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tirador. Esto supondría un incremento de los presu-
puestos económicos anuales en cada Cuerpo, amén de
un aumento de horas de instrucción por agente. En
cualquier caso, la Administración se conforma con
mantener programas que “venden” como sobrados y
suficientes. Lo triste es que ni tan siquiera esos progra-
mas se cumplen al 100% y en los casos en que se cum-
plen, se da por bueno casi cualquier resultado obtenido
para poder dar por cubierto el expediente, como un
mero trámite obligado.

Si la Administración cambiara su visión sobre la mayor Algunas de las imágenes que ilustran este artículo, han sido obtenidas de un ejemplar de la revista ARMAS nºII Extraordinario de
y mejor formación en materia de tiro, debería de incluir diciembre del año 1985. Otras fotografías se han obtenido de diversos ejemplares de la revista –ya desaparecida- POLICÍA ARMA-
en sus programas el uso del cartucho en recámara, DA, concretamente de un ejemplar del año 1973.
abandonando viejos mitos y huyendo de leyendas
urbanas. Naturalmente, si eso ocurriera, todos los agente seguirá con el cartucho en recámara, lo cual A modo de colofón
agentes deberían ser obligados a portar así su arma, o implicará tener que sacarlo realizando las manipulacio- La condición de porte del arma en doble acción es la
al menos, debería permitirse que todo aquel agente que nes correspondientes. Algunos agentes, con los ner- condición más segura desde todos los puntos de vista.
quiera trabaje en tal condición. Pero volvemos a lo vios, lo harán incluso en la escena del enfrentamiento, Es más segura para el agente que debe hacer uso inme-
mismo: si la Administración te permite u obliga a por- nuevamente rodeado de agentes, otros lo harán en el diato del arma ante un ataque súbito a distancias cortas
tar cartucho en recámara, tendrá que invertir tiempo y coche patrulla y de regreso a la unidad, y otros quizás o muy cortas. Los ataques se producen en su mayor
dinero en ello, y como no lo hará y ella lo sabe, pues o no recuerden que su arma sigue alimentada. En cual- parte, a distancias de entre 0 y 5 metros. Si a esas dis-
bien impide que determinados agentes porten cartucho quiera de los casos, el riesgo está servido. Si se tienen tancias no se porta cartucho en recámara, aún siendo
en recámara (como es el caso de un cuerpo estatal, en en cuenta el sentido común y las estadísticas, el agente un tirador bien instruido, son escasas las opciones de
el cual dicha condición de porte está prohibida por acudirá al empleo de su arma cuando ya esté siendo repeler el ataque con eficacia. Es más, incluso si el arma
norma interna del cuerpo en cuestión), o bien desde las atacado, probablemente cuando ya esté herido. Por va alimentada, será difícil alcanzar la máxima eficacia,
academias se desaconseja dicha condición de porte y consiguiente, surgen nuevas preguntas: ¿Podrá un pues a esas distancias se requiere de un entrenamiento
para ello se crean tabúes, mitos y leyendas urbanas que agente herido responder a un ataque mortal, si ni tan táctico y mental adecuado.
hacen creer al alumno y funcionario en general que es siquiera porta cartucho en recámara y teniendo que ali-
una locura y temeridad trabajar con cartucho en recá- mentar el arma? Si incluso estando bien instruido en Como norma general, desoigan a los detractores de la
mara en armas de doble acción. tiro de doble acción no siempre se tendrá tiempo y doble acción: no les hagan caso. La mayoría de las per-
opción para la reacción y la defensa, imagínense si no sonas que opinan de estos temas, son personas NO
El contrasentido se porta el arma alimentada… profesionales, suelen ser aficionados, y en los casos de
La misma Administración que de un modo u otro los detractores que surgen en el seno de los sectores
niega la correcta formación, o al menos una formación La inmensa mayoría de ataques a agentes policiales se profesionales, suelen ser personas con experiencia sólo
más cercana a la realidad del enfrentamiento; esa producen a cortas o muy cortas distancias. Es evidente en tiro deportivo, bien de precisión o de recorrido
misma Administración que prohíbe el uso del cartucho por tanto la clara ventaja que al profesional ofrece la IPSC, pero de nula experiencia en enfrentamientos rea-
en recámara o al menos fomenta mitos en su contra, es opción de portar el arma con cartucho en la recámara, les, aún cuando ostenten el diploma de Instructor de
la que va a permitir u obligar a los agentes a que des- siempre que se esté debidamente instruido en el tiro Tiro Policial. Es más, rétenles a que les demuestren que
enfunden y monten sus armas cuando estén en situa- reactivo en doble acción. Yo defiendo el uso del cartu- el uso del cartucho en recámara en armas de doble
ciones comprometidas, muchas veces extremas. O sea cho en recámara en armas de doble acción, más aún si acción es un atraso: no podrán convencer a nadie que
que cuando mayor nivel de estrés, con todo lo que ello éstas poseen seguros automáticos. Pero también abogo tenga la cabeza bien amueblada.
conlleva, y cuando menor capacidad cognitiva va a por la debida instrucción en el tiro desde esa condición
tener el agente, se le va a obligar a realizar una manipu- de porte. De no obtenerse la formación correcta en el Por último, hay que admitir que el ejercicio de tiro está-
lación peligrosa del arma, que es introducir un cartu- seno de la institución policial, los agentes deberían bus- tico y a una distancia superior a los 20 metros y en pre-
cho en la recámara, dejando el arma en simple acción carla en el sector privado de la instrucción, lo cual cisión a una mano, que se usaba como única formación
en un escenario en el que seguramente existirán perso- implica un desembolso económico que casi siempre en todos los cuerpos, ha pasado a la historia en casi
nas próximas y ajenas al enfrentamiento, con el riesgo estará bien invertido. Se puede dar otra circunstancia, todos los casos. Hoy es el recorrido de tiro policial lo
consiguiente de disparo no deseado, pudiendo provo- negativa en este caso, y es que si el Cuerpo no satisfa- que más se utiliza como entrenamiento periódico en
car heridos o daños colaterales. Poniéndome por un ce la necesidad de formación y el agente no sabe o no muchos cuerpos y plantillas. Pero no nos engañemos:
momento del lado de aquellos que consideran que un puede recurrir a los servicios privados de instrucción, la inmensa mayoría de programas basados en recorri-
arma es siempre peligrosa, tengo que afirmar que un el funcionario se verá casi obligado a “investigar” por dos no guardan similitud con las verdades de la calle, y
arma en simple acción es más peligrosa que en doble su cuenta y riesgo. Esto es posible que acabe derivan- menos aún con las conclusiones que se extraen del
acción, sobre todo en manos de una persona estresada, do en imprudencias o manipulaciones del arma, bien estudio de los enfrentamientos armados; son más bien
asustada o herida. en solitario o bien en unión de otros agentes, no del ejercicios de recorrido de tiro deportivo, cuya repeti-
todo correctas y que puedan dar origen a muchos acci- ción nos permitirá ganar una copa deportiva, pero no
Pero no acaban aquí los riesgos. Estamos hablando de dentes con disparos no deseados. siempre servirá para ganar la vida ante la muerte.
un agente que no está entrenado ni táctica ni mental-
mente en el uso del arma con cartucho en la recámara,
y menos aún en situaciones críticas. Pues bien, una vez
acabada esa situación crítica, haya o no disparado, el
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