Mensajepor cambaco » 08 May 2014 05:06
Ten mucho cuidado con la colocacion de los cartuchos en el almacen, pues en una ocasión me llevé un una sorpresa con uno identico a ese.
Para que entiendas lo que te digo, creo que lo mejor es que cuente la historia de lo que me ocurrió.
Corria la primavera del 2006, en aquella ocasión cazaba yo en la zona del limpopo, en las inmediaciones de la localidad de Lephalele. Por aquel entonces lo hacia que un arma alquilada, precisamente un Sako-75, en calibre 375 hh con visor de batida, al cual se le notaban ya muchos años y safaris a sus espaldas.
Serian las sobre las seis de la tarde, tras toda una jornada detras de un kudu-bull, llegamos a una zona de mopanes, en cuyo interior habia un gran area despejada de matorral, donde según nuestro pistero solian pastar los kudus justo antes de anochecer.
Nuestro traker, se esconde tras el tronco de un gran sinbirre, a la vez que me indica que al otro lado, y justo en el borde del matoral de espinos, se encuentra un gran kudu, el cual ya nos tiene localizados.
Ante esta sorpresa, Buota ( mi Ph ), me indica que dispare rápidamente, cosa que hice de inmediato. Tras el tiro, el animal acusa el impacto, arrancando con un gran salto para desaparecer en lo mas profundo de la umbria.
Temiendo la pérdida del mismo, tanto el pistero, como mi PH, salen corriendo hacia el animal, seguidos a pocos metros por mi mujer ( la cual lleva la cámara de video ), y yo mismo.
Tras no más de ochenta metros de alocada carrera, al llegar al donde vemos el arranque del animal, el moreno se percata de unas gotas de sangre en la arena, indicandome mi Ph que teniamos dos opciones; una era irnos a dormir y pistear al día siguiente ( con la segura pérdida de la piel del kudu como consecuencia de las alimañas), y la otra seria entrarle, con riesgo real de carga, ( aunque el kudu no es un aminal peligroso, al estar herido y acorralado cualquier animal es suceptible de serlo, y más uno de trescientos kilos, con más de un metro de cuernos).
Mientras quito el visor del arma ( de la marca FU), y municiono la misma, me indica el Ph que en el momento que vea los ojos rojos con la linterna del moreno, dispare repetídamente ( y la linterna no era precisamente una Led-lenser).
Tras unos minutos ( que me parecieron eternos por el acojone ), Andris ( el pistero), enfoca su minilinterna a unos impresionantes ojos rojos, que no estarian a mas de 15 metros de nosotros, en ese instante, mi profesional me indica a voves que dispare, cosa que hice como pude.
No se cuantos tiros hizo él con su arma, pero me acuerdo que tras una nube de polvo ruido y humo de los tiros, el animal cayó a no más de dos metros de nosotros, con un último disparo a muy corta distacia que le hizo Bouta en el cuello.
Yo realice dos disparos, pero la sorpresa fua mayúscula cuando despues de abrazarnos todos ver el fenomenal animal abatido, nos dimos cuenta que mi arma tenia un cartucho atravesado en la rampa, estaba totalmete doblado ( se ve que en el impetu del lance, le dí tan fuerte al cerrojo, que al encasquillarse el cartucho por su mala colocación inicial, éste se dobló, quedando el rifle totalmente inutilizado). Lo mejor de ésto es que yo no me enteré. Menos mal que el último disparo de mi profesional fue certero.
Son momentos que pasan muy rápido, que haces cosas que minutos despues no te acuerdas, pues en ningún momento noté que tenia un cartucho doblado y atascado en mi arma, y que ésta, estaba totalmente inutilizada.
Tras el tiroteo, tanto Bouta, coyo yo, teniamos nuestras camisas empapadas en sudor, más a consecuencia de estres que a la temperatura.
El animal tenia cuatro tiros; uno empanzado ( fue el primero), otro de raspón en el lomo ( no mortal), otro en una cadera, y el último que fue el que lo mató en la base del cuello.
El encasquillamiento se produjo al no meter uno de los cartuchos totalmente paralelo al anterior, y posiblemente con el culote sin tocar la parte trasera del cargador.
Todo el que caza en Africa sabe que la noche se presenta de forma inmediata y sin avisar, bastando unos cuantos minutos para no ver absolutamente nada: eso es justamente lo que ocurrió mientras yo cargaba el arma, unido al tembleque- acojone-preocupacion del momento.
Este lance se saldó con un buen ejemplar de kudu abatido, unos cuantos pinchados en nuestra piel por los espinos del bush, y una interesante historia que recordar, pero no quiero imaginar lo que hubiese pasado si en vez de ser un majestuoso kudu, llega a ser una "gatita" cabreada.
Saludos.