarse en el Barranco del Lobo, en donde el ataque de las cabilas desde las dos laderas le causó numerosísimas bajas: 17 jefes y oficiales, además del propio general Pintos, y 136 hombres de tropa y soldados muertos; 35 jefes y oficiales, y 564 hombres de tropa y soldados heridos. Total: 752 bajas. Esta derrota fue llamada el desastre del Barranco del Lobo, que, según la historiadora María Rosa de Madariaga, se explica, además de por las decisiones equivocadas tomadas por los mandos, por las desastrosas condiciones físicas y morales de las tropas:

"equipamiento deficiente y obsoleto, bajísimo nivel de instrucción, pésimas condiciones sanitarias..., a todo lo cual venía a sumarse la ausencia total de espíritu combativo y de moral... Estas tropas sin ninguna experiencia en el combate en tierras africanas fueron las que el alto mando envió a batirse en el combate del día 27. En su declaración ante la Comisión de Responsabilidades del Congreso [formada en julio de 1923 para determinar las responsabilidades en el Desastre de Annual], el general Cabanellas admitió que se había censurado entonces al alto mando por emplear batallones como el de Figueras y Las Navas [de la Brigada Mixta de Madrid], que inmediatamente después de desembarcar fueron al combate. Agotados por el largo viaje y sin haber recibido el menor entrenamiento, la decisión de emplearlos en el combate en aquellas condiciones era llevarlos al matadero”.

Quedó patente la necesidad de un cambio de planes, pues los batallones enviados apresuradamente carecían de la competencia necesaria para el combate, y era preciso un periodo de preparación y adaptación al nuevo entorno bélico; asimismo las posiciones de los rifeños en el Gurugú les proporcionaban una ventaja que era preciso enfrentar de otra manera. Además como reconoció el propio general Marina había que «rehacer el espíritu de aquella gente, bastante quebrantado», antes de que volvieran a combatir.

Segunda parte, agosto a noviembre de 1909

El cambio de planes, aparte de una mayor preparación de las tropas, consistió en una gran maniobra envolvente del Gurugú y su zona meridional próxima, con tres escenarios diferentes. En uno de ellos, una División formada con dos de las brigadas llegadas en julio y comienzos de agosto, la 1.ª y la 2.ª, trataría de rodear el macizo montañoso por el norte. Por el sur, desde la zona de La Restinga (a unos 25 km de Melilla) otra División, que llegaría a mediados de agosto, avanzaría hacia el oeste por los terrenos menos accidentados al sur del valle de Uixan o del Caballo, en la vertiente sur del Gurugú, y por último las tropas restantes, las de guarnición en Melilla, y la 3.ª Brigada Mixta, se encargarían de la zona inmediata a Melilla y las posiciones sobre la línea de ferrocarril hasta las afueras de Nador, rodeando cuando fuera posible el Gurugú por el sur, partiendo de Nador, para lo que contaría en septiembre con otra División mas.

Para la ejecución de estos planes, llegó entre el 30 de julio y el 8 de agosto la 2.ª Brigada Mixta, del Campo de Gibraltar (la última de las brigadas mixtas movilizadas al comienzo de la guerra), y en los días siguientes la 1.ª División Orgánica reforzada, procedente de Madrid, que contaba con 8.175 hombres. De esta manera el ejército de operaciones contaba el 15 de agosto con 35.507 efectivos.15 Más adelante, entre el 5 y el 14 de septiembre, llegaría otra División Orgánica (la 12.ª, con sede en Vitoria, que se renombró como 2.ª), con 8.182 hombres, y en los últimos días de la guerra la mitad de otra División. En el momento con más efectivos el ejército de operaciones contó con cerca de 42.000 hombres.

El comienzo de las operaciones se realizó a finales de agosto en el Cabo del Agua (Ras el Ma), a más de 40 km de Melilla, preparando la creación de una base de operaciones en La Restinga, inicio de la operación envolvente por el sur. La primera quincena de septiembre se estableció la base, desde la que se realizaron operaciones en Cherauit y Arknman.

El 20 de septiembre se inició la maniobra envolvente por el norte ocupando Taxdirt, Taurit, y días después El Zoco el Had e Hidum. En la zona más cercana al Gurugú, el día 26 era ocupada Nador, avanzando desde Melilla y el 29 Ait Axa, en una de las crestas del Gurugú que caen hacia esta ciudad. Mas al sur, el 27 se ocupaba la alcazaba de Zeluán (donde se produjeron actos de pillaje por parte de las tropas españolas), avanzando desde La Restinga. El 28 de septiembre hubo un ataque rifeño a la posición del Zoco el Had de Benisicar en donde el cabo Noval, de servicio en el exterior fue capturado, y se sacrificó para evitar la entrada en la posición de sus captores, lo que le valió la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, de segunda clase. El acto del cabo, y el premio otorgado fueron difundidos ampliamente, para elevar la moral de las tropas y los ciudadanos.

El 30 de septiembre las tropas que avanzaban en la línea La Restiga Zeluán, se encontraban en la zona minera al noreste de Zeluán, y en una operación de reconocimiento tuvieron un duro enfrentamiento en Beni Bu Ifrur, sufriendo cerca de 300 bajas, con 40 muertos, entre ellos el general Díaz Vicario que mandaba una de las columnas, formadas con compañías de la 1.ª División. Constituyó la matanza de tropas españolas más importante de la segunda parte de la guerra, y según Eduardo Gallego, capitán de ingenieros, adjunto al cuartel general del general Marina, que escribió el libro La campaña del Rif de 1909 al terminar la guerra, en el bando rifeño participaron en este enfrentamiento combatientes de 14 cabilas, formando un contingente de 21.880 hombres.

En los meses de octubre y noviembre continuaron las operaciones, destacando el combate en el valle de Uixan, que tuvo lugar el 18 y el 19 de octubre, que coincidió en fecha con otro enfrentamiento en las afueras de Zeluan; y otros combates en otros escenarios, al norte del Gurugú, y al suroeste de Melilla, que fueron incrementando poco a poco el terreno controlado por los españoles.

A mediados de noviembre una comisión de cabileños se entrevista con el general Marina, tratando de negociar unas condiciones de paz, que no fructificaron, y que se repitieron más adelante, mientras continuaron las operaciones. Según María Rosa de Madariaga,

"frente a los planes del gobierno de limitar las acciones a «castigar a las cabilas» responsables de las agresiones y restablecer «el orden y la tranquilidad» en el territorio, el general Marina, excediéndose en sus atribuciones, habría ido más allá de las órdenes recibidas con el avance de las tropas a Zeluán y el combate de Beni Bu Ifrur. Todo parecía indicar que habría actuado siguiendo los planes de un poder por encima del gobierno, que no sería otro que el propio Alfonso XIII”.

La operación que pone fin al periodo activo de la guerra tuvo lugar el 26 de noviembre cuando tres columnas que se habían concentrado cerca de Nador, avanzaron en dirección oeste hacia el collado de Atlaten, puerta de entrada a zona de las minas del Monte Uixan, de la Compañía española de minas del Rif, ocupando los poblados de Sebt, Bentabar y otros núcleos de la meseta de Atlaten, con el que se alcanzaron la mayoría de los objetivos territoriales propuestos en agosto.

Situación final

Al día siguiente, una comisión de algunas cabilas se presentaba ante el general Marina solicitando la protección de España, manifestación de que el estado del conflicto había cambiado. El gobierno decidió ese mismo día empezar a retirar las tropas enviadas desde de la Península, y ordenar la elaboración de un plan para que, reduciendo el número de posiciones, pudiera mantenerse el dominio de los territorios,para lo que el contingente necesario se estableció finalmente en 20.500 efectivos, más del triple de los que había en la Brigada de Melilla al comienzo de la guerra.

En diciembre todavía hubo algunos ataques poco importantes, que cesaron con el cambio de año. En los aproximadamente seis meses que habían transcurrido, el número total de bajas españolas en la guerra de Melilla ascendió a 2.235, de las que 358 fueron muertos.

El resultado sobre el territorio fue que mientras a comienzos de 1909 el ejército español estaba, salvo en algunos destacamentos lejanos como los de Alhucemas, Peñón de Vélez, o Chafarinas-Cabo del Agua, en el interior de Melilla, desde el fin de la guerra permaneció ejerciendo el control sobre la Guelaya y la Quebdana, en numerosas posiciones exteriores.

El sultán Muley Hafid, máxima autoridad marroquí, cuya falta de control sobre esta parte del territorio había quedado patente con la actuación autónoma de las cabilas, protestó por esta permanencia del ejército español en el Rif oriental, pero las tropas españolas no llegaron a evacuar en los años siguientes los territorios ocupados (hasta Annual, en julio de 1921), cuya presencia quedó asegurada con el establecimiento del Protectorado en 1912.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 21:09

excmo. Sr. D. José MARINA VEGA General del Ejercito Español


José Marina Vega (Figueras, Gerona, 13 de abril de 1850 – Madrid, 30 de enero de 1926) fue un militar y político español.

Fue capitán y comandante en la III Guerra Carlista, (1872-1876), como coronel de 1893 a 1898 en las Filipinas y en Cuba al lado del General africanista Camilo García de Polavieja, (1838-1914), gobernador civil de Barcelona, gobernador militar de Valencia, 1902, subsecretario del Ministerio de la Guerra, gobernador militar de Melilla a partir de 1905, ciudad norteafricana recuperada en 1498, interviniendo en las acciones militares españolas, 1909, con movilizaciones de reservistas enviados desde España y con profundas alteraciones del Orden Público en Barcelona, 26 de julio a 2 de agosto de 1909, conocidas como Semana Trágica de Barcelona.

Finalmente, por su dureza represiva en la zona bereber en torno a Melilla obtendría la promoción a teniente general y comandante en jefe del ejército operante, sustituyendo a Fernando Primo de Rivera el 17 de octubre de 1917 en el Ministerio de la Guerra hasta su abandono voluntario semanas después, durante el Gobierno Nacional presidido por Antonio Maura. Nombrado de nuevo el 22 de marzo de 1918 ministro de la Guerra, ocupó la cartera hasta noviembre de ese año. Posteriormente fue Senador vitalicio desde 1919 hasta su muerte en 1926.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 21:12

Excmo. Sr. D. Guillermo PINTO LEDESMA General del Ejercito Español


Guillermo Pintos Ledesma (Chafarinas, 26 de enero de 1856 - Melilla, 27 de julio de 1909) fue un militar español que destacó durante la conocida como Guerra de Melilla.

Inició sus estudios militares en la Academia de Infantería de Toledo en el año 1870. En 1873 participó en la Tercera Guerra Carlista, en el Ejército del Norte. Por méritos en combate obtiene el ascenso a teniente. De 1877 a 1879 presta servicios en la isla de Cuba, por entonces colonia española. De 1888 a 1896 es enviado a Filipinas con el cargo de comandante del destacamento español.

También en 1896 es destinado nuevamente a Cuba, en donde participa en una serie de acciones militares: Peñalver, Jácara-Júcara, Ojo de Agua. Vuelve a España en 1897, donde por los servicios prestados es ascendido a coronel y destinado al Regimiento de Asturias. En 1905 alcanza el grado de general de brigada de Infantería. A mediados de 1909 es destinado a Melilla, al frente de la Primera Brigada Mixta. Arribó el 23 de julio de dicho año. El día 27 participó en el llamado Desastre del Barranco del Lobo, pereciendo en la contienda.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 21:21

El desembarco de LARACHE


El Desembarco de Larache hace referencia a la acción militar que llevó a ocupación de la ciudad marroquí de Larache por una fuerza española de infantería de marina, estableciendo un antecedente de la intervención militar en Marruecos y la posterior Guerra del Rif.

El noroeste del Magreb, donde ejercía su influencia el sultán de Marruecos estaba sumido a principios del S XX en el desorden y la violencia.1 Según el embajador británico en España a la sazón, Arthur Nicholson, la existencia de un país, un estado y un sultán marroquí con un poder más allá de Tánger, era una ficción, pues lo único que allí había era un conjunto de tribus y cábilas independientes y belicosas.

En 1904, el poder del sultán de Marruecos estaba limitado por las potencias que velaban por los intereses de sus nacionales en la zona. Así, ante cualquier delito, los residentes extranjeros sólo podían ser juzgados por los tribunales de su país de origen, y de acuerdo a su propia legislación. Estaban exentos generalmente del pago de impuestos, y sus empleados indígenas tenían el estatus de "protegidos", acogidos al mismo estatus jurídico que sus empleadores. Cuando el sultán dictaba cualquier medida que afectase a los residentes extranjeros, debía contar con el acuerdo de los consulados de las naciones interesadas.

Por otra parte, la autoridad del sultán Abdelasis se veía socavada por la acción de jerifes como El Roghi en el oriente rifeño o el Raisuni -el caudillo de las montañas-, y disputada por su propio hermano Abdel Hafid, quien terminaría por derrocar a su hermano.

Esta circunstancia fue aprovechada por los imperios coloniales para extender allí su influencia usándola como baza en el equilibrio de poder, lo que desembocó en la Primera Crisis Marroquí y en el aumento de las tensiones que terminarían con el estallido de la Primera Guerra Mundial.

La crisis fue momentáneamente resuelta en la Conferencia Internacional de Algeciras, por la que Alemania evita que el Magreb caiga bajo la única influencia de Francia, y se alcanza un compromiso para ejercer un protectorado en Marruecos con dos áreas de influencia, española y francesa.

La intervención militar francesa como respuesta a las revueltas contra el sultán, forzaba al gobierno español a apresurarse en tomar posiciones en las plazas del Protectorado donde España debía ejercer su influencia y empezar a desarrollar la industria minera y comercio de acuerdo con el los pactos franco españoles de 1904 y 19055 y las condiciones del Acta de Algeciras. En la zona de influencia española acordada ya había asentamientos con presencia española, y en la misma de Larache había un tabor de policía indígena al mando del capitán Ovilo y Castelo. España y Francia estaban encomendadas para mejorar la administración del sultanato, para lo que disponían de una policía, pero no podían intervenir militarmente.

En esa situación, el Gobierno de Canalejas intervino sin dilación con el fin de mantener su influencia política y económica en la región. Con esta acción, el sultán Abdelasis veía una oportunidad para anular el poder de El Raisuni, mientras que este esperaba que la intervención española favoreciera sus intereses en contra del sultán.

Los acuerdos del Acta de Algeciras no evitaron la “segunda crisis marroquí” o Crisis de Agadir, iniciada con la ocupación francesa de Fez el 21 de mayo de 1911, la ocupación militar española de Larache, Arcila y Alcazarquivir unas semanas más tarde, y desatada con la llegada del cañonero alemán Panther al puerto de Agadir el 1 de julio.

El aumento de motines y desórdenes en 1911 desembocó en una violenta revuelta en Fez, que provocó la ocupación militar de la plaza por el ejército francés, desde donde empezó a extenderse hasta la zona de influencia española, lo que contravenía lo acordado en el Acta de Algeciras. La acción gala en Túnez despertó la indignación de la opinión pública española, que veía en ella una flagrante agresión a los acuerdos de Algeciras, que tan sólo preveían la presencia de 2.500 policías indígenas al mando de 20 oficiales españoles y franceses en los ocho puertos abiertos al libre comercio; se sosopechaba que Francia quería repetir lo hecho en 1864 para apropiarse de Túnez.

Canalejas advirtió que si Francia mantenía la ocupación, España haría lo mismo en las plazas estratégicas de su influencia, zona así mismo muy castigada por la violencia de alguna cábila. Según asegura el conde de Romanones, hubo agentes de la máxima autoridad que le manifestaron estar convencidos de que si la respuesta española se hubiese demorado sólo unas horas, esas plazas hubieran acabado en manos francesas.

Desde finales del mes de mayo, se observó una extraordinaria actividad en diversas unidades del Ejército y la Armada, y a primeros de junio se concentraron en San Fernando los regimientos de infantería de Marina primero y tercero, donde realizaron maniobras de desembarco. El día 3 embarcaron las compañías primera y segunda del Primer Batallón del Primer Regimiento en el Almirante Lobo, y la tercera en el crucero Cataluña. Zarparon por la tarde, y en la mañana del 4 fondearon a 6 cables (algo más de un km) de la barra de Larache, formada por la desembocadura del Lucus sobre la que se asienta la población. Al poco, llegó al Cataluña el lanchón marroquí de sanidad, con un médico a bordo. Los marroquíes, preguntados por tripulantes del crucero español, manifestaron un gran deseo de que desembarcase el contingente.

Ya por la tarde, embarcaron en el crucero el cónsul español y el capitán jefe de la policía indígena, quienes despacharon con el jefe de la expedición. Permaneció expectante la expedición tres días más esperando acontecimientos e instrucciones del consulado, hasta que en la noche del 7 al 8, con luna llena, desembarcaron los infantes de marina junto con la sección de artillería de desembarco del Cataluña. La tropa fue bien recibida por los larachenses, que daban muestras de afecto y simpatía. Acamparon los españoles al oeste de la plaza, en una meseta cortada por acantilados que se precipitan al Atlántico, e inmediatamente se mandó a la mayor parte del contingente, junto con la sección de artillería del Cataluña, a Alcazarquivir, donde el asalto de las cábilas rebeldes parecía inminente.

El desembarco se realizó sin combates ni oposición alguna.15 Las circunstancias pacíficas de la ocupación se vieron facilitadas por las gestiones del cónsul español Juan Zugasti con el caudillo El Raisuni, sherif de el Yebala.9 En los días siguientes llegaron a Larache más tropas españolas, que empezaron a progresar hacia Alcazarquivir y Arcila: el día 12 de la cuarta compañía del primer batallón de infantería de Marina, el regimiento de caballería de Vitoria; el 22 otro batallón más de infantería de marina...

Con la ocupación de Larache y otras plazas en la región (como Chauen o Alcazarquivir) se pretendía la estabilización del territorio, que tras las negociaciones alcanzadas en el Tratado de Fez finalmente se convertiría en un Protectorado español. Sin embargo la situación en la zona fue haciéndose más volátil, hasta desembocar abiertamente en un conflicto armado.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 21:26

Desembarco de SIDI DRIS

El Desembarco en Sidi Dris fue una operación militar anfibia realizada el día 12 de marzo de 1921 por la marina Española en el protectorado Español de Marruecos durante la Guerra del Rif.

El general Fernández Silvestre, Comandante General de Melilla, plantea la penetración en el Rif partiendo de esta plaza de soberanía.

Desembarca la columna del coronel Gabriel Morales y Mendigutia formada por dos mil hombres transportados en los mercantes Reina Victoria y Gandía con el apoyo del cañonero Lauria y una escuadilla de aviones.

El objetivo perseguido es el de posibilitar futuras operaciones ya que tanto Alfrau cono Sidi Dris eran los únicos acceso marítimos de la República del Rif por donde recibían armas.

Estas dos operaciones de desembarco en conjunción con el avance terrestre desde Melilla permiten ocupar Annual e Igueriben, posiciones de triste memoria para las tropas españolas tras el asedio que sufrieron por parte los insurgentes rifeños y que daría lugar, en agosto de ese mismo año, al denominado Desastre de Annual.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 22:34

Excmo. Sr. D. Manuel FERNANDEZ SILVESTRE General del Ejercito Español


Manuel Fernández Silvestre y Pantiga (El Caney, entonces en la Capitanía general de Cuba, 16 de diciembre de 1871 - Annual, 22 de julio de 1921) fue un militar español, comandante general de Ceuta (1919-1920) y de Melilla (1920-1921), en el transcurso de la Guerra del Rif, y principal responsable del Desastre de Annual.

Nacido en la entonces colonia de Cuba, el futuro general Silvestre era hijo del teniente coronel de artillería Víctor Fernández y Pentiaga, casado en segundas nupcias con Eleuteria Silvestre Quesada. El 30 de agosto de 1889, a los 17 años de edad, ingresó en la Academia General Militar de Toledo, donde coincidió con otro destacado personaje, Dámaso Berenguer y Fusté, dos años más joven. Pasó a la Academia de Caballería el 9 de julio de 1891. Se graduó de segundo teniente de caballería a los 21 años, el 31 de julio de 1893.

Su primer destino fue el 27.º Regimiento de Cazadores de María Cristina, en el que permaneció hasta finales de mayo de 1895, fecha en la que fue destinado a Cuba con el Regimiento Expedicionario de Caballería Tetuán. Desembarcó en Nuevitas el 15 de junio, y el 31 de julio ascendió a primer teniente con 24 años.

En febrero de 1896 fue destinado al Regimiento Expedicionario de El Príncipe, en el que sirvió hasta finales de agosto de 1898. Durante su estancia en Cuba destacó por su valor y forjó la leyenda de su buena estrella. Fue condecorado y felicitado por el gobierno en varias ocasiones, participando en más de 50 combates.

El 8 de mayo de 1896 tomó parte en el combate de Arango contra los mambises, en el que cargó varias veces al frente de su escuadrón causándole al enemigo veintiocho muertos al arma blanca. Silvestre recibió cinco heridas de bala y su caballo resultó muerto. Los mambises le ataron a las ramas de un árbol, le acuchillaron once veces y le dejaron por muerto. Rescatado en estado muy grave, casi desangrado, fue trasladado al Hospital de Morón, donde logró recuperarse. El 11 de agosto de aquel año, el General Gobernador de Cuba, Valeriano Weyler, le concedió cuatro meses de licencia por enfermedad, a disfrutar en la península.

De nuevo en activo, el 2 de diciembre de aquel año, en Sábana de Maíz, una bala le rozó la frente y estuvo a punto de matarle. Su extraordinario valor y temperamento quedó de manifiesto en la acción de Pinar del Río los días 13 y 14 de diciembre de 1896 donde, después de matarle tres caballos, consiguió un cuarto y volvió al combate. El 10 de julio de 1897 fue ingresado en el hospital de Placeta aquejado de paludismo. El 30 de septiembre de aquel año, con 26 de edad, fue ascendido a capitán como recompensa por sus méritos en campaña.

El 11 de enero de 1898, Silvestre recibió dos balazos en la primera carga que realizó su escuadrón, otros tres balazos y trece machetazos en la segunda, hiriéndole en la cabeza, tronco y extremidades, quedando seriamente incapacitado del brazo izquierdo, hecho que disimulaba muy hábilmente.

Regreso a España

Desembarcó en La Coruña el 29 de agosto de 1898 y fijó su residencia en Alcalá de Henares. En septiembre de ese año, a los 27 de edad, se le ascendió a comandante por los méritos de guerra contraídos en la acción de la Caridad. Sirvió en varios regimientos de caballería de Madrid y Zaragoza. El 15 de diciembre de 1899 se casó con doña Elvira Duarte Oteiza, con la que tuvo dos hijos: Elvira y Manuel, que era alférez cuando ocurrió el Desastre de Annual y moriría en la Guerra Civil en 1937. Su mujer murió en Melilla el 19 de enero de 1907, dejándole viudo a los 36 años.

Servicio en Marruecos

En 1904, tras estancias en diversos regimientos peninsulares, Silvestre fue destinado a Melilla para mandar el Escuadrón de Cazadores de Alcántara. Estudió árabe en la Escuela Oficial de Árabe de Melilla, en la obtuvo la nota más alta de los 14 alumnos, consiguiendo el título de intérprete. Paradójicamente, el profesor que le calificó de sobresaliente fue el propio caudillo rifeño Abd el-Krim, que en aquella época aún residía en Melilla y trabajaba para el Gobierno español.

A finales de agosto de 1908 se trasladó a Casablanca, donde el Ministro de Estado le destinó como Jefe Superior Instructor de la Policía Jerifiana, conforme con el nuevo sultán, Abd el-Hafiz. Asimismo, se le nombró instructor de la Policía Marroquí de la ciudad y le dieron el mando de las fuerzas españolas en esta ciudad. El 7 de febrero de 1909, a los 37 años, ascendió por antigüedad a teniente coronel.

En 1911 los ánimos antiespañoles estaban exacerbados y los Ibn Malek, un clan nativo amigo de España, fueron asesinados en Larache. El 13 de junio los pocos españoles de Larache se parapetaron en los muelles temiendo el ataque de las tribus. Procedente de Casablanca, Silvestre desembarcó en la ciudad y se entrevistó con El Raisuni, un famoso cabecilla local de gran poder e influencia. Ambos congeniaron, dando paso a una solución del conflicto. Silvestre, pese a ser hombre fiero e imprevisible, demostró ser un hábil negociador, que dejó abiertas a los españoles las puertas de la zona noroccidental de Marruecos.

El 22 de febrero de 1912, con 40 años, ascendió a coronel (primera vez). En el verano de ese año el coronel Silvestre acumuló fuerzas en Larache y pactó con Raisuni una razzia y la ocupación de Arcila por tropas españolas el 17 de agosto, en sustitución del destacamento francés que tendía una línea telegráfica con Tánger. El audaz hecho asombró a los franceses e irritó al Elíseo. Y aunque Silvestre era considerado demasiado belicoso, el presidente del Gobierno, Canalejas, le dejó hacer y respaldó su acción.

Tras el asesinato de Canalejas y el establecimiento unilateral del protectorado francés en Marruecos, el 27 de noviembre España se vio obligada a firmar precipitadamente un tratado leonino, que redujo a 21 000 km² la zona de influencia española previamente pactada, mientras que Francia se reservó 415 000. Nació así el Protectorado español en Marruecos, situado en la zona más pobre, agreste y levantisca del país.

En enero de 1913 fue ascendido a coronel (segunda vez) y nombrado comandante general de Larache, mientras se encontraba en Madrid como valedor de la candidatura del Raisuni a Jalifa. Sin embargo, éste secuestró a unos vecinos del poblado de Jaldien en marzo de 1913, y exigió 250 000 pesetas de rescate. Silvestre, sintiéndose traicionado, ordenó al capitán Guedea marchar sobre Asilah, la capital de Raisuni, para impedir el pago y liberar a los prisioneros. Un tal al-Kalai, agente de Raisuni, fue muerto por los españoles en un paso fronterizo. De su muerte se responsabilizó a Silvestre, y Raisuni levantó el campo, jurando venganza. El gobierno, que no deseaba el estallido de un conflicto, relevó a Silvestre del cargo.

A pesar de este traspiés, fue ascendido a brigadier el 19 de junio de 1913 y nombrado ayudante de campo de Alfonso XIII el 9 de julio de 1915, función que desempeñó hasta julio de 1919. El 17 de junio de 1917 ascendió a general de brigada por méritos de guerra, con 46 años, y un año más tarde a general de división, el 28 de junio de 1918, por servicios y circunstancias.

Ante las agresiones cabileñas y la escalada del conflicto en el Rif, Silvestre fue devuelto a la situación activa. El 23 de julio de 1919 fue nombrado nuevo comandante general de Ceuta. Pocas semanas después, el general Dámaso Berenguer tomaba posesión del cargo de alto comisario del Marruecos español. El general Silvestre esperaba para sí este nombramiento y sufrió una gran decepción con el nombramiento de su antiguo camarada, amigo y rival. Aunque se apreciaban mutuamente, mantenían criterios opuestos sobre la pacificación de Marruecos: Berenguer pretendía realizar un avance paulatino y pactar con Raisuni y los cabecillas moros, a pesar de sus continuos ataques y violaciones de pactos. Por su parte, Silvestre abogaba por una gran acción militar que pacificara de una vez por todas el protectorado.

El desastre de Annual

El 12 de febrero de 1920 Silvestre tomó posesión de la Comandancia General de Melilla, desde la cual, en enero de 1921, empezó la invasión del Rif para acabar con la escasa resistencia rifeña existente. La empresa era arriesgada, ya que los soldados españoles se desmoralizaban enseguida y tenían mucho miedo a los rifeños. Sin embargo, entre mayo de 1920 y junio de 1921 Silvestre protagonizó un espectacular avance, rápido e incruento sobre el interior del Rif, haciendo creer a todos que por fin se alcanzaría la bahía de Alhucemas y finalizaría la sangría de Marruecos.

Sin embargo, tal ilusión se derrumbó de manera cruenta. Silvestre, un hombre de honor, había cometido el grave error de subestimar a las tribus rifeñas, y, precisamente por esto, extendió mucho más de lo prudente sus líneas de abastecimiento. Pero pronto los rifeños derrotarían a los españoles: a finales de mayo, una delegación de los temsamam convenció a Silvestre para que cruzara el río Amerkan y estableciera una posición en la colina de Abarrán. El 1 de junio de 1921, el contingente llegó a la posición, y entonces la policía nativa, unida a otros cabileños, volvió sus armas contra los españoles, matando a 179 de los 250 militares, incluyendo a todos los oficiales. Ese mismo día fue asaltada Sidi Dris, una posición costera, en la que los rifeños mataron a un centenar de españoles antes de retirarse.

Silvestre, a pesar de las órdenes tajantes de Berenguer y creyendo que se trataba de acciones aisladas, prosiguió el avance e inició la construcción de una base de apoyo en las colinas de Igueriben, unos 5 km al sur de Annual. El 17 de julio Abd el-Krim, al mando de los Beni Urriaguel y con el apoyo de las tribus cabileñas presuntamente aliadas de España, lanzó un ataque sorpresa sobre todas las líneas españolas. Igueriben no tardó en quedar sitiada, cayendo el 22 de julio. Los rifeños atacaron entonces el campamento español, donde había 5000 soldados, que lo que hicieron en vez de combatir fue huir, muriendo al menos 1000 ese mismo día y muchos de los supervivientes de aquel día, sobre todo soldados rasos, perderían la vida más adelante en las sucesivas retiradas españolas, especialmente en la posición de Monte Arruit.

Un total de 10 000 soldados españoles cayeron en aquellos días desde el 22 de julio al 9 de agosto. Ese día, el segundo de Silvestre, el general Navarro, se rindió con sus hombres en Monte Arruit, siendo asesinados otros 3000 hombres y salvando la vida el general Navarro de casualidad.

El propio Silvestre murió el 22 de julio en circunstancias no esclarecidas. Mientras una versión dice que al ver el desastre se metió en su tienda de campaña y se voló la cabeza, otra versión dice que fue abatido a tiros por los rifeños junto con el coronel Manella y varios oficiales que trataban de defenderse, lo cual cuadraría más con el carácter del personaje. Otras fuentes señalan que Silvestre desmoralizó aún más a sus hombres al gritarles "Corred, corred, que viene el hombre del saco!" en un intento por tratar de reunir a las tropas después de la desbandada inicial.

No obstante, su cadáver jamás fue hallado, lo que dio pábulo a rumores infundados sobre su presunta supervivencia.

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Marco Tulio Cicerón.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 22:47

Excmo. Sr. D. Gabriel MORALES Y MENDIGUTIA Coronel del Ejercito Español


Gabriel Morales y Mendigutia, (Sancti Spiritus, provincia de Santa Clara, Cuba, 12 de diciembre de 1866 - 22 de julio de 1921 Annual, protectorado Español de Marruecos), fue un militar, arabista, académico e historiador español, jefe de la Subinspección de tropas y Asuntos Indígenas y de la Policía Indígena, posiblemente, el militar español que mejor comprendía la idiosincrasia de los rifeños.

Participó en la guerra de Cuba y posteriormente llegó a la península desempeñando desde 1899 su carrera militar en África.

Por su actuación en el Barranco del Lobo el 27 de julio de 1909 ascendió a teniente coronel por méritos de guerra.

Aunque desconfiaba de la toma de Annual, apoyó la propuesta de Fidel Dávila Arrondo de enlazar con Sidi Dris, actuación desechada por el general Fernández Silvestre, y que tuvo como consecuencia del Desastre de Annual.

Policía Indigena

Compuesta por 15 mías (3 rebás de infantería y 1 de caballería) de unos 110 hombres cada una. El 1 de julio de 1921 tenía 3.179 hombres de fuerza en revista (todos rifeños menos los oficiales), al mando del coronel D. Gabriel Morales Mendigutía.

Intelectual

Apasionado de la cultura árabe, dominaba el árabe y el chelja, idioma bereber hablado por los rifeños. Estas dotes le permitieron tanto negociar como dirigir tropas indígenas, llegando a dirigir la política española para con los nativos.

Su cadáver fue entregado por Abdelkrim a la tripulación del cañonero Lauria sin que mediara rescate, lo que fue una excepción y demuestra el sincero aprecio que sentía Abdelkrim por su antiguo jefe de la Oficina indígena.

Miembro de la Real Academia de la Historia desde 1918. Autor de las siguientes obras:

Estudios hispano-marroquíes: la Embajada de Don Francisco Salinas y Moñino y el arreglo de 1785, Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 62 (1913).
Datos para la Historia de Melilla.
Efemérides Historia de Melilla (1497-1913) ISBN 10: 8487291244.
Efemérides y Curiosidades. Melilla, Peñón y Alhucemas. Melilla, 1921.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 23:43

Combate de ABARRAN


El combate de Abarrán es uno de los episodios militares englobados en la Guerra de Marruecos durante el 30 de mayo de 1921 y el 1 de junio del mismo año. En él, un destacamento español situado en Monte Abarrán fue atacado por una fuerza de cabileños del Rif, donde murieron o desaparecieron 24 españoles, 59 heridos españoles y hubo tan solo 1 prisionero.

Antecedentes. Importancia de Dar Uberrán

El Comandante General, el general Manuel Fernández Silvestre había ideado, a inicios de 1921, un plan de campaña para tomar Alhucemas, llave al corazón de la República del Rif, por tierra a través del avance del frente. Dicho avance consistía en ganar el apoyo de las cabilas por donde pasaría el frente español, consiguiendo así ganarse un aliado y que Abd el-Krim perdiera por tanto el apoyo de las cabilas rifeñas. Ganado la confianza, el Ejército español pasaría por las tierras de las cabilas rifeñas con sumo cuidado de no molestar a los rifeños. Podemos hablar así de una ofensiva política que se basaba en la diplomacia, midiéndose las fuerzas.

Sin embargo, las cabilas podían jugar a dos bandas. Para los españoles vencer en Alhucemas era crucial, no solo estratégicamente, pues estando Alhucemas en manos españolas, la caída de la república rifeña sería casi inminente, con una segunda línea fortificada y con el suministro de agua, tan carente en esos lares, permanentes. Si por el contrario fracasaban, los españoles tendrían que vérselas con todas las cabilas rifeñas en una retirada desastrosa ,donde las gentes del desierto, bien preparados en su clima y siendo un pueblo belicoso, podrían acabar rápidamente con los soldados españoles, mal entrenados y muchos novatos.

En esos días el frente se alarga a lo largo de la orilla izquierda del río Amekrán, con una extensión aproximada de unos 55 Km, desde la posición costera de Sidi Dris, hasta el Zoco de Telata, con un recuadro de poder español en unos 5037 km2. Las siguientes cabilas habían sido ocupadas: Mazuza, Beni-Sicar, Beni-bu-Gafar, Beni-bu-ifrur, Beni Sudel, Quebdana, Beni-bu-yahi, Metalza, Beni Tussin, Beni Ulixex, Temsamán, Tafersit y Beni Said. De estas cabilas debremos saber tres, las más cercanas a los hechos acaecidos en Abarrán: Temsamán (N y O de la línea), Beni Tussin (S de lalínea), Beni Said (al interior de la línea). Guarnecen esta línea 20 000 soldados españoles de los cuales 4000 eran soldados indígenas, divididas en cuatro circunscripciones, de Sur a Norte:

Circunscripción del Zoco de Telata: regimiento de África nº 68.
Circunscripción de Dar Quebdani: regimiento de Melilla nº 59.
Circunscripción de Dar Drius: regimiento de San Fernando.
Circunscripción de Annual: regimiento de Ceriñola.

Cada uno de estos regimientos estaba formado por unos 3000 hombres. Los demás soldados españoles están dispersos en posiciones interiores en las cabilas ocupadas, en pequeñísimas guarniciones. Otros están retenidos, en espera de órdenes en Melilla.

En mayo de 1921 el centro de operaciones está establecido en la explanada de Annual, bien guardada por tres colinas.

Uno de los objetivos primordiales es conseguir una posición en la otra margen del río Amekrán, una cabila que se había conseguido pacificar estando del lado de los españoles a costa de muchos esfuerzos, sin embargo las relaciones no son del todo estables. Aunque la posición de Sidi Dris, una posición costera, ya estaba más allá del río, era insuficiente, pues era frecuentemente atacada por pequeñas partidas de cabileños. El punto designado para crear la posición es una colina llamada Dar Uberrán por los rifeños y Abarrán por los españoles.

La llegada de una harca enemiga en tierras de Temsamán produce que la cabila pida apoyo a los españoles, dando estos un sí. Abarrán es por tanto un punto de inflexión entre los dos bandos. Se produciría el combate en la colina, donde el destacamento allí enviado sería absorbido por los rifeños, (eso sí, luchando valientemente los españoles), sin embargo la posición sucumbiría ante el arrollador ataque de los rifeños. En Abarrán se daría la ya dudosa lealtad de las tropas moras: la Policía Indígena y los Regulares, además de los aliados de las cabilas. Con la derrota de Abarrán, se produce así el tan famoso Desastre de Annual, que provocaría la muerte de entre unos 10 000 a 20 000 soldados españoles en apenas un mes.

Descripción de la colina de Dar Uberrán

Abarrán es una colina situada en la margen izquierda del río Amekrán, en la confluencia del riachuelo de Brajis con este último, situada en tierra de Temsamán. Su distancia al centro de operaciones, Annual, es de unos 9 km, sin embargo debido a la carretera que los comunicaba la distancia es de unos 15 km. Con estos dos datos podemos hacernos a la idea de lo tortuosa que era la carretera. Esta carretera, además era tan estrecha que hubo que hacer que la columna marchase en filas de a uno, lo que produjo un alargamiento considerable de la columna, para hacernos a la idea: se sabe que la vanguardia de la columna llegó hacia las 5:30 de la mañana y no sería hasta las 8:00 cuando llegaría la retaguardia.

La colina tiene una altura de 525 m, a 60 m de altitud respecto al río; un suelo efectivo de un cuadrilátero aproximado de 65×12 m, con forma de bota de vino y domina una gran extensión del territorio de Temsamán. Es un territorio yermo, sin una aguada cercana (la más cercana es el propio río Amekrán, a unos 2 km de camino), sin piedras, circunstancia por lo cual no ayudaría más tarde en la construcción del parapeto, sólo tierra movida y arena. Las faldas de la colina están plagadas de algunas jaras y otras malezas y arbustos, que ayudarían en el ataque a los rifeños al acercarse al perímetro parapetado. A cada una de las faldas la llamaremos parapeto o frente:

Parapeto N y Oeste: inclinación media y matojos.
Parapeto E: pendiente muy suave, finaliza en llano.
Parapeto S: fuerte pendiente, muchos matojos.

Hacia el Norte de la posición hay una colina que la domina y hacia el Oeste de Abarrán hay una loma con los frentes muy abiertos o extendidos.

Preparativos para la toma de Abarrán

Hacia finales de mayo de 1921 llegan a Annual noticias, comunicadas por el faquir de Temsamán (Mohamed Ukarach) acerca del avistamiento de un harca enemiga de la cabila de los Beni Urriaguel de, estima este faquir, unos 3000 hombres tanto a pie como a caballo, mandados por el cabileño Sil Abo el-Jatabi. El faquir dice que el enemigo se ha incautado de ganado y que se aproxima a Annual. Temeroso de que los Beni Urriaguel tomen represalias por colaborar con los españoles deciden pedir ayuda a estos últimos. Sabiendo que si el harca enemiga pasa la colina de Abarrán, los Temsamán no tendrían ninguna opción, aconsejan a los jefes del Ejército español que la tomen para frenarlos. Además diseña un plan consistente en tres columnas móviles que en un efecto tenaza consiguiera dispersar a los Beni Urriaguel en la colina. Sin embargo tan solo fue una columna. También asegura darles una ayuda sustancial de hombres cuando los españoles cruzasen el río Amekrán.

Mientras tanto llega a Annual el comandante Villar, jefe del kert de la Policía Indígena, y solicita instrucciones y elementos para llevar a cabo la empresa al Teniente Coronel Dávila, jefe de la Sección de Campaña.

29 de mayo: el comandante Villar vuelve a solicitar instrucciones y hombres, esta vez, al Comandante General, el general Manuel Fernández Silvestre, en un telegrama a Melilla.

31 de mayo: Silvestre envía un telegrama a Annual permitiendo la acción, dando al comandante Villar plenos derechos para solicitarlo sin ningún tipo de reprobación. Se envía un telegrama al Alto Comisario, el Gral. Berenguer, para informarle de la acción. La contestación de este mensaje llegaría el 2 de junio, dándose por enterado, pero para entonces ya sería muy tarde. Se le dan al Comandante los elementos y se preparan los preparativos por la tarde.

La columna de Abarrán

La columna sería gobernada por el comandante Villar y constaría de 1461 hombres y 485 cabezas de ganado, una columna que, como se afirma en el Expediente Picasso, era muy grande para ser gobernada por un comandante y muy pequeña para enfrentarse a tal número de enemigos. La columna consistiría en:
Vanguardia

5ª, 10ª y 11ª ava de policía indígena (aprox.150 hombres).
Cuerpo principal

2 secciones de fusiles de Regulares.
2 compañías de ametralladoras de Ceriñola.
2ª y 5ª compañía de ingenieros o zapadores.
Batería de montaña (4 piezas de 75mm, 28 hombres).
Estación óptica (heliógrafo, 3 hombres).
Ambulancia.
1 compañía de Intendencia.
Mulos de Ceriñola (munición, agua, víveres y sacos terreros).

Retaguardia

1 sección de fusiles de Regulares.
1 compañía de fusiles de Regulares.
1 escuadrón de caballería de Regulares.

El hecho

Uno de los objetivos primordiales al tomar Abarrán es que la operación debía ser sorpresa, sin que los rifeños se enterasen, sin embargo, así no fue, hacia las 23:00 de la noche se podían divisar desde Annual las hogueras encendidas de los rifeños dando la voz de alarma en las cercanías de la colina de Abarrán, sin duda, la tarde del 31 de mayo los habían estado vigilando. Aun esto el Alto Mando no cancela la operación.

A la 1:00 de la madrugada, ya 1 de junio, la vanguardia sale de Annual y siguen la ruta de 15 km que separa Annual de la colina, tras haber cruzado el río Amekrán una pequeña harca de aliados de Temsamán se les une. Estos se habían comprometido a ayudar a los españoles en la toma y defensa de la posición.

A las 5:30 de la madrugada llega la vanguardia a la colina sin haber tenido oposición alguna. En estos instantes iniciales el comandante Villar, acompañado por el caíd Hach Haddur Boaxa hacen un reconocimiento por la colina para organizar la fortificación de la colina. El caíd le presenta al comandante los inconvenientes de la colina:

Tierra movida, sin rocas para ayudar en la fortificación.
Los sacos terreros que llevan los mulos de Ceriñola o bien están desfondados o bien podridos, con lo que habría que desecharlos.
No hay aguada cercana, por lo que la posición no podría resistir los ataques durante mucho tiempo.
La posibilidad de quedar cercados haría imposible que se pudiera enviar ayuda eficaz desde Annual.

Cuando hay más luz se empiezan a ver pequeños grupos de Beni Urriaguel merodeando por las colinas cercanas a Abarrán. Sin embargo, están en actitud expectante. El caíd aconseja la retirada inmediata de la colina ante el peligro de ser atacados o cercados. Sin embargo el comandante Villar no oye sus explicaciones.

A las 6:00 de la madrugada llegan las dos compañías de ingenieros y se empieza a fortificar el perímetro de la colina según les va indicando el comandante.

Las fortificaciones consisten en la construcción de unos parapetos con alambrada:

Se levanta un firme de arena de unos 25-30cm que funcionarían como base para el parapeto
Encima del firme se colocan los sacos terreros llegando a tener una altura máxima de 1m -1.30 m altura total.
Distante a 30m de este parapeto se colocaba una fila doble de alambrada, clavando piquetas muy distantes entre sí.

Sin embargo no en todas partes hubo las mismas fortificaciones:

Parapeto Norte y Este: fortificaciones antes descritas.
Parapeto Oeste: a pesar de ser el lado por donde se suponía iban a penetrar los rifeños, solo se colocó apenas dos o tres hileras de sacos terreros, dando una elevación muy baja. Sí que se puso doble fila de alambrada. En este parapeto se colocó la artillería, con lo que se puede suponer que la artillería quedaba casi inoperante.
Parapeto Sur: al tener una inclinación tan pronunciada y con matorrales de una altura de 1m el comandante Villar no creyó necesario pone allí ninguna fortificación, pensando que ya era una fortificación natural. Aun todo sí se elevó el firme de tierra. Sin alambrada.

8:00-10:00. Estancia

A las 8:00 llegan las unidades de la retaguardia.

A las 9:00 llega a Annual el Comandante General, Gral. Fernández Silvestre. Este se comunica con el comandante Villar por heliógrafo y le comunica su enhorabuena por la operación y su imposibilidad de llegar a la posición para visitarle y darle las gracias en persona. El comandante Villar informa a Annual del avistamiento del enemigo cerca de la colina, pide instrucciones y a su vez la retirada de la fuerza dejando un destacamento de hombres que defendiesen la posición. El Comandante General le responde que actúe como él crea conveniente.

A las 10:00 de la mañana se termina de fortificar la colina y el comandante Villar da suministros a los aliados de Temsamán y llama a los oficiales a que se presenten ante él para designar que tropas se dejarían en la posición y cuáles deberían volver a Annual. Se hacen los preparativos para la marcha y para el abastecimiento de los elementos que se quedarían en Abarrán: municiones, víveres y material sanitario.
Composición de la guarnición-avituallamiento

La composición de la guarnición contaría aproximadamente de unos 250 hombres de los cuales 200 eran nativos y, por tanto, su lealtad, aun sirviendo al Ejército español, era más que dudosa. Aun así la probabilidad de que 250 hombres resistieran repetidamente a una fuerza de 3000 enemigos, diestros en el combate, eran mínimas. Aunque no se tomase en cuenta la guarnición, la harca de los “aliados” de Temsamán también se quedó, pero, como demostrarían en el combate, no ayudaron en nada, aun más, ayudaron a que los españoles hubieran de luchar contra un número muy superior de enemigos.

La composición de la guarnición era :

1 Batería de campaña, formada por 4 piezas de 75mm y 28 artilleros, todos ellos de procedencia española.
2ª compañía del primer tabor de Regulares, ¿quizás 100 hombres?
13ª ava de policía indígena, ¿100 hombres?
Estación óptica, 3 hombres.
Harca de Temsamán, sin detalles.

El repuesto de la guarnición era:

40 cajas de munición para Máuser .
4 cajas de cartuchos Remington.
20 cargas de artillería. Se ha de saber que a cada pieza se le daban 5 cargas y que cada carga contenía 18 disparos, por tanto: 4 piezas de artillería • 5 cargas• 18 disparos= 360 disparos en total.
Material sanitario.
13 tiendas cónicas.
8 cargas de víveres.

El repuesto de la guarnición era efectivo en apenas una semana, ahorrando en demasía el material, sin embargo no se dejó a la guarnición agua, tan solo el de sus cantimploras, con lo que se disminuía la posibilidad de resistir en 2 o 3 días, 4 a lo sumo. La ayuda del exterior era casi imposible, pues ya se preveía que los rifeños, antes que hacer un ataque en masa a un punto de la colina, la cercarían, aislando a los españoles de todo socorro exterior.

Por tanto, los soldados de la guarnición, para conseguir agua, deberían romper el cerco, lo que era tarea, si no ardua, imposible, pues mientras un grupo intentaba salir de los parapetos, los que se quedaban en la colina deberían sofocar un nuevo asalto, y en consecuencia la pérdida o de la colina o de muchos hombres. Si por el contrario la ayuda venía del exterior, la tarea de transportar el avituallamiento a la colina sería tarea peligrosa, pues la columna de avituallamiento debería cruzar zonas de fuego cruzado, y como el transporte se debía a mulos o carros el fracaso era casi seguro.
11:00- ataque a la colina

Hacia las 11:00 la columna que vuelve a Annual sale de forma no muy organizada, deprisa y según testigos, casi corriendo.

A las 11:30 los últimos elementos salen de la colina y minutos más tarde la columna escuchó desde la colina ráfagas de ametralladoras .
Ataque a la colina

Los rifeños tenían pensado atacar cuando el Gral. Fernández Silvestre visitase la posición, con el único fin de matar al jefe de los españoles, sin embargo al ver que no aparece el Comandante General en la posición y que una pequeña columna sale de ella los rifeños atacan la posición cuando ven que esta columnita está más lejana.

La señal para dar inicio al combate es una ráfaga de ametralladora. Los aliados de Temsamán, situados fuera del parapeto, empiezan a disparar con nefasta puntería , vuelven unos y parlamentan con el capitán Huelva, pidiendo o cobijo en la posición o munición. Huelva decide darles cien cartuchos a todos los aliados, pero pronto estos se ven arrollados ante el avance incontenible de los rifeños que cargan contra ellos, mientras el heliógrafo no para de enviar mensajes: “Nos atacan por todos lados…imposible sostener la posición”. Ante la superioridad de los rifeños los de Temsamán deciden volverse y disparar a los españoles, que atrincherados empiezan a disparar sin cesar contra un enemigo cada vez más numeroso. La artillería dispara a espoleta a cero, es decir, mínima inclinación y pronto termina por acabar toda su munición. Al poco de esta situación los Policías indígenas y algunos Regulares pierden la esperanza y temen por sus vidas. El capitán Huelva de la Policía Indígena da muestras de ánimo y heroicidad a sus hombres, pero entonces un grupo de la Policía Indígena le dispara a bocajarro en la cabeza, dándole una muerte instantánea. Algunos de los Policías salen del parapeto y empiezan a disparar a bocajarro contra los españoles y fieles a pesar de seguir siendo disparado por los rifeños. Mientras el alférez Luis Fernández Martínez cae muerto al intentar dar la nueva de la muerte del capitán Huelva a Salafranca, que es herido en ese momento en el brazo. El capitán Salafranca de Regulares toma el mando. Los españoles, algunos pocos policías y un grupo de Regulares, bien organizados por Salafranca, siguen disparando contra los moros que saltan del parapeto a millares. Salafranca, recibe un balazo en el vientre y no se deja curar por el practicante, pronto tiene las tripas fuera de su cuerpo, ordena a los hombres hacer una carga a bayoneta sobre la artillería que está siendo atacada cuerpo a cuerpo, en esta acción el capitán Salafranca vuelve a recibir otro balazo en el pecho, pide a sus hombres papel y lápiz para escribir por última vez a sus familiares y al teniente Diego Flomesta Moya y después da orden de evacuar la posición como se pueda. El teniente de Artillería Flomesta inutiliza tres de los cuatro cañones hasta estar muy herido y no poder ponerse en pie para inutilizar el último cañón. El capitán Juan Salafranca Barrio moriría más tarde al ser abatido en la posición mientras dirigía la huida. Ya no queda ningún oficial al mando pues los señores Reyes y camino ya habían caído. Los hombres salen disparando a bocajarro a todos los moros que se encuentran por su camino. El caíd de la policía Haid, tras gastar todas las municiones usa el último cartucho para pegarse un tiro en la sien. Los últimos supervivientes salen huyendo de la posición en dirección a Annual o Sidi Dris, cayendo algunos desde los barrancos hasta el río Uad-el-Kebir (Amekrán).

El combate dura tres horas y media, tras las cuales se sabe que murieron 24 españoles, los indígenas sin determinar, sobrevivieron 59 hombres (otros 24 españoles y 35 nativos), todos los españoles heridos, ninguno ileso y alguno hasta con cinco tiros en el cuerpo. Se cree que hubo 76 desertores, todos moros y un prisionero, el teniente Flomesta .

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
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Marco Tulio Cicerón.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 23:47

Combate de IGUERIBEN


Igueriben fue una posición contigua a la de Annual, durante la Guerra del Rif. Esta posición fue ocupada por las tropas españolas el 7 de junio de 1921 y quedó defendida con 355 hombres al mando del comandante Mingo del Regimiento de Infantería Ceriñola nº 42. Posteriormente fue sustituido en el mando por el comandante Julio Benítez, del mismo regimiento, que había defendido con anterioridad la posición de Sidi Dris. No obstante, fue imposible su defensa ante la abrumadora fuerza de los sitiadores, las cabilas rifeñas lideradas por Abd el-Krim y finalmente los defensores españoles debieron abandonar sus posiciones y retirarse hacia Annual, dejando atrás un gran número de muertos y heridos.

Asedio a la posición

La fortificación en sí era deficiente, compuesta por sacos terreros y sólo dos hileras de alambre de espino en la alambrada que, además, estaba situada muy cerca de los parapetos debido a que casi toda la posición estaba rodeada de acusadas pendientes. Por otra parte carecía de una vía de acceso adecuada, era una senda para animales muy tortuosa con abundantes barrancos, y con la aguada a más de cuatro kilómetros. Los ataques contra Igueriben empezaron a intensificarse a partir del 14 de junio, y ya el día 17 se les agotó el agua por lo que se vieron obligados a machacar patatas y chuparlas. El líquido de los botes de tomate y pimiento lo reservaban para los heridos. Al acabarse todo recurrieron sucesivamente a la colonia, la tinta y por fin a los propios orines mezclados con azúcar.

El día 21 se intentó socorrer la posición con una columna de 3000 hombres, pero el convoy de ayuda quedó estancado muy cerca de la misma, con 152 bajas en 2 horas. A las cuatro de la tarde de ese mismo día se repartieron los últimos veinte cartuchos que quedaban para cada hombre, se incendiaron las tiendas y se inutilizó el material artillero, después se inició la salida que fue masacrada ante la misma puerta. De los defensores sólo lograron escapar un oficial (Teniente Casado y Escudero) y once soldados, de los cuales cuatro murieron al llegar a Annual al atracarse de agua y por agotamiento, mientras que el Tte. Casado y cuatro soldados fueron hechos prisioneros durante año y medio cuando cayó Annual. El comandante, Julio Benítez Benítez y el capitán, Federico de la Paz Orduña obtendrían la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo por el heroísmo mostrado durante la defensa

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 01 Abr 2016 23:54

Excmo. Sr. D. Julio BENITEZ BENITEZ Comandante del Ejercito Español


Julio Benítez y Benítez (n. El Burgo (Málaga); 17 de agosto de 1878 - f. Igueriben, 17 de julio de 1921) fue un militar español, muerto en combate durante las jornadas conocidas como el Desastre de Annual. Conocido popularmente como el Comandante Benítez, que era la graduación que tenía hasta su fallecimiento, recibió la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo y su memoria es recordada por el monumento al Comandante Benítez en su ciudad natal.

Comenzó destacando como militar durante la Guerra de Cuba, allí marchó con el rango de subteniente y donde sus méritos en la batalla valieron que le fuera concedida la Cruz de María Cristina. Tiempo después y siempre buscando proseguir su carrera donde había más conflictos pasa a los contingentes del Protectorado español de Marruecos. Así pasa a formar parte del regimiento Ceriñola Nº52 destinado en Melilla con el grado de teniente.

La ofensiva del comandante general Manuel Fernández Silvestre fue frenada cuando Abd el-Krim consiguió tomar la posición de Abarrán. En las siguientes ofensivas el comandante Benítez se encontró rodeado en la posición de Sidi Dris, que fue asaltada con gran virulencia por los rifeños, que no obstante, no consiguieron tomar la posición en parte por la buena disposición del comandante a la hora de defender la posición. Aplacada parcialmente la ofensiva rifeña, el General Silvestre dispuso fortificar Igueriben con el fin de que sirviera de avanzada defensiva de Annual, con el comandante Benítez al mando de la guarnición.

La posición de Igueriben fue atacada violentamente por los rifeños, que lograron sitiarla y aislarla de Annual. La guarnición resistió durante varios días sin que los esfuerzos por abastecerla de víveres, municiones y agua tuvieran éxito. Finalmente se procedió a evacuar la posición, y el comandante Benítez fue él último en intentar salir de ella, cosa que no logró pues falleció víctima de las balas enemigas. La mayoría de sus hombres, concretamente 392, fueron aniquilados en dicha evacuación, lo que fue antesala a la derrota posterior. Mandó una conocida arenga en la cual indicaba que le quedaban 12 salvas de cañón, que estaba rodeado y que contasen las salvas, que a la duodécima iniciaran fuego sobre sus propias posiciones. Tiene un monumento en la Base "Álvarez de Sotomayor" en la base de la Legión Española en Viator (provincia de Almería)

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 02 Abr 2016 00:07

Para más información sobre Igueriben y los hechos allí ocurridos, recomiendo la siguiente web.

https://desastredeannual.blogspot.com.es ... chive.html

es muy interesante, ojo al artículo Sufrir, morir y vivir en Igueriben.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 02 Abr 2016 18:25

Buenas tardes:

En primer lugar pedir perdón, con el tema de la Guerra de Cuba me olvide de un militar que yo al menos si considero importante en la Historia de España, y sin el que este hilo perdería muchísimo, ya que marcó un hito en el devenir de nuestra Patria.
Lo pongo a continuación.

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Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 02 Abr 2016 18:32

Excmo. Sr. D. Francisco Javier GIRON Y EZPELETA LAS CASAS Y ENRILE Capitán General y Fundador de la Guardia Civil


Francisco Javier Girón y Ezpeleta , II duque de Ahumada y V marqués de las Amarillas (Pamplona, 1803 - Madrid, 1869) fue un militar español. Fundador y primer Director General de la Guardia Civil

Nació en el seno de una importante familia de la aristocracia militar, puesto que estaba emparentado con la Casa de Girón a través de su padre el general Pedro Agustín Girón de las Casas, I duque de Ahumada y IV marqués de las Amarillas. En concreto, era descendiente de Pedro Téllez-Girón, más conocido como Pedro Girón, Maestre de la Orden de Calatrava entre 1445 y 1466. Por parte materna, también pertenecía a una familia noble tradicionalmente vinculada a las armas: Su madre era Concepción Ezpeleta Enrile, quien a su vez era hija del general José Manuel de Ezpeleta y Galdeano, aquel que llegara a ser virrey de Navarra y I conde de Ezpeleta de Beire.

Era Francisco Javier Girón, por parte de su padre, sobrino nieto de Luis de las Casas y Aragorri, gobernador de Cuba y capitán general de Cádiz y ante todo, sobrino nieto del general Castaños, al ser la hermanastra de éste, Isabel de las Casas Aragorri, su abuela paterna. Por otra parte, era también descendiente en undécima generación del emperador azteca Moctezuma II, por parte de la madre de su abuelo paterno Jerónimo Girón y Moctezuma, III marqués de las Amarillas (aquél que fuera paje real de Fernando VI y alcanzara, desde el empleo de teniente de la Guardia Real, el rango de capitán general y el título de virrey de Navarra).

Así mismo era, por parte de madre, sobrino de José María, VII marqués de Montehermoso, Fermín y Joaquín Ezpeleta Enrile, todos ellos políticos y militares, y sobrino nieto de Pascual Enrile y Alcedo, gobernador general de Filipinas.

Por último, era bisnieto de Jerónimo Enrile y Guerci, director del Asiento general de negros en La Habana y I marqués de Casa Enrile, y sobrino bisnieto de Simón de Aragorri y Olavide, acaudalado banquero de origen vascofrancés que fue ministro de Hacienda durante el reinado de Carlos III5 6 y hombre clave en la Corte madrileña, según impresiones de Alexander Humboldt durante su viaje a España en 1799.7

Carrera militar

El levantamiento español contra la invasión francesa llevó a su padre al campo de batalla, donde alcanzaría honores y fama combatiendo a las tropas de Napoleón. Quedó el niño en la casa de su abuelo paterno, Jerónimo Girón y Motezuma.

Con tales antecedentes familiares no es de extrañar que el joven sentara plaza en la milicia con tan sólo 12 años. El pronunciamiento del teniente coronel Rafael de Riego le sorprende en Villamartín y, poco después, ya con las estrellas de capitán, participa en las acciones del castillo de Torregorda en los sucesos de Cádiz. Su apoyo a la monarquía absolutista le supuso, junto a su padre, un corto exilio en Gibraltar durante el llamado “trienio liberal”, regresando a la Corte con la restauración de Fernando VII tras el triunfo de los cien mil hijos de San Luis.

En 1829 es ascendido al empleo de teniente coronel y destinado a Sevilla.

En 1831 alcanza el grado de coronel -lo cual supuso una doble alegría familiar, pues dicho ascenso coincide con el de su padre, el de éste, a capitán general- y en 1834 se le impone la faja de brigadier.

A las órdenes del general Narváez, “el espadón de Loja”, toma parte en casi todos los enfrentamientos que tienen lugar en Castilla y Andalucía entre el ejército gubernamental y los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII y tío, por tanto, de Isabel II.1842).

Poco después de ser elegido su padre en el testamento de Fernando VII miembro del Consejo de Gobierno, el Coronel Girón, con su Provincial de Granada, se traslada a Madrid con objeto de poner fin a las revueltas entre realistas y liberales, teniendo que demorar por segunda vez su matrimonio con doña Nicolasa Aragón, con la que se casó meses más tarde en Aranjuez, donde se hallaba prestando servicio en la Corte.La Reina gobernadora doña María Cristina, en agradecimiento a los servicios del Marqués de las Amarillas, le otorga el título de Duque de Ahumada a don Pedro Agustín. pasando el marquesado a su hijo Francisco Javier, el cual fue ascendido a Brigadier en 1.834, dejando la Guardia Real y pasando. con el General Narváez, al Ejército de Andalucía; siendo destinado posteriormente al Ejército del Centro. donde intervino en casi todas las operaciones bélicas de las dos Castillas.

Ascendido a Mariscal de Campo en 1.840 por méritos de guerra. pasa destinado a Valencia. En 1.842, al fallecer su padre, hereda el título de Duque de Ahumada. ,, al año siguiente se le nombra Inspector del segundo y cuarto Distritos militares, con residencia en Madrid. destino en él que cesa al designársele el 15 de abril de 1.844 para la organización del Cuerpo de Guardias Civiles, creado por decreto de 28 de marzo anterior.A la misión confiada se dedica por entero con ardor y tenacidad insuperables por espacio de doce años, pues, terminada lafase de organización, se le designó Inspector General del Cuerpo, cargo que desempeñó hastaprimero de agosto de 1.854, en que hubo de abandonarlo en un cambio de Gobierno para volver a ocuparlo del 13 de octubre de 1.856 al primero de julio de 1.858. Cuantas virtudes le adornaban: lealtad, sobriedad, espíritu de sacrificio, entereza, disciplina, entrega y austeridad, supo inculcarlas al Cuerpo, de forma tal, que han permanecido hasta hoy.

Por su inteligencia, nobleza y méritos militares pudo haber alcanzado los más altos cargos, pero su modestia se sobreponía a sus restantes virtudes y nunca tuvo más ambición personal que entregarse por entero al cumplimiento de su deber y a las misiones que le confiaban, lo que ejecutó de forma especial en lo que se refiere a la Guardia Civil, Institución que en pocos años dejó totalmente organizada y enraizada en la Nación. Ascendió a Teniente General el 3 de noviembre de 1.846. Fue Gentilhombre de Cámara de S.M., Senador del Reino, Grande de España de primera clase y poseyó la Gran Cruz de Carlos 111, de Isabel la Católica y de San Hermenegildo, el Gran Cordón de la Legión de Honor de Francia y Cruces de San Fernando de 1ª y 211 clases.Al cesar en la Guardia Civil, fue nombrado Comandante General del Cuerpo de Alabarderos, cargo que desempeñó hasta poco antes de su muerte, ocurrida en Madrid el 18 de diciembre de 1. 869.

LOS ALBORES EN EL SIGLO XIX

El siglo XIX, quizá el más "sobresaltado" de nuestra historia (nos remitimos numéricamente al 25 pronunciamientos, 4 guerras civiles y 6 Constituciones), deparó numerosos problemas en cuestiones de orden público y seguridad ciudadana; misiones encomendadas tras la guerra de la Independencia al Ejército, la Milicia Nacional y las Compañías Provinciales, en total algunos cientos de miles de hombres (la Milicia Nacional contaba con unos 200.000) sin que se solucionase la inquietante ola de crímenes de todo tipo que venían padeciendo los ciudadanos de esta época y, añadiendo, por el despliegue del Ejército, un elevado número de deserciones de los soldados.Durante la primera mitad de este siglo, ya creadas la mayoría de las policías europeas bajo el concepto de tales, España se debatía en multitud de erupciones políticas, así tenemos la no continuidad de los gobiernos, la pérdida de las colonias americanas e, incluso, la desamortización. Circunstancias éstas que llevaron a nuestros próceres gubernamentales a rechazar proyectos y modelos de un Cuerpo que garantizase la seguridad de todos los españoles, si bien se consideraba muy necesario.

Pretendiendo concluir con el estado anárquico imperante, el IV Marqués de las Amarillas y 1 Duque de Ahumada, Teniente General don Pedro Agustín Girón, con ocasión de ser Ministro de la Guerra, redactó un proyecto para crear un Cuerpo puramente militar denominado "Legión de Salvaguardias Nacionales", cuya estructuración orgánica recordaba la Santa Hermandad Nueva, pero las Cortes desestimaron el proyecto por considerarlo "atentatorio a la libertad".Aunque la aparición de la Guardia Civil estaba próxima, aún debían de transcurrir más de veinte años. Durante este período hubo dos nuevos intentos: Celadores Reales en 1.823 y Salvaguardias Reales en 1.833, resultando ambos inútiles.

LA DECADA MODERADA

Época comprendida entre 1.844 y 1.854, tuvo como características principales la continuidad del partido gobernante y la hegemonía de su indiscutible figura: don Ramón María Narváez, duque de Valencia, militar y político, quien, directa o indirectamente, rigió los destinos de España, atrayendo hacia sí a la Reina Isabel II, declarada mayor de edad a los trece años, la cual. según algunos historiadores, fue la que eligió el nombre de "Guardias Civiles" para ese modelo policial que se crearía al inicio de esta década.

Finalizada la primera guerra carlista, se le reconocen sus méritos en campaña y lealtad a la reina con el ascenso a mariscal de campo y el nombramiento de Inspector General Militar.

En 1842, al fallecer su progenitor, sumará al título de marqués, heredado de su abuelo, el de duque de Ahumada, concedido a su padre por la Reina Gobernadora, María Cristina de Borbón Dos Sicilias.

La Guardia Civil

El 15 de abril de 1844 cesa en sus cometidos al designarle el gobierno, presidido por Luis González Bravo, para la organización del primer cuerpo de seguridad pública que pretende implantarse en España a nivel nacional: la Guardia Civil. Militar de los tipificados como ordenancistas y persona dotada de una extraordinaria capacidad de trabajo y meticulosidad, el duque de Ahumada se dedicó en cuerpo y alma a la tarea de formar a sus hombres en los conceptos de valor, disciplina, rígida instrucción, entrega a los demás y subordinación al poder establecido.

El Decreto de 28 de marzo de 1.844, del Ministerio de la Gobernación, con González Bravo en el poder, que señalaba una plantilla de 14.333 hombres, no llegó a entrar en vigor por tener defectos considerables, a saber: excesiva dependencia de las autoridades civiles, no designación de un jefe superior para el Cuerpo que sirviese de nexo entre las competencias militar y civil y la dotación de unos sueldos mezquinos.La subida del General Narváez al poder el mes siguiente, y la consiguiente destitución de González Bravo, favoreció de manera resolutiva el nacimiento de la Guardia Civil.Es encargado de la organización del Cuerpo el Duque de Ahumada quien, cinco días más tarde, envía a Narváez sus famosas "Bases necesarias para que un General pueda encargarse de la formación de la Guardia Civil", que serían el origen del Decreto del Ministerio de la Guerra, de 13 de mayo del mismo año, con el que realmente se puso en marcha el Instituto, fijando una plantilla de 6.015 hombres (para suplir al Ejército, a las Compañías Provinciales y a la Milicia Nacional).

Aun así, Ahumada rechazó a 514 hombres por no superar las condiciones mínimas de ingreso, que eran, entre otras:

Haber servido 5 años en el Ejército.

-Saber leer y escribir (el 75% de la población era analfabeta).

‑ Haber obtenido un licenciamiento correcto del Ejército.

‑ Buena conducta y certificado de salud y robustez.

‑ Comprometerse por 8 años, con posibilidad de reenganche y premios en metálico.

‑ Proveerse por su cuenta, los admitidos, de caballo, montura, vestuario y equipo. El armamento corría a cargo del Estado.

Se encontró Ahumada con numerosos problemas: negativa de los Inspectores de las Armas del Ejército a tramitar las solicitudes por miedo a perder sus mejores soldados, la famosa "redención a metálico" (cantidad de dinero que los mozos con posibilidades económicas, y por tanto con mayor nivel cultural, pagaban para eximirse del Servicio Militar), lo que se solucionó con el enorme tesón y moral de fundador y aspirantes.Otro de los logros de Ahumada fue el sueldo, fijado en 1 peseta diaria, similar a los nefastos "soldados peseteros", por el Decreto de 28 de marzo, y que el Duque consiguió se elevase a 2 pesetas diarias (bastante digno en la época y algo superior al de los jornaleros temporeros del campo) en el Decreto de 13 de mayo.

PRIMEROS PASOS

Apenas los primeros Guardias Civiles llegaron a sus destinos, se inició una corriente de afecto hacia ellos. El país, cansado de tanto desorden, deseaba más que nada vivir en paz. La efectividad de sus primeros servicios obligó al Gobierno a realizar el 17 de mayo de 1.845 el primer aumento de plantilla; sus efectivos llegaron a ser de 7.140 hombres. Desde el primer momento la intervención de la Guardia Civil en la represión del bandolerismo y en la implantación del orden la hizo cada día más estimada, especialmente por su carácter benéfico y protector.

Su buen nombre, prontamente alcanzado, inclinó en 1.853 al Gobierno a que su organización, sin perjuicio de su servicio peculiar, se adaptase también para caso de guerra.

BIENIO LIBERAL: ¿DESAPARICION DE LA GUARDIA CIVIL?

El ascenso de la ideología progresista en la revolución de 1.854, con el triunfo de O'Donnell, supuso la prueba de fuego de la Institución. El Cuerpo, bajo las órdenes de Narváez y Ahumada se había opuesto al movimiento progresista, luchando en las calles de Madrid contra los sublevados. Al triunfar el pronunciamiento, es resucitada la Milicia Nacional, como fuerza progresista, en toda la nación, la cual participaba en todas las algaradas callejeras, muy mal organizados y disciplinados.

Durante estos días, gran parte de los Guardias de toda España, habían sido "concentrados" en Madrid, dejando abandonada la vigilancia de caminos y carreteras, donde volvían a surgir numerosos malhechores, por lo que los Alcaldes de los pueblos y los Gobernadores Civiles reclamaban insistentemente la vuelta a sus puntos de destino de aquellos Guardias que mantenían la seguridad en los caminos.En las Cortes, algún diputado pide la disolución del Cuerpo. El Presidente de la Cámara, el General D. FACUNDO INFANTE CHAVES, que era también Director General del Cuerpo, pues había relevado al Duque de Ahumada al triunfar la revolución, hizo encendidos elogios de la labor profesional del mismo, en algunas sesiones, destacando sus servicios en la persecución de malhechores y los excelentes resultados obtenidos, como reflejaban las peticiones de Alcaldes y Gobernadores de que los Guardias volvieran a patrullar por los caminos y carreteras. El tema quedó zanjado volviendo la Guardia Civil a provincias y manteniendo la Milicia Nacional como la fuerza incondicional del progresismo.El Cuerpo, al verse envuelto en todos estos acontecimientos, tuvo que afrontar la prueba más difícil de su historia. Consiguió superarla, básicamente, por las siguientes razones:

a) Garantía de seriedad y confianza para el Poder Ejecutivo, de un Cuerpo selecto, de 10.000 hombres, frente a una Milicia Nacional de más de 200.000 milicianos, aunque fueran de ideología parecida.

b) La elevada eficacia policial alcanzada, al conseguir llevar la tranquilidad al mundo rural, y haciendo un elevado número de detenciones.

c) La magnífica defensa que hizo en las Cortes, el Presidente de las mismas y Director General del Cuerpo, el General progresista Infante Chaves, auténtico salvador de la obra de Ahumada.

En los años sucesivos, una vez superada la difícil etapa del 54, a la Guardia Civil se la identificará como una Institución al servicio del Estado, independiente de Moderados o Progresistas, por lo que pudo ser utilizada por todos los gobiernos, Liberales o Conservadores, y por todas las formas de Estado, Monarquías o Repúblicas, que hubo en el siglo.

En la actualidad tiene una estatua en el centro de los jardines de la Academia de Oficiales de la Guardia Civil, sita en el municipio madrileño de Aranjuez.

Últimos años

En noviembre de 1846 alcanzó los entorchados de teniente general y fue nombrado Comandante General del Cuerpo de Alabarderos. En posesión de las más importantes condecoraciones, conseguidas a lo largo de una carrera militar de más de medio siglo, Francisco Javier Girón Ezpeleta Las Casas y Enrile, marqués de las Amarillas y duque de Ahumada, falleció en Madrid el 18 de diciembre de 1869.

Fue senador por la provincia de Córdoba entre 1844-46 y 1861-62.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier: .
Última edición por Brasilla el 02 Abr 2016 18:49, editado 1 vez en total.
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.


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