Y siguiendo con la lista de incompetentes, ya que he mencionado a Juan Negrin, creo que merece cuando menos un puesto destacado en el listado de Ilustres Incompetentes, ya que Al frente de Hacienda, supervisó el traslado secreto, tras la aprobación de un decreto por el gobierno de Largo Caballero que lo amparaba, de la mayor parte de las reservas de oro del Banco de España, hacia Cartagena, y su depósito final en Moscú. Fue el célebre "oro de Moscú"
Las reservas de oro del Banco de España, que fueron vitales para sostener el esfuerzo bélico de una guerra que duró tres años, se guardaban en los sótanos del edificio principal del Banco de España en la plaza de la Cibeles de Madrid y ascendían en julio de 1936 a 707 toneladas en lingotes y monedas, con un valor aproximado entonces de entre 78328 y 805 millones de dólares. Constituía una de las principales reservas de oro del mundo.
Desconoció el asesinato de Andreu Nin y de la plana mayor del POUM hasta después de los hechos, aunque intentó pasar tales hechos por alto para seguir contando con la ayuda de los soviéticos.
Cuando se hizo cargo del poder, en mayo de 1937, todavía era concebible una victoria del Frente Popular, a un año vista, los resultados militares del gobierno Negrín habían constituido un lamentable rosario de fracasos. Se habían perdido las batallas de Brunete, Belchite, todo el Norte, Teruel, Alcañiz, Lérida, Tortosa y Vinaroz, quedando cortada en dos la España republicana.
Disconformes con su centralismo, el 16 de agosto de 1938 dimitieron los ministros Irujo y Ayguadé. El 21 de septiembre de ese mismo año anunció la retirada de las Brigadas Internacionales, esperando una acción recíproca de los voluntarios italianos en el bando nacional. Todo ello tenía la intención última de enlazar el conflicto español con la Segunda Guerra Mundial, que creía inminente, aunque los Acuerdos de Múnich hicieron desvanecer definitivamente toda esperanza de ayuda exterior.
Antony Beevor afirma que "Negrín trató de restringir la actividad política por medio de la censura, destierros y detenciones de modo parecido a como lo hacía la maquinaria estatal franquista. Sin embargo, la mayoría de los simpatizantes de la República en el exterior, que habían defendido su causa porque era la causa de la libertad y la democracia, callaron ante los desmanes de las policías secretas".
En estos últimos días de la guerra, formó un inmenso tesoro con bienes incautados para el sostenimiento de los exiliados republicanos que se transportó a México en un yate de lujo de 690 toneladas fletado expresamente, el Vita, anteriormente conocido como Giralda, yate real de Alfonso XIII. A la llegada del Vita a Veracruz, Prieto se apoderó del barco, iniciando una larga y amarga disputa con Negrín.
Se ha acusado a Negrín, tanto desde la izquierda como desde la derecha, de utilizar esos fondos en beneficio propio. Negrín afirmó que su intención era utilizar ese dinero para financiar el flete de barcos para el traslado de exiliados republicanos a México. Para ello, organizó el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Sin embargo, Indalecio Prieto entendía que era más apropiado destinar ese dinero a la ayuda directa de los refugiados (en comida, etc.), creando la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE).
Según el historiador Stanley G. Payne, tras el fin de la guerra no había personaje más odiado. El bando franquista lo consideraba un «rojo traidor», en tanto que dentro del campo republicano, una parte de sus correligionarios le echaban en cara la prolongación "inútil" de la guerra y que hubiese "servido" a los planes de la Unión Soviética. Sinesio Baudilio García Fernández, conocido bajo el seudónimo de Diego Abad de Santillán, militante español anarquista, escritor, editor y figura prominente del movimiento anarcosindicalista en España y Argentina fue muy crítico con el gobierno y la persona de Juan Negrín, denunciando los "crímenes" cometidos por el PCE. Llegó a proponer que se fusilara a Negrín: Si el Gobierno Negrín hubiese tenido que responder de su gestión política, económica y financiera habría tenido que terminar ante el pelotón de fusilamiento. Y del periodo en el que Negrín fue Ministro de Hacienda, dentro del gobierno de Largo Caballero en el que había cuatro ministros anarquistas, Abad de Santillán lanzó sobre Negrín una serie de acusaciones del que son buena muestra el siguiente extracto de sus memorias:
Tenía la llave de la caja y lo primero que se le ocurrió en materia de finanzas fue crearse una guardia de corps de cien mil carabineros. No hemos tenido nunca 15.000 carabineros cuando disponíamos de tantos millares de costas y de fronteras, y el Dr. Negrín, sin fronteras y sin costas, ha creído necesario — ¿para asegurar su política fiscal? — un ejército de cien mil hombres. El delito de los que consintieron ese desfalco al tesoro público merece juicio severísimo. Y los que han tolerado sin protesta esa guardia de corps de un advenedizo sin moral y sin escrúpulos, también deben ser responsabilizados, por su negligencia o su cobardía, de ese atentado al tesoro y a las conquistas revolucionarias del pueblo, que a eso se reducía, en última instancia, esa base organizada y bien armada de la contrarrevolución. Tiene el arte maquiavélico de corromper a la gente, y es esa corrupción que le rodea lo que permite el secreto de la política que practica, política que, a causa de la inmoralidad y de los derroches en que se apoya, no puede ser más que secreta, como el arte del atraco. La clandestinidad, sin embargo, en asuntos como los financieros, no tiene antecedentes en ningún país. El propio Mussolini, ídolo de Negrín, tiene que acudir al parlamento para que apruebe sus presupuestos y vote los créditos para sus hazañas. La dictadura negrinesca (...) es más absoluta que la de Hitler y la de Mussolini, pues no necesita ni considera necesario dar cuenta a nadie, ni siquiera a sus ministros, de los miles de millones de pesetas evaporados. Por qué perdimos la Guerra, p. 328-330
En fin para muestra ya hay bastante, no se si el mayor, pero si es uno de los más destacados incompetentes, aunque tengo que reconocer que eso de las guardias de corps, y el meterle mano a la caja, continua en los tiempos actuales y más en los recientemente pasados.
Saludos
