Que tal.
cholo escribió:Simo Häyhä no tenia formación en tiro de precisión y sus palmares nunca fueron igualados, tampoco utilizaba miras telescópicas y muchas de sus bajas fueron logradas con una pistola ametralladora.
Simo Haÿhä nació en el seno de una familia de granjeros en las proximidades de la frontera entre Finlandia y Rusia, y a las actividades de la agricultura, la ganadería y la caza fueron a las que se dedicó hasta el comienzo de la Guerra de Invierno del año 1.939. Durante su servicio militar, seguramente debido al ejercicio de sus actividades cinegéticas, se destacó durante las prácticas de tiro. Creo que más importante que el hecho indudable de que fuera un gran tirador, lo que le convirtió en "la muerte blanca" para sus enemigos rusos fueron otros aspectos como su conocimiento del terreno de combate (que era el suyo) y su gran utilización de las técnicas de camuflaje y ocultación. Era un hombre bajo (poco más de metro y medio de altura) que vestía completamente de blanco en mitad de un paisaje nevado y que no usaba en su rifle mira telescópica a fin de reducir su silueta al apuntar y no mostrarse a sus enemigos al disparar. Sus armas eran un rifle M-28 (una variante finlandesa del Mosin-Nagant de un tamaño más reducido acorde con su pequeña estatura) y un subfusil Suomi M-31 SMG para las distancias cortas. Los rusos enviaron de forma repetida en primer lugar escuadrones de soldados y más tarde de francotiradores para acabar con él, y aunque terminó con casi todos ellos a punto estuvieron de conseguirlo, ya que en su último enfrentamiento con el enemigo el impacto de una bala expansiva le destrozó la mandíbula dejándole el rostro desfigurado de por vida.
En muchas ocasiones se habla de determinados snipers y de las grandes "marcas" que lograron abatiendo cientos de enemigos, tratando de dilucidar quien de ellos fue el mejor, o cuales eran las mejores armas, de una forma creo que un tanto superflua y banal, como si el hecho de acabar con tantos enemigos se hubiera tratado del intento de los snipers de establecer una especie de palmarés, lo cual creo que no tiene nada que ver con la realidad. La guerra, la vida y la muerte son cosas muy serias, no un deporte. En su época indudablemente esto tenía un gran uso propagandístico para elevar la moral de las propias tropas y minar la confianza de las del enemigo. En nuestra época se hace algo similar al hablar de las grandes distancias a las que se han llegado a abatir soldados enemigos. Ahora los números de "récord" no son el número de bajas, sino la distancia a la que se hallaban estos. En una entrevista que le hicieron en el año 1.998 a un ya muy anciano Häyhä le preguntaron si no lamentaba haber acabado con la vida de tantas personas, a lo cual este respondió: "Yo sólo hice lo que me dijeron que hiciera lo mejor que pude". Una respuesta de buen soldado. Ni se jactaba de lo que hizo, ni sentía remordimientos por haberlo hecho.
Salu2.
