HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

La historia se escribe con fuego: todo sobre operaciones militares, tácticas, estrategias y otras curiosidades
Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 02 Feb 2016 22:51

BATALLA DE ALCAÑIZ

La batalla de Alcañiz fue un enfrentamiento armado de la Guerra de la Independencia Española que tuvo lugar en la localidad turolense de Alcañiz el 23 de mayo de 1809.

Antecedentes

En los primeros días de 1808 las fuerzas del emperador Napoleón Bonaparte invaden España. Pero en primavera de ese mismo año la situación se precipita con el levantamiento del Dos de Mayo en Madrid, el fracaso de las fuerzas del mariscal Duhesme en Cataluña, las del mariscal Moncey en Valencia y en Andalucía la derrota total del ejército del mariscal Dupont en la batalla de Bailén por las tropas regulares españolas del capitán general Castaños, que llevan a la retirada francesa al norte del Ebro a primeros de agosto.

La reacción imperial no se hace esperar y en noviembre de 1808 el Emperador en persona con lo mejor de su Grande Armée aplasta a las fuerzas españolas en las batallas de Gamonal, Espinosa de los Monteros, Tudela y Somosierra entrando en Madrid, y siendo Zaragoza y Gerona asediadas de nuevo. Pero en enero de 1809 Napoleón ha de volver a Francia ante el rearme austriaco y la amenaza de un golpe de estado en París. En primavera las fuerzas españolas están preparadas para el contraataque.

En Aragón el 26 de enero de 1809 el general Watier asaltó la población de Alcañiz aplastando la resistencia de sus entonces 4.000 habitantes que habían organizado una milicia de voluntarios para su defensa, mientras la ciudad de Zaragoza tras un cruento asedio cayó finalmente en manos francesas el 4 de marzo. Con vistas a recuperarla el 20 de mayo de 1809 llega a Alcañiz el Segundo Ejército de la Derecha o Ejército de Aragón y Valencia formado por 8.500 infantes y 500 jinetes con 19 cañones al mando del teniente general don Joaquín Blake, retirándose ante él sin presentar combate la primera división Laval y una brigada de dragones formadas por 6.500 infantes y 800 jinetes con 12 cañones del III Cuerpo de Ejército francés que la ocupaban replegándose a la población de Híjar a 28 kilómetros al noroeste de Alcañiz en la ruta hacia Zaragoza.

Blake toma posiciones en las alturas al noroeste de Alcañiz desplegando su fuerza organizada en brigadas. El teniente general don Joaquín Blake y Joyes era malagueño hijo de irlandeses, y a sus 50 años era un veterano con amplia experiencia en combate contra británicos y franceses.
El despliegue de las fuerzas

De izquierda a derecha el teniente general don Joaquín Blake emplaza ocultos en un olivar 500 infantes del coronel don Martín González de Menchaca y los 500 jinetes del brigadier don Miguel Ibarrola. En el cerro Perdiguer sitúa al general don Pedro Roca con 2.000 hombres de ellos 1.400 soldados de infantería que defienden la posición y tres cañones con sus artilleros. En el cerro de las Horcas bloqueando la entrada a Alcañiz desde Zaragoza, como posición central donde el capitán general don Joaquín Blake establece su cuartel general, sitúa al marqués de Lazán con otros 2.000 hombres y al brigadier don Martín García-Loygorri e Ichaso con seis cañones. A la derecha sobre el cerro de los Pueyos de Fórnoles ante la ermita de la Virgen de los Pueyos bloqueando la entrada a Alcañiz desde Caspe sitúa al brigadier don Carlos de Areizaga con otra brigada de 2.000 hombres y un solitario cañón cubiertos desde el cercano cerro del Tiro de Cañón a su derecha por otros 1.000 hombres con dos cañones. A los pies del cerro de los Pueyos de Fórnoles está el caserío Tella abandonado. Como fuerza de alerta vigilando la carretera de Zaragoza se sitúa a diez kilómetros al noroeste de Alcañiz en las Peñas de Borrita una fuerza de 1.000 hombres al mando del teniente coronel don Pedro de Tejada.

El 22 de mayo el mariscal conde Louis Gabriel Suchet al mando del III Cuerpo de Ejército francés llega desde Zaragoza con 3.500 soldados de la brigada Fabre de su segunda división Musnier a la población de Híjar, donde toma el mando de la fuerza de Laval sumando 10.000 infantes y 800 jinetes con 18 cañones, iniciando la marcha nocturna hacia Alcañiz protegidos de miradas inoportunas por la oscuridad. A las seis de la mañana del día 23 de mayo de 1809 la fuerza de alerta de Tejada en las Peñas de Borrita detecta la llegada francesa y tras dar la alarma se repliega a su posición prevista en el cerro del Tiro de Cañón en la derecha del despliegue español completando la brigada de 2000 hombres con dos cañones allí emplazada. Al alba del 23 de mayo de 1809 el mariscal Suchet establece su despliegue frente a Alcañiz en el cerro Portes cerca de la carretera a Caspe donde sitúa a los 6.500 soldados de la división Lazán con doce cañones delante y los 800 jinetes de la caballería detrás como reserva, y a los 3.500 soldados de la brigada Fabre en el cerro del Hambre a su derecha junto a la carretera a Zaragoza.

El mariscal Suchet a sus 39 años es veterano de las guerras revolucionarias y de formación del Imperio napoleónico con amplia experiencia en combates contra británicos, españoles, austriacos, rusos y prusianos.

El combate empieza con un duelo artillero entre la artillería francesa situada en la falda del cerro Portes contra el solitario cañón situado en lo alto del cerro Pueyos, pero la falta de efectividad contra la brigada española dada la diferencia de altura lo hizo durar poco tiempo. El general Lazán formó en el cerro Portes a la 1ª y 2ª brigadas de su división de infantería en dos columnas de ataque de 2.000 soldados cada una dirigiéndolas por la carretera de Caspe contra el cerro de los Pueyos defendido por los 1.400 soldados de la brigada del general Areizaga formada por la infantería ligera de los Voluntarios de Aragón, Tiradores de Murcia, 2ª de Voluntarios de Aragón y Daroca, pero al intentar flanquear la posición descubrieron que estaban bajo el fuego artillero del cerro del Tiro de Cañón y fueron rechazados replegándose ordenadamente. El general Fabre desde el cerro del Hambre envió otra fuerza de ataque formada por los 1.000 polacos del 1º regimiento del Vístula contra el cerro del Perdiguer pero también fue rechazado por la brigada del general Roca, mientras Laval atacaba de nuevo enviando sus columnas contra los cerros de los Pueyos y del Tiro de Cañón siendo otra vez rechazado tras un intenso combate por la brigada del general Areizaga y la del teniente coronel Tejada con la infantería ligera de los Cazadores de Fernando VII y Voluntarios de Valencia junto a la infantería de línea de los regimientos América y el suizo Traxler nº5.

Durante la segunda serie de ataques el teniente general Blake envía a la caballería e infantería de Ibarrola desde el olivar de su flanco izquierdo al caserío Tella a los pies del cerro de los Pueyos donde la infantería ligera del 2º de Cazadores de Valencia y el 1º de Voluntarios de Aragón se parapeta tras las tapias y paredes del caserío mientras los 500 jinetes de los dos escuadrones de caballería de línea del regimiento Santiago y otros dos escuadrones de la caballería ligera de los regimientos Húsares Españoles y Cazadores de Olivenza se posiciona tras la casa: cuando los 2.000 soldados de la columna francesa que atacaba el cerro Pueyos bajan rechazados y desorganizados reciben una descarga de mosquetes desde la casa y la caballería española carga sobre ellos entrando en pánico la columna francesa que huye hacia el cerro Portes, allí la infantería de protección hace una descarga sobre la caballería española hiriendo a Ibarrola y los 800 dragones franceses de la reserva cargan sobre ellos persiguiéndoles, pero los jinetes españoles los llevan hacia el caserío Tella donde otra descarga de mosquetes de la infantería ligera rechaza a los jinetes franceses mientras la caballería española se reorganiza detrás de la casa. Tras ello y antes del previsible ataque francés, la infantería y la caballería españolas del caserío se repliegan emplazándose tras el cerro Pueyos reforzando este punto de la línea.
El combate se decide: la artillería de Loygorri

Tras este revés el mariscal Suchet ordena al general Fabre realizar el ataque principal a la posición central, y al resto de sus fuerzas presionar toda la línea española para fijarla e impedir que refuerce el centro: Fabre despliega una fuerza de 2.000 soldados de los regimientos 114º de línea y 1º regimiento del Vístula que en formación de columna a tambor batiente por la carretera de Zaragoza ataca la posición central en el cerro de las Horcas, defendida por 1.400 soldados de los regimientos de infantería de línea Saboya, Valencia y América del marqués de Lazán y la artillería al mando del brigadier Martín García-Loygorri e Ichaso.

El objetivo de Suchet es romper la línea española por el centro. La columna francesa avanza con brio bajo el fuego de mosquete y entonces el brigadier Loygorri, con enorme serenidad y sangre fría, aguanta a dar las órdenes de fuego a que las tropas enemigas estén casi en la boca de sus cañones, disponiendo los disparos de las piezas de forma precisa e ininterrumpida durante más de media hora, provocando la dispersión y una gran mortandad en las tropas napoleónicas, que emprendieron la huida, presa del pánico, cerro abajo, volviendo a su punto de partida en el cerro del Hambre.

Tras siete horas de combate, a las 13:00 horas ambos bandos están a la vista en sus posiciones, pero no hay más ataques en toda la tarde. Los cirujanos hacen su trabajo en los hospitales de campaña auxiliados por los acompañantes civiles del ejército, en su mayoría mujeres vinculadas a los soldados con funciones de aguadoras y enfermeras, que traían y atendían a los heridos. La población de Alcañiz fue al campamento español animando a la tropa y socorriendo a los heridos. Esa noche y de nuevo a cubierto de la oscuridad el ejército francés se retiró hacia Samper de Calanda.

Por su decisiva intervención en la batalla, el brigadier García-Loygorri fue ascendido a mariscal de campo y le sería otorgada años después la Laureada de San Fernando, la más prestigiosa de las condecoraciones militares españolas, siendo los primeros hechos de armas en ser recompensados con tan preciado galardón.

El día después

Al amanecer del día 24 de mayo las fuerzas españolas descubrieron que los franceses se habían retirado. En el campo de batalla se encontraron 500 cadáveres enemigos abandonados, ya que se trasportó solo a los heridos estimados en unos 1.500, sumando las bajas francesas aproximadas los 2.000 hombres y 40 prisioneros. Los españoles sufrieron 300 bajas entre muertos y heridos, de ellos 24 oficiales y 260 soldados.

A pesar de las bajas el ejército de Suchet seguía siendo numéricamente superior, especialmente en caballería que debía encabezar la persecución, además de que a la defensiva podría elegir el campo de batalla. En tal situación el teniente general don Joaquín Blake mantuvo sus posiciones mientras Suchet se retiraba ordenadamente. Cerca de la población de Samper de Calanda el grito de un tambor que creyó ver tropas españolas acercándose hizo que cundiera el pánico en la 1ª división Laval que iba en cabeza —la misma que padeció la carga de la caballería española durante la batalla— sucediéndose un caos en el que la tropa francesa desmandada y mezclada entró en el pueblo buscando refugio en la mayor confusión e incluso intercambiándose disparos: el mariscal Suchet hizo buscar y fusilar al tambor permaneciendo dos días en Samper hasta recuperar el control de la tropa, antes de dirigirse a Zaragoza intentando ocultar su derrota no informando siquiera de la existencia del combate.

Por esta batalla se creó el 14 de mayo de 1815 una cruz de distinción con cinta roja, con las aspas de San Andrés rojas esmaltadas, una corona de laurel con una llama amarilla y roja, un óvalo blanco en su centro con la inscripción Fernando VII y Alcañiz en letras de oro.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

tiobrowning
.300 Win Mag
.300 Win Mag
Mensajes: 1034
Registrado: 17 Ene 2014 13:42
Ubicación: Castellon.
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor tiobrowning » 02 Feb 2016 23:18

Bueno Brasilla, creo que es justo darte las gracias por el trabajo que haces,te lo estas currando.Este hilo estaba un poco abandonado y tu lo has retomado con ganas y te felicito por ello :apla: :apla: a mi es de los que mas me gusta leer.
Saludos.
""LA EXPERIENCIA NO ES UN HECHO AISLADO""

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 13:05

Combate de ALMARAZ

El combate de Almaraz fue un enfrentamiento de la Guerra de Independencia Española que tuvo lugar entre el 18 y el 19 de mayo de 1812 en Lugar Nuevo, cerca de Romangordo, Cáceres. En él, el Ejército Anglo-Portugués a las órdenes de Lord Hill destruyó un puente de pontones francés sobre el Tajo. El puente estaba protegido por tropas francesas en ambos extremos.1 2 3 La acción fue oculta, rápida y audaz. Su resultado, decisivo, mejoró significativamente la posición aliada al mantener diversas fuerzas francesas alejadas de la inminente Batalla de los Arapiles.


A finales de abril de 1812, el duque de Wellington había capturado las plazas fuertes fronterizas de Badajoz y Ciudad Rodrigo, de gran importancia estratégica al dominar los dos accesos principales entre España y Portugal. A continuación se puso a preparar el avance hacia España con el mayor ejército que había mandado hasta el momento, suficientemente fuerte para enfrentarse a cualquier ejército francés de la Península Ibérica. Sin embargo, en España había dos ejércitos franceses: el Ejército de Portugal, de Marmont, en las proximidades de Salamanca, y el Ejército del Sur, de Soult. El río Tajo separaba ambos ejércitos.

Los únicos puentes sobre el Tajo se encontraban en Toledo, Talavera, Puente del Arzobispo, Romangordo y Alcántara. El puente de Alcántara había sido cortado por los portugueses, bajo el coronel Mayne, el 14 de mayo de 1809. Los puentes de Toledo, Talavera, y Puente del Arzobispo estaban bajo control francés pero, según Napier, en los dos últimos lugares la orilla izquierda del Tajo "tenía tan poco espacio, por las abruptas estribaciones de la Sierra de Guadalupe, que se podía considerar como impasable para un ejército". Cualquier tipo de artillería o suministro pesado que se moviese entre ambos ejércitos franceses tenía que cruzar, por tanto, por Toledo o Romangordo.
El combate

El llamado por la historiografía inglesa puente de Almaraz, se denomina realmente puente de Albalat y fue construido por la ciudad de Plasencia bajo el reinado de Carlos I en el siglo XVI. Este puente había sido destruido parcialmente por las tropas españolas de Cuesta el 14 de marzo de 1809 para evitar su uso por los franceses. Los portugueses a las órdenes del coronel Mayne destruyeron el puente de Alcántara el 14 de mayo de 1809 por el mismo motivo. Los franceses construyeron un puente de pontones en el otoño de 1809, dos km. al oeste del puente de Albalat, en Lugar Nuevo. Tenía unos 200 metros de longitud y estaba construido con pontones pesados. El tramo central era una embarcación ligera, diseñada para ser retirada por la noche por motivos de seguridad.

Se destacó al general Rowland Hill con una pequeña fuerza para atacar el puente francés sobre el Tajo. Su fuerza, de unos 6.000 hombres con nueve piezas de artillería, era prácticamente la misma que había sorprendido a Jean-Baptiste Girard en el combate de Arroyomolinos de 1811. La tarea que tenía Hill por delante no era sencilla, ya que el puente estaba protegido en ambas orillas por sólidas fortificaciones de campaña. El extremo sur del puente estaba además protegido por una cabeza de puente dominada por el fuerte de Napoleón.

El fuerte de Napoleón era capaz de albergar 450 hombres y estaba situado en lo alto de una colina, sobre un terraplén empinado. Sin embargo no ofrecía dificultades a la ascensión por una tropa atacante, y la entrada en el fuerte se facilitaba por una escarpa dividida como en dos escalones, que llevaban hasta las murallas del fuerte. La gola del fuerte bajaba en pendiente hacia la cabeza de puente y estaba protegida por una zanja con empalizada y una torre con aspilleras pensada para servir como último refugio si los hombres de Hill acabasen entrando en el fuerte. En la orilla norte del Tajo se encontraba el fuerte de Ragusa, donde se almacenaban toda la munición y los suministros de la guarnición. Este fuerte pentagonal también disponía de una torre aspillerada de casi 8 metros de alto pensada como último reducto. También este fuerte estaba cubierto por una fortificación de campaña cercana al puente.

Los franceses habían reforzado aún más su posición protegiendo el camino principal desde Trujillo en un punto a unos 10 km al sur del puente. Aquí, donde el camino pasa la Sierra de Miravete, el puerto estaba dominado por un castillo de origen musulmán en cuyos restos los franceses habían construido una batería con ocho cañones. Esto estaba conectado a una venta fortificada inmediata a la carretera por dos pequeñas fortificaciones de campaña, los fuertes de Colbert y Senarmont. Las montañas eran imposibles de pasar por cualquier vehículo con ruedas y el único paso alternativo por las montañas, La Cueva, estaba a 3 km la este de Miravete. El camino por la cara sur de las montañas era utilizable por vehículos, pero una vez pasado el puerto el camino empeoraba hasta convertirse en algo poco mejor que un sendero.

El plan de Hill contemplaba dividir su fuerza en tres columnas. La primera, con los regimientos ingleses de infantería 28º, 34º y el 6º de caçadores portugués, al mando de Chowne, iba a asaltar el castillo de Miravete. La segunda, o del medio, consistía en el 6º y el 18º de infantería portuguesa junto con toda la artillería, y avanzaría por el camino principal para atacar las fortificaciones que defendían el puerto. La tercera columna, o brigada de Kenneth Howard, incluía a los regimientos británicos 50º, 71º, 92º (Gordon Highlanders) y una compañía suelta del 5º batallón del regimiento 60º; mandada por by Hill en persona, subiría por el camino al puerto de La Cueva y se acercaría al puente francés por el sendero. Las tres columnas partieron al atardecer del día 16 de mayo, pero al alba las tres estaban aún muy lejos de sus objetivos por la naturaleza accidentada del terreno.

Hill tuvo claro que había pocas probabilidades de sorprender a la guarnición del puente y por tanto buscó otra manera de pasar sus cañones por las montañas. La guarnición francesa aún no había detectado a la fuerza de Hill, y éste pensó que un ataque al fuerte de Napoleon y al puente usando sólo su infantería podría salir bien.

El 18 de mayo por la tarde, la brigada de Howard atravesó el puerto de La Cueva, reforzada por los caçadores portugueses. Al amancer del 19 de mayo, las tropas de Hill estaban sólo a unos 800 m del fuerte Napoleón, pero por la mañana les habían visto cruzando las montañas. La guarnición del fuerte Napoleón, al mando del coronel Aubert, se puso en alerta y las dos barcas centrales del puente fueron retiradas.

El ataque al puente empezó al amanecer el 19 de mayo, cuando los cañones de Chowne abrieron fuego contra el castillo moro de Miravete. Los defensores del fuerte Napoleón, alertados por la presencia de las tropas de Hill, estaban preparados para el asalto, pero aun así fueron tomados por sorpresa cuando el 50th y parte del 71st salieron de sus posiciones y cargaron cuesta arriba hacia el fuerte, recibiendo el fuego de los defensores y de los cañones en el fuerte de Ragusa. Las tropas británicas caían a medida que avanzaban, pero algunos alcanzaron la cima de la colina y lanzaron sus escalas contra la escarpa. Los hombres se alzaron hasta el primero de los escalones y volvieron a izar sus escalas. Apoyándolas en el escalón de la escarpa, subieron a los muros y enseguida estuvieron empeñados en combate cuerpo a cuerpo con los defensores.

El primero en subir fue el capitán Candler del 50º, que saltó sobre el parapeto y fue alcanzado por varias balas de fusil francesas. Sus hombres le siguieron y los defensores empezaron a retirarse a la cabeza de puente. El comandante del fuerte, coronel Aubert, no quiso huir y se defendió valerosamente. Rechazó la oferta de rendición y un sargento del 50º le atravesó con su pica. Los franceses intentaron ponerse a salvo en la torre pero fueron obligados a rendirse. Los cañones del fuerte de Ragusa dejaron de disparar por miedo a alcanzar a sus propios hombres, que huían hacia el río.

Los defensores de la cabeza de puente se unieron a la retirada a través de puente. Las piezas del fuerte de Ragusa dispararon unos momentos contra el fuerte de Napoleón, hasta que les respondieron con las piezas capturadas. La acción sólo había durado cuarenta minutos. Cuatro granaderos del 92º nadaron hasta el fuerte de Ragusa y trajeron de vuelta algunas barcas para reparar el puente de pontones. Enseguida llegó el resto de las fuerzas de Hill, para encontrarse a los franceses abandonando todas sus fortificaciones en ambos lados del río. Hill mandó volar las fortificaciones y quemar el puente.

Consecuencias

El castillo de Miravete permaneció en manos francesas después de que Sir William Erskine, 2º Baronet difundiera el rumor de que el ejército completo de Soult se estaba acercando. Esto causó hizo que Hill, quien quería destruir el castillo, se retirase a Trujillo y perdiese la oportunidad de alcanzar un éxito completo. La incursión al puente les costó a los británicos 33 muertos y 148 heridos, de los que 28 muertos y 110 heridos pertenecían al regimiento 50º. Las pérdidas francesas se estimaron en unas 400, de las que 259 fueron hechos prisioneros.

En 1813, el Duque de Wellington mandó al teniente coronel Henry Sturgeon del Royal Staff Corps británico a reparar el puente. Construyó uno de suspensión, similar al que ya había construido en Alcántara. Los españoles reconstruyeron el puente de Albalat entre 1841 y 1845.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 13:10

Batalla de ALMONACID

La batalla de Almonacid tuvo lugar durante Guerra de la Independencia Española, el 11 de agosto de 1809, junto al pueblo toledano de Almonacid de Toledo. Enfrentó a un Grande Armée francés con unos efectivos de unos veintiséis mil infantes, cuatro mil caballos y cuarenta cañones al mando del mariscal Sebastiani con otro español de unos veintidós mil infantes, tres mil caballos y veintinueve piezas de artillería al mando del general Venegas.

Índice

1 Preparación
2 Movimientos previos
3 Primeros ataques
4 Comienza la batalla
5 Final de la batalla
6 Véase también
7 Enlaces externos

Preparación

Después de la batalla de Aranjuez, estando animado el general Venegas por la pequeña ventaja conseguida y convencido de que los franceses no pasaban de catorce mil hombres, se dirigió con todo el ejército de La Mancha hacia Toledo; el 10 de agosto reunió en Almonacid todas sus fuerzas, que consistían en veintidós mil infantes, más de tres mil caballos y veintinueve piezas de artillería.

Dicho ejército estaba organizado en cinco divisiones, comandadas respectivamente por Luis Lacy, Gaspar de Vigodet, Pedro Agustín Girón, Francisco González de Castejón y Tomás de Zeraín. Ejercían el cargo de mayor general de infantería y de caballería Miguel de los Ríos y el marqués de Gelo, y el de comandante general de artillería y de ingenieros, los brigadieres Antonio de la Cruz y Juan Bouligni.

Tan confiados estaban en el triunfo, que no se respetaron ninguna de las reglas establecidas en los reglamentos para campar en tiempo de guerra, sobre todo estando tan próximo el enemigo, que el día anterior había pasado el Tajo por Toledo y los vados de Añover de Tajo y ese mismo día 20 se había acantonado en el inmediato pueblo de Nambroca, a una legua de Almonacid.

Movimientos previos
El caudillo español, tras escuchar la opinión del resto de generales, de acuerdo con la suya a pesar de saber la retirada del ejército aliado desde Talavera de la Reina hacia Extremadura, había determinado atacar a los franceses el 12 de agosto para dar descanso a sus tropas; pero aquellos se anticiparon, presentándose frente a las posiciones de los españoles a las cinco y media de la mañana del 11 de agosto, en número de veintiséis mil infantes, cuatro mil caballos y cuarenta piezas de artillería, pertenecientes al IV Cuerpo al mando de Sebastiani, y al de Reserva a las órdenes de Dessolles y del rey José en persona.

El ejército de La Mancha se situó en Almonacid y controló sus flancos: la división Vigodet, un poco retrasada, en la extrema derecha, con gran parte de la caballería; seguían por su izquierda, la división Castejón, establecida en el cerro de Utrera, la división Zeraín a su lado cubriendo el llamado cerro Santo, y la de Lacy, más próxima al arroyo Guazalate; la 3.ª, (de Girón), se distribuyó entre la altura de los Cerrojones, extrema izquierda y verdadera llave de toda la línea de batalla, y el cerro de la Cruz o del castillo, llamado así por las ruinas del que asienta en su cima, para servir como de reserva.

Primeros ataques
Atacada primero la izquierda española por el general Lewal con las divisiones polaca y alemana después de un fuego muy violento de artillería, bien contestado por la española, lograron los batallones de Bailén y Jaén, de la 3.ª División, rechazar dos veces a los polacos.

Pero, animados estos por los alemanes que marchaban a su izquierda y no llegando a tiempo algunas tropas de la reserva para sostener a aquellas escasas fuerzas que peleaban, pudo el ejército francés arrebatar a paso de carga las importantes posiciones de los Cerrojones, si bien a costa de pérdidas enormes.

Apoyada su derecha en un gran cuadro que avanzaba por el llano, efectuó un movimiento envolvente sobre la extrema izquierda sin que pudiera impedirlo una carga de los jinetes de Fernando VII y Granada, dirigidos por el coronel Antonio Zea y el comandante Nicolás Chacón (murió en dicha carga el capitán Francisco Soto). La 1.ª División, para poder hacer frente a los alemanes, tuvo que retroceder algún tanto y colocarse oblicuamente a la retaguardia, resintiéndose algún tiempo; como entonces retrocedían ya a su vez el centro y la derecha, acometidos por las restantes fuerzas enemigas, apoyadas por la reserva, que con Dessolles y José Bonaparte acababan de llegar al campo de batalla, se vio obligada también a acogerse al cerro del Castillo.

Comienza la batalla

Numerosa artillería enemiga batía duramente a la 4.ª División española, a cuyo fuego contestaba tan solo una batería a caballo. Su jefe, el capitán de artillería José Chacón, cayó muy pronto mortalmente herido y murió el 13 de agosto en Tembleque.

También pereció en el campo de batalla el teniente coronel del mismo cuerpo, don Álvaro Chacón. La batería española se sostuvo con gran energía; se distinguieron por su serenidad y denuedo los regimientos de Jerez, Córdoba y Guardias Españolas, guiado el segundo por su coronel, el brigadier Francisco Carvajal.

La caballería de su derecha no llevó adelante la carga iniciada para contener a los franceses y estos consiguieron llevar a cabo su ataque, y como la 5.ª División cedió del mismo modo el campo, no tardó mucho el enemigo en ocupar también el pueblo y el cerro del Castillo, no pudiendo las tropas españolas resistir en él la terrible lluvia de proyectiles que de todas partes les dirigía la artillería francesa.

Intervino con mucha oportunidad en la contienda la división Vigodet, que ejecutó con gran presteza y habilidad un cambio de frente, protegida por el vivo fuego de los cañones, conteniendo así la persecución de las desbandadas tropas del centro y pasando luego con el mismo orden a la izquierda, donde las divisiones polaca y alemana amenazaban envolver por completo la línea y cortar la retirada.

Allí se opuso nuevamente la 2.ª División al avance de los vencedores, los cuales trataron entonces de quebrantar por todas partes aquel inesperado obstáculo que les impedía sacar mayor partido de su triunfo; cargó una gran masa de caballería francesa, los terribles dragones de Milhaud, hacia su izquierda, y en aquel último periodo de la batalla las tropas de Vigodet se coronaron de gloria, rivalizando las tres armas en valor y abnegación; la artillería, que hacía fuego en retirada, cubriendo de metralla las cabezas de las columnas imperiales; la caballería, formada por jinetes de diferentes cuerpos que se fueron reuniendo de los dispersos, imponiéndose a la muy superior del enemigo; y la infantería, sosteniéndose impertérrita en medio del violento fuego que recibía y de la confusión y desorden que reinaba a su alrededor.

Un pelotón de granaderos del Provincial de Ronda mandado por el teniente Antonio Espinosa, haciendo punta hacia los jinetes enemigos con la bayoneta calada, consiguió detenerlos y hasta arrancar de sus manos un cañón, que clavó su jefe. El subteniente de artillería, don Juan Montenegro logró también salvar una pieza de su batería. La unidad se sacrificó por sus compañeros de armas; solamente el desgraciado accidente de la voladura de unos carros de municiones, espantando los caballos, produjo algún desorden que aprovechó el enemigo, hostigando y acosando más de cerca de los últimos escalones, para acuchillar unos pocos soldados y coger algunas piezas.
Final de la batalla

Los imperiales, que habían tenido ya dos mil quinientas bajas, no llevaron la persecución más allá de Mora, y el ejército vencido pudo tomar la carretera de Andalucía y llegar en buen orden a Manzanares; pero corriendo allí la voz infundada de que los contrarios estaban en Valdepeñas, se desbandaron muchos cuerpos, que no pararon hasta alcanzar Sierra Morena.

Las pérdidas de los españoles no pasaron de cuatro mil hombres, entre muertos, heridos y prisioneros, contando entre los primeros al coronel del regimiento de infantería de España, de la 1.ª División, Vicente Martínez, y entre los segundos, al coronel de dragones de Granada Diego Ballesteros, que quedó prisionero (para conmemorar este hecho de armas se creó por Real Orden de 30 de mayo de 1816 una condecoración con la inscripción siguiente en el centro: "Por Fernando VII", y en su contorno: "En Almonacid, 11 de agosto de 1809").

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 13:14

SORPRESA DE ARLABAN

La Sorpresa de Arlabán (1811), a veces llamada primera para distinguirla de la de 1812, es un combate ocurrido el 25 de mayo de 1811, durante la Guerra de Independencia Española en las montañas próximas al puerto de Arlabán, que separa las provincias de Guipúzcoa y Álava,.

A las ocho de la mañana, fuerzas guerrilleras españolas entre 3.000 y 4.500 hombres, conducidas por Francisco Espoz y Mina, emboscaron y capturaron la parte central de un convoy compuesto por 150 carros y 1.050 prisioneros, extendido por más de 5 km y escoltado por 1.600 soldados franceses al mando del coronel Laffitte.2 Siete horas después los franceses terminaron por rendirse. Los españoles capturaron toda clase de armas y suministros (el convoy estaba valorado en 4 millones de reales), y liberaron a 1.042 prisioneros británicos, portugueses y españoles. El convoy acabó siendo denominado “el convoy de los ingleses” porque la mayoría de prisioneros eran británicos.

Ayudado por partidas guerrilleras locales que conocían bien el terreno, Espoz y Mina había situado a sus tropas en ambos lados del puerto, en la carretera a Francia, unos 20 km al norte de Vitoria, a las cuatro de la mañana.

Esta fue la última acción de Espoz y Mina como jefe guerrillero en la zona de Navarra. El 5 de junio sus fuerzas, la División de Navarra, fueron integradas en el ejército regular; pero continuó dirigiéndolas contra los franceses, incluyendo la segunda sorpresa de Arlabán, el 9 de abril de 1812

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 13:18

Segunda SORPRESA DE ARLABAN

La Sorpresa de Arlabán (1812), también conocida como Segunda sorpresa de Arlabán, tuvo lugar en el puerto de Arlabán, entre Guipúzcoa y Álava, el 9 de abril de 1812, durante la Guerra de Independencia Española.

Una fuerza española de 3.000–3.500 hombres conducidos por Francisco Espoz y Mina interceptó un gran convoy francés (2.000–3.000 soldados de infantería y 150 de caballería) del general de división Caffarelli.4 El ataque fue un éxito, y tras una hora los franceses fueron completamente derrotados.

Las bajas españolas se estimaron en 30 muertos y heridos, mientras que los franceses perdieron entre 600–700 hombres, aparte de 300 prisioneros.1 2 Los españoles además rescataron a 800 prisioneros, tanto españoles como británicos y portugueses (entre éstos, 5 oficiales), y capturaron el valioso material del convoy (armas y suministros, dos banderas, cartas de José Bonaparte a Napoleón, y gran cantidad de joyas, valoradas entre 700.000 y 800.000 francos).

El secretario personal de José Bonaparte, Jean Deslandes, murió en esta acción.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 14:05

Excmo. Sr. D. Francisco ESPOZ ILUNDAIN "Espoz y Mina" General del Ejercito Español perseguido por sus ideas liberales y constitucionalistas

Espoz y Mina, Francisco (1781-1836).

Militar y guerrillero español, nacido en Idocín (Navarra) en el año 1781 y fallecido en Barcelona el año 1836.

Su verdadero nombre era Francisco Espoz e Ilduacin. Nacido en el seno de una familia campesina, empezó su carrera militar en el año 1808, en plena Guerra de la Independencia española, enrolándose en el destacamento del comisionado inglés Doyle y desarrollando su labor bélica en Jaca. Tras la capitulación de esta plaza, se incorporó, en marzo de 1809, al “Corso terrestre de Navarra”, mandado por su propio sobrino, Mina el Mozo. En abril de 1810, los franceses capturaron a Mina el Mozo. Le sucedió al frente de sus tropas su tío, que adoptó el segundo apellido de su padre. Se inició así la brillantísima etapa guerrillera del pequeño rey de Navarra, apodo por el que fue conocido.

Entre los años 1810-13 demostró tener grandes dotes organizadoras y de mando: puso en jaque constante a las fuerzas francesas de ocupación. Espoz y Mina desarrolló sus ataques e incursiones por Navarra, Aragón, Castilla y Guipúzcoa, sin que los ejércitos franceses pudieran hacerle frente. Llegó a mandar un ejército de 3.000 hombres disciplinados, que obtuvieron importantes victorias, incluso a campo abierto. Ante tal situación, el general francés Reille organizó un ejército de 30.000 hombres para pararlo, pero no lo consiguió. Sus sucesivos éxitos guerrilleros (Sangüesa, Arlabón, Tafalla, Sos, Rocafort, Motrico, Fuenterrabía y Zaragoza), fueron reconocidos por la Junta de Regencia, que lo nombró coronel, y luego general, además de otorgarle múltiples condecoraciones. Al concluir la Guerra de la Independencia había alcanzado el grado de mariscal de campo.

Finalizada la contienda independentista, marchó a Madrid para regresar de nuevo a Navarra. Al enfrentarse al difícil momento de la desmovilización, sufrió la decepción, al igual que muchos de los combatientes del ejército y de la guerrilla, del nuevo régimen monárquico absolutista, impuesto por el rey Fernando VII. Aunque Espoz y Mina nunca se había inclinado por credo político alguno, a partir del año 1814 y hasta su muerte, se puso de parte de la causa liberal. En septiembre de 1814 se pronunció contra el recién instaurado absolutismo fernandino, en un intento fallido de proclamar la Constitución de 1812. Debido al fracaso de su intentona, tuvo que huir precipitadamente a Francia. En 1820, ante el éxito del pronunciamiento liberal de Rafael del Riego, Espoz y Mina regresó a España, donde fue nombrado capitán general de Navarra y de Cataluña. Cuando en 1822 se inició la lucha entre liberales y absolutistas, Espoz y Mina combatió en Cataluña a estos últimos, arrasando la población de Castelfullit y tomando la Seo de Urgel. Gracias a estas acciones, volvió a ser condecorado, esta vez con la Cruz de San Fernando, y ascendido a teniente general. Cuando los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del duque de Angulema, penetraron en España, en 1823, para restaurar en el trono a Fernando VII, Espoz y Mina fue uno de los pocos generales que les hizo frente. Defendió, durante cuatro meses, Barcelona, que fue la última plaza conquistada por las fuerzas realistas y reaccionarias. Espoz y Mina pudo huir a Inglaterra, desde donde luego pasó a instalarse en París.

Nuevamente en el exilio, Espoz y Mina, aprovechándose del nuevo clima político francés, trató de conseguir la ayuda del gobierno del rey liberal Luis Felipe de Orleáns, para restablecer en España la Constitución liberal. El 18 de noviembre de 1830, con ayuda francesa, Espoz y Mina entró en España por la ciudad de Bayona, al mando de una partida en la que estaba también el poeta Espronceda. Después de un breve reconocimiento en Irún, y al ver que el país no respondía con la fuerza e interés necesarios, Espoz y Mina regresó a Francia, de donde no regresó hasta el año 1833, favorecido por la amnistía decretada por la reina regente María Cristina. El nuevo gobierno monárquico le reconoció su valor militar nombrándolo virrey de Navarra y confiándole el mando supremo de la lucha contra los carlistas en el Norte. Derrotado en las batallas de Larrainzar, Echarri, Ardanaz y Olazaguita, presentó su dimisión el 13 de abril de 1835. En octubre de ese mismo año, el gobierno de Mendizábal lo nombró capitán general de Cataluña, donde obtuvo algunos éxitos militares contra los rebrotes carlistas, teñidos algunos de verdadera crueldad, como el episodio en el que mandó fusilar a la madre del militar carlista Cabrera. Tras una breve campaña por Lérida y Tarragona, presentó su dimisión el 1 de abril de 1836. Finalmente, murió en Barcelona mientras preparaba su tercera salida, esta vez voluntaria, hacia Francia.

Su viuda, Juana María de la Vega, condesa de Espoz y Mina, mucho más joven que él, y con quien se casó en 1821, fue nombrada aya personal de la reina Isabel II durante el Trienio de Espartero. Manteniendo hasta su muerte (1872) el recuerdo vivo de su marido, publicó las memorias de éste, tituladas Memorias del general don Francisco Espoz y Mina.

En cuanto a sus partes militares, fueron editados, con asiduidad, por los periódicos Conciso, Diario Mercantil de Cádiz, Redactor, Diario de la Tarde y Procurador. Su "Manifiesto a sus paisanos contra la intrusa Diputación" se imprimió en Valencia (1811), y fue reimpreso por el Diario Mercantil de Cádiz en 1812.

Su "Carta a Fernando VII" (datada en el Cuartel general de Lacarra, en Francia, el 9 de abril de 1814), apareció traducida en Mercurio lusitano, n. 139 (28 junio 1814), y la proclama "A los sargentos, cabos y soldados desertores de los cuerpos de la octava división del cuarto ejército", (Cuartel general de Muruzábal 9 agosto 1814) se publicó en Censor general, n. 24, 1 septiembre 1814.

Otros de sus manifiestos políticos son: "El Capitán General de la Provincia de Navarra ... respondiendo a las imputaciones que le hace el Ayuntamiento de Pamplona en su Manifiesto de 22 de Junio de 1820" (Barcelona, 1820), "Habitantes de Galicia" (Coruña, 10 agosto 1821), y "Manifiesto que hace a la Nación Española con motivo de las ocurrencias a que dio margen su exoneración de la Comandancia General del Ejército, provincia de Galicia" (León, 1822).

Dos de sus cartas, fechadas en Sanz a 2 y 13 julio 1823, se publicaron en El Dardo, París, n. 1, pp. 35-36: alardea en ellas de resistir hasta el sacrificio de la vida, si fuera necesario, y sin transacción alguna.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 14:22

SITIOS DE ASTORGA

Se denomina sitios de Astorga a los dos asedios sufridos por la ciudad española de Astorga (León) durante la Guerra de la Independencia, que enfrentaron a los ejércitos de ocupación del Primer Imperio francés de Napoleón Bonaparte y a las fuerzas españolas leales a la dinastía Borbón. El primero de los sitios tuvo lugar entre el 21 de marzo y el 22 de abril de 1810 y como resultado del mismo se produjo la conquista francesa de la ciudad, que la retuvo en sus manos durante más de dos años. El segundo sitio se produjo entre el 15 de junio y el 19 de agosto de 1812 y tuvo como resultado la recuperación de la ciudad por parte española.

La conquista de Astorga de 1810 resultó ser una victoria costosa; la población local ofreció una dura resistencia y logró inmovilizar un cuerpo de ejército. El triunfo se añadió a los éxitos del Imperio —apareciendo su nombre en el Arco de Triunfo de París junto con otras batallas de las guerras Napoleónicas— y a nivel práctico, su caída dejó libre al 8º cuerpo del ejército francés, que luchó como parte del ejército de Portugal. Para los ingleses, los hechos de Astorga retuvieron varios meses al cuerpo de ejército de Junot y la tercera invasión de Portugal, que pudo haber comenzado en la primavera de 1810, se demoró hasta otoño. Wellington pudo preparar la defensa en Torres Vedras y la invasión francesa resultó un fracaso. Durante el periodo de ocupación francesa, Astorga se convirtió en la base de operaciones de las tropas que operaban contra Asturias y Galicia.
Índice

Tras la paz de Tilsit (7 de julio de 1807), Napoleón Bonaparte se propuso la conquista de España y Portugal, con Inglaterra como único enemigo. España, como aliado francés, auxiliaría a las tropas napoleónicas y facilitaría su paso por el país. Entre finales de 1807 y principios de 1808 penetraron en España cuerpos de ejército franceses que fueron ocupando progresivamente ciudades y fortalezas. El descontento popular por estos hechos y por los acontecimientos políticos relacionados con la Familia Real fueron creciendo hasta que el 2 de mayo se produjo el alzamiento en Madrid.1 El relato de lo ocurrido llegó a todos los rincones de España y a finales de mayo comenzaron a formarse las primeras juntas; Astorga dependía militarmente del Capitán General Gregorio García de la Cuesta, quien el 4 de junio instó a las autoridades locales a que formasen una Junta de Armamento e iniciasen el reclutamiento. El Tercio resultante solicitó al Ayuntamiento el pendón de Clavijo como enseña. Mientras tanto, Cuesta presentó batalla a los franceses en Cabezón y fue derrotado, por lo que se retiró a Benavente a la espera de los contingentes de León y Galicia.2 Días antes, el 6 de junio, Napoleón nombraba a José I Bonaparte rey de España.

El ejército de Galicia, al mando de Blake, llegó a Astorga el 29 de junio y el 14 de julio se unió al de Castilla en Medina de Rioseco. Allí presentaron batalla y fueron nuevamente derrotados; Cuesta se retiró a Salamanca y Blake se instaló en el puerto del Manzanal, protegiendo los pasos de las montañas. En los últimos días de julio el vencedor de la batalla, el mariscal Bessières, aseguró el dominio del occidente meseteño: ocupó Benavente, La Bañeza, Zamora y la ribera del río Órbigo. Desde el día 28 sus tropas hicieron presencia en Astorga de manera intermitente pero sin intención de ocupar la plaza, puesto que el desastre de Bailén obligó a replegar a las fuerzas francesas.3 Esto favoreció el avance de Blake, que ocupó de nuevo el Órbigo y León para posteriormente avanzar hacia Irún y cortar el acceso a los franceses. Sin embargo se vio obligado a retroceder y el 11 de noviembre fue derrotado en Espinosa de los Monteros. De regreso en León transfirió el mando de su ejército —ahora renombrado como Ejército de la Izquierda— al general de La Romana.

Mientras tanto, en Portugal y La Coruña habían desembarcado tropas inglesas que, bajo el mando de Moore y Baird respectivamente, avanzaron hacia la meseta. Despejaron de franceses la zona de Sahagún y junto con La Romana proyectaron atacar a Soult, pero las noticias de la llegada de Napoleón —que había entrado en España con 130 000 hombres y había ocupado Madrid— les hizo desistir del plan de ataque. En su retirada el 27 de diciembre volaron el puente sobre el río Esla a la altura de Castrogonzalo con la intención de frenar el avance francés.4 Desistieron de plantar batalla a Napoleón en Astorga y continuaron su marcha hacia La Coruña, saqueando, cometiendo todo tipo de abusos y obstaculizando el paso a las tropas españolas, por lo que La Romana denunció su conducta ante la Junta Central y se refugió en Orense.

El 31 de diciembre de 1808 Napoleón llegó a Astorga, alojándose en el palacio episcopal, donde según una tradición local se produjo un atentado frustrado contra el Emperador.6 La ciudad estaba casi desierta ya que sus vecinos habían huido a las montañas. Durante los dos primeros días de 1809 continuó la llegada de tropas francesas a Astorga y comarca, alojando en total a unos 80 000 hombres. Napoleón, antes de emprender su regreso a París, encomendó a Soult perseguir a los ingleses y a Ney el dominio de la región y los pasos de Galicia. La ciudad fue saqueada a fondo por sus tropas durante la primera quincena de enero.7 El día 11 de dicho mes los ingleses llegaron a La Coruña y la noche del día 16, tras defenderse durante toda la jornada de los franceses, embarcaron. Soult se dirigió hacia el sur, entrando en Portugal el 9 de marzo, y Ney se encargó de culminar la ocupación de Galicia.

Ante la necesidad de reponer su ejército, a principios de marzo La Romana salió de Puebla de Trives en dirección a Asturias, recuperando a su paso Villafranca del Bierzo, que estaba custodiada por un batallón de Ney. Las unidades que permanecieron en Orense (división del Miño) animaron al alzamiento popular, que se extendió por toda Galicia e hizo perder terreno a los franceses.8 Mientras tanto, Astorga había quedado protegida por una guarnición de unos mil hombres, al mando de Chandron-Rousseau. Ney recibió nuevas órdenes de Napoleón, y junto con Bonet y Kellerman atacó Asturias por tres flancos; el día 19 de mayo llegaba a Oviedo y tres días después regresaba a Galicia, dejando a Kellerman al mando. Por su parte, La Romana evitó a los franceses y volvió a instalarse en Orense. Asimismo, tras el desembarco de Wellington en Oporto, Soult se había visto obligado a huir a Galicia, donde se reunió con Ney y juntos trataron de restablecer el control de la región. Ney fue rechazado el 7 de junio por la división del Miño y, al enterarse de la huida de Soult a la meseta, regresó a Astorga. Al mismo tiempo Kellerman evacuó Asturias y se instaló en León.
Primeros intentos de ocupación

Como parte del segundo repliegue de las tropas francesas, el cuerpo de ejército de Ney llegó a finales de julio a Astorga, cuya población sufrió saqueos, violaciones y asesinatos. Igualmente fue destruido el archivo y la biblioteca de la diócesis, de cuyos 1600 pergaminos solo se salvaron 20. Tras el paso de las tropas francesas, la ciudad llevó a cabo tareas de limpieza y reconstrucción y alojó a distintas tropas españolas, que a finales de agosto se dirigieron hacia el sur.

En septiembre hubo varios intentos fracasados de ocupación por parte francesa, al mando de Kellerman, y el general García de Velasco —acantonado en el Bierzo—, en previsión de que volvieran a repetirse, ordenó reunir víveres y acantonar tropas. Entre estas, un batallón del regimiento de Voluntarios de León, otro del regimiento de Cazadores de León, dos compañías de Tiradores del Bierzo y el regimiento Provincial de Santiago, además de varios jinetes y un grupo de artilleros.
Tras los primeros intentos de ocupación francesa, José María Santocildes fue nombrado jefe de la guarnición y gobernador militar de Astorga

El general designó jefe de estas fuerzas a José María de Santocildes, que estaba al mando del regimiento de Santiago y al que también nombró gobernador militar de Astorga. Santocildes dedicó desde entonces toda su energía a preparar la ciudad para la defensa, tal y como se le había ordenado; organizó a la población entre aquellos que pudieran prestar servicio militar y aquellos que harían trabajos de fortificación, hospital y servicios. Asimismo ordenó levantar un baluarte delante de cada una de las puertas de la ciudad y emplazar cañones en los dos portillos. En octubre los franceses volvieron a las riberas del Esla y del Órbigo y el día 9, el general Carrier, con 2200 infantes y 800 jinetes, intentó apoderarse de la ciudad. Sin embargo, las distintas tácticas que desplegó resultaron un fracaso y tuvo que ordenar la retirada de sus tropas, habiendo sufrido 400 bajas entre muertos y heridos, frente a las nueve de los defensores.

Tras un invierno entre 1809 y 1810 especialmente duro en el noroeste de la Península, los astorganos continuaron acumulando víveres y rehabilitando infraestructuras. Mientras tanto, una vez derrotada Austria, Napoleón se centró de nuevo en la Península para llevar a cabo su tercer intento de invasión de Portugal y sumó nuevos contingentes de tropas a tal efecto; para ello veía necesario despejar cualquier amenaza procedente desde Asturias o Galicia por lo que, desde el primer momento, ocupar Astorga y que su entorno dejara de ser refugio para las guerrillas se convirtió en un objetivo de primer orden.15 García de Velasco aumentó la guarnición astorgana hasta los cerca de 3000 hombres y ordenó a Santocildes defender la ciudad hasta el último extremo.

En enero el general Loison entró en España y el día 11 de febrero desplegó frente a Astorga cerca de 10 000 hombres; trató igualmente de intimidar a la guarnición por escrito pero no surtió efecto y tuvo que retirarse. En La Bañeza se encontró con las tropas de Clauzel, enviadas por Junot —quien recibió el encargo de Napoleón de ocupar el reino de León— para sustituirle. Mientras esperaban la llegada de artillería pesada necesaria para el sitio —procedente de Burgos y Valladolid—, Clauzel recorrió los pueblos cercanos a Astorga y el 26 de febrero se presentó frente a la ciudad con un mensaje de Junot, pero fue también rechazado.17 En los primeros días de marzo se tuvieron noticias de una importante concentración de tropas francesas en La Bañeza y Benavente y el día 12 llegaron a Astorga los primeros contingentes, a los que se enfrentaron las guerrillas.18 Por aquel entonces Santocildes era consciente de que, en caso de ser atacado, no podría recibir ayuda desde Galicia o Asturias, por lo que tendrían que defenderse con sus propios medios. Al mismo tiempo se produjo un cambio en el mando español y así Mahy se hizo cargo de la 4ª división, en lugar de García de Velasco, y trasladó su cuartel general de Lugo a Villafranca del Bierzo.19

Antes del sitio de 1810, Kellerman, Loison y Clauzel intentaron, sin éxito, ocupar Astorga

El 21 de marzo se apostaban en los alrededores de Astorga las primeras columnas francesas, bajo el mando de Clauzel, y dos días después la ciudad estaba completamente rodeada y los accesos desde Galicia, Puebla de Sanabria, Benavente y León vigilados. Tras un primer análisis de la fortificación, los franceses observaron que el mejor sitio para atacar era el ángulo de la Puerta de Hierro, junto a la Catedral, y pidieron la aprobación a Junot para llevar a cabo el asedio. Desde el día 23 comenzaron a excavar atrincheramientos y durante los días siguientes se produjeron continuas salidas desde la ciudad para estorbar tales trabajos, siendo la del día 26 la primera en la que hubo heridos. Aprobado el plan de asedio, mientras llegaban las 18 piezas de artillería Junot ordenó a Clauzel que se limitara a cercar la ciudad:

Preparadlo todo de tal manera que cuando llegue la artillería todo esté preparado para recibirla y se pueda acometer la ciudad [...] Trabajad con precaución y que no muera un soldado inútilmente.

Desde la noche del día 29 los franceses solo trabajaron de noche, con obras, por ejemplo, frente al convento de Santa Clara, en la meseta de Rectivía, para apoyar un falso ataque por ese ángulo, y en la meseta de la Tejera. Al día siguiente, y ante los progresos de los sitiadores, 300 hombres de la guarnición, bajo el mando de Félix Acevedo, hicieron una salida y destrozaron los trabajos realizados en la Tejera, causando 200 bajas a los franceses. Estos, esa misma noche, reconstruyeron lo destruido y empezaron nuevos trabajos cerca de los conventos de Santa Clara y Santo Domingo. La noche del 1 de abril hicieron una primera incursión a Santa Clara y ocuparon Fuente Encalada, lo que obligó a los sitiados a abastecerse por medio de los pozos del interior amurallado. La mañana del día siguiente los franceses se apoderaron de Santo Domingo, obligando a su guardia a retirarse, y por la tarde los españoles evacuaron Santa Clara después de incendiarlo.

A través de tres soldados enviados días atrás, la guarnición supo que las fuerzas de los franceses eran unos 16 000 hombres y que el general Mahy ya se encontraba en Villafranca del Bierzo, con unos 3000-4000 hombres. La noche del día 3 los franceses comenzaron a excavar un camino cubierto entre Puerta de Rey y la muralla y durante el día, desde las casas del arrabal, hostigaban a los defensores. Estos se encontraban ya únicamente en el recinto amurallado y en Rectivía. La noche del día 5 fue ocupado Santa Clara, tras extinguirse su incendio, y posteriormente fortificado; los trabajos en ese punto y en otros como Santo Domingo y Puerta de Rey continuaron durante las siguientes horas. Entre los días 6 y 7 ocuparon el arrabal de San Andrés, cerca ya de la muralla, hecho que fue contestado por la guarnición con una salida e incendiando el arrabal, acción en la que sufrieron tres muertos y seis heridos.

Mientras los franceses continuaron diversos trabajos en Santa Clara, San Andrés y la Tejera, el general Mahy, a través de un mensaje, ofrecía su ayuda a Santocildes en el caso de que abandonase la ciudad:

Resiste a esas fuerzas. Me consta lo que Vd sufre. Los aliados portugueses han aflojado pues dicen que son pocos;y así amigo avíseme si aún puede sufrir muchos días para mi consuelo y ver si algo consigo de los aliados vecinos a quien no ceso de importunar. En fn Vd hará siempre lo que le parezca mejor. Sus fuerzas respetables las tienen hacia Cambarros, Cogorderos y parte de Fuencebadón, y así esto le servirá de gobierno por si tiene en la idea el escapar de noche y avisándome el día fijo con anticipación y yo llamaré a otro lado la atención con lo poco o mucho que tengo.

Las lluvias de esos días retrasaron alguno de los trabajos de los sitiadores, inundando la pradera de Santa Clara y la trinchera entre esta y San Andrés. El día 9 se produjo una nueva salida de la guarnición, en esta ocasión para entorpecer los trabajos de los franceses en Rectivía. Mientras tanto, Junot tuvo noticia de que Mahy estaba reuniendo en Villafranca del Bierzo un ejército de 10 000-12 000 hombres por lo que ordenó llevar a Astorga la mayor parte del 8º cuerpo de ejército y acelerar la llegada de la artillería.
Desde el 17 de abril, el general Junot dirigió en persona las operaciones de asedio

Durante los días y noches siguientes, los franceses continuaron con sus trabajos de preparación y reconstrucción tras las lluvias, pero especialmente en una trinchera en zigzag orientada hacia Puerta de Hierro, lo que hacía ya suponer a la guarnición por dónde pretendían abrir brecha en la muralla. Los franceses tuvieron noticia de que el día 14 llegaría el primer convoy con munición y pólvora y en los días siguientes las piezas de artillería. Junot ordenó desplegar el 8º cuerpo de ejército en el Manzanal, Foncebadón, Penilla y junto al río Esla entre Benavente y Zamora, protegiendo así el asedio frente a cualquier intento de ayuda.

La noche del día 13 entró en la ciudad un labrador con un mensaje que indicaba que pronto llegaría la ayuda de Mahy y durante los días siguientes las lluvias inundaron y entorpecieron nuevamente los trabajos de atrincheramiento. El día 17 llegaron a Astorga Junot, instalándose en Castrillo de los Polvazares, y el general Foucher, jefe de artillería, con las piezas destinadas al sitio. Los trabajos de asedio continuaron y la noche del día 19 todas las baterías quedaron artilladas. Al amanecer del día siguiente la artillería francesa abrió fuego, que continuó durante toda la jornada y avanzó en su intención de abrir una brecha en la muralla; ante esto, Santocildes ordenó preparar en ese punto un obstáculo en forma de U para dificultar el acceso a los asaltantes. Asimismo ese día los franceses atacaron a las tropas de Mahy en Foncebadón y el Manzanal, provocando su retirada a Orense y evitando así que la ciudad recibiera ayuda.

El día 21 continuó el fuego francés y a media jornada la brecha era de 25 metros y tanto la sacristía de la Catedral como algunas casas del recinto amurallado y del arrabal de Rectivía estaban incendiadas. La guarnición contestó al bombardeo desde el principio, causando algunas bajas a los franceses. La falta de víveres se agudizaba y para intentar paliarlo se estinó a la molienda a los 12 animales de carga que aún quedaban en la ciudad. Una vez abierta la brecha, Junot envió a Santocildes un mensaje pidiendo la rendición de la plaza, bajo amenaza de pasar a cuchillo a todos sin distinción de sexo ni edad, pero la respuesta de la guarnición fue negativa.
Asalto y capitulación
Zona de la muralla donde abrieron brecha las tropas francesas

A las dos y media de la tarde de ese día 21 dos columnas francesas de 1000 hombres cada una atacaron el arrabal de Rectivía, encontrando una dura resistencia por parte de sus defensores, y por la tarde Junot ordenó asaltar la brecha con 700 hombres del batallón irlandés; en el interior del recinto la guarnición se defendió desde el obstáculo levantado días atrás y provocó 300 bajas a los asaltantes,35 lo que hizo que en un primer momento ninguno lograse entrar en la ciudad. Sin embargo, un granadero llamado Lanjuinais se parapetó con su mochila y el resto recibió la orden de hacer lo mismo, lo que permitió a los franceses formar un parapeto en la brecha. los combates duraron hasta que anocheció, cuando cesó el fuego de los asaltantes.

A pesar de resistir el primer ataque, la guarnición era consciente de que a la defensa de la ciudad le quedaban tan solo unas horas; de madrugada Santocildes se reunió con el resto de jefes y les expuso la precaria situación en la que se encontraban y la falta de municiones. Ante la imposibilidad de una salida general de toda la guarnición y de resistir un segundo asalto, los reunidos acordaron que si no les daba una capitulación honrosa perecerían todos: se debía proteger a los astorganos y salvar su honor.37 Tal decisión se expuso a la Corporación, que comprendió la necesidad de capitular, excepto uno de sus miembros, el antiguo corregidor Pedro Costilla, que gritó ¡Muramos todos como numantinos!.
Una vez rendida la plaza, la guarnición entregó sus armas junto a Fuente Encalada

En la mañana del día 22 el segundo de la plaza, Pedro Guerrero, salió de Rectivía con una bandera blanca, fue conducido ante Junot y a las dos horas regresó con el texto de la capitulación. Poco después Santocildes se presentó al general francés, a quien pidió por la población y que no entrasen franceses hasta que no hubiera salido la guarnición española. Junot aseguró que respetaría a los paisanos y aceptó lo respectivo a la entrada en la ciudad.38 39 A las once los franceses tomaron posesión de los almacenes y a las dos de la tarde salió por Puerta Obispo, en columna, la guarnición española, dirigiéndose hacia Fuente Encalada, donde entregaron las armas. En esos momentos adquirió protagonismo un húsar español, Tiburcio Álvarez, al intentar matar a un francés, al grito de ¡Yo no capitulo!,40 después de conocer la rendición de la plaza; fue llevado ante Junot, juzgado y fusilado en Rectivía, donde también recibió sepultura.

Los españoles fueron conducidos a La Bañeza, camino de Valladolid y de Francia, y a las tres de la tarde los franceses entraron en la ciudad. Al mismo tiempo se acercaban tres columnas españolas desde el camino de Puebla de Sanabria, desde Foncebadón y desde el Manzanal, pero, además de llegar tarde, las tres fueron derrotadas.41 En las operaciones del sitio participaron en total más de 23 000 franceses, de los cuales 12000 estuvieron simultáneamente en Astorga. En cuanto a las bajas en el combate, las cifras son distintas; según el francés Belmas, los españoles sufrieron 51 muertos y 102 heridos, por 160 muertos y 400 heridos de los franceses, mientras que para Santocildes la guarnición española sufrió 49 muertos y 90 heridos y las bajas francesas fueron 5000 hombres fuera de combate.

Tras la toma de la ciudad, Junot dejó como guarnición los restos de los batallones que participaron en el asalto, unos 1500 hombres, bajo el mando del general Lanberdière; anunció su propósito de castigar a la población, especialmente a los eclesiásticos, y exigió a la Corporación el pago de un millón de reales o de lo contrario la ciudad sería saqueada. Tal pagó se hizo mediante alhajas de las familias más ricas pero aun así se produjeron saqueos.43 Otras medidas adoptadas por los franceses fueron la implantación del toque de queda, la prohibición de reuniones, la sustitución del obispo por el auxiliar de Madrid y el nombramiento de nuevas autoridades locales. El resto de tropas fue enviado, a mediados de mayo, hacia Zamora y Salamanca para unirse al ejército de Portugal, que había comenzado el asedio de Ciudad Rodrigo.

Tras la marcha del ejército de Junot, las tropas del general Mahy comenzaron a desarrollar una serie de acciones: tomaron Puebla de Sanabria y Alcañices y consiguieron bloquear los accesos a Astorga durante breves periodos de tiempo; incluso el 7 de junio atacaron León y propiciaron la sublevación de la población, pero esta sufrió una fuerte represalia por parte de la guarnición francesa.44 Ante estos hechos, Junot regresó a León con su cuerpo de ejército y consiguió rechazar a Mahy y recuperar tanto Puebla de Sanabria como Alcañices. En septiembre el general Taboada sustituyó en el mando a Mahy, haciéndose cargo de las tropas asentadas en El Bierzo, y durante los siguientes meses llevó a cabo distintas acciones contra tropas francesas, varias de ellas en el entorno de Astorga.45

A principios de 1811, Castaños y Bessières asumieron el mando de los ejércitos del norte

Entre diciembre de 1810 y enero de 1811 se reorganizaron las fuerzas españolas y napoleónicas; en las primeras se crearon seis nuevos ejércitos, entre ellos el 6º, con jurisdicción sobre el noroeste peninsular y bajo el mando del general Castaños, y entre los franceses se creó el Ejército del Norte, que asumiría todo el territorio comprendido entre Navarra y Salamanca, bajo el mando del mariscal Bessières.46 Entre enero y marzo las tropas españolas desarrollaron diversas operaciones en torno a Astorga, en general con un resultado positivo, pero menos de lo esperado a pesar de su superioridad numérica en la zona:

La escasez de subsistencias de boca, caudales, calzado y vestuario en lo más riguroso de la estación y fatiga impidió algunos progresos más, como también el tener el enemigo en todas las plazas y lugares fortificaciones y edificios donde no podía ofendérseles sin artillería gruesa, ni tampoco permitía avanzar las tropas a la llanura por la poca caballería que hay.

A principios de 1811 regresó el coronel Santocildes; hecho prisionero tras la caída de Astorga en 1810, estuvo confinado en Mâcon (Francia) hasta que consiguió escapar el 22 de octubre. Una vez en la costa, viajó en un buque hasta Cádiz, donde pidió volver al servicio y se trasladó a Galicia.48 En marzo fue nombrado jefe interino del 6º ejército, que contaba en ese momento con 21000 hombres —de los cuales 4000 en Puebla de Sanabria y 7000 en El Bierzo —, y además de conseguir recursos económicos trasladó su cuartel general de La Coruña a Villafranca del Bierzo y Ponferrada, ya en el mes de junio.49 A principios de este, Santocildes hizo avanzar al 6º ejército hacia varios puntos del entorno de León con el objetivo último de provocar la expulsión de los franceses de Asturias; después de pequeños éxitos de las tropas españolas, el Principado fue evacuado los días 14 y 15 de junio.
A mediados de 1811, Dorsenne sustituyó a Bessières en el norte

En Astorga, la guarnición francesa llevó a cabo varias voladuras en la muralla con el propósito de reducir su eficacia como fortificación para sus nuevos ocupantes españoles; evacuaron la ciudad el día 19 y dos días después volvió a entrar en ella Santocildes.

Después de la victoria española el día 23 en la batalla de Cogorderos, las tropas del 6º ejército avanzaron hacia la línea del río Órbigo, de donde desalojaron a los franceses a principios de julio. Estos se mantuvieron en la línea del río Esla, entre Mansilla de las Mulas y Benavente, y entre ambos hubo continuos avances y repliegues. Por entonces, los dos bandos cambiaron de general: en el caso francés, Dorsenne sustituyó a Bessières en el norte, y en el lado español el general Abadía se puso al frente del 6º ejército.

Si bien Santocildes había pasado a la ofensiva, Abadía decidió primar la reorganización de las tropas en retaguardia, por lo que las fuerzas en combate quedaron debilitadas y con menos mandos. Las tropas francesas aprovecharon esta coyuntura y a finales de agosto obligaron al 6º ejército a replegarse hacia el Bierzo y Valdeorras; la guarnición de Astorga abandonó la ciudad, que fue ocupada nuevamente por los franceses el día 26.51 A pesar de tales éxitos, el grueso de las tropas napoleónicas se retiró hacia el sur para ayudar a Ciudad Rodrigo, que se hallaba sitiada por los ingleses. Sin embargo, la inacción de Abadía, junto con la hambruna y la falta de medios, provocó que el 6 de noviembre los franceses ocupasen de nuevo Asturias.

Sitio de 1812

A finales de enero de 1812, y ante el movimiento de tropas francesas hacia Ciudad Rodrigo, que se hallaba sitiada por Wellington, Abadía concibió una ofensiva sobre León; sin embargo su despliegue no se produjo con la rapidez necesaria y Bonet tuvo tiempo de evacuar Asturias e instalarse en Astorga, cuya guarnición reforzó hasta los 1400 hombres.52 Tras una nueva reorganización de las tropas francesas, en abril Dorsenne fue sustituido por Caffarelli al frente del ejército del norte. A mediados de mayo, Bonet ocupó de nuevo Asturias, pero por órdenes de Marmont tuvo que evacuarla nuevamente y centrarse en Astorga. En junio Santocildes recibió el mando del 6º ejército, sustituyendo a Abadía, y el día 15 sus tropas comenzaron el cerco a la ciudad.53

Cuando se inició el cerco, la guarnición francesa la componían unos 1000 hombres, comandados por el general Rémond. Desde enero distintos gobernadores habían fortificado la ciudad a través de obras exteriores; se había derribado el arrabal de Rectivía y los edificios contiguos a la muralla y se habían construido baluartes frente a las puertas del Obispo, del Rey y de Hierro. Mientras llegaban los cañones desde La Coruña, las tropas españolas se limitaron a mantener el cerco y solo el día 29 comenzaron los trabajos de asedio. El 3 de julio instalaron los primeros cañones; Santocildes trató de obtener la rendición de la plaza y, ante la negativa, comenzó a bombardear los reductos exteriores franceses. En previsión de que estos recibieran refuerzos, Castaños ordenó que la vanguardia del 7º ejército se reuniera con el 6º en Astorga, contando en total unos 20 000 hombres y 2000 caballos.

El 5 de julio los sitiadores finalizaron los primeros trabajos y empezaron la trinchera que les acercaría a la muralla. Ante la lentitud de los trabajos y la falta de medios, Santocildes decidió enviar parte del contigente a Zamora, ocupada por los franceses. El día 11 se construyeron dos baterías, Patria y Constitución, para hacer frente a los baluartes franceses de Puerta del Obispo y Puerta del Rey. Mientras entre los sitiadores había escasez de munición, entre la guarnición de la ciudad, de acuerdo con los informadores, lo que faltaban eran víveres. El general Rémond se impacientaba y escribía así a Marmont:

Astorga está bloqueada desde el 12 de junio; ha empezado el sitio y la trinchera está abierta desde el 28 de junio. Es importante que lleguen socorros de aquí al 20 del corriente; no tengo noticias del ejército desde el bloqueo de la Plaza.56

El día 13 Santocildes dispuso la marcha de otro contingente hacia el sur, lo que permitía disponer de más raciones para las tropas presentes en el sitio.57 Ante la distintas propuestas de abrir brecha por parte de los ingenieros, la reunión de mandos aceptó la de Santa Clara, con otras acciones adicionales. Esa noche Rémond ordenó una salida por la Puerta del Rey que fue rechazada por los sitiadores. Al día siguiente, un grupo de tiradores franceses se apostaron en un teso junto al ángulo del castillo y el día 15 se dedicaron a estorbar los trabajos de asedio, pero a la noche fueron desalojados por un batallón español. El día 16 hubo intercambio de fuego de cañón pero ambos tuvieron que dejar de disparar pues sus respectivas baterías habían quedado dañadas.

El día 17 quedó finalizada la batería del Rey, la trinchera y un parapeto en el teso del ángulo del castillo. Dos días después, casi 40 desde el inicio del cerco, el 6º ejército seguía inmovilizado ante Astorga debido a la lentitud de las operaciones y la falta de munición. La noche del 21 se emplazaron cinco cañones en la batería del Rey, mientras que el resto se repartía entre las baterías Bailén y Constitución.58 Ese mismo día 21, Santocildes trasladó la mayor parte del 6º ejército hacia Benavente y dejó al general Losada el mando del asedio. Los días finales del mes se intensificó el fuego por ambas partes, aunque seguía siendo imposible acelerar el sitio sin una brecha abierta. A principios de agosto, mientras continuaban los trabajos de trinchera y mina, aumentaron las bajas entre los sitiadores al mismo tiempo que los sitiados sufrían las bajas por deserción.59
Capitulación

El 22 de julio las tropas francesas sufrieron una derrota en la batalla de Arapiles. El general Losada escribió cinco días después a los defensores de Astorga para informarles de tales hechos y pedir la capitulación de la plaza.60 Rémond rechazó su proposición; sin embargo, el 13 de agosto recibió la confirmación de los hechos de Arapiles y el día 16 sondeaba las condiciones de la rendición de la plaza, pero la negociación se estancó en lo referente a su salida como prisioneros. Al día siguiente llegó al sitio el general Castaños, que negoció nuevamente las condiciones de capitulación, siendo esta vez aceptada por la guarnición francesa el día 18. Al día siguiente por la mañana Rémond salió de Astorga, en dirección a Galicia, junto con los 730 soldados que quedaban. El botín capturado a los franceses incluía 17 piezas de artillería y abundante munición,61 mientras que el coste humano para los sitiadores fue de 72 muertos, 219 heridos y 31 prisioneros, muchos de los cuales eran guerrilleros de la 2ª Legión de Castilla.62
Fin de las operaciones

Tras la derrota en Arapiles, Clauzel reorganizó los restos del Ejército de Portugal, unos 25 000 hombres y el general Foy, a sus órdenes, inició una incursión con el objetivo de liberar las guarniciones francesas de Astorga, Benavente, Zamora, Toro y Tordesillas; recorrió el valle del Duero, alcanzó Toro y se dirigió hacia el norte contra Astorga.63 Mientras tanto, una vez recuperada la ciudad, los españoles habían destruido las fortificaciones construidas por los franceses, retiraron todo aquello que pudiera ser útil y abandonaron la plaza, dejando en ella únicamente a los franceses heridos. La misma noche del 19 de agosto un destacamento de Foy llegó a Astorga, recuperó a los enfermos y se retiró de la plaza. A continuación el general francés arrasó las fortificaciones de Zamora y regresó a Valladolid, donde se reunió con Clauzel el 4 de septiembre.

En los meses siguientes el ejército francés lanzó una contraofensiva que cortó las comunicaciones entre el norte y el sur y dificultó las operaciones a las tropas españolas. En el caso de Astorga, la destrucción de sus defensas impedía a los franceses saquear la comarca y refugiarse tras su muralla, pero durante los primeros meses de 1813 estuvo hasta en tres ocasiones ocupada por las tropas francesas con el objetivo de obtener recursos. La primera el 17 de enero, la segunda en fecha incierta a lo largo del mes de febrero y la tercera a principios de mayo.64 En esos momentos las tropas francesas en España eran de unos 70 000 hombres, encuadrados en cuatro ejércitos, mientras que las fuerzas de Wellington eran unos 65 000 y las españolas unos 60 000, encuadrados en cuatro ejércitos; tres de ellos luchaban en Levante y el 4º Ejército (antiguo 6º Ejército) se recuperaba en Galicia. Wellington y Castaños decidieron lanzarse a la ofensiva. El rey José I Bonaparte, que estaba en Valladolid, retrocedió hacia Vitoria pero el 21 de junio fue derrotado. Esto provocó el alejamiento definitivo de los franceses del oeste peninsular, por lo que Astorga no volvió a ser objetivo de ningún ejército ni se produjeron operaciones militares durante el periodo en el que continuó la guerra.

Consecuencias
El nombre de Astorga mencionado en el Arco de Triunfo de París junto a otras batallas de las Guerras Napoleónicas

Para los franceses, la conquista de Astorga de 1810 resultó ser una victoria costosa en un lugar que, a priori, pensaban que no se resistiría, y que sin embargo ofreció una dura resistencia y logró inmovilizar un cuerpo de ejército. El triunfo se añadió a los éxitos del Imperio y llegó en un momento muy oportuno pues acababa de celebrarse la boda de Napoleón con María Luisa. A nivel práctico, la caída de Astorga dejó libre al 8º cuerpo del ejército francés y así, cuando a principios de mayo el mariscal Massena se hizo cargo del ejército de Portugal, contaba con los tres cuerpos de ejército disponibles.66

Para los ingleses, la rendición de la ciudad significó una nueva amenaza para su ejército en Portugal. El general Wellington decidió no liberar Ciudad Rodrigo; los franceses tomaron la ciudad tras un sitio de 40 días y poco después cayó la plaza fuerte de Almeida. Los españoles se sintieron traicionados por los ingleses y la alianza se debilitó.67 Sin embargo, los hechos de Astorga retuvieron varios meses al cuerpo de Junot y la tercera invasión de Portugal, que pudo haber comenzado en la primavera de 1810, se demoró hasta otoño. Desde que Napoleón volvía a tener su ejército disponible hasta que atacó nuevamente Portugal pasó más de un año, por lo que Wellington pudo preparar la defensa en Torres Vedras y la invasión resultó un fracaso.

Durante el periodo de ocupación francesa, Astorga se convirtió en la base de operaciones de las tropas que operaban contra Asturias y Galicia; la frontera entre la España libre y la ocupada pasó de ser el río Órbigo a situarse en El Bierzo, lo que obligó a reforzar la defensa de Galicia.


En 1910 se cumplió el primer centenario del sitio de 1810 y la ciudad lo celebró con diversos actos que tuvieron lugar durante las fiestas patronales de Santa Marta, entre el 27 de agosto y el 20 de septiembre. Así, el 29 de agosto se inauguró el monumento conmemorativo, obra de Enrique Marín, y se interpretó el himno del centenario; el día 31 del mismo mes llegaron, procedentes de Barcelona, los restos mortales de José María de Santocildes, a los que se recibió con honores de Capitán General, y, finalmente, el 1 de septiembre, se celebró una misa funeral en la catedral en su honor y se procedió a su enterramiento en la misma.69


A principios del siglo XXI se empezaron a celebrar unas Jornadas Napoleónicas con el objetivo de recrear y dar a conocer los hechos acaecidos dos siglos antes y como preludio al segundo centenario de los sitios. Así, las primeras jornadas tuvieron lugar en 2004 en Castrillo de los Polvazares, con recreación de campamento, vida de la guarnición y combate por las calles de la localidad.70 Las segundas jornadas se celebraron en 2006 con desfile de tropas y recreación del ataque francés en Astorga y combates en Castrillo de los Polvazares.71 Las terceras jornadas tuvieron lugar en 2008 con recreación de campamento, combates y homenaje a los caídos en Astorga y combates en Castrillo de los Polvazares. 72 Las cuartas jornadas, en 2010, no contaron con recreaciones históricas debido a la crisis económica y los actos fueron únicamente institucionales y de homenaje.73 Finalmente, en 2012, se celebró el segundo centenario del sitio de 1812 con unas nuevas jornadas en las que hubo recreación de campamento, desfile, combates y homenaje a los caídos.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Avatar de Usuario
tuareg
Usuario Dado de Baja
Mensajes: 5777
Registrado: 14 Nov 2009 21:18
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor tuareg » 03 Feb 2016 14:40

Muchas gracias por los resúmenes de las las batallas de la guerra de la independencia, mi 4 abuelo se alistó voluntario, y estuvo en Poza de la Sal, y más tarde con los 100.000 hijos de San Luis para apoyar a Fernando VII y acabar con el trienio liberal.

Es una época muy convulsa y difícil para los que le tocaron vivirla

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 20:50

De nada, se trata fundamentalmente de intentar divulgar nuestra historia que no quede en el olvido, y usar las bases de datos y la ayuda de la Wiki, con todo ello se consigue un trabajillo aceptable,
Gracias a todos los que escribís y os gusta el hilo.

Un saludo a todos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 21:18

BATALLA DE BADAJOZ

El Tercer asedio de Badajoz tuvo lugar entre el 16 de marzo y el 6 de abril de 1812. La ciudad de Badajoz fue sitiada por el ejército anglo-portugués bajo el mando de Arthur Wellesley (por aquel momento conde de Wellington). El sitio fue uno de los más sangrientos de las Guerras Napoleónicas, con cerca de 3.000 soldados muertos en unas pocas horas de lucha intensa hasta que el asalto llegó a su fin, con la rendición y retirada de la guarnición francesa.


Tras la captura de las ciudades fronterizas de Almeida (Portugal) y Ciudad Rodrigo (España) en sitios anteriores, la fuerza anglo-portuguesa se dirigió a Badajoz a capturar la ciudad y asegurar las líneas de comunicación con Lisboa, la base primaria de operaciones del ejército aliado. Badajoz estaba protegida por unos 5.000 soldados franceses al mando del general Armand Philippon, y poseía unas fortificaciones mucho más fuertes que Almeida o Ciudad Rodrigo, con una sólida muralla cubriendo numerosos fuertes y bastiones. Badajoz ya se había enfrentado a dos sitios sin éxito y estaba bien preparada para un tercer intento, con las murallas reforzadas y algunas áreas alrededor de las murallas inundadas o minadas con explosivos potentes.

El ejército aliado, de unos 25.000 hombres, sobrepasaba en mucho a la guarnición francesa en una proporción de cinco a uno, y tras rodear la ciudad, empezó a instalar el sitio preparando trincheras, paralelos y movimientos de tierra para proteger a la artillería pesada. Mientras se desarrollaban los movimientos de tierras, los franceses hicieron varias incursiones para intentar destruir las líneas avanzadas hacia la muralla, pero fueron repetidamente repelidas por los tiradores británicos y contraatacados por la infantería.

Con la llegada de los obuses de 18 y 24 libras, los aliados empezaron un intenso bombardeo de las defensas de la ciudad mientras uno de los bastiones defensivos (el fuerte de la Picuriña) era tomado por los casacas rojas del General de la 3.ª División Thomas Picton. La captura del bastión permitió movimientos de tierra más extensos y pronto un laberinto de trincheras fue acercándose sigilosamente a las altas murallas de piedra, mientras los cañones continuaban disparando a las murallas.

El 5 de abril habían sido abiertas dos brechas en la muralla (entre los bastiones de Santa Maria y el de la Trinidad) y los soldados se prepararon para asaltar Badajoz. La orden para atacar fue retrasada 24 horas para permitir que se hiciera otra brecha en la cortina de la muralla. Se empezaron a filtrar noticias a los aliados de que Soult estaba en marcha para reforzar la ciudad y se dio la orden de lanzar el ataque a las 22:00 horas del 6 de abril.

La guarnición francesa, consciente de su situación, minó las grandes brechas de la muralla y se preparó para el inminente asalto.

Con tres grandes brechas en la muralla y el Mariscal Soult en marcha para socorrer a la ciudad, Wellesley ordenó a sus regimientos asaltar la ciudad a las 22:00 el 6 de abril y las tropas se adentraron con escalas y diversas herramientas.

Los primeros hombres en asaltar la brecha fueron los Forlorn Hope —en el ejército inglés se denominan así a los efectivos de asalto, generalmente voluntarios con ganas de ascender en la carrera militar y que llevan a cabo misiones suicidas o de elevadísimo riesgo—, quienes lideraban el ataque principal con la 4.ª división y la División Ligera de Craufurd, mientras se llevaban a cabo ataques de distracción al norte y al este por los soldados portugueses e ingleses de la 5.ª división y de la 3.ª de Picton.

Justo cuando los Forlorn Hope estaban empezando el ataque, un centinela francés dio la alarma. En pocos segundos, los puestos de defensa se llenaron de soldados franceses, que vertían un granizo letal de fuego de mosquete a las tropas en la base de la brecha. Los británicos y los portugueses llegaron en oleada y corrieron hacia la muralla, encarando una asesina descarga de artillería de mosquetes y granadas, piedras, barriles de pólvora con plomo e incluso paquetes de heno ardiendo.

La descarga furiosa de artillería devastaba los soldados británicos en la muralla, y la brecha pronto empezó a llenarse con muertos y heridos, los cuales tenían que ser sorteados por las tropas de asalto. A pesar de la masacre, los casacas rojas continuaron llegando valientemente en oleadas de gran número, sólo para ser acribillados por descargas sin fin y metralla de granadas y bombas.

En sólo dos horas, unos 2.000 hombres habían muerto o habían sido heridos gravemente en la brecha principal, mientras un número indefinido de la 3.ª división fueron tiroteados en la maniobra de distracción. El propio general Picton fue herido mientras escalaba para intentar llegar a lo alto de la muralla. En cualquier sitio que atacaban, los soldados aliados fueron parados y la carnicería fue tan inmensa que Wellesley estuvo a punto de pedir parar el asalto, cuando los soldados finalmente se introdujeron en la muralla.

La 3.ª división de Picton finalmente consiguió llegar a la zona de La Alcazaba, situada en la parte más alta de la población, donde los franceses tenían previsto refugiarse en el momento final. Desde allí lograron enlazar con los hombres de la 5.ª división, quienes también estaban intentando adentrarse en la ciudad. Una vez que se introdujeron, los soldados portugueses y británicos estaban en gran ventaja numérica, y los franceses empezaron a retroceder. Viendo que no podían resistir más, el general Philippon se retiró de Badajoz y se dirigió al fuerte de San Cristóbal, situado en la orilla derecha del Guadiana donde, finalmente, depuso las armas en la mañana del día siguiente.

Al éxito militar le siguieron saqueos en masa y desórdenes mientras los casacas rojas se emborrachaban, y pasaron unas 72 horas hasta que el orden fue completamente restaurado. Entre los civiles españoles que consiguieron sobrevivir estaban Juana María de los Dolores de León, futura mujer del general Sir Harry Smith, y su hermana.

Cuando llegó finalmente la mañana del 7 de abril, se reveló el horror de la matanza que rodeaba toda la muralla. Los cuerpos fueron apilados y la sangre discurría como ríos en las zanjas y trincheras. Cuando vio la destrucción y la masacre, Sir Arthur Wellesley lloró amargamente y maldijo al Parlamento Británico por concederle tan pocos recursos y soldados. El asalto y las escaramuzas anteriores habían causado en el bando aliado unas 4.800 bajas. La élite de la División Ligera había salido muy dañada, perdiendo un 40% de sus hombres. El asalto fue, sin embargo, un éxito, Wellesley había asegurado la frontera hispano-portuguesa y podía moverse ahora contra el mariscal Soult en Salamanca.
Saqueo

El saqueo de la ciudad de Badajoz a cargo de las tropas inglesas con posterioridad a la batalla, incluyendo violaciones y asesinatos indiscriminados de la población civil, se encuentra entre los más terribles y sangrientos acontecimientos de la Guerra de la Independencia.

Lo cierto es que los saqueos, pillajes y violaciones por parte de los "aliados" ingleses fueron una constante a lo largo de todo el conflicto, sufriéndolos la población civil "liberada", como ocurriría en San Sebastián en Septiembre de 2013 y en tantos y otros sitios más.
Es lo que tiene tener por aliados a los hijos de la gran bretaña

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 03 Feb 2016 21:32

BATALLA DE BAILEN

La batalla de Bailén se libró durante la Guerra de la Independencia Española y supuso la primera derrota en campo abierto de la historia del ejército napoleónico. Tuvo lugar el 19 de julio de 1808 junto a la ciudad jienense de Bailén. Enfrentó a un ejército francés de unos 21 000 soldados al mando del general Dupont con otro español más numeroso (unos 27 000) a las órdenes del general Castaños.

Las Juntas de gobierno de Sevilla (Junta Suprema de España e Indias) y Granada comenzaron el reclutamiento de dos ejércitos, que debían cortar el camino a través de Sierra Morena a los franceses. El germen del Ejército de Andalucía lo formaban las tropas regulares del Campo de Gibraltar, 16 regimientos de infantería y tres de caballería al mando del general Castaños. Por su parte, Teodoro Reding comenzó el reclutamiento de un segundo ejército, donde se encontraba su Regimiento Suizo de Reding nº 3, en la provincia de Granada. El reclutamiento fue masivo, destacando el número de voluntarios, que formaban más de la mitad del Ejército de Andalucía (unos 17 000 hombres).

A comienzos de junio, Pierre Dupont partió de Madrid para someter Andalucía y rescatar a la escuadra francesa de Rosily, que permanecía en Cádiz. La dureza de la ruta, donde fueron acosados continuamente por bandoleros y cruzaron poblaciones hostiles como Valdepeñas, que se levantó en armas el día 6, haciendo retroceder hasta Toledo a buena parte de su tropa (contienda de Valdepeñas), le llevó a saquear Córdoba el 8 de junio. Cuando recibió la doble noticia de que la flota francesa en Cádiz se había rendido y que se estaba organizando un ejército para cortarle el paso, abandonó la ciudad y se recogió al amparo de Andújar, donde estableció su cuartel general el 18 de junio. El 26, recibe a la segunda división, al mando de Dominique Honoré Antoine Marie Vedel, que había derrotado a un contingente de voluntarios españoles en Despeñaperros, y había dejado un regimiento en La Carolina para proteger las comunicaciones con el centro de la Península.

El «plan de Porcuna»
Por su parte, Francisco Javier Castaños se reunió con los mandos españoles en Porcuna para decidir la estrategia a seguir. Dos divisiones, una regular al mando de Félix Jones y la de reserva al mando de Manuel de la Peña, que formaban las tropas de Castaños (unos 12 000 hombres) debían atacar Andújar, clavando a las fuerzas de Dupont. Una tercera división, formada por 8000 hombres al mando del marqués de Coupigny, cruzaría el Guadalquivir más al este, a la altura de Villanueva de la Reina. Por último, Reding dirigiría al ejército de Granada (10 000 hombres) a través de Mengíbar.
El combate de Mengíbar

El 13 de julio, Reding se apresta a cruzar el Guadalquivir en Mengíbar. Esta población estaba defendida por unos 2000 hombres al mando del general Ligier-Belair. En la madrugada del 14, el primer escuadrón de dragones de Numancia y el de cazadores de Olivenza, al mando del general Francisco Xavier Venegas, hacen huir a la caballería francesa al otro lado del río. Ante la amenaza de nuevos ataques, Ligier-Belair evacua la población y solicita ayuda a Vedel.

Reding, por su parte, comienza el ataque el día 15 de julio muy temprano. Ante la llegada de Vedel a media mañana, interrumpe el ataque. Vedel abandonaría la posición posteriormente, ante la petición de refuerzos por parte de Dupont, y marcharía hacia Andújar.

Al día siguiente, Reding dispone todas sus fuerzas, más refuerzos de Coupigny.

Castaños se dirigió a Sierra Morena desde su cuartel general en Utrera. El general, en una serie de osadas maniobras, desplazó su ejército de día y de noche, cambiando constantemente de dirección, de manera que las tropas francesas no pudiesen estar seguras de sus intenciones, mientras él se mantenía perfectamente al corriente de los movimientos franceses gracias a los paisanos. Ante ello, el general Dupont envió una parte importante de sus fuerzas a La Carolina, con la intención de proteger el paso hacia Madrid de un posible ataque de Castaños, lo que le hubiese supuesto la incomunicación que tanto temía.

Dupont, desde Andújar, no se atrevió a plantear una batalla a las fuerzas de Castaños, y prefirió retroceder, buscando enlazar con las otras tropas francesas mandadas por los generales Vedel y Dufour, que venían en su ayuda y que estaban ya casi en el límite de la provincia. Al dirigirse con esa intención a Bailén el 18 de julio, se encontró con las tropas de Castaños que en esos momentos salían de la ciudad, y allí mismo se entabló la batalla.

La batalla
La batalla, de acuerdo con el Plan de Porcuna establecido por el General Castaños, debería tener lugar en Andújar. Sin embargo, las tropas de Dupont se pusieron en marcha antes de ello en dirección a Bailén para unirse al contingente francés de Vedel, que había cruzado Despeñaperros.

En el primer período de la batalla, entre las tres y cuatro de la madrugada, la vanguardia francesa alcanza el puente del Rumblar, y a un kilómetro de distancia, en el Ventorrillo, encuentran a los primeros destacamentos españoles. Estas posiciones españolas fueron desalojadas por los franceses sin dificultad. Cerca ya de Bailén chocaron con algunas avanzadas españolas que cayeron concéntricamente sobre ellos y que les hicieron retroceder hasta el Rumblar de nuevo. El regimiento de caballería Farnesio llegó hasta allí también. Es ahora cuando Reding ordena el despliegue a la salida de Bailén: en forma de media luna, ocupando las alturas para dominar todo el campo, en especial los flancos, que fueron apostados sobre los cerros Valentín, Zumacar Grande, Cerrajón, Haza Walona; y en la retaguardia en los cerros San Cristóbal y El Ahorcado en prevención de la llegada de Vedel. Con Venegas en el ala derecha, el centro de Reding y la izquierda de Coupigny, las fuerzas totales que presentan los españoles bajo el mando de Reding en Bailén rondan los 20 000 efectivos, y Dupont una cifra algo inferior. Entre las cuatro y media y seis y media de la madrugada, el grueso de la columna francesa llega al Rumblar. Dupont ordena el avance de la caballería, con lo que Dupré arrolla al Farnesio y avanza hasta la batería central española, donde acuchilla a muchos artilleros. Fueron rechazados por la infantería, que les hicieron volver hasta Cruz Blanca con grandes pérdidas.

Los franceses apostan su artillería de campaña, inferior a las piezas españolas. En el duelo artillero los franceses apenas infligen daño alguno mientras que gran parte de sus piezas son desbaratadas. Dupont mientras tanto espera la llegada de sus brigadas más cercanas. En el tercer período, de seis y media a ocho y media de la mañana, a la vanguardia francesa que hasta entonces fue comandada por Teulet, se le une la brigada Chabert, y la brigada de caballería de Privé. Las fuerzas que ahora mismo presenta Dupont son de unos 4500 hombres y casi diez piezas de artillería. A la siguiente brigada, la de Pannetier, aún le quedaban dos horas para arribar al lugar. Dupont no puede esperar a que Castaños le sorprenda por retaguardia, así que decide atacar aun estando en minoría, con el objetivo de romper el centro español y enlazar con Vedel.

Forma cuatro columnas de ataque flanqueadas por la caballería de Dupré y Privé y apoyados por la artillería desde Cruz Blanca. Venegas avanza en el ala derecha y Dupré carga contra ellos, mientras que en el ala izquierda, el cerro del Cerrajón se hallaba tomado por los españoles. La caballería de Privé carga para desalojarlos, y provoca su precipitado repliegue. Para apoyar esta retirada, los suizos del Reding 3, el Rgto. Jaén y una compañía de zapadores se adelanta. La misma caballería de Privé arrolla al Jaén y obliga al resto a retroceder a sus posiciones de partida. Tras esto, el intenso fuego que recibe Privé le obliga a replegarse. Simultáneamente a todo esto, en el centro la infantería francesa avanza entre la lluvia de artillería. Antes de tocar el centro de la línea española, la caballería de Farnesio y Borbón cargan contra ellos y les hacen retroceder. Para apoyar a la infantería vuelven a acudir al combate los jinetes de Privé, enfrentamiento que acaba con la retirada francesa. Dupont se ve agotado sin el auxilio de Vedel, a quien sigue esperando.

En este momento, el resto de las tropas francesas ya están en el Rumblar, a unos 5 km. En el cuarto período, de ocho y media a diez de la mañana, Reding está dispuesto a asestar un golpe contundente haciendo que avanzara el flanco derecho español desde el Cerro Valentín hasta el Zumacar Chico. Dupont ordena, a la recién llegada brigada Pannetier, que se dirijan contra ellos. Los Marinos de la Guardia se sitúan en Cruz Blanca. Los franceses no logran desalojar a los españoles de Venegas. En vista de ello, Dupont recurre una vez más a la mermada caballería de Privé, que se desplaza desde la otra punta del campo y que logra poner en retirada a los españoles. Su retirada fue cubierta por los regimientos de Barbastro, Cataluña y una sección de artillería volante. Estos provocan el repliegue francés.

El desenlace final viene entre las diez de la mañana y las una de la tarde. Vedel aún no da señales y el intenso calor apretaba, el cansancio se hacía pesado y el monte bajo estaba incendiado. La falta de agua para los franceses incrementaba su baja moral y el apoyo popular de los bailenenses a las tropas españolas fue importante.

Dupont decide un avance general de sus tropas contra el centro español. El avance fue frenado por una lluvia artillera y de fuego de fusilería. Para proteger la inmediata retirada, los jinetes de Dupré cargan contra la artillería. Dupré es herido de muerte y las tropas de Dupont sufren un daño muy considerable.

Hacia el mediodía la situación de Dupont es desesperada, temiendo la llegada de Castaños por retaguardia y sin la aparición de Vedel. Piensa en un último esfuerzo reuniendo a todas las tropas presentes supervivientes, se coloca al frente con sus generales, y se lanzan al ataque contra el centro, al descubierto. Aquí cargan por primera vez los Marinos de la Guardia. Ante las ingentes descargas españolas sus líneas se deshacen, las bajas crecen, se detienen y comienzan a huir en retirada. Mientras tanto, los regimientos suizos al servicio de España que integraban en ese momento las filas francesas, se unen a sus compatriotas del Reding 3 en el ala derecha española. Cruz Mourgeon se asoma por el Rumblar, que acude al ruido del combate. Está todo perdido, se acaban las últimas esperanzas de Dupont. Este solicita la suspensión del combate y el paso de sus tropas hacia Madrid. Reding acepta el fin de las hostilidades pero ante lo segundo es preciso reunirse con Castaños para discutir las condiciones. Mientras durasen las negociaciones las tropas permanecerían en su posición. Pasadas las dos de la tarde, Castaños y de la Peña avistan el Rumblar y avisan de su llegada, avance que es detenido tras ser informados.

Vedel y Dufour, con unos 9000 hombres, iniciaron desde La Carolina una muy lenta marcha hacia Bailén antes del inicio de la batalla. Llegaron a oír el fuego, pero Vedel estaba seguro de que Dupont vencería. Cuando este cesó, interpretó su victoria. Dejó a la mitad de sus tropas en Guarromán y a las cinco de la tarde llega a Bailén. Reding reforzó las tropas que había en los cerros San Cristóbal y el Ahorcado. Vedel, al ver las tropas, se resiste a creer que la batalla ha acabado y ordena atacar. Una vez iniciado este ataque, llega una orden escrita de Dupont del cese del combate, con lo que a las seis de la tarde cesa todo fuego en Bailén.

El hecho de que el enfrentamiento tuviese lugar a las mismas puertas de Bailén pudo ser decisivo para la victoria española: la población local apoyó en todo cuanto pudo a sus tropas. La ayuda más importante fue sin duda el suministro de agua para los soldados, en un día que los cronistas señalan como "especialmente caluroso" —en una región que ya de por sí registra elevadísimas temperaturas en esa época—. El suministro de agua no fue menos importante para las piezas de la artillería española, mejor en este caso que la francesa, que no dejaron de cumplir su cometido contra las tropas francesas. En el bando contrario, sin embargo, la efectividad de la artillería estuvo sustancialmente reducida por el excesivo calentamiento de los cañones y por la destrucción de algunos de ellos.

Después de varios episodios de lucha muy virulenta, en unas condiciones climáticas asfixiantes, el general Dupont fue derrotado por las tropas del general Reding antes de que las tropas del general francés Vedel, que volvían desde La Carolina al haber finalmente adivinado las intenciones del general Castaños, pudieran unirse a él. Unos 17 600 soldados franceses depusieron sus armas.

En los días posteriores se llevaron a cabo las capitulaciones entre ambos bandos.

Las condiciones de la rendición fueron clementes e incluían que las tropas francesas fueran repatriadas a Francia. Sin embargo, estas condiciones no fueron cumplidas nunca: aunque Dupont y sus oficiales fueron liberados y trasladados a Francia, una parte de sus hombres fueron deportados a la desolada isla de Cabrera (al sur de la isla de Mallorca). No existía una cárcel propiamente dicha en la isla, sino que la propia isla "era" el cautiverio. Este cautiverio terminó en 1814 al firmarse la paz. Debido a la escasez de recursos de la isla y la falta de suministros por parte de las autoridades de la Junta de Defensa de Mallorca, no más de la mitad seguían vivos al finalizar la guerra, y en recuerdo de los muertos (enterrados en el Cementerio Francés) se erigió un monolito en la isla.

Consecuencias
La derrota del general Dupont en Bailén tuvo graves consecuencias para el esfuerzo de guerra francés. La noticia se extendió por toda la península y forzó al rey José I Bonaparte a abandonar Madrid, además de poner en duda la aparente invencibilidad de los franceses. Napoleón tuvo que acudir a la península con un nuevo y numeroso ejército para consolidar su dominio.

En la batalla de Bailén participó como ayudante de campo del marqués de Coupigny, José de San Martín, futuro líder de la independencia de Argentina, Chile y Perú.

Todos los años, desde hace más de cien, Bailén conmemora la victoria del ejército español en las mismas fechas de julio, contando con la asistencia de tropas y de autoridades civiles y militares. Las celebraciones conmemorativas de la batalla son las fiestas principales y más destacadas de la localidad, y han sido declaradas de Interés Turístico Nacional de Andalucía. También celebra anualmente en octubre la recreación histórica de la batalla, con la asistencia de aficionados a la reconstrucción histórica de toda España y Europa, con uniformes y armas de la época, llegando a reunir a más de ochocientos participantes en la recreación de la batalla.

En el escudo de la ciudad de Bailén figura en lugar preferente un cántaro agujereado, que se dice representa a María Bellido. Según la tradición, esta mujer habría utilizado el cántaro precisamente para suministrar agua a los soldados españoles, algo que resultó de gran importancia para el resultado de la batalla, dadas las altas temperaturas que hubo ese día; parece más bien, sin embargo, que se trata de una personificación simbólica: todo el conjunto de la ciudad habría colaborado con ese suministro durante la batalla, y el personaje de María Bellido se habría creado precisamente para personalizar el gesto, ya que dice la leyenda que una bala perforó el cántaro de esta mujer mientras estaba dando de beber a los soldados españoles.

Asimismo, el acontecimiento bélico está presente en cada rincón de la ciudad, existiendo diversas estatuas, placas y monolitos.

El crecimiento de la localidad a lo largo de las décadas ha ido comiendo terreno al campo de batalla original, permaneciendo aún un 60 % aproximadamente de él. La zona central, en la que se ubica la Noria de San Lázaro, está en obras de conservación. La noria fue un punto clave para el abastecimiento de agua para las tropas españolas y un lugar disputado por el acceso a ella en el caluroso día en que tuvo lugar la batalla.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

JotaErre
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 4372
Registrado: 05 May 2010 12:08
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor JotaErre » 04 Feb 2016 00:14

Bailén fue un "envolvimiento perfecto" del enemigo. Luego, durante la guerra, Wellington solía decir a los generales españoles: "No intenten otro Bailén, eso solo pasa una vez en la vida".

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 04 Feb 2016 00:15

BATALLA DE FUENTES DE OÑOR

Corre el año 1811 y Fuentes de Oñoro va a entrar de lleno en la Historia. El ejército napoleónico para la conquista de Portugal, a las órdenes del mariscal Massena, Duque de Rívoli, tras la batalla de Sabugal del 3 de abril, es expulsado del territorio luso por las fuerzas anglo-portuguesas capitaneadas por el general inglés Lord Wellington. Sin embargo la fuerte plaza de Almeida continúa aún en poder de los franceses bajo el gobierno de Brennier.

Tras una larga marcha las tropas de Massena entran en España por Fuentes de Oñoro. Dice el historiador Napier:
«Esta hermosa población se había librado hasta entonces de los horrores de la guerra, aun habiéndose hallado alternativamente, de un año a otro ocupado por tropas de los dos bandos .Pero en esta ocasión los franceses la saquearon totalmente «no dejando sino las tapias. alli donde tres días antes vivía feliz y tranquila una población amiga».

Con el fin de dar descanso a sus tropas, Massena las traslada a las cercanías de Salamanca, dejando una división junto a las murallas de Ciudad Rodriga para observar al enemigo. Mientras tanto Wellington pone cerco a Almeida, y como no ve en los franceses intención de atacar, se dirige a Badajoz, dejando el mando en manos de Sir Brent Spencer.

Enterado Napoleón de la situación desesperada de Almeída, a punto de capitularpor falta de víveres, ordena a Massena el avituallamiento de la fortaleza o su dinamitación, si lo primero resulta imposible, para que no se aprovechen de ella los ingleses. Massena sabe que ésto no será posible sin entablar batalla, y solicita la ayuda del mariscal Bessieres, gobernador de Castilla, para reforzar sus tropas.

En espera de esta ayuda el día 26 de abril concentra sus tropas en Ciudad Rodriga. Para alimentar a este ejército hubo que racionar a la ciudad con el consiguiente descontento de una población ya de por sí hostil, pero que ahora alcanza incluso a los afrancesados.

Informado Wellington del movimiento de tropas de Massena, vuelve rápidamente del sur y llega a Vilar-Formoso el día 28, estableciendo allí su cuartel general.

Todo el ejército inglés sintió vivamente el saqueo que había sufrido Fuentes de Oñoro por parte de los franceses, y «echando un guante entre las tropas, se reunió una suma de ocho mil duros, que se repartieron entre los habitantes» (Napier).

Aún le quedaba a Massena la esperanza de que el lord rehuyese el combate, dada la excesiva prudencia de que había dado muestras en pasadas ocasiones, y sobre todo teniendo a sus espaldas el río Coa, que le cerraba el paso, en caso de salir mal las cosas. Pero el inglés tenía que reconciliarse con los españoles, ofendidos aún por no haber acudido en ayuda de Ciudad Rodrigo el año anterior, y sobre todo tenía que demostrar a la Junta de Regencia Española, que él era el generalísimo adecuado para aunar todas las acciones militares de españoles, portugueses e ingleses ..

En la mañana del dos de mayo llega a Ciudad Rodrigo Bessieres con la esperada ayuda. La desilusión no pudo ser mayor pues no traía ni víveres ni municiones. Su ayuda la componían 1.500 hombres de la Caballería de la Guardia Imperial, 6 piezas de artillería y 30 tiros de caballos. Massena no pudo reprimir su cólera ante sus ayudantes, a quienes dijo: «Mejor habría hecho en enviarnos unos miles más de hombres, víveres y municiones, quedándose en sus provincias, que venir a observar y criticar lo que yo voy a hacer» (Marbot).

El día 3 de mayo se encontraron frente a frente los dos más poderosos ejércitos de Europa, uno a cada lado de la ribera de Dos Casas. Wellington, apoyado en la frontera con Portugal, había colocado el ala izquierda junto al Fuerte de la Concepción de Aldea del Obispo a las órdenes de Erskine con su 5." División; la 6.a de Campbell y la caballería de Cotton frente a Alameda del Gardón. El grueso del ejército se hallaba en Fuentes de Oñoro: En lo que hoy son las aduanas viejas la División Ligera de Craufurd, en el actual grupo escolar de la Colonia la 3.a de Picton, y ocupando el pueblo, los prados y huertos de la margen derecha de la ribera 4 batallones de infantería a las órdenes del coronel Willians. En el ala derecha se hallaba D. Julián Sánchez «El Charro» con 1.000 infantes y 600 jinetes entre Nave de Haver y Pozo Velho, la 1.a División de Spencer en la Golpina, y a retaguardia en terreno portugués la 7. a de Houston.

También el grueso del ejército francés se halla frente a Fuentes de Oñoro. Apenas despejados los prados y setos de la margen derecha de Dos Casas por la caballería de Montbrun, cuya brigada Fournier acosó a los ocupantes hasta cruzar la ribera, la división Ferey cayó sobre el pueblo. El choque fue duro. Los ingleses pelearon bravamente defendiendo calles y casas, pero su inferioridad numérica y el azote de cuatro piezas de artillería les hizo ceder terreno hasta alcanzar la iglesia, donde se parapetaron en espera de nuevos refuerzos. El ataque francés no cesa y el templo se convierte en una hoguera. Desde la casa parroquial el párroco D. Luis Silva se lanza entre una ráfaga de tiros hacia la puerta del templo y cruzando por entre las llamas para rescatar el Copón con el Santísimo Sacramento.
Wellington, que vio lo apurado de la situación, envió tres regimientos de la División de Spencer: el 71, 79 Y 24. Cargando a la bayoneta, el 71 se lanzó sobre el enemigo. En aquel momento entraba en el pueblo un batallón dela legión Hannoveriana al servicio de Francia; su uniforme era rojo como el de los ingleses. Esta circunstancia le fue fatal, pues no sólo se las tenía que ver con el 71, sino que el 66 regimiento francés, enviado en su ayuda, los tomó por ingleses enmedio de la humareda, y disparaba sobre ellos, mientras la misma artillería francesa los cubría también de metralla. Con más de 100 muertos" y numerosos heridos los hannoverianos se retiraron bordeando el pueblo por la calle de la casa parroquial, pero el 66 francés al verlos a su espalda, los tomó por ingleses y creyéndose copados abandonaron en desbandada el pueblo, que volvió a ser ocupado por los ingleses, después de haber perdido la vida el Coronel Willians. Le sustituyó el Coronel Cameron del 79. Las pérdidas inglesas fueron 673 hombres. Aproximadamente otros 600 hombres franceses quedaron fuera de combate. Los ancianos de Fuentes de Oñoro cuentan que según sus abuelos la sangre corría por la calle de la Iglesia como si fuese un regato; expresión no muy lejos de la realidad, si se considera que el suelo estaría formado por peñascales como los del Teso adyacente de la Torre.

El día 4 descansaron los dos ejércitos. Massena aprovecha el día para descubrir el punto más flaco de Wellington. Una patrulla de Montbrun le informa de la facilidad de envolver al ejército aliado por el lado de Nave de Haver Llegada la noche, con gran sigilo para que el enemigo no se entere, comienzan a moverse las tropas francesas, siguiendo las órdenes de su generalísimo: Montbrun, seguido de Marchand y Mermet, toma el camino del Aguila, para dirigirse con la caballería desde esta dehesa hasta el Gran Teso de Nave d'Haver, mientras las divisiones de infantería se encaminan a Pozo Velho

Al amanecer del día 5una compañía de la brigada de Maucune atraviesa la zona pantanosa de la parte alta de la ribera, al este de Nave de Haver, valiéndose de faginas que se pasan de mano en mano. El paso resultó más fácil de lo que imaginaban. Sorprenden a los lanceros de D. Julián matando a unos treinta. El Charro envía un emisario a Wellington y éste, creyendo que es un enemigo francés, manda hacer fuego; el lancero cae mortalmente herido. Derrotada y dispersa la guerrilla de D. Julián, el ala derecha aliada se halló envuelta por la Caballería y tres divisiones francesas. Fue uno de los movimientos más perfectos de Massena. Era el útimo resplandor de una lámpara que se extingue, como lo calificó el Barón de Marbot.

Wellington envía la primera brigada que tiene a mano, pero es destrozada y acuchillada por Montbrun. Maucune, apoyado por Marcognet, se introduce en los bosques del Galapero, y ganando terreno a los ingleses, logra entrar a bayoneta calada en la aldea de Pozo Velho, apoderándose de ella.

Montbrun avanza sobre la División de Houston ocultando la artillería tras algunos batallones de húsares, y descubriéndola de pronto, envió una lluvia de fuego sobre el enemigo. Quebrantados los ingleses por la artillería, las brigadas Watier y Fournier se lanzaron sobre ellos, acuchillando casi por entero al regimiento 51. Lo que quedó de la División Houston se retiró hacia la Freineda acosada por la Caballería, debiendo su salvación a los disparos certeros de un regimiento de cazadores británico, que oculto tras las peñas, detuvo el impulso de Montbrun.

Si todas estas desgracias ocurrían en el ala derecha de su ejército, no eran menores las del centro, pues la División Ferey logra romper y dividir a los tres regimientos que guarnecían Fuentes de Oñoro, y se apodera de la parte baja del pueblo destrozando a dos compañías del 79. El Coronel Cameron cayó mortalmente herido. Wellington no sabía a donde atender, pues estaba entonces cambiando el frente, para detener el avance que venía por el lado de Pozo Velho. Aprovecharon este momento las tropas de Ferey para apoderarse de la Iglesia, quedando de nuevo todo Fuentes de Oñoro en poder de los franceses. Conocido este desastre por el Lord, envía rápidamente para la reconquista del Pueblo los mejores regimientos de las Divisiones Spencer y Picton.

Hubiera sido una ocasión óptima para los franceses, si la infantería hubiese atacado en el otro frente al resto de estas dos divisiones, pero ésta esperaba el apoyo de Montbrun, quien así mismo esperaba el de las baterías de la Guardia Imperial deBessieres, y éste se negó a ayudar con sus fuerzas. Tal interrupción dio tiempo al Lord para enviar de refuerzo la División Craudfurd ya Caballería de Cotton. Ambas Caballerías se encuentran en la Golpina y las brigadas Watier y Fournier baten a las de Slade y Arentschildt, enfrentándose después con la infantería de Craudfurd y varios cuerpos portugueses, que lucharon con gran bizarría. Montbrun carga y rompe dos cuadros, aniquilando casi por completo a uno; el otro arroja las armas y huye; el coronel Hill rinde su espada al ayudante mayor Dulimberg del 13 de cazadores, quedando en poder de los franceses 1.500 prisioneros. El tercer cuadro inglés se mantuvo firme. Montbrun, lo atacó con decisión, pero en un momento Watier y Fournier se quedan sin caballos, y estando heridos todos los coroneles, no había nadie que dirigiera la operación. Acudió Montbrun pero los ingleses se habían rehecho. A retaguardia, en el ángulo recto que forma la frontera cerca de Pozo Velho, estaba la Caballería de la Guardia Imperial mandada por Lepic, valiente general, que tanto se distinguió en la batalla de Eylau. Massena le envió con el oficial Oudinot la orden de sumarse a la carga para rematar la victoria, pero el bravo general lleno de rabia y mordiendo el sable dijo que su inmediato superior Bessieres le había prohibido terminantemente tomar parte en la batalla sin su expreso consentimiento. Diez ayudantes del Mariscal Messana salen en busca del Mariscal Bessieres y después de 15 minutos lo encuentran en el lugar pantanoso por donde cruzó el ejército, alejándose de la acción por cálculo y envidia de que sus tropas colaborasen al triunfo de su enemigo personal Massena

Entonces acudió rápidamente, pero ya era tarde, pues Wellington había hecho avanzar una formidable artillería, que envíaba una lluvia de fuego sobre los franceses. libertando es prisioneros que le habían hecho.

El Generalísimo inglés, a las 12 del mediodía había acabado de colocar su nuevo Ejercito apoyando ahora el ala derecha en los altos de Vilar-Formoso y la izquierda en Fuentes de Oñoro. A la vista de frente tan sólido, Messena inicia un fuerte cañoneo, produciendo graves estragos al enemigo; pide de nuevo a Bessieres toda la guardia imperial, y al negársela éste, decide suspender el ataque. Todo el ejército, y hasta la misma Guardia Imperial estaban indignados por el comportamiento del Mariscal Gobernador de Castilla, preguntándose qué había venido a hacer si no colaboraba al objetivo del emperador, que era el abastecimiento de Almeida.

En Fuentes de Oñoro se siguió luchando hasta el atardecer. Empujando bravamente a bayoneta calada, los regimientos ingleses logran arrojar al enemigo francés al otro lado de la ribera.

Los dos ejércitos se atribuyeron la victoriapor el gran número de bajas que se hicieron, pero la verdad es que la derrota fue de Massena pues Wellington impidió la ayuda a Almeida, que fue la razón del enfrentamiento. Esta derrota hundió ante el emperador al «hijo mimado de la Victoria, Mariscal Massena, Duque de Rívoli», e hizo crecer la aureola del general inglés. La ciudad de Londres, agradecida a este pueblo, que aupó en la fama al lord, le dedicó una de sus calles: «Fuentes de Oñoro Street».

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 04 Feb 2016 00:18

BATALLA DE OSONILLA

Combate que tuvo lugar en Osonilla, actual municipio de Tardelcuende, (provincia de Soria) durante la guerra de la Independencia en el que las tropas españolas vencieron a las francesas el 30 de noviembre de 1811.


A finales de noviembre de 1811 la División Soriana dirigida por el Brigadier José Joaquín Durán se encontraba en Villalengua, Aragón tras haber colaborado con las tropas de Juan Martín El Empecinado en los bloqueos y capitulación de las guarniciones francesas de Calatayud (4 de octubre) y La Almunia (7 de noviembre). Contaba con 3.000 infantes y 500 soldados de caballería.1 Tuvo noticia por parte de uno de sus informadores, de que una columna francesa se estaba abasteciendo y saqueando en la comarca de Berlanga.

A marchas forzadas acudió a la zona, pasando por Almazán, decidido a emboscar el convoy cuando regresara a Soria. Sabían la ruta aproximada de regreso dado que se supo se había ordenado preparar raciones de tropa en Quintana Redonda. Tras subir entre los bosques que bordean la cuenca del río Izana, se optó por actuar en la zona próxima a la pequeña localidad de Osonilla. Las fuerzas de caballería, dirigidas por su lugarteniente el coronel Amor, tras pasar por Quintana Redonda se distribuyeron hacia la zona de Monasterio y Revilla de Catalañazor, en la parte noroeste del que sería campo de batalla. Respecto a las tropas de tierra, el batallón de Numantinos quedó emboscado frente al camino, junto el bosque. El de Soria a su derecha y a la izquierda el de Rioja y la compañía de artillería, aprovechando todos las irregularidades del terreno cercanas a Cascajosa. El Brigadier José Joaquín Durán recordó las órdenes de que se respetara la vida de los prisioneros.

Las tropas francesas, con un millar de infantes y 70 u 80 caballos marchaban lentamente, tanto por el abundante botín que portaban como por el temor a sufrir emboscadas. Así pusieron especial cuidado en traspasar el conocido como Portillo de Andaluz, estrechamiento en el que esperaban un ataque. Tras pasar por Fuentepinilla, a mediodía hicieron una parada para comer, en una zona baja, en las cercanías de Osonilla.

Mientras la infantería descansaba, una patrulla de exploración de la caballería francesa se acercó al bosque y descubrió la emboscada. Al dar la alarma, las tropas francesas se reagruparon apresuradamente y se pusieron en situación de defensa. Tras perder la posibilidad de una sorpresa mayor, se ordenó a los soldados españoles atacar desde los cordales de Cascajosa y la caballería por el noreste, convergiendo sobre el convoy.2 Los franceses intentaron resistir, pero pronto se hizo evidente la superioridad de la División Soriana, iniciando la retirada, que pronto se convirtió en una huida precipitada y desorganizada. Fueron perseguidos hasta Navalcaballo donde el Brigadier Durán ordenó cesar la persecución y regresar a Almazán.

En su parte de la batalla, el mando cifró en unas 600 bajas las pérdidas del enemigo. Unas dos terceras partes serían muertos, entre ellos tres oficiales. El resto serían heridos, de los que tenían constancia que habían entrado en Soria 113, falleciendo 12 en los siguientes días. Se hicieron 46 prisioneros, que unidos a otros 20 que ya tenía en su poder, se enviaron al cuartel general del capitán general Joaquín Blake.

Con ello la División Soriana obtuvo un nuevo e importante triunfo, demostrando una gran capacidad táctica y además de un importante botín para las siempre necesitadas fuerzas españolas, aportando a sus hombres una mejora de su moral. Así mismo se liberó a dos empleados de la Real Hacienda que eran trasladados como prisioneros.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 04 Feb 2016 10:17

BATALLA DE USAGRE

La batalla de Usagre se desarrolló el 25 de mayo de 1811 en Usagre, España, y enfrentó la caballería francesa del general de Latour-Maubourg a la caballería anglo-hispano-portuguesa del mayor general William Lumley. El enfrentamiento terminó con una victoria de los aliados hispano-anglo-portugueses.

El 25 de marzo de 1811, el mariscal Soult, cuyo ejército se batió en retirada como consecuencia de la Batalla de La Albuera, ordenó a la caballería del general Latour-Maubourg enfrentarse a la vanguardia enemiga bajo los órdenes del general Lumley. El encuentro tuvo lugar en el pueblo de Usagre, cuya la topografía fue aprovechada por Lumley para ocultar una parte de sus fuerzas a los franceses. Latour-Maubourg destaca a la brigada Briche sobre el ala izquierda, pero al no tener noticias de sus enviados, se decide a lanzar al ataque a los dragones de Bron de Bailly que consiguieron en un primer momento superar el puente que separa el pueblo de la margen norte, pero fueron derrotados por una carga oportuna de la caballería de Lumley que ocasionó a los franceses importantes pérdidas antes de poder retirarse. Latour-Maubourg se batió en retirada, dando la victoria a los aliados.
.

Después de la indecisa pero cruenta batalla de La Albuera, el 16 de mayo de 1811, el mariscal Soult comandante en jefe del ejército francés de Andalucía, decidió batirse en retirada. Su adversario, el general Beresford, con todas sus fuerzas asediando Badajoz, envió una parte de sus tropas en persecución de Soult que se retiraba lentamente hacia Llerena, retrasándole la marcha el gran convoy de heridos de la batalla de La Albuera que llevaba. El 25 de mayo, el mariscal ordenó al general de Latour-Maubourg marchar hacia Usagre y establecer combate con la vanguardia enemiga con el fin de conocer su fuerza y sus intenciones.1 Latour-Maubourg se puso en camino y llegó a Villagarcía, sobre la zona que ocupaban los destacamentos de caballería española y los persiguió unos ocho kilómetros hasta Usagre. Se encontró entonces frente a un cuerpo de caballería mandado por el major-general William Lumley, que formaba la vanguardia del ejército aliado.


El pueblo de Usagre se encuentra aproximadamente a 95 km al sudeste de Badajoz, a 75 km de La Albuera y a 20 km de Llerena. El terreno tiene un desnivel bastante suave, comprendido entre 390 y 620 m de altitud, y está atravesado por un arroyo que discurre por un profundo barranco. El pueblo está ubicado sobre la margen sur, entre dos sierrillas de cerros, una al sur y otra al norte del curso de agua. En este lugar, las tropas escondidas detrás de una cresta, no lejos de la margen de río, eran invisibles para los franceses. Estos últimos, para pasar al lado norte del arroyo, ya que este tiene dirección este-oeste, se vieron obligados de pedir prestado algo que les valiese de puente el cual desembocaba una pequeña garganta, cuyo acceso era un callejón muy estrecho.5 ,1
Fuerzas enfrentadas
Orden de batalla francesa
El general de división Victor de Fay de Latour-Maubourg.

División de caballería destinada al ejército del mariscal Jean-de-Dios Soult : comandante en jefe general de división Victor de Fay de Latour-Maubourg: 30001 a 3500 hombres.2

Brigada André François Bron de Bailly.

4.º regimiento de dragones, coronel Pierre Joseph Farine du Creux
20.º regimiento de dragones, coronel Desargus
26.º regimiento de dragones, coronel Gabriel Gaspard Achille Adolphe Bernon de Montélégier

Brigada Joseph Bouvier de las Éclaz

14.º regimiento de dragones, coronel Denis-Éloi Ludot
17.º regimiento de dragones, coronel Frédéric Auguste de Beurmann
27.º regimiento de dragones, coronel François Antoine Lallemand

Brigada Gilbert Julian Vinot

2.º regimiento de húsares, coronel Vinot
27.º régimient de cazadores a caballo, coronel duque Prosper-Louis de Arenberg

Brigada André Louis Elisabeth Marie Briche

4 regimientos de cazadores a caballo y de húsares
Artilleria de campaña

Orden de batalla aliada
Mayor general William Lumley.

Caballería anglo-hispano-portuguesa : mayor general William Lumley, comandante en jefe — 2280 hombres.2

Caballería británica — 980 sables
13th Light Dragoons Regiment
3rd Dragoon Guards
4th Dragoons
Caballería portuguesa, brigadiers-generales Madden y Otway — 1000 sables
Caballería española, comandante de Penne Villemur — 300 sables
Artillería a caballo, capitán Lefebure

Desarrollo de la batalla

Después de haber oteado el terreno, el mayor-general Lumley destaca a la caballería portuguesa y al regimiento 13.º dragones ligeros delante de la ciudad, donde se unen a los españoles de Penne Villemur. Sobre el otro margen, observando este movimiento, Latour-Maubourg dispara su artillería. Los escuadrones aliados se repliegan entonces en orden sobre Usagre y se resguardan detrás de un montículo, desde donde pueden vigilar el acceso al pueblo. Lumley, escondido detrás de las alturas, se mantiene en reserva con el 3rd Dragoon Guards y el 4th Dragoons, mientras que los cañones del capitán Lefebure acometen a la contrabatería.6
Batalla de Usagre, 25 mayo de 1811.

No obstante, ante la lentitud de la acción, Latour-Maubourg ordenó al general Briche que rodeara el flanco izquierdo enemigo atravesando el arroyo. Briche partió con su caballería ligera y se presentó ante un vado utilizado poco antes por los Portugueses de Otway que se posicionó cerca de esa zona y se mantuvo atento para atacar a los franceses. Poco deseoso de comprometer el combate, Briche remontó el curso del riachuelo en busca de otro punto de paso, pero no informó a Latour-Maubourg de su situación el cual se impacientó y transmitió finalmente al general Bron de Bailly la orden de atravesar el puente con su brigada de dragones.

Éstos entraron en combate y, a pesar del fuego de la batería Lefebure, comenzaron a desplegarse sobre la margen norte. Mientras tanto los Dragoon Guards y el 4.º de Dragoons se encontraron y cargaron juntos contra el flanco del 4.º regimiento de dragones franceses que fue severamente castigado, al igual que el 20.º que llegaba para ayudarlos.7 Los jinetes de Bron de Bailly intentaron atravesar el puente, pero lo impidió la llegada del 26.º de dragones que vino en su apoyo; en la confusión, numerosos soldados franceses saltaron desde el puente al río con el fin de alcanzar la margen sur.

Latour-Maubourg llegó a tiempo para comprobar el avance de los británicos y ordenó a una de sus unidades que ocuparan las casas a lo largo de la margen para realizar un bombardeo.9 Los franceses abandonaron el campo de batalla, donde dejaron un gran número de caballos en manos de sus adversarios.

La caballería francesa, sobre un efectivo inicial de aproximadamente 3000 sables, perdió 250 muertos o heridos y 80 prisioneros,9 entre los cuales estaba el coronel Farine del 4.º régiment de dragones.10 El historiador John William Fortescue comenta que las estimaciones varían de una fuente a la otra: mandándolo Picard, en su labor sobre la caballería revolucionaria e imperial, da la cifra de 170 muertos o heridos y 80 prisioneros, mientras que el general Lumley indica la captura 78 soldados franceses. El histórico del 3.º Dragoon Guards de Richard Cannon mencionó con respecto a ello la baja de 96 sub-oficiales y dragones franceses capturados, sin contar los oficiales.

Los británicos tuvieron por su parte menos de una veintena de muertos o heridos.

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 04 Feb 2016 21:18

BATALLA DE VILLAGODIO

La batalla de Villagodio fue un enfrentamiento enmarcado dentro de la Guerra de la Independencia española y ocurrido el 6 de enero de 1809 a las afueras de la ciudad de Zamora, en el paraje conocido como Villagodio. Allí se enfrentaron un cuerpo de unos 800 voluntarios de la ciudad, al mando del comandante Agustín Manso, a varias unidades del ejército regular francés comandadas por el general Pierre Maupetit.

El resultado fue el aplastamiento de los voluntarios por el poderoso ejército francés y la posterior toma de la ciudad de Zamora de notable valor estratégico en los planes de Napoleón para la conquista de Portugal.

Antecedentes
Durante el mes de mayo de 1809 se extendía por toda España un profundo malestar popular contra la invasión y dominación francesa y Zamora no fue ajena a esta corriente. Pero mientras que las autoridades locales permanecían pasivas, resignadas y más proclives a colaborar con el francés que a la revuelta, las clases populares salían a la calle para exigir frente a la casa del gobernador de la ciudad la entrega de las armas que se guardaban en el castillo, además de que se retuviese el dinero exigido por las autoridades francesas de Madrid.

Ignacio Yáñez de Rivadeneira, corregidor de Zamora en aquel entonces, enviaba con fecha 31 de mayo el siguiente comunicado urgente a Madrid:

No tenemos fuerzas militares para hacer respetar la autoridad judicial que está expuesta a insultos indecorosos ante una gente que no desiste de la idea de que le entreguen armas y detener la remesa de dinero desde Zamora a Madrid.

Los días pasan y las autoridades tratan de mantener su postura pero el levantamiento del pueblo es cada vez más airado y violento.

El pueblo atumultuado con tambor, bandera y grande gritería en la plazuela del Salvador había sacado violentamente de sus casas a militares retirados y autoridades reclamándoles que se queme la Real Orden y se formasen Juntas compuestas por el señor Obispo y el señor Gobernador Militar, Intendente General, Corregidor, Deán y Prior, Caballeros y hombres buenos.


A su pesar, el gobernador de la ciudad, Juan Pignatelli, accede al fin a entregar las armas al pueblo. Se crea entonces la Junta de Armamento y Defensa y Zamora pasa a formar parte del Ejército de Castilla bajo el mando del general Gregorio de la Cuesta.

Se alistaron un total de 844 voluntarios creándose dos batallones, uno con el nombre de «Voluntarios» y el otro con el de «Nacionales de Zamora».

La presencia en la Península del emperador en persona, que recaló en Benavente el día de 3 de enero de 1809, provocó un inesperado movimiento de tropas tanto por un bando como por otro, por lo que las divisiones del general inglés Beresford, responsables de la protección de las tierras zamoranas, se desplazaron de urgencia hacia Galicia por orden del mariscal John Moore dejando la zona indefensa.

Cuando el día 5 de enero se tuvo noticia en la ciudad de la proximidad de una avanzadilla francesa, un grupo de voluntarios salieron a su encuentro consiguiendo neutralizarla. Se hicieron varios prisioneros así como la captura de caballos, provisiones e incluso dos piezas de artillería. Plenos de entusiasmo por la pequeña victoria conseguida, sobrevalorando sus capacidades y en contra de la opinión de los pocos militares profesionales presentes, el grupo de enfervorizados voluntarios, con más corazón que cabeza, decidieron hacer frente al grueso de las tropas francesas que se acercaban situándose para ello en el puente de Villagodio sobre el río Valderaduey.

El resultado fue el que se esperaba. Los voluntarios zamoranos, mal pertrechados, desorganizados e inexpertos, no fueron rival para los soldados del general francés Pierre Maupetit, perfectamente equipados, instruidos y fogueados en mil batallas.

Opusieron toda la resistencia humanamente posible y la lucha se alargó durante todo el día, pero a pesar del esfuerzo titánico, 130 zamoranos murieron y otros muchos resultaron heridos o fueron hechos prisioneros. En total se calcula que medio millar de hombres no pudieron volver a sus casas aquella jornada.

Algunos historiadores especulan con la posibilidad de que aquella avanzadilla fuera un cebo puesto por los franceses para forzar la salida de las fuerzas de la ciudad alejándolos de las defensas que proporcionaban sus sólidas murallas.


En cualquier caso, los franceses estuvieron tres días estudiando las defensas de la ciudad y el 10 de enero penetraron en ella por una brecha en la muralla que abrieron con la artillería junto a la antigua puerta de San Pablo. Hoy en día aún es visible la reconstrucción que se hizo posteriormente en ese lienzo de la muralla. La toma total de la plaza se produjo sin que se realizara un solo disparo.3

La mayoría de los cuerpos caídos en el combate, salvo contadas excepciones que se realizaron prácticamente en la clandestinidad, quedaron insepultos y esparcidos por el paraje de Villagodio. Sólo algunos años más tarde, cuando la presión francesa fue disminuyendo, se recogieron los restos que se pudieron hallar dándoles sepultura conjunta. De este modo consta con fecha 6 de octubre de 1812 en el obituario de la parroquia de San Juan de Puerta Nueva.

Consecuencias

La ocupación de Zamora por los franceses se prolongó durante algo más de tres años, tiempo durante el que Zamora se convirtió en una estratégica plaza de paso obligado donde se acuartelaban tropas y se almacenaban provisiones y armamento con destino a la conquista de Portugal. Esto supuso para la ciudad un aplastante sistema fiscal que esquilmó las arcas municipales y profundizó aún más la miseria que por la escasez y restricciones ya venían arrastrando las clases populares y los comerciantes. Por otro lado, las parroquias y conventos tuvieron que vender hasta su último cáliz o cruz para hacer frente a las imposiciones de los invasores. Ni siquiera la Catedral de Zamora se libró del saqueo, fundiéndose algunas de sus campanas, verjas y rejas, además de ser usada como almacén de aprovisionamiento. Todo ello con la permisividad y colaboración de las autoridades locales.

No es de extrañar entonces que gran cantidad de zamoranos abandonaran la ciudad y no pocos lo hicieran para crear o unirse a partidas guerrilleras como las de Julián Sánchez "El Charro", Lorenzo Aguilar o Juan Mendieta, dedicadas a hostigar y entorpecer a las tropas francesas especialmente en las zonas limítrofes con Portugal.

Tras las derrotas francesas en Arapiles y Ciudad Rodrigo en 1812, el abandono de Zamora se esperaba como inminente, hecho que ocurrió el 31 de marzo 1813

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.

Brasilla
375 HH Magnum
375 HH Magnum
Mensajes: 3959
Registrado: 30 Ene 2016 02:49
Ubicación: Donde la txapela se pone a rosca
Contactar:
Estado: Desconectado

Re: HISTORIA DE MILITARES Y GUERREROS DE ESPAÑA

Mensajepor Brasilla » 04 Feb 2016 21:28

BATALLA DEL PUENTE DE TRIANA

La batalla del Puente de Triana tuvo lugar el 27 de agosto de 1812 para poder tomar la ciudad de Sevilla en el contexto de la Guerra de la Independencia Española.

En 1808 Napoleón Bonaparte invade España y Portugal y nombra Rey de España a su hermano, José Bonaparte, como José I. Las tropas francesas toman la península ibérica pero no les es posible tomar la ciudad de Cádiz, a donde se traslada la capital de España. El Reino Unido ve con temor la expansión de Napoleón por Europa y deciden dar a España apoyo militar. El fracaso de Napoleón en las campañas de España y Rusia serán la causa principal de la caída del I Imperio francés y el caso de España le daría a Inglaterra una gran ventaja para el siglo XIX, dándole la posibilidad de haber entrenado a sus tropas en una guerra real sobre el terreno.

Una vez tomada Sevilla por los franceses el 1 de febrero de 1810, el Mariscal francés Nicolas Jean de Dieu Soult asimiló la imposibilidad de tomar Cádiz y decidió levantar el asedio de Cádiz para reconducir sus tropas a Sevilla, más al Norte, donde reforzarían las tropas ya existentes. La idea de retirarse de Cádiz para atrincherarse mejor en Sevilla resultaría muy perjudicial para Francia ya que en la guerra existe el principio de que quien se esconde detrás de sus propias murallas siempre acaba vencido.

Jean de Dieu Soult decidió establecer su cuartel general en Sevilla, en el Palacio Arzobispal, situado en la Plaza Virgen de los Reyes. Mientras Scoult coordinaba a las tropas en Sevilla y proseguía con el expolio de obras de arte, las tropas españolas lanzan en julio de 1812 una gran ofensiva desde Huelva cosechando victorias con la ayuda de británicos y portugueses. Una de las plazas que se ocuparon en esa ofensiva fue La Palma del Condado, a 50 kilómetros de Sevilla. Allí un grupo de españoles forma la División Cruz.

A los aliados se les unió John Downie, un aventurero escocés que había formado un ejército de privado de extremeños para combatir en la Guerra de la Independencia apoyando al Duque de Wellington. Downie usaba la espada de Pizarro y entabló un vínculo muy especial con su legión, que vino a llamar la Leal Legión Extremeña.

Sevilla era una ciudad situada en su mayor parte al Este del Río Guadalquivir, encontrándose al Oeste el solamente barrio de Triana, unido al resto de Sevilla por un puente.

En las primeras horas del día 27 de agosto las tropas aliadas ya están llegando a la Comarca del Aljarafe, llegando a la localidad de Castilleja de la Cuesta, pueblo limítrofe con la ciudad. En Castilleja tienen el primer encontronazo serio con los franceses, que intentaban detener el avance español. Esta contingencia se saldó con una victoria española gracias a la División Cruz.

La comarca del aljarafe limita al Noreste con Sevilla en la zona de la Vega de Triana, una extensión junto al Río Guadalquivir, que se encuentra a 5 kilómetros al Este de Castilleja de la Cuesta. Al ver Soult que los españoles se dirigían a la Vega de Triana, decide reforzar sus tropas en el Altozano, en Triana y en la entrada del Puente de Barcas, para evitar así que tomen el puente que les permitiría cruzar el río y acceder a la ciudad. Hay que tener presente que la batalla tendría lugar en un tiempo estival y que en Sevilla, en agosto, fácilmente se alcanzan los 40 grados centígrados a la sombra.

Los aliados salen de Castilleja y llegan a la Vega en combate continuo y sumando la ayuda de los vecinos. Finalmente, logran llegar al Altozano encontrando a los franceses fuertemente atrincherados. Comienza en ese momento la batalla del Puente de Triana propiamente dicha.

Los aliados intentarían tomar el puente en embestidas, fracasando y sufriendo numerosas pérdidas. Al tercer intento logran desmontar la defensa francesa y toman el puente, provocando la huida de los franceses. En el contexto de la batalla John Downie cargará contra los franceses a caballo con la espada en la mano y cuando intentaba saltar con su caballo por un hueco en el Puente de Triana es herido y abatido del caballo. Antes de ser apresado por los franceses arrojó la espada de Pizarro a los extremeños para evitar que los enemigos se hicieran con ella.

Los franceses se dirigirán al Sureste, a Granada, para luego ir al Norte hasta Murcia. Los británicos se retiraron a Alcalá de Guadaíra, municipio sevillano abandonado por los franceses, para tomar el control de la villa y descansar. El Teniente Coronel John Scrope Colquitt murió varios días después.

El lugar del puente es hoy donde se encuentra el Puente de Isabel II, edificado en 1852, y más conocido como Puente de Triana. El Altozano se configura hoy como una plaza pública en el lado Oeste del Puente

Saludos :saluting-soldier: :saluting-soldier: :saluting-soldier:
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.


Volver a “Historia Militar”

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 5 invitados