Escopetas finas españolas

[victor2003]

Que bonitas Argoli. El otro día leí en el foro algo sobre el calibre 16, todo muy bueno e incluso poniendo sus cualidades de tiro mejores que las del 12 y el 20 (relacionado con el reparto y llegada del plomeo, al parecer mas uniforme en este calibre y otros aspectos). Se quejaban de que no hay mucha munición disponible, pero algunos comentaban que no es así y que hay variedad (no tanta como en 12 pero bastante). Mi padre tiene una José Urigüen de perrillos en este calibre, pero algún............ le cromó la báscula en un pretendido arreglo y los cañones están bastante mal. No obstante no veré yo juntos los conejos que él ha matado con esa escopeta del 16. Un saludo. Víctor.

[gewehr]

El calibre 16 desde siempre ha sido y sigue siendo un calibre formidable por sus innegables prestaciones y equilibrio como ya se ha hablado muchas veces en el foro.
Yo puedo dar fe de ello y decir lo siguiente:
Mi primera escopeta fue una Astra Unceta & Cia. modelo Ciclope de un solo cañón basculante (monotiro) con martillo exterior y en calibre 16 que me regaló mi padre.
Pues bien,no os podeis imaginar la cantidad de satisfacciones que me ha dado este arma y los buenos resultados que he conseguido cazando con este calibre.Con ella cayeron mis primeras perdices,conejos,tordos,etc...y no veais la emoción y la concentración a la hora del disparo en cada lance al saber que solo disponía de una oportunidad de abatir la pieza que se me presentaba...no hay palabras para definirlo...
Recuerdo especial y gratamente una tarde de caza siendo yo muy jovencillo,junto a mi padre, en la cima de un pequeño montículo de la zona de caza de mi pueblo y estando apunto de regresar a casa(con el zurrón vacío)cuando de repente y con las últimas horas de sol del día,vemos como se acerca desde el horizonte y a gran altura un grupo de avefrías.Yo ,Astra en mano y con las ansias y el ímpetu propios de la edad no lo dudo y ,consciente de las pocas posibilidades de éxito del disparo por la distancia,cojo un catucho Trust del Nº6 de 30 gramos lo introduzco en el arma y tras echarmela al hombro apunto varios metros por delante de la primera de las aves y...¡POUM!.
Cual sería mi sorpresa,la de mi padre, incluso la de algún cazador que se encontraba cercano y se percató del disparo,cuando vimos caer en picado el animal y precipitarse muyyy lejos sobre un frondoso conjunto de arbustos...
No pensaba cobrar una pieza que había caido tan lejos y en tan mal lugar,pero,para rematar la faena,una de mis dos perritas (Mora),salió corriendo hacia allí y a los pocos instantes y tras adentrarse entre la maleza consiguió salir con el avefría entre sus fauces.
La alegría de ese momento fue tal que jamás podré borrarlo de mi memoria y fue lo que ya me hizo,definitivamente,confirmar las virtudes o " bondades " del calibre 16.
Por cierto,la citada avefría la tengo disecada en el salón y la escopeta Astra,pese a ser un arma espartana,nada sofisticada y de poco valor y utilidad frente a otras escopetas que tengo,sigue en mi armero y en activo,ya que su valor sentimental para mí es INFINITO,y aunque actualmente está a nombre de mi padre por tener yo mi cupo lleno ,el día en que mi padre no renueve la licencia,esa escopeta se taladra y se queda en casa.
Os dejo un par de fotos de las " protagonistas " de esta historia.
Saludos.

[victor2003]

Bonita historia Gewehr. A mi me pasó un caso con la de perrillos del 16 de mi padre que no se me olvidará en la vida. Era de las primeras veces que me dejaba la escopeta y estábamos sobre las 10 de la mañana en lo alto de un cerrete. Habíamos hecho una parada para comer algo y yo tenía la escopeta a mi lado en el suelo. Unos cazadores dispararon en los cerros de enfrente y vi arrancarse hacia nosotros una banda de perdices. Me levanté y me gustaría contar que hice un doblete, pero la realidad es que al tener las manos grasientas del embutido que estábamos tomando, al ir a montar el perrillo derecho, me resbaló el dedo a la mitad y se me escapó el tiro. Me quedé blanco y mi padre se partió de la risa de verme la cara. Las perdices me pasaron quitándome la gorra, como decimos por aquí, y todo quedó en la anécdota. La verdad es que las vivencias de la caza no tienen precio e intentaré transmitir a mis hijos la pasión por esta afición nuestra. Un saludo para todos y seguiremos cazando mientras nos dejen. Víctor F. Sánchez.