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Esta reflexión viene a cuento de una contestación en otro hilo en el que comentaba en un determinado párrafo que yo había encontrado mi "do" , mi "camino" , en la avancarga.

No sé si conoceis el concepto japonés del "do".
El concepto del significado del DO abarca los Pensamientos (Filosofía), Artes y Ciencia en Oriente.

Literalmente significa "camino", pero no como una senda, sino como el medio de llegar a algo.

Es el método por el cual se consigue, es la vía o camino por el cual se dota de maestría o habilidad al hombre y cómo esa maestría funciona enriqueciendo a la persona en cuanto a su calidad de ser humano.

Es la Estabilidad, El Equilibrio.

Todo esto es DO, el camino.

Por supuesto, esto son palabras mayores que sólo definen a un estilo de vida en el que la dedicación absoluta lo es todo, y el deseo de perfección en las acciones marca cada paso del individuo.

En mi caso, no espero ni pretendo tanto, pero sí que pretendo practicar una disciplina deportiva que me complemente, me haga disfrutar y contribuya a mejorarme también en lo personal aportándome una serie de valores.
Y yo he encontrado mi propio camino a una escala modesta en la Avancarga.

Elegí el tiro como disciplina a practicar ya que siempre me gustaron los retos, y nada mejor que pelear contra el más duro oponente: uno mismo.
El tiro implica una serie de características que aprecio, tales como son el autocontrol, la superación, la precisión.

Despues de pasar por todas las modalidades del tiro, un buen día encontré la avancarga.
En ella encontré algo más que no tienen el resto de modalidades de tiro: un algo antiguo que hace que la avancarga tenga algo más ceremonial, más pausado, más "humano", si se me permite la expresión.

En la avancarga, su mismo proceso hace del tiro una disciplina más "zen", en la cual la perfección y el mimo por los más pequeños detalles marcan la diferencia. En la que usamos el mismo hecho del tiro como una manera de "crecer" como personas.

Nos concentramos en el momento, calculamos la fuerza necesaria para atacar el arma, apreciamos ssus texturas y sus sonidos y vemos,o mejor intuímos, si todo va bien.
Levantamos lentamente el arma y focalizamos toda nuestra energía en el momento, adelantamos el hecho del impacto en la diana mentalmente y casi podríamos jurar que nosotros mismos hemos "dirigido" mentalmente ese pequeño trozo de plomo que nosotros mismos hemos fundido, con ese algo de "mágico", de alquimista antiguo que sentimos cuando fundimos nuestras bolas.

Desde ese mismo momento de la fundición del proyectil parece que ya estamos insuflando parte de nuestro "yo" en el futuro disparo, y desde ese comienzo hasta que la humareda se disipa, hemos participado activamente en cada fase del disparo como no se produce en ninguna otra disciplina de tiro.
Cada vez que tengo el fusil delante de mi con la carga hecha con los mismos movimientos mil veces repetidos y perfeccionados, me siento más cercano a un tirador de arco que a cualquier otra cosa.

No se vosotros,pero desde que practico la avancarga, me siento (y me sienten) más pausado, más reflexivo, aprecio mejor los pequeños detalles de cada momento e intento ser más concienzudo en mi día a día.

Y cuando tengo un "mal día" y la tensión se acumula, tomo una de mis armas, me dirijo al campo de tiro, y desde que la veo en frente de mi, la disciplina que me autoexijo hace que vuelen de mi cabeza todos los problemas.
Nada existe excepto el arma, el blanco, el resultado a lograr y yo.

Lo dicho: a pesar de que tengo otras aficiones, ninguna de ellas me resulta tan enriquecedora a nivel personal como el tiro con avancarga, que se ha ido convirtiendo en parte indispensable de mi día a día.

Perdón por el "ladrillo" y gracias a todos aquellos que lo habéis leído.

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Gracias a tí por la reflexión. Es cierto que esta disciplina, tal vez por que requiere una mayor concentración o por que tiene el poso de las cosas hechas con paciencia, resulta muy relajante.

Saludos

Bonita reflexión, de hecho suscribo todas tus palabras y estoy en un acuerdo absoluto con ellas, gracias por transmitir tan clarificadoramente lo que muchos tenemos en mente y no sabemos describir.

Un saludo

Muy bonito y muy real FRECCIA. Gracias

permíteme, que rubrique, Freccia, cada una de tus palabras.

en la práctica de la disciplina del arco japonés o Yumi, admite dos modelidades, el Kyodo (a pie) y el Yabusame (a caballo). ambas han anclado con fuerza sus raices en el Zen y en shinto.

en ellas, una de las características principales es que el arquero no apunta al blanco como tal. el acierto deriva de la ejecución pausada y concentrada de ciertos pasos. lo importante no es acertar, es recorrer "el camino del arco".

aparte de esta disciplina, no creo que haya en este mundo algo tan similar a ésto como la avancarga. y de hecho, más de un tirador que nos ve entrenar, o algún familiar que nos vea fundir plomo, limpiar las armas o preparar cargas, nos comenta la tranquilidad, paz y concentración que se ve en nuestra tarea.

Acertadas palabas de sentimientos inefables.

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Me encanta ver que no estoy solo.

Creía que no mucha gente iba a entender lo que humildemente intentaba explicar, pero veo que este foro una vez más me demuestra que me encuentro entre iguales, con gente que siente las cosas parecido y que aprecia la calma y la "liturgia" que envuelve al tiro con estas armas antiguas.

Efectivamente, más de una vez me he sentido como un arquero de la disciplina Kyodo, intuyendo el blanco más que viéndolo, haciendo que los movimientos fluyan de esa especial manera y sintiendo cada paso del tiro como un elemento a pulir hasta lograr el movimiento preciso, la elegancia en cada paso, la calma en el proceso y el acierto en el blanco como resultado final de todo lo anterior, no como fin único del proceso, sino sólo formando parte de él.

Gracias a todos por entenderme.

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Hola a todos, menuda reflexión al más puro estilo de San Musashi . Mis felicitaciones FrecciaRossa, el amigo meatonthetable no te ha podido hacer una comparación mejor ya que estas modalidades son lo más espiritual que conozco junto con la ceremonia del té y el Iaido. Dicha ceremonia conlleva unas pautas y procedimiento que aunque la gente no se lo crea son ciertamente increíbles, concentración, respiración, etc. Siendo algo tan distinto para los occidentales al tiro con arco japonés para que todos lo entiendan, es uno de los ejercicios mas similares junto con los Katas de Iaido (manejo del sable Japonés o antiguos Samuráis) donde se busca la perfección de los movimientos, se controla la respiración y el espíritu el sable (catana) no es más que una prolongación de uno mismo.
Bueno en definitiva muy profundo el Pots, no me enrollo que lo mío no es la filosofía ya que soy muy patoso .
Saludos y un

si me permite Freccia, me gustaria completar un poco sus pensamientos.

pues "nuestro" do, es especial, y dudo mucho que los practicantes de otras disciplinas como el propio Yumi, quizás no experimenten.

pues este Do, nunca se recorre en solitario.

al igual que todos nosotros, en algún momento de nuestra experiencia como tiradores fuimos "envenenados". en un tiempo remoto fuimos "infectados", sin darnos cuenta, un libro, alguien en el campo de tiro, una película de época. no fuimos conscientes, y al igual que un retrovirus, la avancarga, fue desarollándose en nuestra personalidad como tiradores.

y más adelante, ocurrió una reinfección que nos catapultó de forma definitiva al lado oscuro. cada uno, tenemos nuestra historia propia...

pero, en mi Do, nunca estuve solo. NUNCA, NUNCA, me ha faltado consejo, plomo, pólvora, ayuda, ánimos, baquetas, y sobre todo ese ambiente de gran camadarería que hay entre la gente del salitre. y poco a poco nos envenenamos y nos infectamos cada día más, y cada día nos sentimos más felices y especiales; siendo portadores de una deuda vital, que lo único que nos asusta es que no seamos capaces de llegar a pagar de la forma, en que esos amigos, se merecen.

no, desde luego que no es Do triste, gris y silencioso; es un crecimiento alegre, féliz y dichoso. y las risas que nos echamos!!!!

Buenas noches.
Me apunto a todo lo que explicais con una prosa precisa, justa y edificante. No hace ni media hora que le comentaba a una gran amistad lo que yo defino como la Hermandad de la Polvora Negra, por supuesto que todos nos parecemos en algo, nos gustan las mismas cosas con el mismo metodo y esto crea una no me atreveria a decir deformacion, si no formacion que hace que al final del camino todos andemos igual si no parecido.
En conversaciones con los amigos todos hemos esgrimido como argumentos algunos de los que nos ha dejado escritos Freccia, perotodos juntos es un lujo de la inspiracion, gracias Freccia, es asi de sencillo, copiar, pegar, y enviar al que no comprende muy bien mi deporte y aficion.
Un abrazo.

Es una reflexión que me emociona,todavia estoy en pañales como tirador de avancarga pero ya conozco esas sensaciones.
Un tirador de avancarga es muchísimo más que alguien que dispara con armas de diseño antiguo con más o menos puntería.
Un abrazo a todos.