Aneccdotas curiosas de la WWII

La historia se escribe con fuego: todo sobre operaciones militares, tácticas, estrategias y otras curiosidades
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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 14 May 2008 04:39

Un as en el frente del este.

5 de Septiembre de 1942. Sector central del frente del Este.
Los Junkers 88 de la KG 3 han sido puntuales. A la hora fijada cruzaban exactamente por la vertical del punto convenido. Mientras los cazas de la Jg53 regresan, la Jg 51 de Müncheberg despliega su escolta. Los Ju88 vuelan a tres mil quinientos metros, Müncheberg, a la cabeza del schwarm (cuatro cazas) se sitúa a cuatro mil quinientos metros, encima de los bombarderos, la 2ª escuadrilla se adelanta mil metros y desciende a tres mil, la 3ª escuadrilla cubre la retaguardia.
Transcurre un cuarto de hora. Una vez más el objetivo es un nudo ferroviario: Jeltz. Solo faltan veinte minutos y no se divisa ningún avión enemigo.
¿De dónde salieron los veinte Polikarpov y los veintidós Yak1? Ni lo supieron, ni en realidad, les importaba mucho saberlo. Los descubrió un ametrallador de cola de un Ju 88 de la última cuña de formación. Iba tan cerca de él un 109 de la 3ª escuadrilla, que al tiempo que advertía a gritos a sus compañeros de cabina, empezó a hacerle señas. El 109 no las confundió con saludos y viró en el acto, advirtiendo nerviosamente a Müncheberg.
- ¡Achtung!..¡Muchos! ¡Hanni cuatro! (altura cuatro mil)
Müncheberg subió en vela y cuando llego a cinco mil metros. Hizo un looping y quedó de cara a los rusos. Los tres de su schawrm le siguieron a duras penas.
Pero en el intervalo, los rusos, picaban ya contra los Ju88. Fue un desbarajuste, los
109 se dispersaron –no podían hacer otra cosa- para tomar altitud y recibir órdenes. Los de los bombarderos, unos más serenos que otros, cerraron la formación y continuaron su ruta, pero dos minutos después de haber avistado la formación, brotaban ya humo y fuego de cuatro Ju88.
Los rusos no utilizaban táctica aparente, era más bien un caos. Sin embargo, el caos, a veces es una buena táctica si produce, como en este caso, desconcierto en el adversario. Müncheberg gritaba ¡dispersarse, dispersarse! Los 109 revoloteaban sin perder su formación de pareja, y los kazmarec se mantenían junto a sus rottenfürer. A los tres minutos, Müncheberg tenía formado y controlado a su Grupo, a excepción de cuatro cazas que habían hecho frente al enemigo.
Estos cuatro 109 se habían atraído a once I16. El resto atacaba a los bombarderos, que no se defendían mal y ya habían derribado a tres rusos.
Müncheberg decidió de pronto: - ¡Ataque! ¡Caza libre!
Ellos estaban a cinco mil metros, los Yak y los I16 entre cuatro mil y tres mil quinientos, los JU habían descendido a tres mil metros. De los cuatro cazas que entablaron combate, una pareja se había distanciado unos kilómetros, zigzagueando y maniobrando entre cinco rusos. Müncheberg batió alas y picó hacia ellos, centrando en el visor a un I16. A trescientos metros abrió fuego con una ráfaga corta y viró a la izquierda. El Polikarpov pareció como si se sacudiera, basculó el morro y el plano derecho se desprendió. ¡Noventa y nueve! ¡Uno más y los cien! Pensó Müncheberg.
Pero su ráfaga iba a ser de carambola... El ala arrancada dio en el plano trasero de otro I16 que volaba unos trescientos metros más abajo. Por efecto del golpe o del susto, el ruso subió en vela y se puso justo delante de Müncheberg, quien sin pensarlo oprimió los disparadores y casi a la vez tiró de la palanca. El I16 culebreó, comenzó a escupir llamas, mientras que al mismo tiempo un bulto oscuro saltaba del avión. El avión siguió ascendiendo doscientos metros hasta quedarse colgado en el cielo unos segundos y cayó a plomo. Era la victoria número cien.
Habían transcurrido tres minutos desde que ordenó el ataque. Ahora se lanzó sobre un avión ruso que perseguía a un 109. La distancia era escasa y redujo gases, el ruso no le había visto, lo tenía a su derecha y un poco más abajo, intentando ponerse a la cola del Me. Müncheberg se deslizó de ala, abrió gases y oprimió el disparador. Ráfaga corta, solo de cañón, no podía fallar..., pero falló. De repente, en el momento de abrir el disparador, el I16 había picado en ángulo de 80º, cayendo sobre el 109, el Blanco 3.
¡Blanco 3!- grito Müncheberg- ¡Pica, pica, voy a disparar!- y luego a su kazmarec-
¡Cúbreme!
Blanco 3 hundió el morro en vertical. Müncheberg disparó con todo y sin cambiar el rumbo sobrepasó al Polikarpov –dejándolo para que lo rematase su kazmarec-. Inmediatamente se sitúo sobre un Yak 1. El ruso, que lo vio, saltaba y zigzagueaba, pilotaba muy bien. Müncheberg lo dejo alejarse unos mil metros y subió a trescientos, conectó la sobre potencia y picó.
Era un blanco magnífico. Centró las ráfagas en la cabina. Empezó a disparar a los cuatrocientos y no viró hasta llegar a los cien, el Yak explotó en una bola de fuego. Müncheber sobrevivió de milagro.
Siete minutos habían transcurrido desde que comenzó el combate. Seis 109 habían caído y a dos mil metros pudo contar los Junkers, faltaban ocho. Por su parte los 109 reclamaban quince victorias.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 14 May 2008 04:44

La hazaña de saburo sakay durante ocho horas de vuelo, herido.

"Volvimos a formar y nos dirigimos hacia foco del combate. A unas seis millas ante nosotros, sobre lo que parecia ser Tulagi, apercibí un grupo de ocho aviones enemigos. Debo reconocer que tengo una vista excepcionalmente buena, lo que me daba la ventaja de poder ver e identificar al adversario cuando él aún no me habia visto.
Reconocí su nacionalidad por la formación que llevaban : dos patrullas de cuatro y a 5.500 metros de altitud. ! Aviones norteamericanos ¡, anuncié a mis compañeros.

No debian de habernos visto acercar a ellos por detrás, pues, de haberse apercibido, nos hubiran atacado inmediatamente aprovechando su superior altitud. " Si de verdad quieren entablar combate-pensé- romperán la formación". Pero no,; aún la cerraron más.

No sospechaban, pues, nuestra paroximación y se nos presentaba una magnifica ventaja. Si yo podia abatir dos aviones de cada patrulla sorprendiendoles por detrás y por debajo, mis compañeros harian lo demás.

Abrí gases al máximo.....Poco me importaba si los otros dos Cero no lograban seguirme. La rapidez constituye el elemtno primordial en toda situación como aquélla y no podia dejar pasar tan magnífica ocasión.
Pero además tenia buenas razones para adoptar este modo de obrar…..No era ya aquella la primera vez que sorprendia una formación enemiga por detrás y por debajo.Cuantas veces lo habia hecho, conseguí abatir por lo menos dos aviones en el primer ataque.
La primera vez fue sobre Soerabaya, cuando derribé dos aviones holandeses; la segunda y la tercera sobre PortMoresby, siendo mis adversarios Bell P-39 'Airacobras'

Fue disminuyendo la distancia……..Quinientos, cuatrocientos, trescientos metros. Distinguia ya todos los detalles cuando me dí cuenta de que habia caído en una trampa. Hasta aquel momento estaba convencido de que iba a tener que vérmelas con cazas y no con aviones torpederos Grumman TBF 'Avenger'.No era extraño, pues, que hubiesen cerrado la formación………Nos habian visto y se acercaban para protegerse mutuamente.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 14 May 2008 04:46

Continuacion

Maldije mi estupidez. Estaba ya a menos de cien metros y distinguia claramente las torretas, y, en cada una de ellas , dos ametralladoras de 12,7 mm.

Imposible escapar……..Dieciséis bocas de fuego me estaban apuntando. Si viraba, me ofreceria de panza a su tiro concentrado. Tenia pues que seguir………Ochenta, sesenta, cincuenta metros. Ya no podia acercarme más y presioné rabiosamente el disparador. Mis cañones de 20 mm. Y las ametralladoras norteamericanas dispararon casi simultaneamente, llenando de balas el reducido espacio que nos separaba.

Un ruido espantoso, imposible de describir, llenó mi cerebro. Me parecio como si explotara el mundo. El Cero se bamboleó como un juguete. '¿Qué ha pasado?¡' No tenia la menor idea; solo la impresión de haber recibido un garrotazo horrible en la cabeza. El cielo se iluminó de llamas rojas y perdí el conocimiento por unos segundos. Al recuperarme, vi que, con el mio, eran dos más los que caian al mismo tiempo. Las balas me habian arrancado los dos tercios del parabrisas. Volví a perder la conciencia.

Debí de caer como una piedra.Al cabo de cierto tiempo, el aire fresco que entraba por el parabrisas me hizo recobrar el conocimiento.La primera imagen que se me presentó fue la de mi querida madre. '¿Qué te pasa, pues? ¿No te da vergüenza desmayarte por una herida tan pequeña?', parecia decirme.

Desde los 5.500 metros habia caido a 2.000 y continuaba cayendo, perdido el control de los mandos, cuando, de repente, se me ocurrió llevar a cabo un ataque suicida. 'Si tengo que morir-me dije-tengo que llevarme por delante un barco norteamericano…………!preferible un barco de guerra ¡' Me acordé de haber visto algunos pocos minutos antes. Los barcos cortos y gruesos eran transportes; los largos y finos, acorazados. Si hechaba a pique a uno de éstos, seria un honor para mi.
Miré a mi alrededor pero no vi nada; absolutamente nada '¿Qué me pasa ahora?' Me di cuenta entonces de que tenia la cara acribillada de fragmentos de proyectiles y de que estaba ciego.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 14 May 2008 04:50

continuacion

El Cero seguia picando hacia el mar. El aire se colaba en el Cockpit con tal violencia que era incapaz de juzgar las condiciones del motor y tratar de formarme ideade mi vuelo. Cosa extraña, no sentia dolor alguno. Maquinalmente, por la fuerza de la costumbre, tiré de la palanca. El avión pareció salir del picado y tomar posición horizontal. La violencia de la corriente de aire se atenuó inmediatamente.

Traté de manipular la manecilla de gases. La mano izquierda la tenia completamente inerte y no podia ni doblar los dedos. Cuando quise apoyarme sobre el palonnier, me di cuenta de que tambien la pierna izquierda la tenia paralizada.


Desesperado, solté la palanca y me froté los ojos con la mano derecha, lo más fuerte que pude y durante mucho tiempo.Entonces empecé a distinguir el extremo del ala izquierda. Aunque debilmente, con el ojo izquierdo veia algo. Seguí frotandome el derecho, pero no consegui devolverle la visión.


Todo me parecia teñido de rojo, como si el mundo entero ardiese furiosamente. Me golpeé la pierna y el brazo izquierdo con la mano derecha,pero no sentí nada;estaban paralizados. '¿Pro qqué me ha pasado?', me preguntaba sin cesar.

De repente sentí en la cabeza un dolor espantoso que me cortaba la respiración. Me palpé torpemente el craneo con la mano derecha y la saqué chorreando sangre.

En aquel momento, jadeante aún, apercibí unas sombras negras pasando debajoel ala derecha; luego , otras, pero sin que pudiera reconocer de qué se trataba. Me estaba preguntando qué podia ser aquello, cuando, dominando el ruido del motor, oi tableteo de ametralladoras y que varias balas atravesaban las alas haciendo vibrar el Cero…….Estaba volando justamente encima del convoy enemigo……….'¿Así es como va a terminar mi vida?' me dije, abandonando toda esperanza. Luego, recobré algo de conocimiento y conseguí controlar los mandos. '!Puedo estrellarme cuando quiera contra un barco norteamericano…….! A que prolongar esta lucha inutil¡' Habiendo aceptado la idea de morir inevitablemente, me tranquilicé mucho y pude concentrarme en el avión.

Entonces me vino un pensamiento. '¿No he abatido hoy varios aviones enemigos? Probablemente, mi lista de victorias ha subido ya a sesenta. Les he causado la misma muerte que yo voy a conocer ahora. ¡ Llegó mi vez ¡' Siempre habia sabido que llegaria. Acababa de cometer el mayor y último error de mi vida tomando a aquellos aviones torpederos por cazas monoplazas.

De todas formas, habia conseguido enfrentarme por fin a aquellos aviones de la Marina norteamericana con quienes tanto deseaba combatir……No podia quejarme.

Entonces me puse a considerar las posibilidades que tenia de sobrevivir. Decidí que estaba condenado. 'Si puedo, voy a intentar entablar combate con un caza enemigo. Moriré como debe morir un piloto de Caza : en combate aereo. Además, quizá me dé tiempo a estrellarme luego contra un barco.

Cazas enemigos tenia que haber muchos alrededor del convoy. Entonces empecé a describir amplios circulos. Pasaban los minutos y, aunque no sucedia nada, yo estaba convencido de que iba a ocurrir. ¿Oiría por fin el tableteo de ametralladoras de un avión picando sobre mí? Y seguí esperando, volando inutilmente. Se diria que estaba solo en el cielo.

Miré al mar, debajo de mi, y comprendí que me dirigia hacia Tulagi. Me sentia por minutos con más lucidez y veia mejor con el ojo izquierdo. Tendí la mano derecha hacia la izquierda y abrí gases.El Cero aumentó de velocidad imediatamente. 'Si esto continua-me dije-puedo tomar altitud, y, si la suerte no me abandona del todo, podré, incluso, llegar a Shortland, o a Bouka…….Quizá a ver Rabaul.'

Habia aceptado la idea de morir, pero la anturaleza humana se imponia y estaba deseando retrasar este momento lo más posible. Mientras el avión siguiera volando y si conservaba el conocimiento, aún no se habia perdido toda esperanza…….Pero ante todo, tenia que detener la hemorragia. Me quité los guantes y me tenté las heridas.
La de la cabeza, que pareció la más grave, seguia sangrando. Hundí el índice y el dedo corazón de la mano derecha en el agujero abierto en el casco de vuelo. Entraron profundamente; la herida era viscosa. Desde luego, el craneo habia sido tocado, pero, cosa increible, pensaba con raciocinio y empezaba a ver mejor que antes.

Me acordé entonces de lo ocurrido a Ryuma Sakamoto, un valiene samurai que sobrevivió a una terrible herida que le causó en la cabeza un criminal. '!vamos¡ Con un poco de suerte, llegarás a Shortland. Tienes que tratar de llegar'

La cabeza me pesaba anormalmente y la hemorragia continuaba. 'Debo tener algo dentro', pensé. (El examen médico posterior demostró que habia sido herido por dos balas de ametralladora de 12,7 mm. Y que numerosos fragmentos se habian alojado en la bóveda craneal) La sangre, caliente y viscosa, me corria por la nuca. El cuello del uniform y el Foulard que llevaba anudado formaban una pasta viscosa muy desagradable. La cara, expuesta al viento de la velocidad, me parecia tenrla lacerada, resquebrajada por la sangre coagulada.
Mi situación seguia siendo desesperada. Ya podia distinguir la rosa de la brújula. Para alcanzar Shortland tenia que seguir en sentido inverso el camino que habiamos recorrido por la mañana, pero no conseguia orientarme. Felizmente, cuando volaba hacia Guadalcanal, preví la posibilidad de sufrir averia en la brújula y que me viera aislado de los otros cazas.La única solución ya la habia decidido; consistia en orientarme por el sol.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 14 May 2008 04:58

Disculpen, no se que pasa, no puedo enviar el texto,mañana continuo el relato.;) ;) ;)

Continuara.......
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 15 May 2008 04:03

Continuacion

A cada momento, me escupia en la mano derecha para frotarme los ojos '!Nada, imposible¡' ¡ Ni el sol puedo ver ¡', me dije, desesperado. No tenia más que un consuelo; que el avión seguia volando a pesar de los graves daños recibidos.. En buena lógica, debia aberse abatido hacia mucho tiempo.

Comprobando mi incapacidad para descubrir la dirección de Shortland, traté de nuevo de detener la hemorragia. Yo llevaba siempre compresas triangulares , para un caso parecido. Saqué una y traté de aplicarmela a la cabeza, pero el viento de la velocidad me la arrebató enseguida.. En la segunda tentativa, no tuve más éxito. Y no era de extrañar, puesto que, para hacerlo, tenia que pilotar con una sola mano.
Desanudé el foulard, puse un extremo bajo el pie derecho y, sosteniendo el otro con la mano derecha, corté cuatro tiras apretando el cuchillo entre los ientes. Pero el viento me arrancó enseguida tres tiras de aquellas que tanto trabajo me habia costado hacer.No me quedó más que una.
Me incité a la calma. '!Por impaciente, has perdido las compresas y estas tiras.' Para disminuir la fuerza del aire bajé el asiento lo más que pude. Luego, coloqué los mandos del motor y la palanca en posición que permitieran volar al avión sin intervención por mi parte. '!Ahora, prueba a ver'

Sujeté con los dientes un extremo de la última tira, para que no se la llevara el viento, y, con la mano derecha, la introduje, centimetro a centimetro en el espacio que quedaba entre la cabeza y el casco de vuelo. Conteniendo la respiración, apreté el cierre de este al máximo. La sangre dejó de correr.

Tuve la impresión de que estos esfuerzos habian durado por lo menos media hora.En el momento en que empezaba a tranquilizarme, me vi asaltado por el peor enemigo del aviador : el sueño. Noté que me hundia en el sopor;en un sopor donde ya no sufria y al que me seria dificil resistir.

Finalmente, habiendo conseguido abrir el ojo izquierdo, miré a mi alrededor y, con gran sorpresa, descubrí que el Cero se hallaba en vuelo invertido.Lo puse inmediatamente en posición horizontal y gané altitud. Si no conservaba por completo el conocimiento era seguro que me estrellaria en el mar.Me golpeé la cabeza con el puño : el dolor me hizo despertar durante un momento.

Al cabo de algunos minutos el dolor llegó a una intensidad casi intolerable. Tenia ganas de gritar.La cara me parecia como si ardiera. Tenia la sensación de estar quemado.Sin embargo, me sumergian oleadas de agotamiento y de nuevo me asaltó el sueño. El Cero vacilaba a medida que mi mano iba quedandose inerte. El horrible dolor que me producian las heridas no bastaban para tenerme despierto. Me vi forzado a golpearme otra vez con el puño.

Sin embargo, el avión volaba derecho y horizontal.Luché desesperadamente para mantnerme despierto. Cada vez que estaba a punto de sucumbir, me golpeaba la cabeza. De repente, sentí hambre. Cosa de media hora antes de llegar sobre Guadalcanal, habia consumido la mitad de los makizushi (pasteles de arroz) que llevaba siempre para las largas misiones.Me quedaban algunos y esto bastaria para impedir que me durmiera.


Con las manos, sucias de sangre, me metí los pasteles en la boca y me impuse para comermelos. Pero al cuarto, sentí un malestar repentino y vomité todo lo que habia comido. El estómago rechazaba el alimento. Tenia que volver a empezar el procedimiento de los puñetazos en la cabeza.

Yo sabia que más pronto o más tarde iba a dormirme y que aquello suponia el final. '!Nunca llegaré a Shortland o a Bouka……¡ Más vale que vuele hacia Guadalcanal para estrellarme contra un avión enemigo antes de errar sobre el océano hasta perder por completo el conocimiento o que se agote el carburante ¡.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 15 May 2008 04:04

Continuacion

Viré en redondo, pero entonces se aclararon mis ideas como por milagro. De nuevo volví a pensaren la posibilidad de alcanzar un aeródromo japonés. '! Vuelve a virar ¡'Puse rumbo hacia lo que creia buena dirección y, un momento después, me volvia a asaltar el sueño, y de nuevo viré rumbo a Guadalcanal, resuelto a ejecutar mi ataque suicida. Pero, tan pronto lo hice, el mismo resultado : mis ideas se aclararon. Repetí los mismos movimientos tres o cuatro veces.
Estaba en un dilema……..Entre el poderoso instinto de conservación y el ardiente deseo de terminar aquel vuelo estúpido con una muerte gloriosas.Los dos sentimientos se sucedían, cada vez en sentido opuesto.
De pronto, volví a quedarme completamente ciego. Las siluetas de las islas que veia, desaparecieron de repente, y el cuadro de a bordo se borró ante mi ojo izquierdo. No se podria imaginar peor situación. Ya no sabia donde estaba ni en que dirección estaba Guadalcanal o mi base. Aún traté de escupirme en la mano y frotarme los ojos, pero no tenia saliva. Tenia la boca completamente seca.

Me sentia al límite de mis fuerzas físicas y morales. Ciego, perdido, medio paralítico y con el Cero que empezaba a cabecear en todos los sentidos como si hubiese perdido la estabilidad. Moví desesperadamente la palanca, tratando de mantener horizontal el avión.

De repente, recuperé la vista. Estelas blancas pasaban a una velocidad loca ante mi. Estaba casi en el agua. Eran las crestas de las olas que pasaban justamente por debajo de mis alas.

Un minuto después, distinguia, delante de mí, una isla. '! Estoy perdido ¡' , grité. Pero, al acercarme a la isla, descubrí que se trataba de un chubasco muy bajo sobre el mar. Cometí el mismo error varias veces……Hacia cerca ya de dos horas que volaba en aquel estado.
Por fin, las ideas se me aclararon lo suficiente para permitirme distinguir la aguja y las letras grandes de la brújula. Mis probabilidades de alcanzar una base japonesa eran mayores que lo que habian estado siendo desde que me hierieron. Estimé que me hallaba al Norte-Nordeste de las Salomón.

Con la manga de la cazadora traté de limpiar la sangre que habia manchado el mapa y extendí este sobre las rodillas. Tracé una X en el punto en que creia encontrarme; luego, viré 90º alOeste, esperando cruzar el archipielago de las Salomón, orientado casi en dirección Norte-Sur.

Cuarenta minutos después, víi un arrecife en forma de herradura. Era una de las islas Green, que, por su forma tan particular, habia atraido mi atención por la mañana. Si seguia así, no tardaria en llegar. Me habia desesperado durante algún tiempo pero luego todo parecia arreglarse. No hay nada que desanime más a un piloto, que verse perdido, sobre todo cuando el carburante se va agotando.

Me habia confiado demasiado pronto……..Apenas hube tomado mi nueva ruta, el motor se paró y el avión empezó a caer. Los depositos principales los llevaba ya vacios pero me quedaban unos cien litros en el depósito suplementario. Mas, para economizar carburante, volaba con una mezcla tan pobre, que el moor no respondió cuando lo alimenté con el depósito suplementario. Solté la palanca para mover la manecilla de gases con la mano derecha, pero tenia que soltarla a cada momento para accionar la bomba de alimentación. Estaba ya rozando la superficie del mar, cuando, por fin, el motor empezó a zumbar………Hasta entonces, habia estado accionando simultaneamente la manecilla de gases y la bomba, y dominando la caida del avión con una pierna y un brazo paralizados y tuerto del ojo derecho……..Estaba empapado en sudor frio.
Poco tiempo después, avistaba Nueva Bretaña. Rabaul no estaba lejos. Mi deseo de llegar creció como las llamas y empecé a ascender lntamente, tratando de tomar altitud para luego, ir descendiendo sobre la isla. Pero aquello consumia carburante. Luego, de pronto perdí oda esperanza………Una gran nube negra aparecia directamente ante mí cuando alcanzaba ya los 1.500 metros. No me quedaba otra solución que virar; no podia permiirme atravesar aquella nube.

De nuevo puse rumbo Sudoeste. Debajo de mí distinguí varias estelas blancas. Me pareció que las producian barcos de guerra japoneses con rumbo Sur y a toda máquina. 'Si me posara cerca de ellos- me dije-seguramente me recogerian' Pero asi corria el peligro de retrasar una misión importante y no debia hacerlo. Segí, pues, mi camino hacia Rabaul.
Los minutos transcurrian al ritmo de mi motor.Me sentia intensamente cansado, pero ya no era aquella somnolencia que habia estado a punto de llevarme a la muerte. Al cabo de un rato,que me fue imposible precisar, ví bajo mi ala derecha un gran crater……..'Ese es el crater que está al lado de la pista………….'! Es Rabaul ¡'

No me atrevia a creerlo. Todo parecia desarrollarse como en un sueño. (Luego, supe que habia estado volando durante ocho horas y media)
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 15 May 2008 04:05

Final de la odisea

Me iba a ser muy dificil aterrizar, pues la pierna izquierda la tenia inerte y no podria presionar bien sobre el timón. Temí no poder aterrizar, pues el avión habia sufrido terriblemente con el fuego enemigo, y era milagroso que aún se mantuviera en el aire. En casos como éste, lo normal es posarse sobre el agua., pues, incluso si el avión se hunde, las embarcaciones mantenidas siempre en alerta pueden venir en tu ayuda.
Me preparé al choque y, lentamente, fui reduciendo gases. El Cero iba perdiendo altitud gradualmente. Pero, al descender, cambié otra vez de idea. Estaba seguro de que mis horas estaban contadas. Incluso si conseguia posarme en el agua y me salvaban, no viviria mucho tiempo. Me daba vergüenza haber podido dar tanto trabajo a mis amigos para sacar del agua a un hombre que ya no podria prestar servicio. Aunque fuera más peligroso, tenia que aterrizar sobre la pista y evitar todos los trastornos que iba a causar posándome en el agua.

Detuve,pues,el descenso y evolucioné alrededor de la pista, estudiando el mejor modo de presentarme. Di una pasada infructuosa, volví a subir y quise ver si el tren de aterrizaje funcionaba bien. Habiendo sufrido el avión graves averias, pocas esperanzas quedaban. Pero la bombillita verde del cockpit se encendió, indicandome que el tren de aterrizaje habia salido ya. Esto y el comprobar que los flaps también funcionaban me produjo asombro. Después de todo no habia que desesperar.

Las perspecivas me parecieron favorables. Volví a un extremo de la pista y empecé a descender. Pero como no podia saber qué iba a ocurrir- el tren de aterrizaje, por ejemplo, seguia preocupandome-, corté el encendido para evitar el peligro de incendio o explosión. Habitualmente solia hacerlo con la mano derecha. Esta vez no podia, pero despues de haberme contorsionado cuanto me permitia la parálisis de la pierna y el brazo izquierdo, conseguí accionar el contacto con la pierna derecha.
Estimando mi altitud y la velocidad de descenso por la cima de un bosque de cocoteros que distinguia vagamente, me deslicé hacia la pista. Por fin, pilotando como envuelto en la niebla, sentí que las ruedas rozaban el suelo.

Como habia cortado el encendido y la hélice se detuvo casi instantaneamente, pude darme cuenta de la disminución de velocidad sufrida por el avión al rodar.

Al saber que estaba en Tierra, un indescriptible sentimiento me llenó el cerebro y todo el cuerpo. Es un instante supremo que sólo un piloto puede conocer. ' ¡ He vuelto ¡ ' Este alegre pensamiento borraba todo lo demás. Sentí que, sin duda a consecuencia del relajamiento de la tensión, el sueño me invadia de nuevo. Pero esta vez no tenia que luchar y me abandoné a un mundo sumergido en niebla roja……..Que ocurrií luego, si he de decir la verdad, sólo me acuerdo de que, antes de perder el conocimiento, oi voces pronunciando mi nombre y que me agarraban.
Tambien oí gritos de '!Sakai,Sakai ¡' ¡ No te dejes morir ¡

Subieron unos hombres a las alas del Cero. Eran el Capitán de Fragata Kozono- Jefe del Estado Mayor- el capitán de Corbeta Nakajima , un Jefe de Grupo y el teniente de navio Sasai, Jefe de mi Escuadrilla. Me soltaron el vendaje y el cinturón de seguridad y, levantandome, me bajaron con cuidado al suelo.

La cara- me dijeron más tarde- la tenia tan cubierta de sangre coagulada y tan espantosamente hinchada, que les parecí llegado de otro mundo y hasta mis pilotos se horrorizaron y apartaron la vista.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 15 May 2008 04:24

La experiencia cercana a la muerte de saburo sakai y su odisea por sobrevivir esta considerada un milagro, aqui un enlace con su historia y fotos de su carrera.

[urlhttps://en.wikipedia.org/wiki/Saburo_Sakai][/url]
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 17 May 2008 05:17

Bombardeo a paris

25 de agosto a medianoche,París.De Gaulle ha desfilado ya por el Arco del Triunfo,la ciudad es una orgia de alegria y desenfreno.Las jóvenes francesas se unen "en armonia" con los tanquistas americanos,todo es una fiesta donde corren litros de coñac añejo y champagne guardado para la ocasión durante 4 largos años casi.
De repente,se escucha un extraño zumbido en los cielos.Nadie le concede importancia,serán algunos escuadrones de la USSAF o la RAF dirigiéndose o retornando de bombardear las lineas de la retirada alemana hacia las antiguas fronteras de su patria,Incluso los prisioneros germanos lo piensan así en sus encierros improvisados.Durante 2 meses,desde el 6 de junio,los cielos han sido el dominio indiscutible de los Aliados,la Luftwaffe está kaputt,y have mucho que la Wehrmatch se ha acostumbrado a luchar sin ningún apoyo aéreo que discuta a los más de 20000 aparatos con los que cuenta el Mando Aéreo Aliado....
De pronto un estruendo y otro...llamas en la Plaza de la Concordia,el palacio de luxemburgo crepita en llamas,se empiezan a oir los gritos de agonia de los alcanzados por las bombas.....De Gaulle y sus generales salen del hotel Ritz donde están celebrando,ebrios perdidos,la efeméride.Atónitos e impotentes contemplan los ominosos resplandores,los gemidos,la sordina del bum-bum de la muerte esparcida por los aviones boches....la III Flota de la Luftwaffe está bombardeando París y hay rumores de que V-1 están cayendo tambien...la fiesta se torna es pánico,correrias,y alaridos de dolor.Los franceses piden auxilio a los aliados,pero en realidad ha sido una pasada de 5 minutos apenas,una mini Blitz que deja la increible cifra de 1500 heridos y 300 muertos porque ninguna sirena ha sonado y nadie estaba en ningún refugio sino en los parques y en las plazas brindando.....Los aviones alemanes se marchan rápido,pero a los pobres rcien liberados parisinos les ha parecido una etrnidad,y las ganas de jolgorio se han disipado.Ambulancias y taxis improvisados como tales trasladan a los heridos....Se han producido más bajas durante el blitz que en toda la lucha en el casco urbano durante los dias precedentes.....que ha pasado????????????????
Histérico y rabioso,desde Rastemburg,Hitler ha dado en persona la orden amenazando con fusilar a la plana mayor de la luftwaffe si el simbólico y vengativo zarpazo no se efectuaba.No han podido lanzar las V-1 porque las rampas se están trasladando ante el avance aliado,y sólo,y aduras penas,se han logrado reunir 140 aparatos,viejos e inadecuados junkers 88 y 87,algunos me-110 y otros retazos de la otrora orgullosa aviación alemana.Es el último bombardeo,la última acción que con toda seguridad podrán realizar antes de que la aplastante superioridad aliada les borre de los cielos.Pero como observó Galland,en todo París,aquella noche,no había ni una sola bateria antiaérea.Hitler disfrutó de su sádica e inútil represalia.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:29

los submarinos olvidados

Dos submarinos de bolsillo británicos adaptados para observaciones meteorológicas fueron enviados delante de las costas de Normandía para que trasnmitiesen la información sobre el tiempo y las mareas. Pero cuando fue dada la orden de regreso de los convoyes y se decidió que la invasión fuera retrasada un día, nadie se acordó de los dos submanrinos. Privados de toda indicación de regreso, los pequeños submarinos permanecieron sobre el fondo, en absuluto silencio, con la tripulación contiendo el aliento para no ser descubiertos.
Pasaron las horas y no sucedía nada. Los comandantes no sabían que decisión tomar, temían comprometer el éxito de la operación. Se quedaron sumergidos esperando, mientras la provisión de óxigeno se iba agotando y crecía la amenaza de una muerte por asfixia, o la de una emersión y posible captura por los alemanes.
El drama duró veinticuatro horas, que fue el retraso de la invasión. Finalmente a las 6:00h de la manaña del 6 de junio y no a las 6:0h de día 5 de junio, los primeros estampidos les revelaron una doble realidad, una excitante y otra descorazonadora. La primera que por fin había llegado del día D, la segunda, que sencillamente se habían olvidado de ellos.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:32

No pude confirmar la fuente, pero me parecio interesante ponerlo.

Los últimos soldados de la Whermacht que se rindieron pertenecían a un pequeño grupo destacado en la diminuta isla de Minquiers, una de las llamadas Islas del Canal, en el Canal de La Mancha. Un pequeño pesquero francés, capitaneado por Lucian Marie, se aproximó a la isla y lanzó el ancla cerca de ella. Un soldado alemán, con su armamento al completo, se aproximó a la orilla y pidió ayuda a Lucian diciendo "Hemos sido olvidados por los británicos. Quizá nadie les dijo en Jersey que estábamos aquí. Queremos que nos lleve a Inglaterra para rendirnos." Esto ocurrió el 23 de mayo de 1945, tres semanas después de la rendición.

Increible.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:35

Pero segun muchos, los ultimos alemanes no combatientes en rendirse a los aliados, fueron cientificos .

Los alemanes que se rindieron los últimos fueron los destacados en las Spitzbergen:

Operación "Haudegen": En agosto de 1944 un equipo de metereólogos fueron enviados a las Spitzbergen, a la isla "Nordostland" -al menos así la llamaban los alemanes. Dr. Wilhelm Dege estaba al mando. En agosto de 1945 contactaron por radio para rendirse. El 4 de septiembre de 1945 un barco noruego les recogió, pero Dege tuvo que firmar un documento de capitulación antes de subir al barco. Esta fue la última unidad alemana que se rindió.

Pero indistintamente del fin de la guerra siguieron radiando partes meteorologicos para el que los pudiera necesitar, por lo menos tenian etica laboral.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:38

Historias de Franco.

El final de la Entrevista de Hendaya

Pese a que la entrevista entre Franco y Hitler fue un fracaso, y ambos personajes quedaron muy defraudados de su interlocutor, al despedirse, el general Franco quiso quedar en la puerta, saludando con el brazo en alto al dictador alemán.
Por ello, la entrevista pudo acabar peor, puesto que cuando el tren arrancó, lo hizo de modo tan violento que sólo la intervención del General Moscardó evitó que el Caudillo cayera de cabeza sobre el andén.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:43

Las aventuras del gato oscar:

¿Recuerdan al gato oscar? ¿el rescatado de los restos del acorazado bismark?, pues la historia continua.

EL COSSACK

Durante cinco meses menos tres días Oscar vivió una existencia feliz y aventurera en el Cossak. Durante este periodo el destructor, generalmente ocupado en misiones de escolta de algún convoy, participó en varios ataques antisubmarinos solo o en colaboración con otros buques lo que parecía fascinar a Oscar. Cuando escuchaba la primera explosión salía de donde fuere para colocarse en algún punto alto de la superestructura del buque, a cubierto si llovía, desde donde observaba con suma atención las blancuzcas palmeras de agua levantadas por las explosiones de las cargas de profundidad. No se movía hasta que cesaba el zafarrancho de combate.

El viernes 23 de Octubre de 1941 el Cossack escoltaba el convoy lento HG-74 que navegaba desde Gibraltar hacia el Reino Unido. Durante el día había sido señalada la presencia de algunos submarinos en la zona y en dos o tres ocasiones fueron lanzadas algunas cargas de profundidad más para atemorizar al supuesto enemigo que por haber localizado un blanco concreto. Anochecía, Oscar había pasado la mayor parte del día tumbado al sol sobre el metálico rompeolas de la torre artillera C popera, le gustaba ir siempre a popa del barco, observando la lenta marcha de los mercantes y las rápidas evoluciones de los destructores que corrían allá o acá a la más mínima sospecha de la presencia del enemigo y que de vez en cuando levantaban aquellas columnas de agua que tanto le gustaban.

Picoteó algo en la cocina y se retiró a sus sacos, el día había sido emocionante y estaba cansado.

Mientras tanto, el capitán del submarino alemán U-563, Klaus Bargsten había estado acechando el convoy en las horas de luz pero sin osar acercarse demasiado, esperaba a la oscuridad para atacar. Efectivamente, al caer la noche el submarino se encontraba algo adelantado respecto al convoy. Con la proa al Sur a reducida velocidad Bargsten esperaba con paciencia la aparición de los barcos británicos. Poco después se distinguían las oscuras siluetas de los grandes cargueros rodeados por las más pequeñas de los inquietos destructores. El alemán decidió lanzar una andanada de torpedos en superficie a la distancia suficiente como para poder virar, lanzar con los tubos de popa y eludir en inmersión el seguro contraataque de la escolta.

En el Cossack la estela del torpedo fue vista demasiado tarde. El capitán Berthon manda un giro desesperado a babor, fue su última orden. Cuando el destructor apenas empezaba a virar el artefacto estalló justo a la altura del puente de mando matando a Berthon y a 127 de sus hombres. Las graves averías provocaron el abandono del barco. La explosión del torpedo lanzó a Oscar contra el mamparo contrario. Debió darse cuenta de que algo grave pasaba, carreras de los marinos, gritos y un espeso humo anaranjado que comenzaba a invadir los compartimentos uno tras otro. Salió a cubierta a respirar y hacerse una idea cabal de lo que estaba sucediendo. El buque ardía como una tea y estaba muy escorado. Indudablemente tuvo que recordar lo sucedido en el Bismarck puesto que al ver a unos miembros de la tripulación maniobrando entre el denso humo con un chinchorro que intentaban echar al mar decidió aprovechar la ocasión. Tras arrojar al agua la azarosa barquita cuatro náufragos consiguieron trepar a ella con grandes dificultades. Oscar observaba y esperaba con la sangre fría que da la experiencia. Y llegó su momento, justo en el cuando los marineros desenganchaban los pequeños remos para alejarse del agonizante buque. Oscar se acercó a la borda, midió distancias, tensó sus músculos y dio un increíble salto, al estilo de Alvarado escapando de Tnoclitan solo que sin pértiga, para aterrizar, amarar, justo al costado del chinchorro salvador, una fuerte mano lo agarró del cuello y lo metió a bordo. Ya más lejos el Cossack, cada vez más escorado y ardiendo en la oscuridad, derivaba según el capricho del mar y el viento. Durante dos días pelearían los británicos por salvar al buque pero no se pudieron dominar los voraces incendios y tras las cuarenta y ocho horas de agonía el torturado destructor bajó al abismo.

Con la amanecida los supervivientes fueron poco a poco izados a los restantes barcos del convoy. El chinchorro de Oscar fue a parar al costado del portaaviones Ark Royal, una de las joyas de la flota, desplazaba 27.720 toneladas y había entrado en servicio tan solo tres años antes, en 1938. Los sesenta aparatos que podía transportar, parte de los cuales había lisiado irremediablemente al Bismarck, como antes se describía, cubrían en esta ocasión la defensa aérea del HG-74. Así pues Oscar se encontraba en uno de los buques causantes de la destrucción de su primer hogar.

Una vez sobre la inmensa cubierta de vuelo Oscar comenzó de nuevo su indiferente operación de limpieza corporal. Pero tuvo dificultades a la hora de encontrar la cocina. Un portaaviones es como una ciudad flotante donde no es fácil localizar por el olfato un lugar determinado. Pero los marinos, informados por los náufragos de las costumbres del felino, solucionaron su problema trasladándolo a la gran cocina del portaaviones para que tomase posesión de su nuevo habitat.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:44

Oscar en el Ark Royal

Comenzó a circular por el gran barco la historia del gato sobreviviente, del gato de la suerte. Aunque alguno argumentó que era un gato con tanta suerte que fagocitaba la ración de suerte que le tocaba al barco en el que navegaba dejándolo desamparado. Los marinos se acercaban un momento a la cocina para echarle un vistazo, allí estaba tranquilo y digno. Trataban de tocarlo con la esperanza de que les transmitiese su, ya legendaria, buena estrella. La extraordinaria capacidad de adaptación de Oscar se manifestó de nuevo. A los tres días había encontrado un nuevo entretenimiento. No bien escuchaba el rugido de los motores de los aviones que se ponían en marcha aparecía en cubierta, se agazapaba en cualquier rincón con buena visión de la operaciones aéreas y miraba con atención los despegues y apontajes de los aparatos del portaaviones, solo se retiraba cuando volvía el silencio.

A primeros de Noviembre el gran portaaviones recaló en la base naval de Gibraltar para dar un merecido descanso a la tripulación y reavituallar al buque para la próxima misión. A la vista del gran peñón usurpado Oscar parecía extasiarse, pasaba horas mirando la enorme mole. Decidió aventurarse, se acerco al portalón desde donde partían las lanchas hacia tierra firme, el barco estaba fondeado a unos 300 metros del malecón, y se introdujo en una de ellas que iba a partir hacia la base con el correo del portaaviones. Durante dos días desapareció. La tripulación estaba consternada, seguro que se había caído por la borda.

Pero regresó, unos soldados de la defensa antiaérea habían encontrado un gato negro tranquilamente sentado en el malecón mirando fijamente al portaaviones. Por su collar lo reconocieron como miembro de la Royal Navy y fue entregado en la comandancia de marina. Como la historia de Oscar había corrido por la base pronto se dedujo de donde provenía. Fue reintegrado al portaaviones en otra lancha. Su aspecto era bastante lastimoso, parecía cansado y mostraba algunas heridas y desgarrones en su piel aparte de un aspecto higiénico que dejaba bastante que desear pero estaba satisfecho y relajado. Era fácil deducir lo que había estado haciendo; había estado en los bajos fondos gatunos disputando con sus congéneres el favor de las gatas españolas. Comprensivamente los marinos le dejaron descansar.

Durmió quince horas seguidas, cuando se despertó era el 10 de Noviembre y el Ark Royal en compañía del vetusto portaaviones Argus y la correspondiente escolta de cruceros y destructores navegaba por el Mediterráneo rumbo al Este. Su misión era acercarse a una distancia lo suficientemente corta de la isla de Malta, bajo continuos ataques de la aviación del Eje, desde la que pudiesen lanzar los aviones que llevaban a bordo, 37 cazas Hurricane y 7 bombarderos medios Bristol Blenheim, destinados a incrementar las defensas aéreas de la estratégica isla.

Dos días después, el 12, y bajo la atenta mirada de Oscar los aparatos fueron despegando uno a uno rumbo a su más que incierto destino. Inmediatamente la flota británica, cuyo nombre en código era Fuerza H, invierte el rumbo hacia su base gibraltareña, a la que desde un punto de vista estrictamente histórico y jurídico, puede ser calificada de usurpada desde el tratado de Utrech de 1714 momento en que Inglaterra se hizo con el control del peñón y de la bella isla balear de Menorca.

El viernes 14 ya se intuía a lo lejos entre la bruma de un día soleado la cima del peñón, los tripulantes de la Fuerza H se regocijaban pensando en la noche de juerga en el puerto amigo, pero…
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor santiagoruiz » 23 May 2008 04:50

Desde hacía unas semanas el jefe de los submarinos alemanes, Karl Doenitz, había ordenado a parte de sus unidades que intentasen entrar en el Mediterráneo para descoyuntar el tráfico enemigo lo que sus homólogos italianos, con unos sumergibles inadecuados y obsoletos, habían sido incapaces de hacer.

El mismo día que el Ark Royal lanzaba sus aviones a Malta el sumergible alemán U-81 bajo el mando del teniente de corbeta Friedrich Guggenberger cruzaba sigilosamente en inmersión el estrecho de Gibraltar favorecido por las intensas corrientes existentes en el sentido Atlántico-Mediterráneo. Si el Atlántico no se comportase como un gran río respecto al Mediterráneo éste se secaría. Por ello el submarino no tenía más que dejar llevarse con los motores a mínimas revoluciones. Pero una vez en el Mediterráneo el barco quedaba condenado a permanecer allí pues todo lo que eran facilidades para entrar se tornaban en dificultades para salir por las mismas corrientes.

El viernes 14 el U-81 patrullaba por el mar de Alboran, el día era claro, la visibilidad buena, el mar estaba en calma. Desde lo alto de la torreta uno de los vigías señaló humos por el través de babor. En efecto varias tenues estelas indicaban la aproximación en rumbo convergente de varios barcos. Temiendo el reconocimiento aéreo del convoy Guggenberger ordena inmersión y poner rumbo a los todavía desconocidos buques.

Por el periscopio el comandante fue identificando el mejor regalo que se le puede hacer a un submarino; dos portaaviones enemigos que van directamente hacia la proa su barco. Solo tendría que esperar y disparar.

Aquella mañana los aviones del Ark Royal, iban despegando a largos intervalos para aterrizar en Gibraltar. Los portaaviones solían lanzan sus aparatos a tierra antes de tomar puerto por razones de seguridad. Oscar había encontrado un magnífico mirador en el montaje triple de ametralladoras situado a popa de la enorme chimenea.

A quince metros de profundidad Guggenberger trataba de templar sus nervios mientras veía a un gran portaaviones que se estaba colocando con toda precisión en su línea de tiro. El U-81 fue un barco con suerte, llegó a hundir 23 buques enemigos bajo el mando de dos capitanes, el citado y más tarde Johann-Otto Krieg. Cuando por fin fue destruido en el Mediterráneo el 9 de Enero de 1944 solo murieron dos tripulantes.

Oscar sesteaba en su otero pues es ese momento no había actividad sobre cubierta. Una gran explosión hace estremecerse al enorme buque y el gato sale volando como en el Cossack hasta que algún mamparo metálico se pone en su trayectoria. Aturdido se encarama a sus ametralladores para ver que pasa. El casco escupe humo por babor, casi a media eslora, pero por lo demás, los marinos no parecen asustados. De todas maneras no es conveniente dormir ahora y decide ponerse cómodo y ver que pasa con el humo.

Pasa el tiempo, ya no hay humo pero poco a poco el portaaviones está escorando cada vez más a babor. Sigue pasando el tiempo, Oscar tiene que reacomodarse para que la inclinación del buque no le haga resbalar. De repente levanta el cuello y despliega sus orejas y bigotes mirando a un punto de la cubierta a popa; varios marinos están manipulando los botes de salvamento, mira a popa y lo mismo. Sin pensarlo dos veces baja a la cubierta en cuatro saltos otea a derecha e izquierda y decide subir al bote que tiene más cerca y que ya está a punto de abandonar el buque repleto de marineros. Minutos después, seco y sereno, se alejaba del barco sentenciado camino de Gibraltar. Hacia tres semanas que el felino había llegado al portaaviones.
Lo que había sucedido es que la explosión de uno de los cuatro torpedos lanzados por el U-81 había ocasionado una inundación que al principio no pareció revestir excesiva gravedad pero que fue aumentando lenta pero imparablemente. Todos los esfuerzos para dominarla fueron inútiles y 24 horas después el portaaviones se hundía pero, en un sentido muy importante Oscar pareció dar suerte a la tripulación; solo murió un marino de los 1.663 tripulante y aviadores del navío.

Varios confortables meses pasó Oscar en la base naval observando el trajín de barcos y mercancías. De vez en cuando volvía a sus correrías nocturnas, vivía en la cocina del pabellón de oficiales. Lo que estaba claro era que ningún barco se atrevería nunca a incluirlo en su tripulación, tres barcos hundidos en seis meses con él a bordo era mucho. Pero la verdad es que Oscar comenzaba a ser un gato célebre, una figura histórica. Pero una cierta prevención rodeaba su figura, incluso había quien temía que un telúrico cataclismo hundiese el peñón en las profundidades mientras Oscar pasaba tranquilamente a España. De un modo u otro parecía conveniente alejar al gato de la base pero ¿donde exilarlo?

Un día apareció por el comedor de oficiales un capitán recién llegado de Belfast. Comentando las cosas de la patria salió a relucir que en la Casa de los Marinos Jubilados de Belfast estaban apenados pues había muerto un gato que había convivido muchos años con los viejos marineros que allí iban a acabar sus vidas. ¡Ahí estaba la solución!

El mismo avión que había traído al capitán desde Irlanda llevó de regreso a Oscar a su nuevo hogar.

Y cuentan las crónicas que el felino vivió feliz en la residencia hasta el 1955 cuando ya con 16 largos años de vida decidió trasladarse al paraíso de los gatos. Cuando sesteaba mirando al mar dicen que si aparecía cualquier barco en el horizonte lo seguía atenta y melancólicamente con la mirada hasta que desaparecía en la lejanía probablemente añorando sus viejas aventuras de guerra.
                                     

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RE: Aneccdotas curiosas de la WWII

Mensajepor meatonthetable » 23 May 2008 21:32

aparte de gustarme muchísimo este tema, la falta de tiempo no me ha permitido participar todo lo que me apetecería, pero aprovechando que Santiagoruiz ha puesto múltiples historias curiosas ( a pesar de que sigo esperando esas fotos de las primas venezolanas) aprovecho para subir el tema.

por cierto me ha encantado la historia de Oscar :plas:plas:plas:plas:plas:plas


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